Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Short Stories

Capítulo 3: Recopilación De Cuentos De Hadas Comunes

Parte 3: Los Vendedores De Fósforos

-La conejita vendedora de fósforos

“¿Alguien necesita fósforos? ¡Se venden fósforos!”

Una dura noche de invierno, una conejita vagaba por las calles vendiendo fósforos. Su débil voz resonaba en la nieve y sus orejas de conejo se caían con el frío.

“¡Alguien por favor compre mis fósforos! ¿Nadie necesita fósforos?”

Ya había pasado la mitad del día caminando por las calles vendiendo sus productos. Estaba tan entumecida por el frío que apenas podía caminar. Sus gritos eran prácticamente una petición de ayuda.

“¿Por qué nadie le presta a esta pobre conejita un poco de atención… Tengo tanto, tanto frío.”

La conejita se agachó en un callejón cercano, esperando salir del viento y la nieve. Pero el oscuro y sucio callejón no le proporcionó ningún alivio a su corazón congelado.

“Sniffle… A este paso, me congelaré hasta morir. Supongo que debería usar uno de mis fósforos para calentarme”.

La conejita sacó uno de sus fósforos. Justo cuando estaba a punto de encenderlo, notó que alguien la miraba fijamente. Un chico de cabello blanco con un parche en el ojo la miraba desde la calle principal. Pensando que finalmente podría haber encontrado un cliente, la conejita le llamó.

“¿¡Quieres comprar un fósforo!?”

El chico la miró como si estuviera mirando a una extraña criatura y dijo: “¿No tienes frío? Estás temblando”.

¡Claro que tengo frío! ¡Me estoy muriendo de frío aquí! ¡Así que compra mis malditos fósforos! La conejita intentó una vez más venderle su mercancía al chico.

“¿Qué tal si te pones algo de ropa?”

De hecho, a pesar de que era pleno invierno, la conejita estaba vestida con un traje muy corto. Ese traje era la razón principal por la que la mayoría de los aldeanos la evitaban.

Los ojos de la conejita apenas vestida se abrieron de par en par por sorpresa.

“¡Cómo no me di cuenta!”

¡Puedo usar más prendas! Sus orejas se dispararon.

***

-La pervertida dragona vendedora de fósforos

Era de noche, en pleno invierno. Una hermosa mujer mayor se arrastraba por la calle, llevando una cesta llena de fósforos.

“Ugh, no pude vender ningún fósforo hoy tampoco.”

Bajó la cabeza y algunas personas se ahorraron sus miradas de lástima.

“Hace demasiado frío esta noche. Supongo que no tengo más remedio que encender estos fósforos para calentarme”.

La mujer entró en un callejón y encendió uno de sus fósforos. La suave luz del fuego calentó sus manos congeladas. Sin embargo, el fuego duró sólo un breve momento antes de apagarse. La mujer gimió. Parecía que tenía que hacer lo que prefería no hacer.

“Asciende en un remolino de fuego carmesí… ¡Tempestad de fuego!”

Una columna de fuego ardiente estalló frente a la mujer. Ella no había querido usar la magia, pero hacía demasiado frío para no hacerlo. No preguntes por qué alguien que podía usar magia de fuego vendía fósforos. Al final, la mujer dejó escapar un suspiro de satisfacción.

“¡La encontré! ¡Ahí está! ¡Haces esto todas las noches, pirómana loca! ¡Te voy a llevar! ¡Hombres, átenla!”

“¿Qu-Qué!?”

Una horda de policías enojados rodeó a la pirómana que vendía fósforos. La mujer trató de correr, pero uno de los policías, un joven de cabello blanco con un parche en el ojo, la agarró y comenzó a darle una paliza. A pesar de estar siendo castigada, se veía extrañamente feliz.

Recuerden niños, si inician incendios en el medio de una ciudad, es probable que sean arrestados. Así que no sean pirómanos.

***

-La princesa vampiro vendedora de fósforos

“¿Quieres comprar algunos fósforos? Sí, ¿verdad? Absolutamente quieres estos fósforos”.

Era una noche fría y ventosa, y había una chica ofreciendo fósforos a cualquiera que pasara por allí. Tenía el cabello rubio dorado, ojos rojos y una figura impresionante. La mayoría de los hombres cercanos estaban más interesados en ella que en sus fósforos. Sin embargo, si no le comprabas fósforos, esta hermosa chica te aplastaba las bolas. Como la mayoría de la gente no estaba interesada en explorar el mundo del masoquismo extremo, con gusto le compraban fósforos. Gracias a eso, la chica vampiro hizo un negocio próspero.

Ni siquiera las mujeres se libraron de la ira de esta chica.

“¿Quieres fósforos?”

“¿Eh? No, en realidad no…”

“……” La niña miró fijamente a una madre hasta que finalmente cedió.

“Me llevaré una caja”.

“……”

“Quiero decir dos cajas… no, tres cajas, por favor…”

“Bien. Gracias por su compra”.

La pobre mujer compró una caja para cada uno de sus hijos también. Al menos los niños parecían emocionados por tener fósforos con los que jugar. Mientras la señora se alejaba, la chica vampiro vio su siguiente presa, un chico de cabello blanco con un parche en el ojo. Él tenía figura bastante guapa o eso pensó la chica.

“¿Quiere comprar una caja de fósforos…? ¿En realidad, te gustaría comprarme a mí?”

De repente cambió lo que estaba vendiendo. La mayoría de la gente sospecharía de una chica que decía venderse a sí misma. El chico sintió que esta chica estaba tramando algo y se alejó rápidamente.

“¿Quieres comprarme?”

Desafortunadamente, no pudo escapar.

***

-La demonio vendedora de fósforos

“¿Quisiera comprar algunos fósforos?”

Una chica se paró en la esquina de la calle, vendiendo fósforos. Parecía algo nerviosa.

A simple vista, parecía que estaba desesperada por los clientes. Sin embargo, su mirada no se centraba en la gente que se movía por ahí, sino en un punto más abajo en la calle. De hecho, no hizo ningún movimiento para ofrecer sus fósforos a la gente que pasaba por delante de ella.

De repente, la vendedora de fósforos se escondió detrás de un poste de luz cercano. Sonrojándose, se asomó detrás de ella para mirar el mismo lugar de la calle. Actuaba de forma extremadamente sospechosa. Un niño que pasaba la señaló y dijo: “Mira mami, es esa chica otra vez. Siempre está parada ahí…”

“Shh! No la mires. ¡No le hables a ella tampoco! ¡Es una acosadora!”

La vendedora de fósforos ni siquiera notó que estaba siendo insultada.

Finalmente, apareció el chico que la vendedora de fósforos estaba esperando. Tenía el cabello blanco y llevaba un parche en el ojo.

“¡Puedo hacerlo! ¡Hoy es finalmente el día en que le venderé un fósforo y me confesaré ante él!”

No había ninguna razón en particular por la que necesitara venderle una caja de fósforos para poder declararse, pero estaba demasiado asustada para darse cuenta de eso.

“¿Hm? ¿Espera? ¿Qué es esto? ¿No está solo?”

Mientras se estaba haciendo  un  esfuerzo, la  acosadora de  fósforos notó  algo. Al examinarla más de cerca, notó que había otra vendedora de fósforos colgando del brazo del chico. La cara de la acosadora se quedó en blanco. La luz se fue de sus ojos. Olvidó su nerviosismo y se acercó con valentía al chico de cabello blanco.

“¿Hm? ¿Quién es usted?”

“Eso es lo que quiero saber. Soy la única vendedora de fósforos que necesita”.

“¿Oh? ¿Así que dices que eres la única vendedora de fósforos digna de él? Déjame mostrarte lo fugaz que es tu vida. Te desvanecerás más rápido que la llama de un fósforo”.

Por qué las dos estaban tan obsesionadas con ser vendedoras de fósforos era algo que nadie sabía. Ambas hacían poses grandiosas. Un dragón de trueno gigante apareció detrás de una vendedora de fósforos mientras que un espadachín demoníaco con una espantosa máscara apareció detrás de la otra.

“Fufufufufufufufu”.

“Ahahahahahaha”.

Su risa ominosa resonó por las calles. Seguramente habrá una feroz ventisca esta noche.

Oh, y el chico de cabello blanco hacía tiempo que había huido a casa.