Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 16

Capítulo 9: Fuerza Fenrir

 

 

S’yne, mientras tanto… estaba intercambiando golpes con la sirvienta.

“¿¡Qué tal si te concentras en mí!?” rugió Takt.

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“Claro, lo siento, lo siento,” dije. Suficientes juegos. Era la hora de involucrarme completamente en esta lucha.

“¡Todas, lancen magia de apoyo sobre mí! ¡Con todo su poder, podré derrotar a este tipo fácilmente!” gritó Takt. Así que ahora él iba a cambiar las reglas. ¡Después de todos esos alardes acerca de encargarse de mí por sí solo!

“¡Potenciación Zweite!”

“¡Incremento de Magia Zweite!” Magia de apoyo comenzó a llegar de sus aliados, pero no parecía cambiar mucho. Comparativamente hablando, las especificaciones del Aura Superior Total X eran superiores. Incrementaba las estadísticas lo suficiente como para cubrir la brecha de casi el triple de nivel. Él ni siquiera era un héroe, y no estaba usando ningún método de incremento de poder, así que yo probablemente no debí haber esperado nada mejor que esto de él. Si él no podía utilizar el verdadero poder de las armas, entonces no era más que otro peón. Las armas no le estaban otorgando sus poderes. No como con Kyo.

“¡Bien! ¡Ahora podré derrotarte!” presumió él.

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“¿Realmente crees que eso es suficiente para encargarse de mí?” pregunté.

“¡Que no se te suban los humos a la cabeza solo porque te has vuelto un poco más fuerte!” rugió Takt.

“Ciertamente no me hace gracia que tú me digas eso,” respondí.

“Ríete mientras puedas. ¡Prepárate para probar mi magia potenciada por el poder de todos!” rugió Takt. Casi sentí ganas de decirle que yo no me estaba riendo: que solo estaba sin palabras.

Mientras consideraba hacerlo, Takt comenzó a recitar su magia. Era… Si, era un poco más rápido.

“La fuente de tu poder, el héroe verdadero, te lo ordena. ¡Reconsidera el estado de todas las cosas una vez más y haz llover una lluvia de fuego sobre mi objetivo! ¡Tormenta de Fuego Drifa!”

“¿¡Solo Drifa!?” exclamé. ¡Esperen! Él clamaba haber dominado la magia y solo lanzó una del nivel Drifa. Falso o no, él estaba clamando ser un héroe.

Cielos, esto era hilarante.

Aunque, cuando lo pensaba por un momento, Superior era una magia exclusiva de los héroes reales. Al nivel del mundo, Drifa era el nivel más fuerte.

“¡Cómete esto!” Takt liberó la magia con una sonrisa en su rostro. Creó un tornado de llamas que voló hacia mí.

“La fuente de tu poder, solo un héroe, te lo ordena. ¡Reconsidera el estado de todas las cosas una vez más y desvanece la tormenta que quemaría a su objetivo! ¡Anti Tormenta de Fuego Drifa!” Leí la magia que Takt había lanzado y activé la magia para anularla. Y así, el tornado de llamas desapareció en el aire, como si nunca hubiera existido.

Incluso con esa brecha de tiempo, todavía logré completar la cancelación.

“No estoy seguro de qué decir. ¿Realmente has dominado la magia? Al menos deberías acortar el tiempo de encantamiento,” le aconsejé. Dicho eso, toda la magia que yo conocía que no tenía casi ningún tiempo de encantamiento era basura. Él realmente pudo haber sido una amenaza si fuera capaz de disparar magia de nivel Drifa en una sucesión rápida.

“Qué—” Takt estaba estupefacto, paralizado al ver cuán fácil había sido anulado su magia y carta del triunfo. Parecía ser que había sido magia de amplio rango. Quizás eso era lo que él había usado para subir su nivel.

“Las habilidades de ese bastón… ¡Las robaré, lo juro!” rugió Takt.

“No lo comprendes,” respondí. Él todavía pensaba que solo eran las habilidades del bastón. Me recordaba a cómo Ren y los demás habían sido en el pasado.

El rápido análisis venía del bastón, es verdad, pero leer la magia era un resultado de mi propio entrenamiento. ¡Sadina podía usar magia de nivel Drifa!

“Tienes a un Dragón Emperador en tu grupo, ¿cierto? Entonces tienes acceso a la Forma del Rasgo de Dragón. ¡Esa es magia que se especializa en la interferencia! ¿Ni siquiera puedes pensar en algo tan básico?” le dije. Yo realmente estaba sin palabras. Él sí recitaba rápido. No le había tomado ni cinco segundos lanzar magia de nivel Drifa. Pero yo podía recitar más rápido que eso—por supuesto, gracias al bastón de Basura y a la magia de apoyo. Estaba comenzando a sospechar acerca de este tipo… pero eso podía esperar.

¿Mm? Me di la vuelta hacia la sensación de más magia. Todas las mujeres del harem de Takt liberaron magia en mi dirección. ¡No iba a dejar que una movida que hizo Bruja me diera otra vez! Maniobré para hacer que todos ellos estuvieran dentro de mi línea de visión y me preparé para deshacerme de todos juntos.

“¡Ataque de Ala Zweite!” vino el ataque.

“¡Fuerza Fenrir X!” Concentrando mi fuerza vital, ajusté la trayectoria y liberé la habilidad para golpear a Takt y a todas sus mujeres al mismo tiempo. El bastón brilló—abriéndose la parte con el tallado de un lobo. Después disparó un rayo desde la gema. Un grueso láser apareció en frente de mí y voló directamente hacia Takt.

“¡Wah!” Por un momento pensé que iba a conectar, pero el retroceso lo sacó ligeramente de curso. Takt era el más cercano, y lo evitó. Así que él después de todo tenía algunos reflejos. Solo hubieron alrededor de tres segundos entre el movimiento del bastón y la activación de la magia. Falló, así que la cancelé, pero el consumo de SP era rápido.

“¡Demonios! ¡Fallé!” grité. Había estado esperando que eso no pasara.

“Naofumi,” dijo S’yne, hablando a través de su familiar y mirando intensamente en mi dirección.

“Oh, mierda. Lo siento.” Tal vez había fallado en darle a mi objetivo principal, pero había golpeado algo—a la humana vestida como una sirvienta con la que S’yne había estado luchando. Ya no quedaba nada de ella.

Me pregunto si eso era asesinato. No me sentí mal al respecto, para nada. Ella había estado luchando con S’yne, y si un ataque que ni siquiera estaba dirigido hacia ella era suficiente para matarla, entonces eso estaba bien por mí.

“¡Ah!” Takt estaba mirando boquiabierto hacia una bufanda que estaba flotando en el aire, probablemente todo lo que quedó de la mujer que había sido erradicada.

“No fallaré la próxima vez.” El tiempo de enfriamiento del ataque era bastante largo. Agarré con fuerza el bastón y comencé a cargarlo de nuevo.

Takt, mientras tanto, liberó un grito inútil de ira y arremetió directamente hacia mí, balanceando todas sus armas como loco. Él me recordaba a Basura cuando lo conocí.

Garras, látigo, hacha, martillo, armas arrojadizas, las esquivé todas.

“¡Pedazo de mierda! ¡Mataste a Ellie! ¡Nunca te lo perdonaré! ¡Voy a destrozarte miembro por miembro!” rugió Takt.

Tate no Yuusha no Nariagari Volumen 16 Capítulo 9 Novela Ligera

 

Cuando su harem comprendió lo que había pasado, ellas también comenzaron a gritar y rugir de la confusión. Sin embargo, su ira solo servía para hacer a Takt más predecible. En el anime, enojarse frecuentemente fortalecía a alguien, pero en la realidad, se veía más como esto. Me recordaba a la escena de Ren consumido por la maldición luchando contra Eclair. Esquivar esos ataques iracundos probablemente se había sentido muy parecido a esto.

Tal vez era un poco contradictorio, pero realmente necesitabas mantener la cabeza fría cuando te enojabas. Como estaba yo ahora mismo, enojado mientras pensaba en detalles intrincados acerca de cómo matar a mi oponente.

“Ni siquiera entiendes lo que has hecho, ¿o sí? ¡Ellie había estado junto a mí desde que yo era un niño, era mi amiga de la infancia! Ella fue la primera chica con la que estuve y alguien que me aceptó completamente. ¡No tenías el derecho de matarla!” dijo Takt iracundo.

“¡Como si eso me importara! ¡Cuando pones un pie en el campo de batalla, tienes que estar consciente de que puedes morir en cualquier momento! ¿Qué hay de todas las personas que tú has asesinado?” respondí. Su lógica era tan retorcida como podía ser. Entonces él pensaba que podía matar a quien quisiera, y que nadie tenía permitido matar a sus aliados. Qué ridículo. Si él no quería que nadie muriera, necesitaba estar listo para protegerlas con su vida.

Eso fue lo que Atla nos había enseñado. Podrían morir en otro lugar además del campo de batalla. Si realmente querías mantenerlos con vida, tenías que estar en un lugar donde pudieras protegerlos en todo momento. Cuando balanceé mi bastón, Takt no estaba ahí. Él no se había movido para protegerla, para nada. Su preciada amiga de la infancia había sido reducida a cenizas debido a que él esquivó mi ataque. Si ella era tan importante para él, debió haberla protegido sin pensarlo con su propio cuerpo, su vida, si consideraba el ataque como una amenaza.

“Yo la maté, así que déjame decir esto. Es tu culpa por esquivar ese ataque. Necesitas poner más atención a tus alrededores. ¡Idiota!” grité. No tenía caso debatir en este momento. Este campo de batalla era un lugar donde las personas iban a morir. Si querías evitar tantas muertes como sea posible, necesitabas poner tu propia vida en riesgo. Había muchas formas de hacerlo. Este tipo carecía de la convicción para arriesgarse a ser derrotado por tales ataques junto a sus amigas.

Gah, todo esto era una gran molestia.

“Espejo Frontal de Ataque Aéreo, Segundo Espejo Frontal,” recité, usando la versión del bastón de la habilidad Escudo de Ataque Aéreo y desplegándolos para rotar alrededor de Takt.

“¡Gah! ¡Ya basta! ¡Deja de huir!” se quejó Takt.

“No estoy huyendo de nada. Estoy esquivando. ¿Por qué debería dejar que tus ataques me den? Ahora no estoy luchando con un escudo,” respondí. No era como si yo no tuviera reflejos decentes; simplemente escogía no esquivar las cosas. El tipo con el escudo no estaba haciendo su trabajo si él estaba esquivando cosas—su trabajo era mantener a su enemigo en su lugar. “Voy a lanzar algo de magia. ¿Qué tal si solo dejas que te golpee?” dije en broma.

“¡Como si lo fuera a permitir!” contestó Takt. En respuesta, yo liberé algo de magia con encantamientos cortos.

“¡Fuego Zweite! ¡Agua Zweite!” Aquellas fueron las únicas dos magias de ataque elementales que había aprendido. Yo no podía usarlas por mi cuenta. Tomar prestado el bastón me había dado acceso a ellas, pero no tenía la necesidad de aprender más.

“No me darás con eso—” Takt esquivó fácilmente la magia, la cual viajaba solo en línea recta—pero golpearlo de frente no había sido mi intención.

Cada ataque mágico golpeó los espejos detrás de Takt.

“¿Qué? ¿¡Q-qué estás haciendo!?” gritó él.

“Estoy seguro de que puedes descubrirlo,” respondí. La habilidad del Espejo Frontal era reflejar las habilidades y la magia en un cierto ángulo. “¿O debería demostrártelo? ¡Estallido de Ataque Aéreo!” Agarré con fuerza el bastón que había estado cargando y liberé una habilidad. La magia fue disparada como un rayo láser. Takt trató de esquivarla una vez más, pero yo reflejé el estallido con los espejos, sobre los cuales tenía completo control, y lo envié en dirección de Takt.

Yo no tenía la intención de golpearlo. Básicamente solo estaba jugando. Había creado una jaula usando Estallido.

Ah, creó un ataque de combo. Incluso podía hacer eso. Los espejos solo se estaban moviendo por cuenta propia. Todo esto era realmente conveniente. No sabía si Basura podía controlar esto. Apuesto a que probablemente podía. Podía imaginar esto siendo bastante peligroso. Cada arma realmente tenía diferente idoneidad dependiendo del usuario. Apuesto a que el Basura recuperado podría hacer cosas descabelladas con esta técnica. Él me había dicho que podía usar la versión avanzada de esto. A diferencia de los espejos, su versión podía crear objetos con múltiples superficies, permitiendo que la magia y las habilidades que los golpearan fueran reflejadas en varias direcciones para cubrir un área más amplia. Incluso podía permitir golpear a enemigos escondiéndose detrás de alguna cosa, lo cual sonaba muy conveniente. Sonaba a que también podría golpear a los aliados, pero él había dicho que podía ser cubierto con cálculos cuidadosos. Yo no iba a realizar movidas como esa en un futuro cercano. Lo mejor que podía hacer era solo mover los espejos un poco, lo cual era gracias a mi experiencia con mi versión de escudo.

Pensar en espejos me recordaba al arma vasalla del mundo de Kizuna.

“¡Prisión de Llamas!” En el mismo instante que grité, la prisión creada del Estallido explotó. Con un rugido de dolor e ira, Takt fue mandado a volar por el estallido. Todo su séquito de mujeres también gritó. Algunas de ellas lograron recuperarse de su confusión y levantaron sus rifles hacia mí.

“¡Todavía no! Esto no duele… ni siquiera hace cosquillas. No es nada más que un rasguño,” presumió Takt.

“Sí, di lo que quieras,” respondí. Qué orgullo tan vacío… e incluso mientras pensaba eso, sus mujeres comenzaron a lanzar magia de sanación sobre él. Me pregunto si su orgullo permitiría eso. Supongo que él estaba demasiado enojado como para preocuparse por eso.

“¿Realmente no quieres que tus mujeres mueran? Entonces si apunto hacia ellas, todo lo que serás capaz de hacer es defender,” sugerí. Takt palideció y se dio la vuelta para mirar hacia las mujeres a su alrededor. Las mujeres en cambio miraron hacia mí y comenzaron a temblar.

Realmente me sentí como el malo en ese momento. Se sentía muy bien. Nunca antes había sabido lo bien que podía sentirse la venganza.

Ya que mi arma había sido el escudo hasta ahora, no había sido capaz de causar dolor directamente en mis enemigos. ¿Quién fue el que dijo que la venganza no servía de nada?

Mis sentimientos actuales sugerirían que, si el objetivo de la venganza no mostraba ningún arrepentimiento o intención de cambiar, sería mejor matarlo. Sin embargo, ese era un camino peligroso a recorrer. Si me dejaba llevar demasiado, probablemente terminaría con otra maldición, así que decidí contenerme.

“No me importa ser el malo,” continué. “Pero tampoco quiero matar por diversión, así que hoy no tomaré ningún rehén. Puedes agradecerme por eso.” Podría hacerme sentir un poco mejor, pero eso era para después.

Ese pensamiento todavía me dejaba como el malo.

En el instante siguiente, algunas mujeres de su séquito—mujeres que obviamente no podían leer la situación—hicieron algo realmente estúpido.

“¡No te muevas! ¡Mueve un músculo y esta mujer morirá!” Miré en la dirección de la voz para ver a algunas mujeres, claramente desquiciadas… trayendo a una débil “Raphtalia”, apenas siendo capaz de moverse, y restringida con esposas. Ellas claramente la habían traído porque pensaban que sería útil como una rehén. Ahora apuntaron un arma de fuego hacia ella y amenazaron con matarla si yo me movía.

“Raphtalia” estaba amordazada, haciendo gemidos, pero siendo incapaz de hablar. Ella se estaba resistiendo, siendo contenida en su lugar por algunas otras mujeres.

“En serio, acabo de decir que no quería matar por diversión y ustedes hacen esto. ¿Qué tan bajo pueden caer?” dije atónito, incapaz de encontrar otra forma de decirlo. Miré hacia las mujeres manteniendo de rehén a “Raphtalia” con desprecio en mis ojos, y Takt mostró una sonrisa como si acabara de cortar la cabeza de un demonio.

“¡Bien hecho, señoritas!” cacareó él. Solté un suspiro.

“¿A qué te refieres con ‘bien hecho’? ¡Acabo de decir literalmente que no iba a matar por diversión ni tomar rehenes, y entonces ustedes hacen exactamente eso! ¿En qué los convierte eso?” dije. Después levanté mis manos, pretendiendo obedecer lo que decían, e hice una señal para que todos los demás dejaran de atacar y se concentraran solo en desviar.

“¡Cállate! ¡No tengo que jugar con tus reglas! ¡Quien tiene la mejor estrategia es el ganador!” replicó Takt.

“No estoy seguro si se puede llamar a esto ‘estrategia’. Yo digo que es un acto cobarde, ignorando toda moral. Difícilmente el acto de un héroe,” respondí. Creía eso desde el fondo de mi corazón. Sabía que aquellos que estaban en lo correcto no tomaban rehenes y después todavía trataban de pisar a los demás.

“¡Ella es linda, así que había planeado tomarme algo de tiempo para hacer que viera mi encanto, pero he cambiado de opinión!” exclamó Takt. Él realmente parecía creer que podía enamorar a Raphtalia. Si esa clase de cosa fuera a funcionar con ella, la habría perdido durante nuestros problemas con Motoyasu.

“¡Es tu castigo por la muerte de Ellie! ¡Ahora sentirás el mismo dolor!” rugió él. Él claramente iba a matar a la rehén incluso si dejaba de moverme. Qué cobarde.

“¡Ya lo he sentido, pedazo de mierda! ¡Es por eso que estoy aquí vengándome!” respondí. ¡Él era el responsable de la muerte de Atla! Su mujer murió, ¿no? ¿Que yo iba a sentir el mismo dolor? “¡Ya estamos a mano en cuanto a mujeres muertas, héroe de mierda! ¡Tienes que responsabilizarte por tus crímenes!” Seguro, yo acababa de matar a alguien, pero Takt era el que estaba detrás de la muerte de Atla. Pensé que quizás seríamos capaces de entendernos, ya que ambos éramos asesinos… pero eso ahora no iba a pasar. Aunque si pudiéramos llegar a un entendimiento y él diera un paso atrás, yo al menos escucharía lo que tuviera que decir. Tal vez reducir el castigo sobre él cuando todo esto terminara.

“¡Diez mujeres iguales a esta tuya no valdrían ni siquiera una Ellie! ¡No puedes decir que estamos a mano!” Takt imbuyó poder en sus garras y liberó una habilidad. “¡Garras de la Locura!” Su objetivo era la “Raphtalia” que todas las otras mujeres habían atado. Y, aun así, yo solo miré tranquilamente el lento avance de la habilidad.

“Raphtalia” continuó sus protestas apagadas, incluso mientras el destello de luz de Takt volaba hacia ella y la atravesaba, enviándola a volar.

“Lo hice. ¡Lo hice!” Takt comenzó a reírse como loco. “¡He matado a tu mujer! ¡Ella era luchadora, le daré eso!”

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“Esto no habría pasado si hubieras hecho lo que Takt-sama dijo,” intervino una mujer de su séquito, también riéndose.

“¡Así es! ¡Es tú culpa!” dijo otra.

“¡Pobre, el único culpable de esto eres tú!” dijo una tercera. Todos ellos estaban de pie riéndose y felicitándose por lo que Takt había hecho, incluso aunque todavía estábamos en medio de la batalla.

“Cielos. Ustedes son realmente repugnantes,” dije, sacudiendo mi cabeza en asombro. Ni Takt ni sus otras mujeres se habían dado cuenta de que ninguno de mis aliados estaba conmocionado por eso.

“¿¡Eh!?” Una mujer del séquito, la mujer zorro, había estado de pie ahí para proteger a las otras mujeres. Ella finalmente se dio cuenta de algo. “¿Qué?” La mujer zorro balanceó sus garras hacia una de las otras mujeres del séquito.

“¡Dafu!” se escuchó el grito.

“¡Imposible! ¡La capturamos, estoy segura de ello! ¡Ella no pudo haber escapado!” Con un sonido metálico, la mujer objetivo atrapó las garras de la mujer zorro… y entonces ese objetivo cambió de forma.

La persona que apareció no era quien yo había estado esperando.

“¡Tú! ¿¡Por qué!?” proclamó la mujer zorro.

“Recordé algo, eh. Recordé a una estúpida zorrita que estaba tan concentrada en engañar a otros que nunca consideró que ella misma estaba siendo engañada, eh.” Mientras la recién llegada revelaba su identidad y hablaba, Shildina miró hacia ella sobresaltada. Después de todo, esta era la mujer que había poseído su cuerpo.

La Emperatriz Celestial del pasado estaba de pie ahí, tan casualmente como cualquiera.

“Sigues involucrándote en estas inútiles luchas por el poder, eh. Estoy triste de ver que tu sello se rompió sin que te hayas arrepentido de tus fechorías,” le dijo la Emperatriz Celestial del pasado a la mujer zorro. Ella solo se echó a reír.

“¡Te he encontrado! ¡Finalmente te he encontrado! ¡Mapache apestosa! ¡Entonces aquí era donde te estabas escondiendo!” rugió ella. Por mi parte, en el momento en que lancé Aura Superior Total X sobre todos mis aliados, supe que ella estaba aquí.

“¡Rafu!” dijo Raph-chan, quien había estado escondida hasta ese momento. Ella ahora corrió hacia la Emperatriz Celestial del pasado. La Emperatriz Celestial del pasado de seguro era Raph-chan II en realidad. Pero yo no estaba seguro de si tenía suerte de que fuera así o no.

“No llamaría a lo que estaba haciendo ‘esconderse’. Traer a una guerrera como yo, alguien que hace mucho partió de este mundo, de vuelta a la vida y ponerme en servicio una vez más… estoy medio sorprendida, y medio decepcionada. Dicho eso…” La Emperatriz Celestial del pasado levantó su martillo. “La última vez escogí solo sellarte, esperando que aprendieras tu lección, pero esta vez voy a asegurarme de tomar tu vida.”

“¡Enfrenta mi ira por sellarme! ¡Pagarás por todo lo que has hecho! ¡Muere!” La mujer zorro arremetió directamente hacia la Emperatriz Celestial del pasado.

“¡Bien! ¡Que todos vuelvan a luchar! ¡Acaben con sus oponentes!” Hice un movimiento de corte sobre mi garganta con mi pulgar. Todos los miembros de mi grupo asintieron y comenzaron a luchar una vez más.

“¿¡Qué!? Entonces la mujer que acabo de matar—” Takt, atónito, miró hacia el cuerpo de la mujer que pensaba que era Raphtalia. El humo se despejó para revelar lo que se veía como una niña, vestida de blanco, claramente muerta.

Se veía como la mujer con la que Rat había estado compitiendo en su investigación. Así que ella había sido la desafortunada.

“Dime. ¿Cómo se siente haber matado a una de tus propias mujeres?” lo provoqué.

“Su cobardía—” comenzó a decir S’yne.

“Nos aseguraremos de que este sea el fin de su interferencia cobarde,” tradujo su familiar por ella, y después S’yne apuntó sus tijeras hacia el séquito de mujeres.

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“Esto… no puede ser…” Takt lo estaba pasando realmente mal.

“Vamos. ¡Dime! ¿Qué se siente haber matado a una de tus propias mujeres?” pregunté una vez más, dejándome llevar por el papel del malo. Después de todo, él había tomado una rehén y tratado de matarla—no, de hecho, la mató—pidiéndoles a aquellas que él pensaba que eran sus compañeras solo sentarse y observar, totalmente dispuesto a romper cualquier promesa que les había hecho.

“¡Lo pagarás!” Su gritó se transformó en un rugido de ira.

“Tú fuiste quien la mató. ¿Por qué debería pagar por esto? Lo diré de nuevo. Tú la mataste.” Sacudí mi cabeza con un asombro burlesco. No iba a dejar que me lanzara encima la responsabilidad, no después de que lo hizo con sus propias manos. Él necesitaba revisar a sus objetivos con más cuidado.

No podía creer que no hubiera sospechado nada cuando yo me veía listo para dejar morir a la rehén.

“Muy bien. Voy a tomar algunas rehenes y después atacarlas. Tal como tú lo hiciste,” dije. Después activé la Cuerda Gleipnir, un efecto especial del Bastón de Fenrir. Cadenas aparecieron desde el suelo, a las cuales les ordené ir por las mujeres.

“Detente—”

“Hah. Como si lo fuera a hacer. No soy como tú,” dije, dejando la actuación, y capturando a Takt. Por lo que parecía, él todavía estaba sufriendo de todo ese daño anterior, por lo que lo capturé fácilmente.

“No puedo… moverme…” gruñó él.

“Espero que no. No te librarás fácilmente de estas cadenas,” le dije. La duración del efecto de la Cuerda Gleipnir estaba influenciado por la magia del usuario. Eran cadenas famosas por restringir a un lobo asesino de dioses en mi mundo. No se iban a romper fácilmente.

“¡Gah! ¡Me has forzado a hacerlo! ¡Veamos si te gusta esto!” Con una expresión de dolor en su rostro, Takt sacó el escudo que me había robado.

Basado en la forma del escudo, él estaba usando el Escudo del Odio. Supongo que estaba bastante enojado conmigo.

“Creo que tendrías mejor suerte con el Escudo de Piedra de Sakura del Destino,” comenté. Ese escudo anulaba una gran variedad de habilidades y ataques de los héroes.

“¡Bah! ¡No voy a seguir un consejo tuyo! ¡Y de todas formas ni siquiera puedo usarlo!” escupió Takt en respuesta. Por supuesto, la piedra de sakura del destino era el escudo de un pacificador. No había forma de que fuera capaz de cambiar a él sin tener el escudo mismo.

“¡Este de todas formas es más fuerte! ¡No voy a prestar atención a tus mentiras!” respondió Takt. Quiero decir, el Escudo del Odio había sido súper fortalecido por el Dragón Demonio, así que tenía estadísticas bastante monstruosas. Era verdad que, desde cierta perspectiva, este era al que no quería que cambiara.

Tendría que tener cuidado con el Sacrificio de Sangre y la Doncella de Hierro.

No estaba seguro de si los efectos negativos serían activados, pero si pudiera forzarlo a utilizarlas, podría darme una ventaja. Pero no, parecía más seguro permanecer en silencio y solo seguir atacando.

“Bien, voy a contenerme un poco contigo. Asegúrate de bloquear esto, o irá directamente hacia las mujeres detrás de ti,” le advertí. Takt miró hacia las mujeres detrás de él, demasiado asustado como para ser capaz de moverse, y después miró hacia mí con sus ojos ardiendo con la resolución de protegerlas.

Esa era. Esa era la cara que había estado esperando ver. Esa cara, perteneciente a quien me había arrebatado tanto—incluyendo a Atla, la reina, las personas de mi aldea, los del ejército de la coalición—ahora retorcida en odio dirigido hacia mí.

“Todavía no desperdicies tus fuerzas mirándome de esa forma. Tengo muchas más formas de causarte dolor,” dije. Habiendo terminado la carga, liberé la habilidad una vez más.

“¡Fuerza Fenrir V!” Esta vez estaba preparado para el retroceso, y en vez de concentrar mi fuerza vital con tanta intensidad, liberé solo la cantidad que pensé que él podría soportar. Un rayo láser grueso fue liberado desde la punta de mi bastón directamente hacia el restringido Takt.

Él gruñó, pero estaba usando el escudo que me había robado. Era resistente. Las mujeres detrás de Takt no habían recibido nada de daño. ¿Pero qué hay del mismo Takt, de pie en frente de ellas? Él de seguro estaba gruñendo fuerte.

“Ah, lo olvidé. Este es el legendario Bastón de Fenrir. Tiene un efecto especial llamado Rebelión Contra los Cielos. Sus efectos son…”

Había pasado la primera vez que usé el bastón practicando con Ren y los demás. Me había estado conteniendo, así que mis ataques no le habían hecho mucho daño a Fohl, pero había sido diferente en el caso de Ren y los otros héroes. Ellos se habían quejado acerca de que los ataques eran más dolorosos de lo normal.

Eso me sugirió que el efecto de Rebelión Contra los Cielos era incrementar el poder de ataque cuando un arma de las siete estrellas atacaba a una de las cuatro armas sagradas—a pesar de que tal cosa realmente no parecía posible a partir de las leyes de este mundo. Quizás era como un seguro, anterior a la llegada de los pacificadores. Nunca antes había visto un arma con la misma habilidad. Tal vez el espíritu del bastón me estaba otorgando su poder para luchar efectivamente contra el escudo robado.

Lo cual significaba que podría ser algo especial, solo por ahora. El Bastón de Fenrir mismo había sido llamada un “arma de excepción”. Si el punto fuera solo derrotarlo tan rápido como sea posible, un Bastón de Piedra de Sakura del Destino, o algo así, habría sido más rápido.

“Supongo que decidiste usar un escudo debido a su gran defensa, pero ese solo va a incrementar el daño que recibes,” le advertí. Por supuesto, el escudo mismo ofrecía una gran defensa, así que para mí probablemente habría estado bien.

Después de unos cinco segundos, detuve el ataque. Reveló a Takt de pie ahí, con todo su cuerpo echando humo, bastante golpeado, respirando con dificultad, y apenas manteniéndose de pie. El rayo láser de la Fuerza Fenrir le había causado un daño considerable. Él ni siquiera podía hablar, solo apenas respirar.

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“Oye, no te desplomes todavía,” dije. “Aún no estoy satisfecho, y tengo que seguir jugando contigo al menos hasta que Fohl regrese.” Era casi como si lo estuviera acosando. Y aun así se sentía como si pudiera hacer lo que quisiera con él.

Desde el día en que perdimos a Atla durante la batalla contra el Fénix, este era el momento exacto que había estado esperando.

“¡P-Protejan a Takt! ¡Todas!” gritó la comandante de sus mujeres, volviendo a sus sentidos. Una caballera con una expresión seria que podría haber sido un reemplazo exacto de Eclair levantó su rifle. Después la caballera atacó a S’yne para llamar su atención.

“¡Vayan! ¡Yo los distraeré!” gritó ella.

“S’yne, juega con ella. Muéstrale un poco de lo que me enseñaste,” le ordené.

“Bien. ¡Atadura!” Asintiendo ante mi orden, S’yne comenzó a restringir a la caballera en lo que parecía ser hilo. La caballera dejó salir un gruñido de molestia.

“¿¡Qué es este hilo!? ¡No puedo moverme! ¡Gah!” Eso se encargó de una de ellas. En cuanto a las demás… me pregunto qué era eso.

Entonces me di cuenta de que ellas comenzaron a recitar algo de magia ceremonial.

Ellas estaban pensando muy bien su enfoque. Yo no sería capaz de detener la magia cooperativa por mi cuenta, sin importar cuánto lo intentara. Por supuesto, también habíamos pensado en esta posibilidad.

Se sentía que había sido hace mucho tiempo, pero después de luchar contra Motoyasu la primera vez, había experimentado personalmente lo mismo que estábamos experimentando en este momento. Los sujetos como Takt decían que iban a luchar de forma justa, pero tan pronto como estaban en alguna clase de problema, inmediatamente emplearían cada ataque cobarde que pudieran idear.

Lo cual significaba que naturalmente habíamos planeado que mi propio grupo proporcionara ataques y apoyo. Takt había sido lo suficientemente tonto como para caer en mis provocaciones; toda nuestra estrategia había sido ideada pensando en que un número reducido de nosotros lucharía contra un gran número de ellos. Por suerte Fohl y los demás estaban luchando contra los más peligrosos de ellos, haciendo las cosas mucho más fáciles para mí. ¡S’yne ni siquiera tenía algo que hacer! Hablando de tener a las personas correctas cuidando tu espalda.

“¡Fuego!” Las mujeres apuntaron sus rifles hacia mí y abrieron fuego, con los disparos resonando. Rápidamente desplegué la estrategia defensiva que habíamos ideado. Los disparos volaron hacia mí, viajando tan rápido que casi podían ser llamados instantáneos. Después de todo, estos eran disparos de rifle de enemigos en el nivel 250. Probablemente estaban a la par de los rifles de mi propio mundo. Dicho eso… no era como si alguna vez hubiera visto un arma de fuego real en mi mundo.

Las mujeres estaban confiadas en que me golpearían—y aun así sus rostros solo mostraban preocupación, concentradas en salvar a su aliado. Me pregunto cómo podían poner esas caras y no entender los sentimientos de los demás, pero al mismo tiempo no me importaba mucho. De hecho, yo estaba a punto de aplastar sus sentimientos en el suelo.

Todas las balas que venían en mi dirección… en cambio golpearon a Takt.

Él gruñó debido a todo el dolor, mientras sus mujeres soltaban sus armas del shock.

“¿Q-Qué acaba de pasar?” exclamaron ellas, todas estupefactas.

“¿En serio? Ustedes necesitan tratarse con más amabilidad,” me burlé, con una sonrisa siniestra cruzando mi cara.

“¿¡Por qué las balas golpearon a Takt!?” Ellas no lo sabían. De hecho, yo usé una técnica que S’yne me enseñó para ajustar la trayectoria de los disparos de rifle y dirigirlos a todos hacia Takt.

“Takt, ¿cómo se siente? ¿Te gusta cómo se sienten los disparos de tu propio grupo de mujeres de nivel 250?” Realmente puse sal en la herida.

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“¡C-Cómo te atreves! ¿¡Cómo te atreves a hacernos dispararle a Takt!?” gritaron ellas. Furiosas, las mujeres comenzaron a lanzar insultos en mi dirección. Sus tonterías solo me hacían sentir bien.

Yo realmente había cambiado. Ahora disfrutaba mucho los momentos como este.

El viejo yo, el de casa, habría sido llevado a las lágrimas por esta clase de trato de un montón de mujeres. Me había vuelto más fuerte—quizás ‘insensibilizado’ era una mejor palabra— pero era difícil saber si era algo bueno o malo.

“Miren quien habla. Derrotan a sus enemigos abrumándolos con números, usando cada estrategia cobarde conocida. ¡No tienen derecho de quejarse!” grité de vuelta. Regresadas a la realidad por mi grito, las mujeres se quedaron en silencio. Muy probablemente al fin habían comprendido que la lógica no estaba de su lado.

“Soy una persona bondadosa, así que voy a usar algo de magia de sanación en el pobre y pequeño Takt. Sanación Drifa.” No iba a desperdiciar el uso de una magia de nivel Superior en él. Impulsado por mi sanación, Takt me miró con gran intensidad y comenzó a morder sus labios. “Todavía no he terminado contigo. Veamos si puedes soportar esto.” Incluso mientras lo provocaba, rayos caían desde el cielo hacia mí. Era la magia ceremonial Juicio. Una vez que los magos alcanzaban el nivel 250, podían usarla incluso con los números de la magia cooperativa. Probablemente habían concentrado el poder de Juicio para asegurarse de no lastimar a Takt.

“Todavía no han aprendido su lección,” las reprendí. Suspirando, desplegué mis espejos en el cielo sobre mí.

“Detengan—” Ah. Parecía ser que al menos una persona se había dado cuenta. Pero era demasiado tarde.

“¡Muere! ¡Muere de una vez!” Las demás mujeres sobresaltadas liberaron la magia Juicio sobre mí con un sonido horrible de trueno. Envié mi fuerza vital hacia los espejos y ajusté el ángulo de reflexión. Tal como había predicho, la reflexión funcionó perfectamente, y fui recompensado con un grito de dolor de Takt.

“¿¡Takt!?” gritaron las mujeres.

“¿¡Qué están haciendo!? Este tipo… parece que tiene el poder para redirigir todos nuestros ataques hacia Takt,” explicó una de las mujeres de su grupo. Todas las demás miraban con un asombro paralizante hacia el maltratado Takt. Algunas de ellas incluso estaban tratando de correr hacia él, siendo detenidas por las demás.

“Mmm. ¿Qué tal eso? ¿El sabor de la magia liberada por tus aliados?” lo provoqué. Había pensado que estaba luchando contra Takt, pero en algún momento, eso había cambiado a mí luchando contra su séquito.

Takt había estado usando el escudo cuando recibió el ataque, así que no había recibido mucho daño, pero aun así se veía como si estuviera a punto de morir.

“Ustedes básicamente lo están matando para mí. Entienden eso, ¿cierto? ¿Qué tan estúpidas son?” dije. Después miré hacia la Emperatriz Celestial del pasado. Ella y Raph-chan estaban involucradas en una batalla de ilusiones con la mujer zorro. Ellas literalmente se estaban dando con todo—liberando fuego, creando agua, y manipulando el mismísimo aire a su alrededor. Las mismas cosas habían pasado durante la batalla en Siltvelt. Esta era una revancha para Raph-chan.

“¡Rafu!” gritó ella.

“Hah, ¿magia de imitación? ¿Crees que no puedo ver a través de eso?” dijo la mujer zorro. Raph-chan se había convertido en una copia idéntica de la Emperatriz Celestial del pasado y estaba de pie a su lado. Raphtalia y la Emperatriz Celestial del pasado se parecían mucho, lo cual significaba que era fácil para Raph-chan copiarla. También parecía que la Emperatriz Celestial del pasado había sellado a la mujer zorro en el pasado.

La afinidad realmente era importante.

En fin, necesitaba concentrarme en mi propia batalla.

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“¡Maldición! ¡Hiciste que todos sus ataques me dieran a mí!” rugió Takt.

“¡Demonio!” dijeron sus mujeres, continuando llamándome con nombres desagradables. Demonio, ¿eh? Había pasado un tiempo desde que había sido llamado por ese nombre.

“Estoy bien con ser llamado de esa forma. Después de todo, yo soy el Demonio del Escudo. ¿Qué hay de malo con hacer uso de los ataques del enemigo? Ustedes están haciendo cosas peores que yo, involucrándose en lo que supuestamente era una batalla uno a uno. Yo todavía quiero divertirme un poco. Lo sanaré una vez más.” Procedí a lanzar magia de sanación sobre Takt. Tanto mi magia como mi SP estaban bastante bajos. Saqué un objeto de recuperación, una fruta rucolu, y me preparé para—

“¡No lo harás!” Una de las mujeres de Takt de pronto apareció e intentó tomar la fruta. Ella estaba vestida como un ninja. Pensaba que podría ser una Sombra de Faubrey.

Ella la agarró con tanta fuerza que la aplastó entre sus dedos. Esas cosas no eran baratas. Qué desperdicio.

Algo del jugo salpicó sobre la cara de la mujer que la había tomado. Ella dejó salir un grito. Me habían dicho que este era uno de los ingredientes principales de algunas bebidas alcohólicas.

“¡Melrith!” gritó una de las otras.

“¡Ah, esto apesta a alcohol! ¡Ah!” Hah… la mujer ya estaba tambaleándose. Esta cosa básicamente era veneno para cualquiera aparte de mí. En las islas Cal Mira, Motoyasu se comió una, vomitó de inmediato, y después se fue directo a dormir. Era realmente potente.

“No interrumpas mi magia de sanación,” le advertí, después la pateé en la dirección de S’yne. S’yne fue rápida para restringirla con hilo. Procedí a sacar otra fruta rucolu y finalmente pude comérmela. Takt miró hacia mí con un odio ardiente en sus ojos, sacudiendo su cabeza.


“Crees que estoy cometiendo suicidio al comerme una fruta rucolu de esta forma, ¿no? Lamento decirte que ese no es el caso,” le dije.

“Así que se te ha otorgado una habilidad,” dijo él.

“¿A qué te refieres? ¿Habilidad de quién?” pregunté. ¿Él había recibido una habilidad de alguien? La niña vestida de blanco había estado metida en la investigación de homúnculos, y por lo que Rat me había dicho, ella también podía hacer modificaciones físicas. Quizás Takt pensó que Rat había realizado alguna clase de modificación en mí.

Sin embargo, el Espíritu del Escudo me había advertido que Takt era un asesino enviado por aquel detrás de las olas. Necesitaba tratar de sacarle más información acerca de ese lado de nuestros problemas.

“Nací con esta habilidad,” expliqué, esperando que este pudiera ser un buen punto de partida. “Aunque suena a que alguien te dio tu habilidad. Esa es la diferencia entre nosotros.” Ahora que mi magia y mi SP se habían recuperado, era la hora de continuar.

¿Mm? La mirada de Takt se estaba haciendo más y más intensa. Quería saber por qué. Él había recibido una habilidad especial y por lo tanto no podía perdonarme por haber nacido con una. Él realmente operaba completamente sobre un sentido de la superioridad.

“Tuvimos algunas intervenciones innecesarias, pero volvamos al asunto,” dije. La carga había terminado, por lo que apunté hacia Takt una vez más. Él no podría soportar otro de estos, pero también debía saber que si se movía algunas de sus mujeres iban a morir.

Takt desesperadamente se enfocó en su poder, concentrándose intensamente en el escudo.

Heh, buena suerte con eso.

“¡Fuerza Fenrir VI!” Como un pequeño bono, también preparé la técnica del Hengen Muso Punto de Concentración y la agregué al grueso rayo láser.

“¡I-imposible!” Takt jadeó en medio de sus gruñidos de dolor. “Esto duele… ¡incluso más que la última vez! ¿¡Qué pasa con este ataque!?” Estaba escuchando múltiples impactos, como si Takt estuviera siendo golpeado varias veces en sucesión. El Punto de Concentración parecía funcionar bien en contra del escudo.

Con un grito final, Takt, incapaz de soportar el ataque, fue enviado a volar a través del aire, girando como un trompo. Eso parecía ser suficiente. Pude haber matado a las mujeres detrás de él, pero no era necesario llegar a tanto.

Takt se estrelló en el suelo con un crujido. Todas las mujeres de su séquito gritaron desesperadamente su nombre. Ninguna de ellas parecía entender que no tenían forma de revertir esta situación. Con el apoyo de sus mujeres, Takt todavía logró ponerse de pie. Su séquito comenzó a proporcionar magia de sanación una vez más. Ninguno de ellos se había rendido.

“Vamos, señoritas. Solo la magia de sanación no va a ser suficiente. También necesitan hacer algo con su cansancio.” La resistencia también era importante. Él estaba tan golpeado que no podría enfrentarse a mí incluso si estaba despierto.

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“Todavía no he terminado. Nunca te perdonaré,” logró decir Takt.

“Esa es mi línea. Ya he decidido que tu muerte va a ser tan horrible que desearás nunca haber nacido en este mundo. No solo yo, sino que todo Melromarc quiere esto,” le dije. Después de la muerte de la reina, las personas de Melromarc veían esto como su batalla para vengarla. Matar al responsable de su muerte iba mucho más allá de mis propios deseos. Era por eso que solo me estaba tomando mi tiempo, disfrutando causarle dolor sin matarlo.

Atla, la reina, las personas de mi aldea. Esos eran algunos de aquellos cercanos a mí que había perdido. Aunque aquellas no eran las únicas vidas perdidas en el conflicto.

Después estaban Ren, Itsuki, y Motoyasu. Luego de ser vencidos por la Tortuga Espiritual y capturados por Kyo, ellos habían sido tachados como inútiles. Pero habían aprendido de esa derrota e hicieron progresos significativos hacia convertirse en mejores personas.

Takt era diferente.

Él subestimó a las olas, mató héroes, y casi había causado la erradicación del ejército de la coalición. Después él había comenzado una guerra para conquistar el mundo. Si él hubiera mostrado alguna clase de arrepentimiento, y a pesar de que no me gustaba la idea, habría habido algo de lugar para la indulgencia. Pero él tenía que pagar por continuar extendiendo las llamas de la guerra.

“Voy a… ¡matarte!” proclamó Takt, levantando el escudo en su brazo. Él probablemente estaba planeando usar una habilidad maldita. Aunque era demasiado tarde para eso.

Levanté el bastón en lo alto con una mano y reuní magia y SP… fuerza vital de los alrededores. Después activé la Cuerda Gleipnir sobre Takt y lo restringí en su lugar.

“Una habilidad que aplica tanto la Fuerza Fenrir como el Estilo Hengen Muso,” dije. El nombre de la habilidad apareció en mi campo de visión. Increíble. Una impresionante nueva aplicación del Disparo de Energía.

Magia comenzó a concentrarse en luciérnagas de luz en todo mi alrededor y a reunirse en mi bastón. Se sentía como un ataque especial sacado directamente de un anime.

“¡Ahora veamos si puedes soportar esto!” grité el nombre de la habilidad de combo en mi campo de visión. Lo molesto era que todavía tenía que contenerme lo suficiente para no matarlo. Era por eso que no estaba incluyendo el Punto de Concentración esta vez. Seguro, literalmente pude haberlo erradicado con eso, pero hacerlo no sería suficiente para satisfacerme.

“¡Sacrificio de Sangre!” entonó Takt.

“¡Cañón… del Ragnarok!” grité. Era una habilidad que permitía la liberación concentrada de la Fuerza Fenrir. De seguro había tomado bastante tiempo cargar. Era por eso que no me había movido desde que Takt se había puesto de pie. Además, había recuperado mi magia para disparar este mismo ataque.

Tal como había esperado, un rayo láser tan concentrado que no podía ser comparado a ninguna Fuerza Fenrir normal desgarraba todo a su paso en dirección a Takt, destruyendo instantáneamente al Sacrifico de Sangre que venía hacia mí.

El grito que él dejó salir cuando fue golpeado por él no fue como nada de este mundo. Incapaz de soportar el ataque, Takt fue mandado a volar a través del aire por el Cañón del Ragnarok. Había tenido cuidado con la trayectoria para asegurarme de que él no golpeara a ninguna de las mujeres. No podía hacer que se estrellara con ninguna de ellas, seguro, pero todavía quería mantener la diversión por un poco más de tiempo.

El Cañón del Ragnarok atravesó todo su cuerpo y después siguió a través del cielo, sacudiendo el mismísimo aire mientras avanzaba. Incluso atrapó a la Dragón Emperador con quien Gaelion y Ren estaban luchando en el cielo. La Dragón Emperador dejó salir un rugido de sorpresa y dolor ante el repentino ataque. Sin embargo, una vez que pasó, la Dragón Emperador quemada todavía estaba en una pieza.

“¡Ahora!” gritó Ren.

“¡Kwaa!” estuvo de acuerdo Gaelion. Usando al dragón más pequeño como una plataforma para impulsarse, Ren saltó hacia el frente y cortó hacia la Dragón Emperador.

“¡Hoja del Vendaval del Fénix!” La espada de Ren brilló de rojo, creando una tormenta de llamas y un ave de fuego de energía pura se formó.

“¡Kwaa!” En ese mismo momento, Gaelion atacó, exhalando fuego. Eran como dos aves de fuego separadas, ambas atravesando a la Dragón Emperador.

“Un fragmento patético y el débil Héroe de la Espada… ¡no son suficientes para derrotarme!” gritó ella. Estaba impresionado. Todo ese daño todavía no era fatal. No lo hacía nada mal.

Pensando eso, concentré mi atención de regreso a Takt mientras él caía del cielo y colapsaba.


“¡Oye! ¿Sigues con vida?” le pregunté. El tipo se veía como un pedazo de basura quemada. No había usado un ataque basado en la defensa, así que él aún no debería estar muerto. Me contuve. Él al menos debería seguir respirando.

Finalmente, él hizo un sonido patético.

“Fiu,” dije mientras Takt se tambaleaba para ponerse de pie. Incluso comencé a aplaudirlo, realmente echando sal en la herida. Él realmente debió haber considerado la retirada después de recibir tal paliza. Aunque no es como si lo fuera a permitir. Tenía a Gaelion, Filo, y Raphchan aquí conmigo. Tierra, mar, o aire, no había forma de que escapara de nosotros. Sin mencionar que, él había lanzado una barrera sobre sí mismo la cual le impedía escapar. Era como si él estuviera encerrado en una jaula que él mismo había fabricado.

Por supuesto, incluso si la sacaba, yo simplemente lo pondría en otra. En cuanto a la habilidad maldita… Dejaría que Raph-chan y los demás se encargaran de eso.

“¿Crees que puedes escapar? Todavía no he terminado contigo,” lo provoqué. Ya me estaba cansando de golpear a este saco de arena.

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