Sword Art Online

Volumen 22

Capítulo 2: El Día Siguiente

Parte 3

Un soleado, 22 de junio, domingo, 4:30PM.

Asuna estaba en la última planta del Dungeon del octavo piso del gigantesco castillo flotante que deambulaba por los cielos de Alfheim —la llamada «cámara del jefe».

Solo se podía hacer una cosa en esta cámara. Naturalmente, enfrentar al monstruo jefe.

¡Kyurururu! Esa advertencia aguda provino de un dragón pequeño con plumas azules claras en todo su cuerpo, «Pina». Silica, la jugadora Cait Sith a la que pertenecía, gritó sin demora.

—¡Asuna-san, ahí viene la invocación del minion!

—¡Entendido! ¡Todos, reúnanse!

Asuna alzó el báculo de su mano derecha e hizo gestos a los miembros del party y comenzó a entonar un hechizo rápidamente.

—Ek kalla hreinn brunnr, andask.

Cuando recitó la última sílaba en voz alta, encajó fuertemente el báculo en el suelo de mármol negro. Una débil luz azul onduló hacia afuera y mucha agua brotó como si la persiguiera, creando una superficie acuática con un diámetro cercano a los diez metros al poco tiempo.

—¡Gracias, Asuna!

—¡Muchas gracias!

La Leprechaun que sujetaba un mazo, Lisbeth, y Silica, con Pina montada sobre su cabeza, corrieron sobre la superficie acuática primero, junto con los camaradas de sus días de SAO, el guerrero del hacha Gnome, Agil, y el Salamander que poseía una katana, Klein. Levemente retrasado detrás de ellos, el Spriggan completamente negro, Kirito, y una espadachina mágica Sylph quien era su hermana menor en el mundo real, Leafa, regresaron de la línea del frente juntos.

Ellos siete conformaban el límite máximo de un party, pero Asuna y los demás no eran los únicos que luchaban en la cámara del jefe. Formaban una incursión con otros cuatro parties, así que debía haber treinta y cinco personas en el vasto espacio circular, pero no desprendía la impresión de estar repleto, probablemente porque la cámara del jefe recibió una ampliación del antiguo Aincrad.

Saltando a la superficie acuática que tenía un efecto restaurador de HP, junto con resistencia al veneno y al fuego, una pixie, Yui, le agitó sus manos a Asuna desde el hombro de Kirito mientras él tomaba un profundo respiro.

—Aparece, manantial sagrado, e inunda.

—¡Mama, te has acostumbrado a entonar hechizos!

—A-Ahaha… Gracias, Yui-chan.

En el momento en que Asuna respondió, una gran cantidad de pilares de fuego emergieron alrededor de la superficie acuática. Crearon inmediatamente tornados giratorios, expandiéndose en una llama humanoide en sus centros, y cambiaron a pequeños Fire Elementals con una altura de casi un metro.

Uno no era un oponente suficiente por sí solo, pero había muchos. Eran probablemente más de treinta los que aparecieron por toda la vasta cámara del jefe. Además, los Elementals solo eran los mobs minions, con el amo de la espaciosa zona cubierta de mármol negro —y todo el octavo piso del castillo flotante, el monstruo jefe, atacando al mismo tiempo.

El nombre del jefe era «Wadjet the Flaming Serpent».

Por la investigación realizada tras la batalla inicial, Wadjet era aparentemente una deidad serpiente de fuego que aparece en la mitología egipcia. También se le asemejaba en el exterior, con una apariencia con la porción de la capucha de una cobra combinada con una deidad de cuatro brazos. Su cuerpo gigantesco negro envuelto en llamas y acercársele sin protección generaba DoT.

El party de Asuna no se encargaba de lidiar con el jefe en este momento ya que otros dos parties asumieron ese papel. Tenían que apresurarse y encargarse de los minions mientras que esos catorce aún mantenían su HP.

Con el báculo de su mano derecha aún clavado sobre el suelo, Asuna analizó rápidamente el status de sus alrededores.

Wadjet y los dos parties estaban librando una batalla feroz al otro lado de la espaciosa cámara del jefe. Entre los dos parties, uno liderado por una Salamander se había retirado a una superficie creada por un mago Undine como Asuna, pero el otro parecía no tener jugadores capaces de utilizar este hechizo «Purified Surface». Asuna levantó su mano izquierda, volteó hacia ellos y gritó.

—¡Atraigan a todos los minions que puedan y entren al agua por aquí por favor! El líder Sylph agitó su mano como si respondiera en afirmativo.

Sus seis camaradas cercanos volvieron cenizas a los Fire Elementals que se abrían paso hacia allí, uno tras otro, inclusive durante su intercambio. Tal vez eran los minions del jefe, pero aún eran contrincantes formidables que negaban la mitad de todo daño físico cuando luchaban normalmente, pero fueron severamente debilitados en el momento en que entraron a la superficie acuática mágica, así que incluso este party, con su falta de magos, pudo encargarse de ellos sin problemas.

Para el momento en que se deshicieron de todos los Elementals cercanos, el otro party se había zambullido en la superficie acuática con un extenso tren de enemigos. Fue demasiado estrecho como se esperaba, con catorce en el círculo con un diámetro de diez metros, pero Kirito y Klein atrajeron a la mitad de los Elementals adicionales hacia ellos mismos de inmediato, luchando mientras utilizaban toda el área de la superficie acuática.

Asuna quería cambiar su báculo por su estoque tras ver esos incesantes resplandores metálicos que brillaban a su alrededor, pero el báculo tenía que permanecer en el suelo para mantener la superficie acuática mágica. Asuna estaba jugando como una maga inclinada a ser una sanadora en ALO porque pensaba que las clases de apoyo también podrían ser interesantes, pero otra razón fue el hecho de que el party ya estaba repleto de clases de ataque físico cuando se unió recientemente.

Quizá adivinando el deseo en el corazón de Asuna, Leafa habló apologéticamente tras llegar a su lado.

—Lo siento, Asuna-san, por hacer que seas el apoyo todo el tiempo

—No, está bien, no lo hago en contra de mi voluntad. Es divertido conjurar hechizos y todo.

—¡Claro que sí! Onii… Kirito-kun aún es tímido de conjurar incluso ahora. Regáñalo la próxima vez por favor, Asuna-san.

Tensando inmediatamente la sonrisa que apareció momentáneamente, Leafa levantó su mano izquierda.

—Theír fylla heilagr austr, brot. (Cúralos, agua sagrada, y combate.)

El canto del hechizo de curación invocado fue grandioso como se esperaba. Tras entonar las palabras del hechizo sin problemas, gotas azules de agua se derramaron a su alrededor desde su mano izquierda, curando el daño de los guerreros no cubiertos por el efecto HoT de la superficie acuática. (Nota: Heal Over Time, curación con el tiempo.)

Todos los Elementals habían sido derrotados tras proseguir por un poco más, así que Asuna levantó el báculo de su mano derecha. La superficie acuática mágica con sus chapoteos azules de agua se desvaneció y los numerosos íconos de buff alineados bajo su barra de HP se redujeron en uno.

Desplazando su visión, pudo ver que el otro party que luchaba a la derecha también estaba a punto de eliminar completamente a sus Elementals circundantes. Habiendo confirmado que todos los minions habían sido eliminados, Klein volteó hacia los catorce que confrontaban al jefe y gritó.

—¡Bien, ese es el final de los minions! ¡Podemos cambiar en cualquier momento! Un Imp robusto que parecía ser el líder del otro lado gritó inmediatamente.

—¡Entendido! ¡Cambiemos en el siguiente quiebre por favor!

El jefe con forma de serpiente alzó rápidamente su cabeza en alto. La deidad negra se fundida en la porción esparcida de la cabeza de la cobra osciló la espada ancha sujetada con uno de sus cuatro brazos.

Con eso, un relámpago púrpura recorrió el espacio alrededor del jefe, con enormes espadas medio transparentes materializándose una tras otra. Los jugadores concentrados en frente del jefe se separaron, con los que sostenían escudos o los que se especializaban en armas de dos manos alzando sus equipos respectivos.

—¡¡Shagyuaaaaaaaaaaaaaa!!

Junto con su grito bizarro, el jefe —Wadjet the Flaming Serpent osciló su espada hacia abajo. Respondiendo a ese movimiento, las enormes espadas fantasmales rugieron mientras atacaban a los jugadores.

Cuatro lograron defenderse mientras que los cuatros restantes salieron volando una gran distancia con sus escudos o armas. Sin embargo, las llamas que cubrían a Wadjet se extinguieron debido a que utilizó una Skill fuerte y, sin dejar que esa oportunidad se perdiera, los magos de la retaguardia soltaron los hechizos que impedían el movimiento que terminaron que entonar.

La mayoría de monstruos jefes poseían una resistencia a los debuffs, pero aún podían sellar sus movimientos por diez segundos o más con la sincronización perfecta. En el instante en que las telarañas, cadenas de plata, fluidos pegajosos y demás creados por los hechizos enredaron a Wadjet, el líder Imp agitó su mano vigorosamente.

—¡Retírenseeeee!

Uoooh, los jugadores empezaron a correr como uno mientras gritaban. Los cuatro afectados por las espadas fantasmales lograron ponerse de pie de alguna manera y gritaron líneas como “¡No me dejeeen!” cuando se unieron a sus camaradas en retirada.

—¡Bieeen, es nuestro turno!

Klein saltó al frente con su espada blandida y Kirito y Agil lo siguieron inmediatamente. Un pensamiento llegó repentinamente a Asuna mientras corrían.

«Todos se están divirtiendo.»

Eso incluyó a Kirito, Lisbeth y el resto, pero lo sintió de una manera más intensa cuando vio a los otros cuatro parties.

Había conocido a la mayoría de esos veintiocho jugadores por primera vez hoy. Siendo invitados por ellos que estaban reclutando participantes para la incursión del jefe en la plaza del portal de transferencia de la ciudad principal del octavo piso, «Friben», fueron al Dungeon después de presentarse brevemente y saltaron a la cámara del jefe con el mismo vigor que cuando subieron por la torre a toda velocidad. Esa energía habría sido completamente impensable en los días del viejo Aincrad.

En el pasado, antes de la batalla para derrotar al jefe, había exploraciones y reuniones, realizadas de vez en cuando, evaluando cualquier riesgo, y acumulando toda capacidad de combate como les fuera posible; solo después de eso, lo desafiarían seriamente. Asuna comprendía las circunstancias para que ALO fuera completamente diferente de SAO, en donde ellos tenían esa condición absoluta de no terminar con ninguna víctima, pero, aun así, no podía evitar pensar “¿En serio empezaremos así?” justo antes de la batalla del jefe de hoy. El octavo piso del nuevo Aincrad era la línea del frente actual, lo que quería decir que su jefe, Wadjet the Flaming Serpent, aún no había sido derrotado. ¿No sería apropiado llevar a cabo una pequeña reunión de estrategias o confirmar sus posiciones si estaban enfrentando un oponente tan poderoso? Ella se preguntaba.

Sin embargo, sintió finalmente que entendía ahora, después de que casi treinta minutos habían pasado desde que la batalla inició.

Lo que verdaderamente importaba no era el hecho de derrotar al jefe, sino disfrutar el proceso.

Incluso si derrotaban al jefe, no ocurriría debido al comando unilateral de un grupo principal dominante, como los «Caballeros de la Sangre», una vez comandado por Asuna como su sublíder. Los corazones de todos los jugadores latían como uno, pensando juntos, luchando juntos, celebrando… o quizá, lamentándose juntos. Ese era el verdadero de un RPG online; sería divertido incluso si terminaban derrotados, si probaban esa emoción.

El jugador Imp, que iba detrás de los dos que se estaban retirando, levantó su mano izquierda cuando pasó cerca de Asuna y gritó.

—¡Nos repondremos en tres minutos, encárguense hasta entonces! Mientras chocaba alegremente su palma, Asuna respondió.

—¡Nos encargamos! ¡Contamos con vosotros para los minions!

Después de que el grupo se fue con el tintineo de sus armaduras, ella escuchó líneas como “¡Por qué estás tan amistoso!” y “¡No es así, idiota!” y Lisbeth que corrió a su lado estalló de risa.

—Lo mismo de siempre, Asuna.

—¿A-A qué te refieres?

—Ocurría lo mismo en el viejo Aincrad de vez en cuando caminábamos juntas…

—¡N-No importa algo así ahora! ¡Mira, ahí viene el ataque del jefe!

Inmediatamente después de su respuesta un tanto agitada, Wadjet empezó a moverse una vez más tras librarse de los debuffs.

Cuando se les comparaba con los monstruos dioses malignos que deambulaban por la vasta tierra de hielo debajo de Alfheim, Jötunheimr, los monstruos jefes del renovado Aincrad eran inferiores en tamaño, pero poseían mucho más poder que ellos aparentemente. Eso fue afirmado por el hecho de que habían despejado meramente siete pisos de los diez implementados en el castillo flotante, incluso después de que había transcurrido más de un mes. Ella escuchó que el jefe del octavo piso, Wadjet, también había estado haciendo que guerreros poderosos de todas las razas en incursiones completas de siete parties de siete jugadores cada uno huyeran sin excepciones desde hace una semana.

Con eso en mente, una sensación intensa de tensión la asaltó simplemente al mirar al monstruo jefe con el rostro de un humano y el cuerpo de una serpiente que casi llegaba al cielorraso con su cabeza levantada, pero forzó una sonrisa y se deshizo de ella. Lo que importaba no era ganar, era disfrutar. No debía tener miedo de huir y luchar con todo lo que tenía—

—¡¡Jaruaaa!!

Desatando su voz bizarra, Wadjet blandió el báculo que sostenía con su brazo inferior izquierdo.

Respondiendo a ese movimiento, los pilares circulares que yacían en fila en la parte exterior de la cámara retumbaron mientras giraban, revelando grandes espejos ocultos en sus lados invertidos. Los dos parties que se habían retirado antes se separaron instantáneamente sin esperar la orden de sus líderes, apegándose a los espejos que sumaban ocho.

El báculo de Wdjet disparó un rayo de luz que poseía poder suficiente capaz de matar instantáneamente desde la bola de cristal en su extremo. La hacía un arma terrorífica por sí sola, pero lo que la hacía más complicada era el cómo el rayo de luz sería reflejado en patrones complejos en los espejos circundantes, imposibilitando predecir su trayectoria.

Parecía que esos espejos provocaban la aniquilación total siempre que aparecían en la batalla del jefe habían empezado. Aparentemente, podían romperse después de golpearlos incontables veces con armas, pero su durabilidad era extremadamente alta y dispararían el rayo de luz antes de que destruyeran los ocho espejos, provocando varias víctimas.

Sin embargo, ahora, una semana después, se había ideado un método para encargarse de ellos de una manera más eficiente que romperlos.

Los jugadores que apegaron a los ocho espejos cambiaron los ángulos de los espejos a la fuerza por el frente y cayeron hacia atrás inmediatamente. Luego, un rayo de luz verde oscuro emergió del báculo alzado de Wadjet.

El rayo de luz que llegó al espejo en el extremo oeste de la cámara debió haber rebotado hacia otro espejo de inmediato originalmente, matando instantáneamente a todos los jugadores en su camino. Sin embargo, el espejo cuyo ángulo fue modificado por los jugadores reflejó el rayo de luz de una manera casi perpendicular, en otras palabras, hacia Widjet. Impactado por la luz que disparó personalmente, el monstruo jefe chilló agudamente y se retorció, reduciendo gratamente sus barras de HP uniformes. Dicho eso, solo estaban en la segunda barra con la mitad disminuida, pero la cantidad de muertos aún era cero. Se podría decir que luchaban relativamente bien para ser un equipo improvisado que carecía de dos parties para formar una incursión completa.

Parecía que Klein, actuando como el líder del party en esta ocasión, también pensaba así ya que gritó enérgicamente mientras blandía su katana.

—¡Bieeeeeeen, podemos hacerlo! ¡¡Todos a la carga!!

Agil, blandiendo un hacha de dos manos, y Kirito, sosteniendo una espada de una mano, saltaron de inmediato con Leafa y Lisbeth siguiéndolos por detrás. Agrupándose alrededor del extenso torso del jefe, todos cortaron, atacaron y apuñalaron como uno.

Asuna tampoco quiso esperar en la retaguardia esta vez. Dicho eso, no lo atacó precisamente con el báculo, sino con ataques mágicos. Componiendo un hechizo con su habilidosa entonación a máxima velocidad, ella agitó su báculo hacia la parte superior del cuerpo de Wadjet e incontables lanzas afiladas de hielo descendieron, encajándose en sus escamas negras. Su aura de llamas se había disipado por el momento debido al daño autoinfligido por el rayo de luz de muerte segura, así que la magia de elemento hielo contra la que era débil lo atravesó, reduciendo su medidor de HP junto con los ataques físicos de Kirito y los demás.

Retorciéndose con una herida grave, Wadjet empezó a enrollar su largo cuerpo de serpiente más y más como un resorte. Habiendo notado ese movimiento desde lejos, Asuna gritó fuertemente.

—¡Aquí viene el ataque de la cola! ¡Todos, prepárense para saltar!

Los atacantes que confrontaban al jefe saltaron fuertemente hacia atrás en ese instante y se alistaron. Si fuera a clasificarse, Wadjet se inclinaría a ser el jefe de ataques elementales, pero sus ataques físicos también eran poderosos, con el defecto de esquivar el primer golpe de una Skill, donde enrolla su cola tres veces extremadamente cerca del suelo, provocando que la persona caiga y también reciba el segundo y tercer golpe.

Asuna también dobló sus rodillas levemente y estimó el momento al mismo tiempo que sus camaradas. Terminando de enrollar su cola, los ojos de la deidad resplandecieron de carmesí oscuro. Ahora… ¡Salten!

Sin embargo, ocurrió en ese momento.

Un poco antes de que su avatar saltara, Asuna sintió que su consciencia tiró hacia arriba por sí sola. El «fenómeno de separación» habitual.

«¡En un momento así—!» Ella tragó saliva mientras aguardaba la restauración de sus sentidos. A pesar de que se suponía que el fenómeno duraba un mero instante, se sintió desesperadamente extenso en esa situación. El poder acumulado dentro del enorme cuerpo del jefe fue desencadenado, con su cola rugiendo mientras se aproximaba más. «Es inútil… no hay tiempo suficiente.»

Una conversación que tuvo antes de la batalla del jefe se reprodujo en su mente al borde de que sus piernas fueron abatidas por el látigo grueso.