Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 17

Capítulo 3: Selección de Grupo

 

 

La víspera de nuestra partida hacia el mundo de Kizuna finalmente había llegado. Fue decidido que los héroes se reunirían en el comedor de la aldea y determinarían los planes para el viaje. El tema de conversación principal era quién se iba a unir al grupo para visitar el mundo de Kizuna mañana y quién se iba a quedar en este mundo. Por supuesto, yo iría.

“En resumen, el escudo me ha otorgado el permiso para hacerlo, así que voy a ir al mundo de Kizuna,” declaré. “¿Ustedes tienen el permiso para viajar?” les pregunté a Ren, Motoyasu, e Itsuki.


“No me preguntes,” respondió Ren.

“¿Un mundo diferente de este?” Ese fue el punto de partida de Motoyasu.

“La única respuesta es que no lo sabemos,” dijo Itsuki. El problema era que los cuatro héroes sagrados eran parte del sistema fundamental de apoyo de este mundo. Entonces, ¿sería posible que todos ellos viajaran al mismo tiempo? Cuando pensaba en ello de forma lógica, sin un permiso especial—como el que me había otorgado Ost—ellos probablemente no podrían ir a ninguna parte.

Mientras nosotros cuatro lo discutíamos, la gema en mi escudo brilló varias veces.

“¿Qué fue eso?” me pregunté. Después las gemas de las armas de los demás héroes también brillaron. Esta era una de las cosas más molestas acerca de nuestra situación—no había forma de hablar directamente con el Espíritu del Escudo. Algunas veces escuchaba susurrar a Atla, pero esta no era una de esas veces.

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No tenía otra alternativa. Abordé el asunto como si estuviera hablando con un monstruo.

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“Yo soy el único que puede ir,” declaré. No hubo respuesta de la gema. “¿Es posible llevar a al menos uno de los otros tres héroes sagrados?” Entonces brilló. Parecía ser un sí. “¿Puedo llevarlos a todos?” continué. Esta vez nada. “Cielos, esto es una molestia.”

“Naofumi, por favor deja de quejarte,” dijo Ren.

“Bien, bien, todavía no he terminado,” respondí. “De todas formas no creo que todos debamos ir. Por ejemplo, nuestra búsqueda de Bruja todavía no ha dado ningún resultado.” Bruja había abandonado a Takt y huido y ahora se estaba escondiendo en algún lugar de este mundo, muy probablemente—no, definitivamente—planeando algo malvado.

Ella era buscada, viva o muerta, no solo en Melromarc, sino que en cada nación del mundo. Una vez que fuera encontrada, había sido determinado que los héroes irían para lidiar con ella. Si Raphtalia no hubiera sido invocada al mundo de Kizuna, yo mismo habría estado buscando a Bruja.

Para ser bastante honesto al respecto, en realidad no teníamos el tiempo para ir y salvar el trasero de Kizuna. Pero todavía era un problema del cual debíamos encargarnos.

Q’ten Lo ofrecía una buena cantidad de experiencia, pero sin Raphtalia, la única forma de llegar ahí era desde un puerto en Siltvelt. Ya estábamos haciendo que Sadina y Shildina nos ayudaran con una buena adquisición de experiencia bajo el mar, pero Ren nadaba como un ancla, así que no podía ser parte de aquello. Él había estado patrullando las regiones con monstruos poderosos e incrementando su nivel gradualmente de esa forma. Itsuki había estado patrullando los océanos cercanos en un barco junto a Rishia, mientras Motoyasu había estado corriendo alrededor de las montañas con sus filoriales. ¡Aquellos que sabían nadar deberían estar bajo el agua!

Ahora aparentemente estábamos trabajando juntos, pero todavía no nos coordinábamos bien. Tal vez la única ventaja era que estábamos adquiriendo materiales de muchas ubicaciones diferentes.

“Todavía tenemos que decidir a quién llevar,” dije. Procedí a dar un vistazo hacia los rostros de los reunidos. “Basura.”

“¿Si?” respondió Basura, apartando su gentil mirada de Melty, Ruft, y Fohl.

“Me gustaría que dieras tu opinión al respecto,” le dije. Ciertamente no hacía daño escuchar al Gran Rey de la Sabiduría—quien había destruido las fuerzas de Faubrey que Takt lideró durante la batalla anterior. El plan era que Basura se quedara. En términos de intelecto, ahora mismo no había nadie más confiable que Basura. Incluso sin mí aquí, él sería capaz de manejar prácticamente cualquier cosa que ocurriera. Para ser honesto, realmente quería llevarlo, pero eso dañaría enormemente las defensas de este mundo.

“Basándome en lo que ya me ha dicho, Iwatani-sama,” comenzó a decir Basura, “si van a ese mundo, regresarán al nivel 1, ¿correcto?”

“Así es,” confirmé.

“Pero ya que la situación también requiere un cierto grado de apuro, no tendrán mucho tiempo para subir de nivel,” continuó Basura. Si, ese era un buen—y doloroso—punto. Ethnobalt había dicho que debería ser capaz de llevarnos a un lugar seguro después de haber cruzado, así que con algo de suerte no terminaríamos envueltos en medio de la batalla. Pero el tiempo definitivamente iba a ser un problema.

“Considerando la aparente amenaza que plantea el enemigo que enfrentarán, puedo asumir que será necesario otro héroe además de usted. Dicho eso, yo personalmente recomendaría formar su grupo basándose en quienes fueron la última vez, Iwatani-sama,” concluyó él.

“Bien. Lo cual significa…” Miré hacia Filo y Rishia. Filo estaba siendo escondida por Melty para que Motoyasu no la molestara. Ninguna de ellas se veía feliz de estar aquí, pero considerando las circunstancias, no tenían opción.

“¡Me esforzaré!” gritó Filo. “Mel-chan, ¿tú también vienes?”

“Filo, lo siento, pero tengo las manos llenas restaurando este mundo desgarrado por la guerra. Si pudiera, le dejaría eso a mi padre e iría contigo sin pensarlo dos veces,” se lamentó Melty. Su padre solo se rio, pero de una forma cariñosa y empalagosa que casi me ponía la piel de gallina. En serio, desde que habíamos zanjado nuestras diferencias, Basura había adquirido muchas facetas que nunca antes había visto en él. Era como una persona totalmente diferente.

“Mel-chan, ¿necesitas que te proteja?” preguntó Filo.

“Estaré bien, Filo. Esta vez tienes que estar con Naofumi,” le aseguró Melty.

“¡Bien! ¡Si tú lo dices!” respondió Filo.

“Muy bien. Entonces Filo va—” comencé a decir.

“¡Yo digo que si Filo-tan va, entonces yo también iré!” me interrumpió Motoyasu, poniéndose de pie repentinamente.

“¡Buu! ¡Tú aléjate!” Filo huyó de la habitación. Motoyasu intentó seguirla, pero Melty se interpuso en su camino.

“¡Cálmate, Motoyasu!” le ordené.

“¡Donde sea que Filo-tan vaya, yo también debo ir! ¡Sin importar el lugar, sin importar el peligro!” proclamó él. Filo nunca estaría tranquila con él cerca, así que lo descarté inmediatamente. Pero Motoyasu por su parte traía mucho a la mesa en cuanto a poder de batalla. En cualquier caso, si no hacía algo, Motoyasu definitivamente iba a ir.

Reflexioné acerca de qué pasaría si Motoyasu fuera hacia el mundo de Kizuna. Inmediatamente me imaginaba tratando de evitar que él persiguiera a Filo. Ya estaríamos enfrentando todo tipo de problemas ahí, así que el solo considerar agregar a Motoyasu a la mezcla ya me estaba provocando una ulcera estomacal.

Entonces me di cuenta de las miradas de desaprobación siendo enviadas en mi dirección provenientes de los tres filoriales de colores bajo las órdenes de Motoyasu. Si lo llevábamos, esos tres también irían. Dejarlos atrás me dejaría en su lista negra por siempre.

“Nop, Motoyasu. Tú no irás. Causaría toda clase de problemas, así que tú te quedas aquí. Haré que Ren o Itsuki te vigilen,” le dije.

“¿¡Qué!?” Las cejas de Ren se levantaron por la sorpresa.

“¡Pero, Padre! ¡He jurado por mi vida que lucharía por el bien de la dulce Filo-tan! ¡A donde quiera que vaya mi emplumada princesa, yo también iré!” balbuceó Motoyasu. Eso podría haber sido de utilidad si él hubiera aparecido durante el problema en Q’ten Lo. Desafortunadamente, en ese entonces él no había hecho absolutamente nada—aunque debía darle crédito por haber protegido la aldea.

“Si vas, tus tres filoriales también irán, ¿cierto?”

“Ese sería el caso,” respondió él.

“Entonces solo ríndete. En ese mundo, ellos terminarán como un tipo diferente de monstruo,” expliqué.

“¿¡Qué!?” exclamó Motoyasu. Recuerdo que Filo se había transformado en un hada cantora, un monstruo que cambiaba de apariencia varias veces mientras se desarrollaba. En ese mundo no existían los filoriales. La única vez que ella pudo ser un filorial fue cuando ese mundo fue unido a este durante una ola.

“¡Esto todavía no ha terminado! ¡Estaré bien siempre y cuando Filo-tan esté ahí!” insistió Motoyasu.

“¡Buu! ¡Aléjate de mí!” respondió Filo.

“Ustedes dos, ya cálmense,” resoplé. “Recién estamos comenzando. Las decisiones serán tomadas una vez que los escuchemos a todos. Solo ríndete.”

“Pero—” comenzó a decir Motoyasu una vez más. Él no iba a darse por vencido.
Necesitaba cambiar el rumbo de la conversación.

“Motoyasu, ¿acaso tu amor no es más que perseguir a Filo? ¿Defender el lugar al que Filo regresará—no eso también podría ser llamado amor?” le pregunté. Motoyasu recuperó la cordura y puso una expresión de entendimiento en su rostro.

“¡Ya veo, Padre! ¡Defenderé el territorio de Filo-tan con mi vida!” declaró él.

“¡Buu!” respondió Filo. Le indiqué que se detuviera, tratando de que no dijera nada más. Ella una vez más podría provocar que quisiera ir.

“Naofumi, estás mejorando a la hora de lidiar con Motoyasu,” dijo Ren.

“He tenido suficiente práctica,” respondí. Tampoco es que estuviera feliz con eso. Casi prefería al viejo Motoyasu. Él no había sido fácil de manejar, pero como alguien un poco mayor que el resto de nosotros, también tenía un aire de autocontrol a su alrededor. Era algo que casi sugería… seriedad. Sin embargo, solo había visto esa versión suya el día que fuimos invocados.

En fin, pensé, regresando al asunto en cuestión… Consideraría a todos los demás primero, y entonces, si Motoyasu realmente era el único para el trabajo, lo llevaría con nosotros. Tenía que hacer lo que era mejor para todos, incluyéndonos a Filo y a mí.

Por supuesto, si él iba con nosotros, probablemente también tendríamos que llevar a Melty.

“Naofumi, más adelante tendremos que conversar acerca de la forma en la que me estás mirando,” dijo Melty.

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“Eres demasiado sensible, Melty. ¿Alguna vez te lo han dicho?” respondí con mucha elocuencia.

“No lo han hecho,” respondió ella ásperamente. “Nunca lo había pensado.” Sí, Melty podía cuidarse sola. Ella era tan afilada como una tachuela.

“Kwaa… ¡kwaa!” Ahora Gaelion estaba interviniendo.

“¡Gaelion, tranquilo!” Gaelion y Wyndia estaban discutiendo.

“Solo porque Filo va no es razón para comenzar a hacer demandas. Si vas, ¿quién realizará las subidas de clase aquí?” razonó Wyndia. Gaelion inmediatamente miró hacia Raph-chan, como diciendo que de todas formas había alguien a quien preferían.

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“¿Rafu?” se preguntó Raph-chan.

“¡Buu para ti!” Filo y Gaelion comenzaron a mirarse fijamente.

“Filo, deja de provocar al pobre dragón. Haré que Rat te haga una revisión física,” le advirtió Melty.

“¡Noo!” protestó Filo.

“¡Kwaa, kwaa!” chilló Gaelion mientras flotaba hacia mí. Entonces él susurró en mi oído.

“Él de verdad quiere ir, pero de alguna forma lo mantendré bajo control. Si usted irá a otro mundo, ¿no hay algo aparte de este dragón que debería llevar con usted?” preguntó él.

“¿Como qué?” dije.

“¿Ya lo ha olvidado? El núcleo del Dragón Demonio. Ese núcleo de dragón de otro mundo,” me recordó Gaelion. Cierto, es verdad, lo había olvidado. Ese núcleo de dragón. Después de todo, era el Dragón Emperador del mundo de Kizuna. Habíamos regresado con un objeto bastante peligroso. Tampoco estaba seguro de lo que debía hacer con él. Llevarlo de regreso parecía ser la mejor opción.

Después de entregar su mensaje, Gaelion voló de vuelta hacia Wyndia.

“Muy bien.” Traté de continuar con la conversación. “Además de Filo, la única otra persona aquí que fue la última vez es Rishia.” Ella además había dejado una gran impresión en mí, ya que había luchado muy bien contra Kyo. Hasta ese momento había creído que ella era bastante débil, pero cuando llegaba la hora de la verdad, ella era más un personaje principal que uno secundario. Sus estadísticas no habían despertado en ese entonces, pero ya había aprendido a usar la fuerza vital. Por si fuera poco, ella también era el Héroe de las Armas Arrojadizas de las Siete Estrellas. Ella ahora podía hacer mucho más que la última vez, y nadie aquí podía decir que era más apto.

“Fuehhh…” Rishia miró hacia mí y después hacia Itsuki. Ella conocía bien el otro mundo y estaba en buenos términos con Kizuna y sus aliados. Eso significaba que Rishia estaba más que preparada. Pero ella probablemente no quería despegar los ojos de Itsuki. La maldición de Itsuki tenía que estar cerca de desaparecer por completo, pero su personalidad aún no había regresado.

Tanto Filo como Rishia agregarían algo de poder de ataque, pero también tenían bastante equipaje. Itsuki estaba tan distraído como siempre.

“Si Rishia va, probablemente yo también debería ir,” sugirió Itsuki. Por primera vez, él parecía haber leído la situación.

“Ah,” dijo S’yne, levantando su mano.

“Oye, S’yne, eso me recuerda. Mientras una ola está ocurriendo, el lugar se vuelve peligroso para ti, ¿cierto? ¿Por qué no te fuiste durante la ola anterior?” le pregunté.

“Bajo esas circunstancias—” logró decir S’yne entre toda esa estática que siempre le impedía hablar.

“¿Hay alguna razón por la que está preguntando esto ahora?” me preguntó su familiar en su lugar. Supuse que irse después de otra ola y solo decir adiós no era su estilo. “S’yne desea acompañarlo en esta misión, Naofumi-sama. Podría ser un mundo en el que ella ya ha estado.”

“Cierto, no había pensado en esa posibilidad,” respondí. S’yne era la portadora del conjunto de costura de las armas vasallas de otro mundo. Su propio mundo ya había sido destruido, y ahora ella estaba usando las olas para pasar de mundo a mundo. Eso significaba que ella quizás ya había incrementado su nivel en el mundo de Kizuna. El problema con ella era que, aunque quería ocultarlo, su arma vasalla estaba al borde de romperse, lo cual significaba que ella no era tan fuerte.

Aun así, S’yne definitivamente era apropiada para la misión. Los encantamientos y protecciones que ella recibía de mi confianza probablemente también estaban incrementando un poco sus estadísticas.

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“Muy bien, S’yne. Bienvenida al grupo,” le dije.

“Gracias,” logró decir ella.

Mientras la selección de los miembros del grupo continuaba, Raph-chan levantó una pata.

“¡Rafu, rafu! Rafu,” dijo ella.

“Bien, bien. Tranquila. Tú también vas, Raph-chan,” le dije. Raph-chan había nacido en el mundo de Kizuna. Aunque ella no había tenido niveles en ese entonces, los atributos que mejoré mientras estuve ahí de seguro seguirían en efecto. Lo cual significaba que Raph-chan también iba.

Sin mencionar que ella podía ubicar a Raphtalia… y no había forma de que fuera a dejar a esta lindura atrás.

“¡Dafu!” Raph-chan II se estaba despidiendo de Raph-chan. Eso sugería que ella planeaba quedarse.

“Basándome en el consejo de Basura, creo que esa es toda la fuerza de combate que necesitamos. Fohl, ¿qué hay de ti?” Quería darle la opción, pero él sacudió su cabeza.

“Quiero ir y ayudar… pero Atla me pidió que protegiera esta aldea. Eso tiene prioridad,” explicó él. Dependiendo de las circunstancias, podría ayudar llevarlo, pero si él no quería ir, entonces no iba a forzarlo. Llevar a demasiados héroes dejaría las cosas desbalanceadas.

“Bien. Me sentiré mejor sabiendo que tú estarás protegiendo el lugar,” le dije.

“Nii-san…” dijo él. Tenía bastante confianza puesta sobre Fohl. Su pasado, arriesgando su propia vida y luchando con todo para ayudar a su hermana enferma en Zeltoble había dejado una buena impresión en mí. Debido a tanto sus confiables habilidades como su mentalidad, Fohl protegería la aldea solo con agallas si fuera necesario. Mientras nosotros estuviéramos en el otro mundo, podíamos dejar las cosas en sus manos.

“Pequeño Naofumi. ¡Oh, pequeño Naofumi! ¿Qué hay de nosotras dos?” Sadina y Shildina estaban mirando hacia mí con expectación en sus ojos y apuntando hacia sí mismas.

“¿Mm? ¿Ustedes dos quieren ir? Preferiría que ayudaran a incrementar el nivel de todos los aldeanos,” dije. El océano era un lugar tan bueno para subir niveles que, si ellos seguían subiendo de nivel incluso mientras yo estaba fuera, entonces estaríamos listos para las olas o cualquier otro evento inesperado.

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“Pequeño Naofumi, sabes lo que quiero, ¿cierto? ¿De verdad crees que quiero quedarme aquí a salvo mientras la pequeña Raphtalia está en peligro?” declaró Sadina. Ella tenía una profunda conexión con los padres de Raphtalia y un fuerte instinto protector hacia Raphtalia. Ahora que ella estaba en otro mundo, Sadina no quería quedarse atrás y solo esperar.

“¡Además tengo amigas con las cuales puedo contar! ¡La pequeña Sasa y la pequeña Elmelo!” dijo ella. Cierto, esas dos mercenarias. Había pensado que podría llevarme bien con la panda. ¿Entonces ella estaba planeando dejarles las cosas a esas dos?

“No me harás caso incluso si intento detenerte. Bien, Sadina, puedes ir con nosotros,” dije.

“¿Y yo?” Shildina levantó su propia mano, mirando con molestia hacia Sadina.

“Tú te vas a quedar. Necesito que entrenes a Ruft y a todos los demás en quienes confío,” le dije.

“¡Vaya! ¡No! ¡No quiero quedarme si Sadina va!” dijo ella. Quería decirle que dejara de ser tan egoísta, pero su apariencia no demostraba su edad—Shildina no era mucho mayor que Raphtalia y los demás. Ella además tenía un gran complejo de inferioridad hacia su hermana, Sadina, y por lo tanto esta decisión la veía como un trato preferencial. Ella había sido criada bajo demasiada presión. Podría ser visto como una regresión a su estado infantil, pero quizás ella solo se estaba acostumbrando a la aldea.

Esa reacción egoísta me recordó a mi propio hermano menor. Quizás él también había estado incómodo a mi alrededor—aunque cuando se trataba de casi todo, estudiar y todo eso, él generalmente era mejor que yo.

“Shildina… solo cálmate,” intervino Ruft. “El Héroe del Escudo está dejando la aldea en tus manos. ¿No eso significa que él confía más en ti que en Sadina?” Esto era interesante. Ruft había puesto su mano en su hombro mientras le hablaba.

“Oh…” Parecía haber funcionado. Ruft era muy bueno manejándola.

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“¡Vaya! ¿Es eso verdad?” intervino Sadina. ¡Justo cuando necesitaba que mantuviera la boca cerrada!

“¡Dafu!” Raph-chan II se acercó y se subió al hombro de Ruft. Shildina inmediatamente pegó un salto y se escondió detrás de mí. De verdad desearía que ya superara esto.

“Bien,” dijo Shildina finalmente. “Ayudaré a todos aquí y esperaré el regreso del dulce Naofumi.”

“Eso sería perfecto,” le dije.

“Pero vamos a divertirnos una vez que regreses,” declaró ella.

“Claro, claro,” dije. En ese momento, alguna clase de luz brilló alrededor de Shildina. Me pregunto qué era. Parecía ser una luz proveniente del accesorio con forma de ancla de Ethnobalt. Parpadeó un par de veces y después desapareció, así que tal vez estaba imaginando cosas.

Como sea. De todas formas, finalmente estábamos avanzando con la formación del grupo.

“¡Nii-chan, Nii-chan! ¿Qué hay de mí?” Kiel estaba meneando su cola felizmente mientras avanzaba hacia el frente. La última vez que habíamos ido, tuvimos que dejarla atrás a causa de las heridas que ella había recibido de uno de los familiares de la Tortuga Espiritual.

“No puedo llevar un ejército completo. Y como dije, podríamos terminar luchando casi de inmediato,” respondí. Si ella realmente quería ir, yo no iba a detenerla, pero tampoco quería dejar la aldea desprotegida. “Sadina puede luchar incluso en un nivel bajo, ¿cierto? Y ella se fortalece bastante rápido,” dije.

“Sí, eso es verdad. ¡Apuesto a que Sadina es mentalmente fuerte incluso en el nivel 1!” dijo animadamente Kiel.

“Kiel, pero ¿qué hay de ti? ¿Tienes la confianza para luchar en el nivel 1?” le pregunté.

“Mmm. ¡Bien! ¡Me quedaré aquí para ayudar a Fohl!” dijo ella, cambiando de idea
rápidamente y agarrándose del brazo de Fohl.

“Claro, como quieras,” dijo él nervioso. Lo habría pensado más si ella hubiera dicho algo como, ¡No me llevaste la última vez, así que esta vez definitivamente iré! Pero ella no dijo nada parecido.

De todas formas, le había dejado las ventas a Kiel, y estaban yendo muy bien. No le haría daño continuar con eso. Había obtenido una cantidad considerable de territorio y dinero, pero por el bien del futuro, quería seguir patrullando y manteniendo la paz mientras efectuábamos las ventas.

“¡Solo sigue esforzándote!” le dije.

“¡Lo haré! ¡Ganaré tanto dinero que me tendrás que preparar un nuevo dulce!” ladró ella. ¿Entonces lo que quería era una sobredosis de azúcar? Algunas veces creía que realmente había metido la pata en la forma que había criado a todos en mi aldea.

“Eso debería ser suficiente,” dije, listo para dar por terminada esta etapa de la discusión. Considerando la situación por allá, lo mejor probablemente era no llevar a un gran número de personas. Había poder en los números, pero llevar a demasiada gente para mejorar las probabilidades también podría llevar a muertes innecesarias. Después de todo, si nos encontrábamos con alguien a quien Rishia y yo no pudiéramos derrotar, la mayoría de los presentes no serían de ayuda. Necesitaba mantener las bajas tan al mínimo como sea posible.

Entonces llevaríamos a Filo, Rishia, Itsuki de ser posible, Sadina, Raph-chan, y también S’yne. “Tal parece que ya tenemos un grupo,” concluí. Ethnobalt y yo les entregaríamos los detalles al grupo.

Se sentía que eran demasiados, pero al mismo tiempo no los suficientes. Pero todavía estaban las olas y toda clase de problemas que resolver en este mundo. No podíamos llevar a nadie más.

“Bien. De los cuatro héroes sagrados, llevaré a Itsuki. ¿Eso está bien?” le pregunté al escudo. Brilló una vez más. Tal parece que había recibido el permiso.


Si fuera posible, la verdad solo quería reunirme con Raphtalia, salvar a Kizuna, lidiar con el portador de arma vasalla que había causado el problema, y volver inmediatamente.

“Eso es todo,” dije. “Que todos se preparen para partir.”

Finalmente habíamos decidido nuestro grupo para el viaje.

***

 

 

A la mañana siguiente, Ethnobalt se concentró en el accesorio con forma de ancla, confirmando una vez más que todo estaba en orden. Todos los demás ya habían realizado sus preparativos y estaban listos para partir. Yo además había fabricado suficiente agua sanadora de alma para cada uno de los héroes, para así poder fortalecerlos si nos encontrábamos con Glass.

“¡Nos vemos después, Nii-chan! ¡Todos!” ladró Kiel.

“¡Volveré pronto, Mel-chan!” dijo Filo.

“Lo sé, Filo. Solo cuídate,” respondió Melty. Prácticamente todos en la aldea habían venido a vernos partir.

“Ah… fabriqué este accesorio esperando que sirva para que regresen a salvo. Si lo lleva, podría ayudarlo en batalla,” dijo Imiya, entregándome un accesorio.

 


Amuleto de los Dos Espíritus

Protección de los cuatro animales benevolentes, incremento a todas las estadísticas (medio), espacio libre para efecto imbuido.

Calidad: excelente.


 

Combinaba los materiales de la Tortuga Espiritual y del Fénix alrededor de una gema llamada diamante pastel. También parecía poder ser imbuido con magia. “Espacio libre para efecto imbuido” era un apartado que podía ser incrementado con magia. Cada vez que era imbuido, las estadísticas cambiarían al azar. Era un efecto muy poderoso.

Estaba impresionado. Yo había estado fabricando accesorios con efectos de estado enfocados en el combate, pero no estaba seguro de poder fabricar algo como esto. Era el resultado de todo el esfuerzo que Imiya había estado poniendo en la fabricación de accesorios.

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“Gracias,” le dije. Acepté el accesorio y después acaricié su cabello. Pude ver que sus mejillas se sonrojaron. “Siento el malentendido de antes. Te hice pensar algo que no era.”

“Está bien. No necesita preocuparse por eso. Solo regrese con Raphtalia y todos los demás,” respondió ella.

“Sí. Es hora de que Raphtalia vuelva a casa,” dije. Con todo finalmente listo, le di la señal a Ethnobalt. Entonces más voces se escucharon, diciéndonos que regresáramos a salvo. Incluso hubo un “dafu” mezclado. El grupo reunido se despidió de todos.

“Fue por poco tiempo, pero les agradezco todo lo que hicieron por mí. Pagaré esta amabilidad en el futuro. Aquí vamos,” dijo Ethnobalt, levantando el accesorio con forma de ancla. Comenzó a brillar y una tenue luz rodeó a aquellos de nosotros que íbamos a viajar. En ese momento, el mundo a nuestro alrededor cambió. Se sentía muy parecido a usar un portal.

Y así, partimos hacia el mundo de Kizuna.

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