Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 10

Capítulo 2: Banquete Día 3

Parte 1

Esa noche, Rio volvió a ponerse su ropa formal para asistir a la tercera noche del banquete. Dado que las presentaciones se completaron en los primeros dos días, no hubo presentaciones prolongadas de la realeza y la nobleza de cada reino, lo que permitió que la ceremonia de apertura finalizara rápidamente.

Desde el nivel superior del salón, Francois miró a los asistentes en el piso del recinto. El evento comenzó con un saludo formal. “Todos, gracias por reunirse. Si bien el disturbio de anoche fue tremendamente desafortunado, el autor intelectual aún no se ha identificado debido a que los asaltantes detenidos se suicidaron. Afortunadamente, no hubo víctimas entre los asistentes, lo que nos permitió proceder con seguridad con la última noche de este banquete. Por eso, somos muy bendecidos.

“Esta noche, presentaré a las dos valientes figuras que contribuyeron brillantemente a eso. Uno usó hábilmente las divine arms del arco para eliminar a dos asaltantes en un abrir y cerrar de ojos: Rui Shigekura. El otro es Haruto, quien derrotó a seis atacantes en un instante. Ambos, den un paso adelante”, dijo Francois, invitando a Río y Rui a avanzar. Una vez que los dos estuvieron uno al lado del otro, los asistentes en el pasillo esperaron las siguientes palabras de Francois.

“Tanto Rui como Haruto son bastante modestos, ya ves. Rui insiste en que la estrella del resumen de la noche anterior fue puramente Haruto, y aceptó una escasa medalla por su recompensa. Haruto se negó a recibir ninguna recompensa, a pesar de ser la fortaleza final que rechazó a seis de los atacantes. Él me rechazó sin rodeos, incluso yo me tomó por sorpresa”. Francois se rio de eso, haciendo que el lugar se riera junto con él.

“Sin embargo, finalmente nos decidimos por algo. Teniendo en cuenta sus grandes contribuciones a la defensa de la ciudad clave de nuestro reino, Amande, así como al rescate de la Princesa Flora de la Restauración y Liselotte de Cretia de nuestro propio reino, le he otorgado a Haruto el título de caballero honorario”.

La sala zumbó de inmediato. Entre ellos había personas que habían asistido a la audiencia donde Rio fue nombrado caballero honorario, aquellos que habían escuchado los rumores rápidamente y aquellos que no estaban al tanto, pero todavía era una noticia impactante para todos ellos. No pudieron evitar hablar de eso entre ellos.

“¡Silencio! ¡Silencio por favor!” La voz del caballero que dirigía la ceremonia resonó por el pasillo, silenciando rápidamente la charla.

“Permíteme presentarte una vez más. El hombre que ha sido nombrado caballero honorario de nuestro reino a partir de hoy, el Caballero Negro: Haruto Amakawa”. Francois alzó la voz y presentó a Rio, que estaba de pie junto a él, a la realeza y nobleza en el pasillo.

Rio, vestido con su atuendo formal, colocó una mano sobre su pecho y se inclinó con reverencia. El salón estalló en aplausos.

“Vaya. Como fue un movimiento sin precedentes, después de ver tanta destreza militar en una escena como esa, no tengo más remedio que aceptar esta decisión de Su Majestad”.

“Sí, la forma en que luchó anoche fue muy espléndida”.

“Aun así, ser nombrado caballero honorario a esa edad… Debe ser el más joven de la historia, ¿no?”

Los invitados en el primer piso del pasillo intercambiaron esas palabras mientras miraban a Rio. Al mismo tiempo, en el piso superior, los héroes de cada reino y sus socios se quedaron mirando la espalda de Río.

El caballero negro… Ugh. No importa cuántas veces lo escuche, suena tan infantil. Me habría retorcido de vergüenza si me lo hubieran dado… …

¡Maldición, parte de mí piensa que es genial al mismo tiempo! Hiroaki frunció el ceño ante sus pensamientos conflictivos. Encontró la idea de proclamarse a sí mismo el Caballero Negro como terriblemente vergonzosa, pero sintió envidia de la atención reunida en Río.

Mientras reflexionaba para sí mismo, los aplausos en el pasillo cesaron.

“Ah, eso es correcto. Debo presentar a los acompañantes de los héroes de cada reino, incluido el de Haruto. Todos, ¿podrían dar un paso adelante?” Francois invitó a los héroes restantes y a sus socios a acercarse, para que pudieran ver a los asistentes en la sala.

“Como la segunda noche del banquete se suspendió a la mitad, asistirán en las mismas parejas. Puede dirigirse a ellos con eso en mente.” En otras palabras,  las  acompañantes  de  Rio  eran  Satsuki  y  Charlotte,  las acompañantes de Takahisa eran Lilianna y Miharu, las acompañantes de Hiroaki eran Flora y Roanna, y la pareja de Rui era Christina.

“Jeje, tu atuendo formal te queda bien de nuevo hoy, Haruto”. Satsuki se paró junto a Rio y lo felicitó con una risita.

“Estoy de acuerdo. Casi quiero olvidar mi posición y seguirte toda la noche,” Charlotte le susurró a Rio al otro lado de Satsuki.

“Jajaja… Muchas gracias”. La sonrisa de Rio se crispó levemente cuando les dio las gracias.

“…” Miharu observó a Rio conversar con ellas familiarmente con el ceño fruncido. Takahisa estaba mirando a Miharu hacerlo, y apretó fuertemente su puño.

“Ahora, estoy seguro de que muchos de ustedes no pudieron socializar lo suficiente debido al alboroto de anoche. Tanto el interior como el exterior del lugar han fortalecido su seguridad, por lo que no habrá más delincuentes corriendo. Tenga la seguridad, todos. Esto concluye mis saludos, por breves que hayan sido. Con esto, la ceremonia de apertura ha concluido”. Francois finalmente declaró el comienzo de la tercera noche del banquete. Los aplausos resonaron por el pasillo una vez más, los asistentes listos y ansiosos por aprovechar al máximo este valioso evento social donde se habían reunido héroes de diferentes reinos. Sin embargo, entre ellos, un hombre se burló fríamente para sí mismo.

Bueno, no importa cuán cautelosos sean esta noche, no pasará nada. Fue el embajador del Imperio de Proxia, Reiss, quien estaba escondido entre la multitud como uno de los asistentes de la Primera Princesa Sylvie del Reino de Rubia.

Sylvie y sus subordinados se extendieron alrededor de Reiss, observándolo nerviosamente por cualquier movimiento extraño. Sin embargo, Reiss no tenía intención de hacer nada mientras miraba con valentía a Rio en el piso superior.

Haruto Amakawa, ¿hm? Según Lucius, su nombre era Río, sin embargo… Así es, el mismo nombre que el huérfano que le dio a Charles una carrera por su dinero en el Reino de Beltrum, pensó Reiss, sonriendo misteriosamente.

“Tch… asqueroso”. Sylvie miraba a Reiss con una expresión amarga en su rostro.

“¿Oh? La noche acaba de comenzar, sin embargo, no parece estar muy contenta, alteza”, dijo Reiss inocentemente, captando la expresión de Sylvie por el rabillo del ojo.

“Hmm…” Sylvie apartó la nariz y resopló.

“Oh, parece que todavía estoy siendo sospechoso por el disturbio de anoche…” Reiss se encogió de hombros exageradamente.

A pesar de todo, te estoy agradecido, Su Alteza. En consideración a su utilidad, realmente me abstendré de tirar de algo esta noche. Él sonrió.

“No es mi intención enfadarte más que esto. Para despejar tus sospechas, me quedaré a los lados como un alhelí toda la noche. Si desea ponerme un guardia, siéntase libre de hacerlo”, dijo Reiss dramáticamente. Luego dio unos pasos hacia adelante, antes de darse la vuelta con una mirada que le preguntaba qué haría ella al respecto.

“Ustedes, síganlo”. Sylvie apretó los dientes cuando ordenó a sus guardias a su lado que acompañaran a Reiss.