Great Demon King

Libro 4: La Ciudad del Valen

Capítulo 139: El Destino de los Demonios Originales

– Eh, no puedo viajar de ese modo sin antes hacer varios preparativos. Tampoco creo que tus padres aprecien que me presente de un modo tan intempestivo cuando tu madre está enferma. ¿No crees que es mejor esperar prudentemente a que la situación se tranquilice? Aún tengo muchas cosas pendientes de las que ocuparme y tú también tienes que prepararte para los exámenes. –

Desde que la había conocido, Lisa le había caído fatal a Han Shuo tanto por su actitud como por el hecho de que era la responsable de la muerte del Bryan original. Con el tiempo sin embargo llegó a entender que su forma de ser tan altanera se debía en gran parte a la despiadada forma de ser del mundo en el que vivía y tras interactuar mucho con ella llegó a apreciar algunas de las cualidades de la muchacha, hasta el punto en que realmente ya no sentía ganas de vengarse de ella.

Su opinión sobre esta impetuosa joven había mejorado considerablemente debido a las muchas ocasiones en que recibió su ayuda, tanto en las clases como en privado. Pero existía un trecho demasiado largo entre eso y sentir un verdadero interés romántico por una niña tan volátil por más que hermosa que fuese, así que Han Shuo no quería que su relación avanzara en una dirección sería.

De modo que, aunque por dentro se sentía como una basura por haberla engañado de ese modo durante tanto tiempo, le soltó la primera excusa que se le ocurrió para deshacerse de ella y luego disimuló su tristeza al ver la expresión tierna de Lisa cuando lo miraba con tanta ilusión contenida.

– Muy bien, volveré a casa mañana. ¡Espero que seas mucho más fuerte la próxima vez que nos reunamos! –

Luego de decir esto, Lisa sonrió de un modo adorable y regresó hacia los dormitorios de las chicas, temblando ligeramente. Han Shuo tragó saliva inconscientemente por la culpa mientras pensaba en cómo había estado esperándolo ansiosamente en medio del frío y el corazón se le retorció.

“Tengo que encontrar un modo de arreglar este asunto pronto o mi estómago pagará el precio. ¿Por qué Lisa resultó ser tan inesperadamente adorable? No necesito el karma negativo por engañarla justo cuando la situación se me está complicando con Fanny, Emily e incluso ahora Phoebe parece estar actuando raro. ¡Siento que camino con pies de plomo últimamente!”

Sacudiendo la cabeza, Han Shuo anduvo distraídamente por los pasillos de piedra hasta su dormitorio mientras los pensamientos se le arremolinaban sin control e intentaba pensar en alguna estrategia que para solucionar sus problemas. Entonces llegó frente a su puerta y giró la perilla… Cuando de pronto sintió el peligro e intentó saltar hacia atrás ¡pero fue demasiado tarde!

La puerta estalló de repente cuando una espada resplandeciente la atravesó para dirigirse directamente hacia su corazón. Han Shuo maldijo e intentó hacerse a un lado, pero apenas consiguió esquivar la estocada mortal y la punta de acero se clavó profundamente entre sus costillas, perforándole un pulmón. La sangre comenzó a manar a raudales de su cuerpo y también inundó su garganta, pero aun así consiguió reunir fuerzas para lanzar una patada desesperada hacia su atacante y tuvo la suerte de atinarle directamente en el estómago.

Sabiendo que en pocos segundos las fuerzas comenzarían a fallarle. Han Shuo convocó al Filo Asesino de Demonios y le ordenó atravesar a su enemigo, pero este contratacó inmediatamente con un tajo reforzado por un Aura de Batalla de color blanco resplandeciente y el Arma Mágica regresó a la mano de Han Shuo sin causar daño a su enemigo.

Escupiendo un chorro de sangre por el esfuerzo, Han Shuo miró a su atacante. Era Clark, por supuesto, que había estado esperándolo escondido en su propio cuarto para matarlo inmediatamente. Y el ataque le habría salido perfectamente de haber sido contra cualquier otro mago, pero el cuerpo reforzado de Han Shuo junto con sus reflejos sobrehumanos lo habían tomado por sorpresa y por eso no había usado todo su poder en el primer golpe. Ahora el caballero lo miraba asombrado, encogido por el dolor de la patada, pero con una determinación homicida que no vacilaba en lo más mínimo.

“¡Tengo que escapar!”

Sabiendo que el próximo ataque de Clark seguramente lo mataría y que no podría gritar por ayuda con su garganta abarrotada de sangre, Han Shuo tomó la única decisión posible para sobrevivir e inmediatamente dio un pisotón hacia atrás para impulsarse sin dejar de mirar a su enemigo. Pero entonces sintió que su espalda se estrellaba contra una superficie fría: Era un muro de hielo.

Resultó que al mismo tiempo que atacaba tras la puerta, Clark había activado un pergamino mágico que invocó un conjuro de hielo para bloquear completamente el pasillo e impedir que nadie lo interrumpiese. Ese tipo de artefactos eran de un solo uso y costaban una pequeña fortuna, pero aun así el malvado caballero no había dudado en gastarlo para asegurarse de que su presa no se le escapara y demostró ser demasiado efectivo.

Han Shuo no tuvo tiempo de procesar lo que ocurría porque en ese momento vio con horror que Clark no perdía un momento y ya estaba cargando contra él a una velocidad pasmosa, al mismo tiempo que descargaba un tajo mortal cortarle la frente con todo su poder. Han Shuo sabía que no le quedaban fuerzas para detenerlo, así que hizo lo único que podía e invocó a sus Demonios Originales, que salieron a toda prisa y se introdujeron en cuerpo de Clark.

Las criaturas eran etéreas e invisibles. En ese momento el caballero estaba concentrando todo su poder en su espada para vencer al Filo Asesino de Demonios en el intercambio y no se dio cuenta de que las entidades ingresaban en su interior hasta que sintió como si miles de insectos lo carcomiesen desde adentro, devorando su mente y su espíritu. El intenso e inesperado dolor lo forzó a cerrar los ojos mientras soltaba un rugido lastimero e inevitablemente su tajo perdió fuerzas dándole a Han Shuo la oportunidad de desviar el golpe desde su cabeza hacia su hombro. La espada cortó fácilmente a través de su carne y desató una nueva oleada de sangre al mismo tiempo que su brazo quedaba inutilizado, pero sus huesos consiguieron parar el filo y salvarle la vida.

Un resplandor de poder blanco emergió con fuerza del cuerpo de Clark, iluminando el pasillo momentáneamente. Han Shuo sintió que su mente era golpeada y entendió que sus Demonios Originales acababan de ser completamente destruidos por el Aura de Batalla del caballero, pero su sacrificio le compró un par de valiosos segundos que no pensaba desperdiciar.

Han Shuo cerró los ojos al mismo tiempo que movía su único brazo operativo hacia la pared de hielo que bloqueaba su huida y activó de golpe todo el poder de su Esencia Mágica para desatar el Hechizo de Fuego-Glacial Místico más poderoso de su vida. El calor solo duró un instante, pero fue tan intenso que trasformó de inmediato todo el muro en un violento estallido de vapor caliente que llenó de golpe todo el pasillo y golpeó directamente en la cara de Clark que en ese momento todavía estaba un poco confundido.

– ¡Arrg! – Gritó el caballero mientras se llevaba lo brazos hacia la cara descubierta para protegerla de las quemaduras, aunque rápidamente comprendió su error y se obligó a mirar para rematar a Han Shuo, pero lo único que veía era el blanco a su alrededor.

Han Shuo corrió con una velocidad pasmosa a pesar de sus heridas y el hecho de que tenía los ojos cerrados. Su nueva memoria eidética le ayudó a orientarse, hasta que finalmente llegó a una pared donde sabía que existía una ventana y sin siquiera pensarlo se arrojó de cabeza por ella. Su estómago sintió el vacío al caer desde el tercer piso, luego su cuerpo comenzó a ser golpeado violentamente por las ramas de los árboles que esperaba detuvieran su caída.

Finalmente, su cuerpo impactó de lleno en el suelo. Su refuerzo físico le salvó de romperse más huesos y la adrenalina consiguió que lograse levantarse para seguir corriendo mientras se preguntaba vagamente a dónde podía correr, porque sabía que tenía unos diez segundos antes de que Clark lo persiguiese.

“Diez segundos… o quizá menos.”

A su alrededor se encontraban los jardines llenos de árboles, un patio y por supuesto el edificio del que acababa de escapar. La mejor decisión era correr hacia los jardines para intentar perderse entre los árboles y Han Shuo estaba a punto de hacerlo cuando de pronto tuvo una inspiración y se metió en el edificio justo a tiempo. Un segundo después el cuerpo de Clark cayó firmemente en el piso, espada en mano y dispuesto a matar. El caballero estaba seriamente herido por el ataque de los Demonios Originales, pero miró rápidamente a su alrededor y comenzó a correr hacia los árboles seguro de que Han Shuo estaba intentando escapar por los jardines.

Han Shuo se sintió aliviado mientras se acurrucaba contra las sombras del muro pensando que había ganado la apuesta, cuando de pronto tuvo una reacción involuntaria y escupió un bocado de sangre. De inmediato Clark detuvo sus pasos para darse la vuelta violentamente. Sus sentidos no eran tan agudos, pero aun así eran superiores a los de cualquier humano ordinario y alcanzó a escucharlo.

“¡Mierda!” Pensó Han Shuo desesperado, mientras miraba a su alrededor tratando de encontrar un modo de sobrevivir cuando Clark lo localizase.

A pesar de todo lo que había acontecido, el feroz ataque del caballero no había durado ni siquiera dos minutos completos. Por ese motivo ni siquiera la Esencia Mágica de Han Shuo, que en ese momento fluía a toda prisa tratando de sanar sus heridas, tuvo tiempo de restaurar su cuerpo. Pero, aunque estuviese en su mejor forma, era seguro que no podría derrotar a un Caballero de la Tierra tan poderoso e implacable.

Sin embargo, había otros factores que no tuvo en cuenta.

Clark acababa de dar un par de pasos hacia el escondite de Han Shuo, cuando un resplandor que no tenía nada que ver con ninguno de los dos iluminó la noche y entonces el caballero sintió que su cuerpo se volvía cien veces más pesado de lo normal. Al mismo tiempo las sombras circundantes cobraron vida transformándose en espantosas garras que atraparon el cuerpo del caballero para luego alejarlo del edificio donde dormían los estudiantes varones y lo impactaron violentamente contra el suelo e impidiéndole cualquier movimiento.

Inmediatamente después aparecieron barreras mágicas alrededor de todos los edificios, sellando completamente los accesos. Y una gran cantidad de campanas comenzaron a replicar violentamente el toque de emergencia.

¡Auxilio! ¡Peligro! ¡Fuego! ¡Enemigos!

El enfrentamiento entre Clark y Han Shuo había sido tan intenso que ambos se olvidaron completamente de que estaban en la Academia Babilonia. El malvado caballero era un ex estudiante y tenía una buena idea del tiempo de reacción de las fabulosas defensas mágicas que protegían a la institución, exactamente dos minutos tras la ocurrencia de cualquier tipo de anomalía. Sin embargo, Clark cometió el error de asumir que Han Shuo estaría muerto en menos de 30 segundos tras invocar el muro de hielo, lo cual le daría tiempo suficiente para escapar.

Al ser principalmente una Academia de Magos, muchas veces ocurrían accidentes en que los estudiantes ejecutaban magia involuntariamente y por eso las alarmas no se activaban a la primera, pero el Aura de Batalla, el vapor caliente y la perturbación en los jardines habían sido demasiado y ahora Clark sentía con horror que varios magos poderosos de la Facultad Oscura se aproximaban.

El malvado caballero desató de golpe todo su poder para liberarse de las sombrías manos que lo sujetaban, pero nuevas defensas se activaron para restringirlo inmediatamente y entonces no le quedó más alternativa que utilizar un tesoro familiar. Era un hermoso brazalete que contenía un único hechizo de teletrasportación y tan poderoso que lo llevaría a varios kilómetros de distancia sin importar las barreras a su alrededor, aunque el costo sería su destrucción inmediata. El brazalete era invaluable y su padre se lo había dado para salvarle la vida como un último recurso, pero no le quedaba otra opción si quería evitar la captura herido como estaba.

***

Los magos llegaron tan solo unos segundos después de la desaparición de Clark y el Archimago Deo, que a pesar de sus defectos era lo bastante poderoso como para justificar su cargo, descendió levitando seguido por una poderosa comitiva de los profesores más habilidosos en la Facultad Oscura. Tras ellos venía un pequeño ejército de guardias entrenados que inmediatamente aseguraron el área.

Deo gritó instrucciones mientras los profesores desataban sus poderes para examinar el entorno y rápidamente detectaron los rastros de magia en el sitio en que Clark acababa de desaparecer. Los magos emprendieron la persecución, mientras que una serie de poderosas barreras comenzaban a desplegarse por toda la Academia para evitar que nadie pudiese ingresar o salir.

Los estudiantes varones naturalmente salieron de sus habitaciones por el escándalo de las alarmas y comenzaron a reunirse en la plaza donde había profesores revisando que todos estuviesen a salvo. Han Shuo tuvo la suerte de que un grupo descuidado de necromantes pasó por su lado y aprovechó para unirse a ellos pretendiendo que acababa de despertar. Para entonces la Esencia Mágica ya había conseguido detener su sagrado y en ese momento estaba regenerando sus heridas internas, de modo que consiguió mantenerse aparentemente bien cuando le dio su nombre al instructor.

Al cabo de una hora los profesores regresaron. No habían encontrado rastro de ningún intruso y la explosión de vapor había dañado gran parte de los pasillos en las habitaciones de los estudiantes, provocando un desastre que hacía difícil determinar lo que había sucedido. Al final las autoridades de la escuela lo reportaron como un accidente mágico, pero aun así Dean Emma ordenó que las defensas continuasen activadas toda la noche y los profesores se organizaron para patrullar junto con los guardias durante las siguientes semanas por precaución.

Han Shuo fue interrogado por los prefectos y profesores junto con todos los estudiantes, pero no reportó el ataque de Clark porque sabía que no tenía sentido. Además, parecía que el caballero también había preparado algún tipo de medida para aislar el sonido, porque ninguno de los estudiantes llegó a escuchar nada de la pelea y solamente se despertaron por el estruendo.

Finalmente, cuando las primeras luces del amanecer despuntaban, Han Shuo consiguió arrojarse sobre su cama para descansar un par de horas mientras sanaba. Durante todo ese tiempo siguió pensando en lo que había sucedido, tratando de aprender todo lo posible para evitar volver a caer en una situación semejante. También lamentaba la pérdida de sus Demonios Originales, pues si bien lo habían salvado, su desaparición significaba que ya no tenía la ventaja de su vigilancia y durante los próximos días sería especialmente vulnerable a los ataques sorpresa.

“Está bien, lo nuevo reemplazará a lo viejo. De todos modos tenía que crear a los Demonios Oscuros, cuyos poderes superan en rango a los Originales, también debo dejar todo listo para refinar al Zombi Élite de Madera. Y una vez que mis nuevas criaturas estén listas tendré mi venganza.

Ruego a todos los dioses de este mundo para que mantengan a Clark bien vivo, seguro y sobre todo a mi alcance, porque personalmente voy a hacerle pagar a él y a toda su maldita familia por cada gota de sangre que me ha hecho derramar esta noche.”

Y tras hacer esa terrible promesa finalmente se quedó dormido.

***

Al día siguiente, en la tarde.

Unos pasos que se aproximaban despertaron a Han Shuo de su sueño. Para entonces sus heridas estaban prácticamente curadas, así que se levantó de un salto y se encontró con un sorprendido Lawrence, que había venido a buscarlo al no encontrarlo en el lugar de reunión que habían acordado, pero antes de que pudiera preguntarle lo que había sucedido Han Shuo le dijo:

– Clark decidió visitarme anoche. Lamento haberme ausentado, pero estuve a punto de no contarla esta vez. –

– ¿Tan pronto? ¡¿Por qué habrá cometido semejante estupidez?! – Respondió Lawrence genuinamente sobresaltado: – ¿Cuál será su objetivo? ¿Por qué se arriesgó de ese modo? –

– No tengo idea. Tampoco pensé que se atrevería a intentarlo una segunda vez. Pero la buena noticia es que conseguí lastimarlo. También me consta que tuvo que gastar muchos tesoros valiosos para poder ejecutar su ataque y luego escaparse. –

Lawrence lo miró con incredulidad y preguntó con asombro: – ¡¿Te las arreglaste para herirlo?! –

– Si, pero no pienses que eso significa que soy más fuerte, porque no es así. Simplemente tuve suerte y conseguí sorprenderlo lo suficiente como para atacarlo con una carta de triunfo que ahora ya no poseo. También me ayudó el hecho de que él no tenía idea del alcance de mis poderes. Pero ahora sí que lo sabe y estoy seguro de que la próxima vez no cometerá el mismo error. – Explicó Han Shuo con una expresión muy severa: – El maldito está resultando ser toda amenaza. Tendré que hacer muchos preparativos antes de volver a enfrentarlo si quiero tener una oportunidad. –

Lawrence asintió. Conocía muy bien el poder de Clark por estar mucho más familiarizando con él y también sabía lo peligroso que podía llegar a ser, hasta el punto en que, si no fuese porque estaba obligado a ser su enemigo, nunca intentaría enfrentarlo.  Un vistazo a la habitación de Han Shuo era todo lo que se necesitaba para imaginar lo espantoso que había sido el enfrentamiento a pesar de no haber estado ahí y el solo hecho de que hubiese sobrevivido era suficiente para que su valor ante los ojos de Lawrence se incrementase por varios niveles.

– Aunque no lo digan, estoy seguro de que la Academia se mantendrá en estado de Alerta Permanente durante los siguientes meses. Dean Emma nunca descuidará la seguridad de sus estudiantes y ahora Clark no tendrá ninguna oportunidad de hacer nada aquí sin arriesgarse a provocar la ira de una Gran Maga. – Dijo Lawrence tras meditar un rato: – Si realmente lo haz lastimado, estoy seguro de que se ocultará por un tiempo dentro de los dominios de su familia, donde se sabe a salvo. Por ahora tendremos que dejarlo ir y esperar otra oportunidad para matarlo. Creo que eso será lo mejor. –

– También lo creo. – respondió Han Shuo asintiendo: – Mis poderes tienen que recuperarse y en las próximas semanas estaré vulnerable. Desapareceré por diez días para resolver varios problemas que tengo pendientes. Luego te buscaré y afinaremos los detalles de un nuevo plan. –

Lawrence se mostró de acuerdo y lo miró gravemente antes de despedirse. Han Shuo no esperó más tiempo antes de retirarse discretamente hacia los campos de entrenamiento para después irse a donde ocultaba su Matriz de Trasporte Portátil, cuidando especialmente que nadie lo siguiese.