Rakudai Kishi no Eiyuutan (NL)

Volumen 2

Capítulo 4: Batalla Decisiva “El Caballero Fracasado” vs “El Devorador de Espadas”

Parte 1

Era la medianoche del día en que Ikki peleó contra Ayase. Una sola silueta podía verse en lo claro del bosque donde Ikki usualmente entrenaba. La silueta balanceaba una Katana poco brillante bajo la luz de la luna.

Era una noche sin viento, pero el sonido de la espada balanceándose en el viento podía escucharse. Era una hermosa forma de entrenamiento, como si danzara.

Pero ese movimiento repentinamente se detuvo.

– ¿Stella?

La silueta… Kurogane Ikki volteó hacia la entrada del receso mientras limpiaba su sudor y preguntó. Sintió una presencia ahí; como se esperaba una chica con un cabello rojo, brillante como el fuego. Era Stella Vermillion.

Ella frunció el ceño un poco, pero preguntó francamente.

– ¿Aun estas en eso? Si no eres cuidadoso entonces va a afectar la batalla de mañana.

La batalla que Stella mencionó era un duelo contra Kuraudo. Después del encuentro de ayer entre Ikki y Ayase, Ikki y Stella escucharon todo por parte de ella. Desde el principio hasta el final y que sucedió hace dos años.

Como Ayatsuji Kaito, el Último Samurái había sido derrotado.

Y después de escuchar todo, Ikki firmemente prometió a Ayase que tendría un duelo con Kuraudo el día de mañana apostando el dojo. Mañana… una batalla incluso más difícil que la de hoy puede estar esperándolo. Entonces ahora la más sabía decisión sería descansar. Ikki también entendía eso, pero no podía calmarse.

– ¿…Fue eso un shock?

– Bueno, si… Para mí, Kaito-san pudiera haber sido algo como… un ídolo.

Para Ikki quien fue abandonado por los adultos de la casa Kurogane, personas como Kaito era lo mismo como un maestro espadachín para él. Mirando sus encuentros, el robó, analizó y practicó sus técnicas una y otra vez. Era algo que se volvió la base del actual Ikki. Así que escuchar los eventos pasados de Ayase fue un shock para él. Deteriorado por la enfermedad, en un encuentro con nada de magia… en otras palabras, en un encuentro no entre caballeros sino como espadachines, fue unilateralmente derrotado.

– Como se esperaba, Kurashiki-kun realmente no es débil.

– ¿Estás nervioso?

– … Si, porque es un oponente fuerte.

Kurashiki Kuraudo, el As de la Academia Donrou. Uno de tercer año. Estaba entre los ocho mejores del último festival. Información acerca de una figura como él podía ser encontrada fácilmente si se investigaba. Su dispositivo era Orochimaru, una blanca espada en forma de sierra con la habilidad de expandir su longitud. Asesinaba el significado de distancia. Él podía golpear al oponente con la velocidad de una bala incluso desde una distancia larga y si era esquivada el aún podría arrasar con el ring entero. Si su oponente entraba en contacto a una distancia corta, podía encoger a Orochimaru a una espada corta y agobiar a su oponente con una barrera de rotación. (NT: Orochimaru, 大蛇丸: “El Gran Enrollamiento de la Serpiente”)

La Serpent bone blade, el Arte Noble de Kuraudo la cual tenía un alcance absoluto sin importar la distancia que fuera, no tenía ningún punto ciego. No era un movimiento llamativo. Pero este simple movimiento tenía una molesta cantidad de poder ofensivo. El cambio constante de distancia entre el oponente era difícil de lidiar para un espadachín como Ikki, quien se especializaba en lucha de espadas. (NT: Serpent bone blade significa Cuchilla del hueso de la serpiente)

Por eso fue llamado el ‘Devorador de espadas’ y como su apodo lo dice, su habilidad era el enemigo natural para los espadachines. Y derrotó a Kaito. Así que Ikki tenía un presentimiento que Kuraudo tenía algo más bajo su manga.

– Pero, eso algo que entiendo.

Desde que sintió una aura bárbara con esa violenta expresión suya en el restaurante. Pero esa no era la razón por la cual Ikki no podía calmarse.

– … Stella. Después de que escuchaste la historia de Ayatsuji-san, ¿Qué pensaste?

– Se metió en una pela con un perro fastidioso y la compadezco.

– ¿Eso es todo? Yo…

– No tienes que decirlo.

Stella lo interrumpió y murmuró.

– Probablemente, estamos pensando en la misma cosa. Es por eso que lo dijiste, ¿no?

– Es cierto… Sí, es verdad. Sabía que Stella entendería.

El rostro de Ikki se iluminó con felicidad. Estaba feliz que su novia estaba pesando lo mismo que él.

– Pero cualquiera que sea la verdad, no debería afectar a Ikki, ¿verdad? Lo que tienes que hacer no ha cambiado.

– Si, eso es verdad.

Asintiendo, Ikki una vez más balanceó su espada en la oscuridad.

… La condición del cuerpo está bien. Tampoco ningún problema con la fuerza vital. Todo lo que queda es esperar. Después de mañana, todo va a ser claro.

… La verdad que Ayase aún no se había dado cuenta, los eventos que ocurrieron hace dos años.

***

En la noche del siguiente día, Ikki y Stella se dirigieron al área del ex dojo de Ayatsuji siendo dirigidos por Ayase.

– Este camino, trae viejos recuerdos.

Ikki murmuró mientras miraba a las viejas casas familiares alineadas.

– Ahora que lo pienso, ¿Kurogane-kun no vino una vez a este dojo a desafiarlo?

– Si. Pero me prohibieron la entrada después de decir que ya no hacían cosas así.

– Eso es de los días de la escuela secundaria de Ikki, ¿verdad? Fuiste a muchos lugares y visitaste muchos dojos.

– Podría haber sido mi lado travieso. Cuando pueda gestionar el tiempo, iría por todo el país y haría desafíos.

– Eso es mucha fuerza de voluntad. Pero Kurogane-kun, ¿eso no fue peligroso? Un estudiante de secundaria dando vueltas desafiando dojos, ¿No fuiste alguna vez molido a golpes por esa actitud atrevida?

– También estuvo eso. A veces fui golpeado por todas las direcciones por los discípulos hasta que quedaba medio muerto. Pero no se podía evitar ya que hice algo como desafiar a su dojo. El retador no puede quejarse sin importar el desafío que se lo haga. Esa es una regla invulnerable.

Es verdad. Sabía que era peligroso y el número de veces que casi fue asesinado no podían ser contadas con sus dedos. Pero en aquel entonces, solo quería volverse fuerte sin importar que. Ya que los adultos alrededor de él no lo ayudaban para nada, quería experimentar todo, absorber todo y ganar toda la fuerza que podía.

Pero aun así, no hice cosas como atacar a los alumnos y desafiar al dojo a la fuerza cuando era rechazado.

Mientras rememoraba, los tres salieron de la carretera y entraron a un espacio vacante mezclado con arboledas. En frente de ellos estaba una casa rodeada por muros grandes.

– Esta… fue mi casa una vez.

Pero ahora, era apropiado llamarlo la mansión samurái abandonada. Las tejas estaban fuera de lugar, la madera haciendo soporte a la puerta deteriorada y colapsada. El área de alrededor estaba llena de cigarrillos, cajas de bocadillos, bolsas de plástico, etc. Ahora los muros blancos tenían grafitis coloridos y de mal gusto.

– Que garabatos tan vulgares. He escuchado que hay personas con habilidades sorprendentes para el grafiti, pero estas, estas totalmente no lo son.

– … Creo que ahí no es donde deberías estar sorprendida… Que desorden.

Ayase quien los guio aquí tenía una expresión de dolor, como si estuviera acabando con la decepción que estaba sintiendo. Su preciado lugar estaba dañado hasta tal punto, claro que debería estarlo.

Tengo que recuperarlo.

Ikki estaba determinado una vez más y sacó una espada de madera de su mochila.

– Kurogane-kun… puedo preguntar, ¿Cómo vas a hacer para recuperar el dojo?

– Por supuesto, voy a ir directamente y retaré al maestro del dojo. No hay de otra forma, ¿verdad?

Después de oír lo que sucedió hace dos años, Ikki pensó que la forma de hacer las cosas de Kuraudo eran sorprendentemente modesta. Claro, que atacar a los estudiantes para tener el derecho a desafiar el dojo no era exactamente modesto. Pero al final, todo fue arreglado con un duelo supervisado con ambas partes de acuerdo. En otras palabras, el bien y el mal, la verdad y la falsedad, todo fue confiado a ese duelo. Así que una tercera parte metiendo sus narices en los resultados, sería muy grosero. Esto es un insulto hacia Kaito.

– Eso es tan típico de Ikki.

– Lo entiendo… Pero Kurogane-kun, por favor se cuidadoso. Ese hombre… El devorador de espadas es muy fuerte. Sin duda mi padre estaba enfermo en aquel entonces, pero era lo suficientemente fuerte para que los otros alumnos y yo ni siquiera lo pudiéramos tocar. Pero aun así él perdió…

– Lo sé. Él es también el as de Donrou. No es alguien con el que pueda irme con calma.

Ikki respiró profundamente una vez más.

– Entonces, vamos.

Determinado se dirigió hacia la puerta del ex dojo de Ayatsuji.

En frente de la puerta deteriorada y casi colapsada del dojo, alrededor de cinco personas, probablemente estudiantes de secundaria en atuendos vulgares estaban arrodillados y platicando de una manera grosera. Entre ellos, estaba la cabeza rapada que vieron en el restaurante. Sin duda, eran los lacayos de Kuraudo.

– Disculpen, ¿pero podría robarles algo de su tiempo?

– ¿Huh?

Me pregunto porque esta clase de personas empiezan todo con una amenaza.

– ¡… A-Ah! ¡Pero si eres el cobarde del restaurante…!

Parece que el de la cabeza rapada recordó a Ikki. Inmediatamente lo reconoció.

– ¿Eh? ¿Te refieres a ese chico del que hablaste recientemente?

– ¡Si, si! ¡Ese cobarde que no pudo decir nada después de ser golpeado por Kuraudo, solo podía temblar!

– ¡JAJAJA! Parece débil también. ¿Está usando el uniforme escolar Hagun? ¡Así que realmente es un Blazer!

– ¿Nn? Más bien esa no es Ayase-chan en la parte de atrás… ¡Whoa! ¿Quién es esa chica pelirroja tan caliente?

Uno de los chicos holgazanes se dio cuenta de la presencia de Stella y con una sonrisa envuelta, se acercó a Stella.

Por el otro lado, Stella lo miró como si mirara a un insecto débil. Chispas rojas comenzaron a aparecer en el aire.

«Ah, eso es malo.»

Antes que el cadáver quemado número uno pudiera producirse, Ikki agarró el hombro del chico que estaba acercándose. Lo estaba haciendo por buena voluntad, pero la atmosfera alrededor de ellos cambio repentinamente.

– ¡Hey! ¿Qué demonios pasa con esa mano, compañero?

– Estaba tratando de salvarte de morir aquí pero bueno escúchame. Vine para desafiar a Kurashiki-kun a un duelo. Por favor guíame a donde él está.

Ante eso, sus ojos se dieron la vuelta por un momento.

– ¡Hey, hey, hey, hablas enserio! ¿¡Un duelo!? ¿Una gallina como tú? ¡Esto es divertidísimo!

– En primer lugar, ¿sabes lo que significa un duelo?

– ¡Jijiji! Maldita sea, esto es demasiado…

– Kukukukuh… Oye, hermano. Es desafortunado pero Kuraudo no tiene el hobby de tener duelos con pequeños cobardes fritos como tú. ¿Así que por que no peleas con nosotros? Si nos vences te llevaremos a él… buen trato, ¿verdad?

– ¡Jaja. Lucha, lucha! Esto va a ponerse bueno.

Diciendo eso, uno de ellos materializo un dispositivo que se parecía a una navaja y tocó la mejilla de Ikki con la punta mientras reía. Ante esa provocación, Ikki…

«Ah, así que estos chicos son estudiantes de Donrou huh…»

… Y entonces, ya que las circunstancia lo favorecían, repentinamente agarró la muñeca del rufián.

– Está bien por mí.

*Crujido*

Mostró una sonrisa, que podía llamarse cruel.