Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 2

Capítulo 2: ¡He Llegado a la Academia de Magia!

Parte 6

María Campbell… ese es mi nombre.

Sin embargo, pocas personas me llaman por ese nombre. Todo el mundo me llama así: “La chica especial, usuaria de magia de luz.”

Nací y crecí en un pequeño pueblo a poca distancia de la capital del reino… y solo tenía cinco años cuando se manifestó mi magia de la luz.

Un amigo que había estado jugando conmigo tropezó y cayó, lastimándose la pierna en el proceso. La herida abierta en su piel parecía realmente dolorosa. Si tan solo pudiera ayudar a sanarlo, pensé. Así que toqué la herida muy ligeramente.

Y con eso, una luz brillante y deslumbrante surgió de mi mano. Ante mis ojos la herida que estaba tocando comenzó a cerrarse. La magia de luz es la magia de curar enfermedades y heridas. Sin embargo, en ese momento sabía poco de esas cosas.

Si hubiera nacido en una familia noble, habría tenido algunas oportunidades de estudiar magia. Pero nací en una familia común. En ese momento, aún no había comenzado a asistir a la escuela, por lo que no había manera de que pudiera haber sabido algo sobre magia.

El amigo que había curado con mi magia estaba en mi misma situación. Todo lo que hice fue acercar mi mano, luego hubo una luz brillante… después la herida desapareció.

Parecía asustado y sorprendido. Mi amigo gritó, antes de alejarme y huir. En mi confusión, todo lo que pude hacer fue sentarme. Al final mi madre fue a buscarme.

Pasó bastante tiempo antes de contarle a mi madre la verdad del incidente. Tan pronto como lo hice, sin embargo, me arrastraron a la oficina pública de la ciudad, donde me sometieron a exámenes. Los resultados fueron claros, pronto fui designado como: “Una potencial usuaria de magia de luz”.

Antes de que se manifestaran mis habilidades mágicas, era una niña común, igual que cualquier otra. Mi familia no era especialmente rica. Mi padre era valiente y confiable, mientras que mi madre era gentil y amaba hornear bocadillos como pasatiempo. Viví feliz con mis padres.

Si alguna vez hubiera algo especial en mí, sería la belleza de mi gentil y amable madre; se decía que era la mujer más bella del pueblo. La mayoría de las veces seguí a mi madre, y mi padre y todos mis conciudadanos me querían mucho.

Sin embargo… todo cambió cuando se manifestó mí: “Magia de Luz”. La mayoría de los portadores de magia en el reino eran de ascendencia noble. Los casos en que los plebeyos tenían capacidades mágicas eran extremadamente raros.

Aunque estos casos pueden ser raros, todavía eran posibles, aunque la mayoría de esos niños nacieron de una pareja donde al menos uno de sus padres era de origen noble. Como resultado, cuando llegaron se supo de mis capacidades mágicas… mi madre fue sospechosa de ser infiel. Quizás fue porque salí demasiado a mi madre y casi no tenía ninguno de los rasgos de mi padre.

La belleza de mi madre apenas ayudó… y pronto comenzaron a surgir los rumores de que en alguna parte había tenido una aventura con un noble. Mi madre no hizo tal cosa, pero en pueblos pequeños como el nuestro los rumores se extendieron rápidamente. Como resultado nuestros lazos familiares sufrieron enormemente.

Finalmente, mi padre, que siempre volvía a casa inmediatamente después del trabajo para hablar con mi madre y conmigo, dejó de volver a casa. Mi gentil y amable madre, que siempre había sonreído, ahora tenía una mirada inexpresiva en su rostro, sus ojos permanentemente abatidos. Aunque a ella le había encantado hornear bocadillos, galletas y pasteles, eso ya no ocurría.

Todo por mi magia…

Sin embargo, los cambios no terminaron allí… La gente del pueblo, que antes eran amables conmigo, ahora mantenían cierta distancia de mí. Los amigos con los que me llevaba tan bien ya no querían jugar conmigo.

La gente sospechaba que era la hija ilegítima de un noble, o una niña extraña y anormal con capacidades mágicas. Ahora era una presencia que la gente de este pequeño pueblo no podía aceptar fácilmente…

Todos me miraron con asombro. Nunca se acercaron a mí, me tenían miedo y se esforzaron mucho para evitarme, todo por mi magia de luz.

Aun así… no podía simplemente rendirme, ni siquiera cuando me enfrentaba a todas estas cosas que estaban fuera de mi control. Quería que mi padre volviera a casa. Quería que mi madre volviera a sonreír… Poder volver a jugar con mis amigos.

Y entonces trabajé duro… Ayudé con las tareas tanto como pude. Nunca dije nada egoísta ni exigí nada para mí, y me desesperadamente me esforcé en mis estudios.

Después de todo… si en verdad lo intentaba, si era buena y hacía las cosas bien, creía que algún día, todo volvería a ser lo que solía ser, que recuperaría mi vida feliz.

Antes de darme cuenta, todos comenzaron a mirarme con una especie de asombro silencioso, pero distante. “María Campbell es una niña especial”. Decían. Empecé a ir a una escuela cercana y allí obtuve altas calificaciones en mis estudios. Los profesores me elogiaron.

Sin embargo… nada había cambiado. Mi padre no volvió a casa y la mirada de mi madre permaneció abatida. Aunque los otros niños no me ignoraron ni me acosaron, nadie quería jugar conmigo.

No importa cuánto lo intente, no importa cuántas personas me llamaron “especial”... nada cambió.

Finalmente, los que estaban a mí alrededor comenzaron a susurrar… “Debido a que es la hija ilegítima de un noble, la dejaron hacer trampas…” O “Simplemente los está engañando a todos con su magia…”

¿Qué tengo que hacer… para llevarme bien con todos? Ese era el pensamiento que siempre estaba en mi mente.

Un día, una compañera de clase mía trajo algunos bocadillos y golosinas caseras a la clase. Todos mis compañeros de clase se los comieron felices, parecían divertirse. Si hiciera bocadillos para todos como lo hizo esa chica, ¿me llevaría mejor con todos?

Antes de que se manifestara mi magia, a menudo hacía bocadillos con mi madre. Los bocadillos que había horneado con ella eran muy, muy deliciosos. Ese día, después de regresar a casa, comencé a recordar los pasos que mi madre me había enseñado y, por primera vez en mi vida, comencé a hornear bocadillos y golosinas.

Con bastante esfuerzo, finalmente completé lo que me propuse. Aunque no sabían tan bien como los que había hecho con mi madre en aquel entonces, todavía tenían un sabor muy nostálgico. Llenaban mi corazón de calidez.

Y así seguí practicando, una y otra vez, hasta que finalmente tuve confianza en cómo sabían. Luego lleve mis bocadillos a la escuela…

Y al igual como mi compañera de clase lo había hecho antes, puse mis bocadillos en la mesa del comedor donde todos mis compañeros de clase estaban sentados. Sin embargo… ninguno de mis compañeros de clase comió un solo bocadillo. Ni una sola mano se extendió hacia ellos.

Al final de nuestro almuerzo, todos volvieron a sus asientos. Empaqué los bocadillos sin comer y los puse en mi bolso. Cuando terminó la clase, todos mis compañeros se fueron a casa, dejándome sola en el aula.

Saqué un bocadillo de mi bolso y me lo puse en la boca. Aunque por lo general estaba animada cuando comía golosinas como esta, ahora estaba llorando. No entendía por qué las lágrimas no paraban, ya que gota tras gota caían de mis mejillas.

Seguí llorando mientras comía, merienda tras merienda, golosina tras golosina. Finalmente, los terminé todos, y una vez que llegué a casa, inmediatamente me metí en la cama.

“¿No vas a cenar?” Preguntó mi madre con voz monótona desde más allá de la puerta de mi habitación. Era como si cuidarme fuera solo una especie de obligación.

“Hoy no tengo hambre.” Dije.

La respuesta de mi madre fue tan monótona como siempre. “Ya veo.” Dijo, y se alejó.

Los maestros de mi escuela, mis compañeros de clase, la gente de la ciudad y ahora mi familia… todos me llaman “especial”. Pero ese “especial” significaba que era “anormal”. No importaba cuánto lo intentara, no importaba lo que hiciera, siempre me mantendrían a distancia y me mirarían con miedo.

¡Ya no quiero que me llamen así… ya no quiero que me llamen: “niña especial que usa magia de luz”!

¡No soy una hija ilegítima de un noble! ¡Nunca he engañado a nadie con mi magia…! ¡Todo lo que he hecho es trabajar duro para que todos me acepten, me aprueben! Yo… solo hice lo mejor que pude…

Nadie me miraría. Incluso mi madre desvió la mirada. Cualquiera… por favor. Cualquiera está bien… por favor, solo… ¡mírenme! ¡Miren a María Campbell!

La ley del país establecía que todos aquellos que tenían capacidad mágica tenían que asistir a la Academia de Magia una vez que fueran mayores de edad… una vez que tuvieran quince años.

La Academia de Magia… seguramente todos los estudiantes tendrán magia de algún tipo. Tal vez pueda allí ser una chica normal. Si me inscribo en la academia… tal vez pueda hacer amigos.

Esos fueron los pensamientos que llenaron mi mente mientras me acurrucaba en mi cama, en mi habitación oscura y solitaria. Lento pero seguro, la esperanza surgió de las profundidades de mi corazón.

Si me inscribo en la Academia de Magia…

Y así, con la esperanza que nutrí todo este tiempo en mi corazón, fui a la academia… solo para que todo se rompiera incluso antes de lo que esperaba.

Los estudiantes de la academia eran todos hijos de la nobleza, hijos e hijas de gente noble. La existencia misma de un plebeyo como yo era una anormalidad. Para empeorar las cosas, la naturaleza inusual de la magia de luz era conocida incluso entre la gente común, por lo que sabía que era una rareza incluso entre aquellos que manejaban magia.

Como resultado, solo seguí sobresaliendo. Cada vez más factores me hicieron anormal y extraña, y pronto me di cuenta de que no haría amigos. De hecho, pronto fui intimidada por poder usar magia de luz “a pesar de ser una plebeya”, aparentemente, fue visto como un gesto de arrogancia.

Poco cambió en la academia. Las cosas eran como estaban cuando vivía en mi ciudad natal, era difícil pasar el día. Sin embargo… pensé que si hacía lo mejor que podía, si hacía lo correcto y era una buena persona… seguramente las cosas cambiarían. Así que seguí trabajando duro.

Unas semanas después de comenzar en la academia, se realizó una prueba de aptitud académica y mágica para estudiantes. Supongo que hubo algo de valor en todo el arduo trabajo que hice, ya que obtuve buenas calificaciones en esas pruebas. Como resultado, terminé formando parte del consejo estudiantil.

Los otros miembros del consejo tenían una alta posición social. Estas eran personas con las que nunca hablaría si hubiera vivido toda mi vida en esa ciudad. Los estudiantes de segundo año también eran personas socialmente importantes. Rodeada de tales individuos, no pude evitar ser reservada. Pero no me llevó mucho tiempo darme cuenta de que estas personas apenas pensaban en la posición social. Todos fueron amables y amigables, nunca se pusieron aires.

En particular, había una persona característicamente amable, Lady Katarina Claes, la hija mayor del Duque Claes. Por alguna razón, ella era muy querida por la mayoría de los otros miembros del consejo, y se hizo una excepción para permitirle ingresar a las cámaras del consejo a pesar de que no era un miembro formal. Ella trataba a todos de la misma manera, ya fuesen nobles o plebeyos. Lady Katarina Claes siempre fue gentil y cálida.

Las cámaras del consejo estudiantil pronto se convirtieron en el único lugar en la academia donde podía descansar mi corazón y mi alma.

“¿Le interesaría hornear algunos bocadillos y traerlos aquí para compartir con nosotros, Lady Campbell?”

Un día después de las clases, Lady Katarina hizo esa pregunta. Todo fue tan repentino que me encontré congelada en el lugar.

“… Um. Lady Claes. ¿Cómo es que sabe sobre mi horneado…?”

Sin embargo, era cierto que había seguido horneando desde ese incidente. La receta de mi madre me recordó el pasado. Siempre me sentí un poco mejor después de comer esos bocadillos y golosinas horneadas. Aunque me había enfrentado a dificultades y desdichas desde que me inscribí en la academia, seguí horneando, tomando prestada una pequeña esquina de las cocinas para hacerlo.

Sin embargo, había hecho todo esto en secreto… y nunca había hablado con nadie en el consejo estudiantil al respecto. Entonces, ¿por qué Lady Katarina sabía de esto? No pude evitar mirarla meditando.

“Umm… Uh. E-Eso fue… porque me enteré por los chefs de la escuela, así que…” Lady Katarina respondió.

Si bien era cierto que les había pedido a los chefs que lo mantuvieran en secreto, era posible que los rumores de mis actividades se hubieran filtrado de una forma u otra…

“… Es como usted dice, Lady Claes… aunque tomé prestado un pequeño espacio en las cocinas para uso personal, solo hice una pequeña cantidad… Además, los bocadillos que preparo no son dignos de los paladares de los que están en el consejo, así que…”

Miré los refrigerios delicadamente elaborados sobre la mesa de la cámara del consejo. Nunca había visto bocadillos tan caros en toda mi vida. El consejo los comió de forma regular, apenas podía presentarles mis bocadillos caseros de aspecto barato. Me retiré sin antes intentar.

“Si bien soy aficionada a los refrigerios artesanales, ¡también me encantan los refrigerios y pasteles caseros!” Continuó Lady Katarina.

“¿Eh…? ¿Antes ha probado bocadillos caseros, Lady Claes?” Me sorprendió. Después de todo, la nobleza de este reino apenas trabajó en las cocinas. Como resultado, incluso los bocadillos que comieron fueron elaborados por artesanos y chefs profesionales. Asumí que los nobles nunca comerían nada hecho en casa por aficionados.

“Sí, por supuesto. La anterior jefa de limpieza en mi mansión estaba bastante interesada en hornear bocadillos, ya ves. A menudo me daba algo para picar. Y como puede ver, Lady Campbell… ¡ahora que estoy aquí en la academia me encuentro añorando esos bocadillos caseros! Me encantaría que pudieras darme un poquito cuando hornees otro lote… Por supuesto, pagaría todos tus ingredientes y también los gastos de mano de obra.” Dijo Lady Katarina, sonriendo encantadoramente mientras lo hacía.

“¡No, no! ¡No hare nada de eso, Lady Claes! No habrá gastos incurridos, ¡e incluso los ingredientes son proporcionados gratuitamente por las cocinas de la academia! Es simplemente un pasatiempo mío, y no tengo forma de saber si se adaptaría a tus gustos… Pero definitivamente puedo traerte algo en el futuro cercano…”

Aunque sabía que mis bocadillos apenas merecían ser comidos por una noble como Lady Katarina, me encontré de acuerdo, ya que su sonrisa me había involucrado en todo el asunto. Y luego, a alguien como yo…

“¿Eso es así? ¡Muchas gracias!” Dijo Lady Katarina, una vez más dándome esa encantadora sonrisa.

Quizás Lady Katarina estaba siendo considerada conmigo. Era una plebeya, y siempre estaba sola… horneando bocadillos en un pequeño rincón de las cocinas. Tal vez ella había escuchado los rumores de que había comido todos esos bocadillos sola y me había pedido probar algunos por simpatía hacia mi situación.

Sin embargo… Lady Katarina era una persona muy gentil y amable. Incluso si se trataba de simpatía, lástima o simplemente formalidades sociales… Era la primera vez que… alguien había pedido probar los bocadillos que preparé.

Me encontré de buen humor. Inmediatamente después de regresar a los dormitorios, preparé mis herramientas y esa misma noche fui a las cocinas para hornear los bocadillos que Lady Katarina me había pedido.

Desde aquella vez en que lloré y comí sola, esta era la primera vez que horneaba bocadillos y golosinas para alguien más.