Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Short Stories

Capítulo 3: Recopilación De Cuentos De Hadas Comunes

Parte 2: Alicia En El País De Las Maravillas

“Estoy aburrida…”

Una voz murmuró desde lo alto del cielo. Su dueña era una hermosa chica rubia con un delantal blanco. Ella flotaba en el aire, muy por encima de los exuberantes campos verdes. Era un misterio cómo era capaz de ignorar la gravedad. Sin embargo, uno podía permitir que su asombrosa belleza lo explicara. Después de todo, todo era posible para la gente bella.

La hermosa niña, Alicia, escuchó algo abajo y miró para ver qué era.

“¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío! ¡Llegaré demasiado tarde!”

Una chica-coneja blanca con gafas de sol con estilo, rugió por las verdes llanuras en una motocicleta. Parecía tener mucha prisa.

Qué visión tan extraña. Supongo que esto podría ser una buena manera de matar el tiempo, pensó Alicia para sí misma. Fue interesante notar que encontró una conejita extraña en una motocicleta, pero no vio nada extraño en el hecho de que pudiera flotar. Alicia descendió sobre la conejita, con la intención de capturar… No, de hablar con esta extraña criatura. Parecía totalmente despreocupada por el hecho de que la chica tenía mucha prisa. Alicia cayó como una roca, acelerando a la velocidad del sonido. Se estrelló contra el suelo delante de la motocicleta con la fuerza de un meteorito.

“¿Hiiiiiiiiiiii? ¿Qu-Qué demonios fue eso!? ¿¡Qué acaba de pasar!?”

La chica conejo blanco gritó sorprendida. Gritó hasta detenerse, y se deslizó con su motocicleta para mejorar su desaceleración. Entonces, se esforzó en ver a través de la nube de polvo que el impacto de Alicia había provocado. Finalmente, la ráfaga de viento se llevó el polvo, revelando un enorme cráter con Alicia en el centro. Sin daño alguno. Sin una sola mancha de suciedad en su ropa.

“Señorita Conejo Blanco, ¿a dónde va?”

“¡Espera, vamos a ignorar esa loca entrada tuya! ¿¡Acabo de ver algo demente y quieres saber a dónde voy!?”

La reacción de la coneja blanca era natural. Sin embargo, Alicia respondió con su característica sonrisa silenciosa. Parecía que no diría nada más hasta que la coneja respondiera a sus preguntas.

¡Esta chica es una mala señal! Intimidada por la presión que Alicia estaba exudando, la coneja finalmente cedió y le dijo a Alicia su destino.

“Ya veo. Así que te diriges a un universo paralelo, entonces. Muy bien. Dicen que cuantos más, mejor. Te acompañaré”.

“No, en realidad es bastante…”

La coneja se alejó cuando vio la sonrisa mortal de Alicia.

“Me alegro de tenerte”.

Sus orejas de conejo se cayeron. Parecía que no sería capaz de desafiar a Alicia. Satisfecha, Alicia asintió con la cabeza y siguió a la coneja hasta el agujero que conducía entre los mundos. Las dos saltaron juntas en él, cayendo un largo, largo camino. Cansada de la larga espera, Alicia agarró a la pobre coneja por el cuello y aceleró más rápido por el agujero. Finalmente, aterrizaron con una explosión. Alicia abofeteó a la pobre e inconsciente chica hasta que despertara y examinó su entorno.

“¿Qué es esto, Sra. conejita blanca?”

“Ughhhhhh…”

Alicia señaló una galleta que estaba encima de una mesa. Había una nota al lado que decía “Cómeme”. Lamentablemente, la coneja estaba demasiado ocupada tratando de no vomitar para responder a su pregunta. Suspirando, Alicia centró su mirada mortal sobre la coneja una vez más, lo que la hizo llamar la atención. Con su cara aún pálida, sacó una respuesta.

“Te hace más grande”.

“Interesante”.

Los ojos de Alicia brillaron con picardía. Su mirada se fijó en el pecho de la coneja, que se movía cada vez que temblaba. Alicia devoró con avidez la galleta. Lamentablemente, todo lo que hizo fue agrandar su cuerpo. Enfadada, Alicia tocó las tetas de la coneja. Si no podía tenerlas, al menos las disfrutaría. Sin embargo, su magnífica suavidad sólo hizo que Alicia se pusiera aún más celosa. Finalmente, recordó para qué habían venido y convocó un torrente de agua para destruir la puerta. Con el camino ahora abierto, se dirigió a este nuevo mundo. Muchos de los animales cercanos montaron el torrente que repentinamente apareció también, reuniéndose alrededor de Alicia y la coneja. Invitaron a Alicia a unirse a su carrera. Alicia mostró una rara sonrisa y aceptó la invitación.

“La victoria es para la rápida Oscuridad que gira”.

Alicia aplastó a todos los demás contendientes con un remolino de gravedad. Para ganar, había eliminado la competencia. Era un método muy eficiente, aunque bastante cruel. Había ganado la carrera sin tener que mover un pie. Además, Alicia había aplanado toda la zona. La pobre coneja blanca se encogió, tratando de fingir que todo esto era sólo un sueño. Sin embargo, esto era la realidad y Alicia la arrastró a lo que le esperaba.

En el camino, Alicia se encontró con el Jabberwocky, la manifestación de todo el mal en el mundo. Mientras Jabberwocky trataba de detenerla, ella lo lanzó con una jabalina carmesí bien colocada en el trasero. Por alguna razón, esto hizo que el Jabberwocky gimiera de placer. Perturbada, Alicia en cambio aplastó al Jabberwocky con magia de gravedad. Una vez más, Alicia aplanó toda el área. Muchas otras criaturas fantásticas trataron de impedir el paso de Alicia, pero ella los aplastó a todos y cada uno de ellos con magia de gravedad.

Toda la topografía del País de las Maravillas comenzaba a uniformarse. Finalmente, la pareja entró en el bosque. Alicia sintió algo por encima de ella, y miró hacia los árboles.

“¡Hola, jovencita! Soy el Gato de Cheshire. ¿Por qué estás aquí? No hay comida aquí que haga que tu pecho crezca más.”

Una extraña criatura le sonrió a Alicia. Le estaban saliendo orejas de gato de su cabeza. Las cejas de Alicia se movieron. La coneja blanca gimió, adivinando lo que iba a pasar a continuación. Sin embargo, el intrépido gato continuó, sin prestar atención al peligro que corría.

“Oye, ¿cómo se sintió? ¿Comer algo con la esperanza de que te agrandara los pechos, sólo para descubrir que lo único que hacía era agrandar todo tu cuerpo? ¿Qué se siente al saber que no importa lo que comas, tus pechos están condenados a permanecer tan planos como una tabla de lavar? Vamos, dime…”

El Gato de Cheshire, junto con la mitad del bosque, fue aplastado en un instante. Nadie volvió a ver al Gato de Cheshire. Alicia caminó hoscamente a través del bosque. Su irritación desapareció en un instante una vez que llegaron a la salida, sin embargo.

“¿Hm? Es raro ver a un invitado aquí. ¿Eres amiga de la Coneja Blanca?”

Alicia se enamoró inmediatamente. Su corazón empezó a acelerarse y su cuerpo se calentó.

“Wow, hola, Sr. sombrerero. ¿Está organizando otra fiesta del té hoy?”

“Sí, lo estoy. Nunca es fácil tratar con la reina. Me temo que necesito una taza de té antes de ir a verla o es probable que termine siendo arrestado por insultar a la realeza”.

El Sombrerero estaba elegantemente vestido con un traje de cola y tenía un parche que cubría un ojo. Sonrió torpemente y ofreció a la pareja un té. Por sus palabras, Alicia podía decir que la reina venía a visitarlo a menudo. Aunque afirmaba que sólo estaba comprobando los pedidos de sombreros, ya que era conocido como el mayor sombrerero del reino, la coneja blanca sabía que eso era sólo una fachada. Era obvio para cualquiera que los hubiera visto que la reina estaba locamente enamorada del Sombrerero.

“Así que, Coneja blanca ¿Te gustaría presentarme a esa amiga tuya?”

“¿Eh? Oh, eh, ella no es realmente mi amiga. Ella es más como, ¿cómo puedo poner esto…”

La Coneja Blanca no pudo decidir cómo presentar a Alicia. Estaba segura de que, si le contaba al Sombrerero lo que Alicia realmente era, la encarnación de la violencia, no viviría para ver otro día.

Afortunadamente, se salvó cuando Alicia decidió presentarse.

“Es un placer conocerlo, Sr. Sombrerero. Mi nombre es Alicia. Sé que esto es un poco repentino, pero… Me he enamorado de usted a primera vista. ¿Se casaría conmigo, Sr. Sombrerero?”

El tiempo se detuvo para el Sombrerero Loco. Una vez más, la Coneja Blanca gimió. Alicia se acercó al Sombrerero y le dio la mirada más suplicante que pudo reunir. Al mismo tiempo, su mirada prometía la muerte si él se negaba. El tiempo se reanudó para el Sombrerero Loco.

“Con mucho gusto”.

El quejído de la Coneja Blanca se hizo más fuerte. No creía que la reina se quedaría de brazos cruzados mientras alguien entraba y le robaba su amante. La guerra se acercaba. Y de hecho, cuando la Reina de Corazones finalmente llegó, no le gustó que su Sombrerero estuviera en los brazos de otra mujer. Sus ojos se enrojecieron de rabia y ordenó a sus soldados de cartas que atacaran a Alicia. Sin embargo, Alicia no iba a renunciar a su nuevo premio tan fácilmente.

La batalla que siguió fue tan feroz que arrasó con todo el País de las Maravillas. La pobre Coneja Blanca incluso escribió un libro sobre esto una vez que terminó. Lo tituló “El ataque de Alicia” y fue un bestseller.