Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 2

Capítulo 2: ¡He Llegado a la Academia de Magia!

Parte 1

Cuando llegó la primavera, finalmente me encontré asistiendo a clases en la Academia de Magia. Como su nombre lo sugiere, la Academia de Magia era una institución donde aquellos con aptitud mágica estudian para mejorar sus habilidades.

Aquellos que poseían tales capacidades debían asistir a clases en la academia una vez que cumplieran quince años. Durante dos años, estudiantes de todos los ámbitos de la vida tomarían clases allí mientras vivían en los dormitorios de la academia.

La academia fue financiada y dirigida por el propio reino, y los dormitorios se consideraron de primera clase. Era un campus bastante grande compuesto por el edificio de la escuela, los dormitorios para estudiantes y maestros, instalaciones de investigación mágica y similares.

Había una buena razón por la cual el reino construiría un campus tan lujoso. Aquellos con habilidades mágicas y, a su vez, sus hechizos mágicos, eran un gran activo para el reino. Después de todo, había pocas personas con aptitud mágica en las tierras circundantes. Hubo algunos aquí y allá, pero más que todo fueron la excepción que confirma la norma.

Nuestro reino, por otro lado, era casi anormal cuando se trataba de cuántos de nuestros ciudadanos tenían el potencial innato de la magia. Los poderes mágicos de estos individuos, a su vez, fueron utilizados para la expansión y el progreso del reino.

Esta academia fue la cristalización de las fortunas acumuladas por la población mágicamente capaz del reino, para que la próxima generación se guiara bien en el uso de sus talentos. El reino también se beneficiaría del descubrimiento del talento mágico. Estos factores fueron los que finalmente llevaron a la creación de la Academia de Magia.

En esta academia, aquellos con gran poder mágico tenían mucho respeto. De hecho, se decía que la cantidad de influencia que ejercían era solo superada por el rey mismo. A estos individuos se les prometieron asientos en el Ministerio Mágico, una poderosa organización de magos.

Y así, los chicos y chicas de quince años de todo el reino se inscribirán en la academia. Sin embargo, la mayoría de ellos eran nobles; de hecho, la mayoría de ellos provenían de familias que estaban en la cima de la sociedad aristocrática.

Quizás esta fue la razón de una norma social única: que la presencia o ausencia de aptitud mágica en una persona generalmente determinaba su posición social. Algunos incluso fueron adoptados por familias nobles en los peldaños más altos de la sociedad simplemente porque poseían un gran poder mágico. Ahora que lo pienso, hubo muchos nobles que encontraron su estatus elevado después de que en la academia se descubrió que poseían un talento mágico excepcional.

Pero, por supuesto, no todos los que nacieron con aptitud mágica eran nobles. Si bien era raro, este poder ocasionalmente surgiría entre la gente común. En tal caso, incluso si el futuro estudiante fuera de nacimiento común, se le permitiría inscribirse en la academia siempre que tuvieran poderes mágicos latentes.

Por lo que escuché, la última vez que un estudiante de nacimiento común entró por las puertas de la academia fue hace una década. Sin embargo, esta racha terminaría con mi generación. Por primera vez en diez años, un plebeyo había sido inscrito en la academia.

María Campbell. A pesar de que nació como una plebeya, la naturaleza de sus poderes mágicos era rara, su magia es la luz. Entre los cinco elementos mágicos, la luz era el más fuerte en términos de poder, y era raro encontrar a alguien capaz de manejarlo. De hecho, por lo que me habían dicho, había un puñado de ellos en el reino.

Aunque era de nacimiento común, María fue una de las pocas que fue capaz de “Manejar la Luz”. Como era de esperar, innumerables pares de ojos fueron centrados sobre ella en la ceremonia de admisión de la academia. Yo también terminé mirándola directamente, siguiendo las miradas de quienes me rodeaban.

Con su cabello rubio y suelto y sus ojos azules como el cristal, era una joven bastante bonita. De hecho, era fácil enamorarse de su belleza si uno la miraba por un tiempo demasiado largo. Una plebeya, y sin embargo, una usuaria de magia de luz. María Campbell era, sin duda, la chica más especial de esta academia, no, tal vez todo el reino.

Ante mis ojos no era otra que el personaje protagonista de Fortune Lover. Con el debut de la protagonista, ahora el juego finalmente comenzaba. A partir de este momento, el juego tardaría un año entero en terminar. Así comienza: La Gran Estrategia de Katarina Claes, La Guerra Contra los Finales Catastróficos.

“¡Los finales catastróficos nunca me superarán…!” Dije, respirando profundamente mientras apretaba los puños, preparándome para la tormenta que estaba por venir.

Los dormitorios de la academia estaban formados por bastantes edificios, cada uno destinado a un cierto rango de nobleza. Había uno para la realeza, otro para los nacidos de duques, marqueses, condes, vizcondes, barones… y así sucesivamente. Los estudiantes de la educación real y los de familias de duques eran considerablemente raros, y algunos años escolares no tenían estudiantes de esa naturaleza. Este año, sin embargo, se presentaron en vigor. Escuché que los estudiantes de familias nobles menores se vieron obligadas a tomar dormitorios un paso más abajo de lo habitual debido a la falta de espacio.

Afortunadamente, mis amigos y yo estábamos, en su mayor parte, algo más altos en la escala de nobleza, y todos habíamos terminado en el mismo edificio de dormitorios. En los dormitorios había áreas segregadas por género, un ala para los chicos y otra para las chicas. Pero también había áreas compartidas, como la cafetería o la sala de estudiantes, donde los estudiantes podían mezclarse con sus compañeros. Y mientras los estudiantes en cuestión hubieran dado su permiso, era posible que un estudiante visitara a un compañero de clase del género opuesto en sus habitaciones.

Por último, se nos permitía deambular libremente por los terrenos de la academia siempre que volviéramos a los dormitorios al anochecer. Aun así, esto no se hizo cumplir a menos que estuviéramos fuera y fuese muy tarde en la noche.

La razón de esto fue simple, la academia era una especie de comunidad amurallada, estrechamente vigilada y patrullada por las fuerzas de seguridad para garantizar la seguridad de sus estudiantes. Como resultado, no me sentí atrapada por mi nuevo entorno; de hecho, sentí que tenía una nueva sensación de libertad. Podía ver a mis amigos en cualquier momento que quisiera, al igual, o quizás con más frecuencia, que cuando estaba en la mansión.

Habían pasado unos días desde la ceremonia de inauguración, y hoy, Jeord me había invitado a su habitación después de la cena. “Ah, Katarina. He adquirido algunos bocadillos y dulces raros y exquisitos. Visítame en mi habitación después de nuestra comida.” Dijo.

Sin embargo, de alguna manera Keith se había enterado de esto, y apareció cuando me estaba preparando para irme, insistiendo en que él también iría a mi pequeña visita. Había un toque de desesperación en la forma en que hablaba. Quizás Keith no puede resistir al encanto de los raros y exquisitos bocadillos, que seguramente son bastante dulces. La próxima vez debería asegurarme de pedirle que venga.

Entonces Keith y yo nos dirigimos a la habitación de Jeord, y como me prometieron, se colocaron hileras de golosinas de aspecto delicioso en una mesa. La gran variedad era asombrosa, ¡simplemente había tantos tipos de bocadillos! Me pregunto dónde debería comenzar…

Mientras continuaba mirando la comida, vi a Jeord y Keith por el rabillo del ojo, aparentemente conversando.

“Si recuerdo con claridad solo extendí una invitación a Katarina. ¿Por qué estás aquí con ella, Keith Claes?”

“Ah, Príncipe Jeord. Había informado a los sirvientes de Hermana Mayor para que me informaran si algún… desarrollo ocurriera. Verás, mi hermana no tiene una buena sensación de peligro, no importa cuánto le advierta. Pensar que algo sucedería tan temprano en el período escolar… Fue sabio haber dependido de sus sirvientas.”

¡Oh! ¡Qué dulces tan raros! Algunos de estos nunca los he visto. ¡Se ven tan deliciosos! ¡Quiero morderlos ahora! Jeord y Keith, sin embargo, estaban a la altura de sus pequeñas charlas habituales y felices, y aún no habían tomado asiento. ¡Ugh! ¡Vamos! ¿Cuándo puedo hundir mis dientes en ellos?

“¿No estas sobrepasando tus límites, Keith Claes? Después de todo, no eres más que un hermano adoptivo…”

“¡Príncipe Jeord! ¡Príncipe Jeord! ¿Puedo… puedo comer esto? ¿Ahora?” Incapaz de contenerme por más tiempo, interrumpí su conversación.

“Ah, pero por supuesto. Después de todo lo preparé para ti. Come tanto como quieras, Katarina.” Dijo Jeord con una sonrisa algo nerviosa en su rostro. Con gratitud acepté su oferta, y rápidamente me planté en la silla más cercana.

Keith también parecía tener una sonrisa igualmente nerviosa. ¡Supongo que están pensando en cómo solo tengo comida en mi mente! Pero… ¿Cómo pueden culparme? ¡Mira todos estos bocadillos de aspecto delicioso presentados ante mí! Nadie en su sano juicio sería capaz de resistir.

Y así, los tres, finalmente, comenzamos a tomar nuestros refrigerios y té después de la cena.

“Ahora que lo pienso, acabo de conocer a esa chica, la que tiene magia de luz, antes de esta pequeña fiesta de té.” Dijo Jeord, cambiando de tema de forma repentina.

En ese mismo momento, mis mejillas estaban llenas de bocadillos, y estaba a punto de pasarlas con una abundante taza de té… cuando Jeord dijo aquello. Reflexivamente, todo el té que acababa de beber inmediatamente trató de salir a chorros. Afortunadamente, fui lo suficientemente rápida como para cerrar los labios, y evité un desastre. Estuve tan cerca de colorear al Príncipe Jeord y su mantel con un bonito tono de té marrón.

Eso estuvo cerca… Aliviada, me hundí en mi asiento.

Sin embargo, Keith, que estaba sentado a mi lado, parecía expresar interés en la declaración de Jeord. “Ah, sí. ¿Sería ella la plebeya que es el centro de atención en este momento?”

“Sí, de hecho. Hoy temprano me la encontré por casualidad durante un paseo por los jardines…”

¿Un paseo? Un paseo por los jardines y… ¡Ah! ¡Un evento! ¡Jeord ha encontrado a la protagonista!

En el escenario original de Fortune Lover, el personaje protagonista, curiosa por su nuevo entorno, intenta dar un paseo por los terrenos de la academia. Sin embargo, la academia es más grande de lo que pensaba, y se pierde. Para salir de su nueva situación, la protagonista trepa a un árbol mientras está vestida con una falda, alegando que: “Si subo este árbol, tal vez pueda descubrir dónde estoy exactamente…”

Es entonces cuando aparece Jeord, el príncipe de cuento de hadas, cabello rubio y ojos azules. La protagonista se sonroja, después de haber sido vista por el príncipe en un estado tan vergonzoso. Entonces el príncipe se interesarse en esta tonta y marimacho trepadora de árboles que es la protagonista y, al hacerlo, terminar escoltándola de regreso a su dormitorio.

… Y aquí estaba, contándome la secuencia de eventos, tal como había sido en el juego. Solo podía seguir escuchando a Jeord con desesperación. Así fue exactamente como resultó en el escenario de Fortune Lover… Después de esta reunión, Jeord comenzaría a interesarse en la protagonista, y muy pronto, él se enamoraría de ella.

“¿Oh? ¿Entonces hay otras mujeres que trepan árboles, además de Hermana Mayor?”

“Sí… también fue la primera vez para mí. Hace tiempo que me he acostumbrado a las payasadas de Katarina, y casi no lo veo como algo extraño… Pero la chica misma parecía avergonzada de haber sido vista en ese estado.”

“… Estoy de acuerdo, Príncipe Jeord. En circunstancias normales, cualquier mujer se sorprendería si la vieran trepando un árbol con una falda… La mayoría de las mujeres no dirían simplemente: ‘¡Oh, no te preocupes por eso! ¡Soy una profesional cuando se trata de trepar árboles!’ Y especialmente no en ese tono de confianza…”

“Bueno, podemos decir que Katarina es la excepción que confirma la norma. Ah, pero ese es otro de los encantos de Katarina… ¿Hmm? ¿Estás escuchando, Katarina?”

Ugh… Katarina Claes, la prometida de Jeord para evitar otras pretendientes… Una vez que Jeord se enamore de la protagonista, la verá como una obstrucción… ¡Un obstáculo…!

“¿Me estás escuchando, Katarina? Ah… supongo que la hemos perdido, Keith. Ella no parece estar asimilando nada de lo que estamos diciendo. Ella en verdad tiene un don para distraerse de ese modo, ¿verdad?”

“… Desafortunadamente ese es el caso, Príncipe Jeord.”

Ah… esto es malo, ¡esto es terriblemente malo! Solo han pasado unos días desde el comienzo de este período escolar, ¡y Jeord ya está encantado por las artimañas del protagonista! ¿No es ella un poco demasiado encantadora? ¡Puedo sentir los finales catastróficos arrastrándose detrás de mí!

Cuanto más lo pensaba, más me inquietaba, hundiéndome en mi propio mundo. En medio del pánico, olvidé verificar una cosa muy importante, ¡la progresión de la relación de Jeord con la protagonista…!

“Ah, ahora es un buen momento, Hermana Mayor. Deberíamos volver a nuestras habitaciones.” Dijo Keith mientras yo continuaba murmurando, perdida en mis pensamientos. Parecía que los dos encontraron mi estado de confusión divertido. “Hermana Mayor… Ya no estamos en nuestra mansión. Realmente no deberías recoger cosas extrañas y asumir que son comestibles…”

“Es como él dice, Katarina. Ya tienes quince años de edad. En verdad deberías dejar de recoger cosas extrañas del suelo, y mucho menos consumirlas regularmente.”

Parecía que tanto Keith como Jeord suponían de que había comido otro hongo no identificado o algo así, y así terminé sintiéndome mal. En su defensa, tales incidentes habían sucedido varias veces…

Sin embargo, tuve un problema con la forma en que describían mis actividades… ¡Nunca “recojo cosas extrañas del suelo”! ¡Solo “recojo” frutas de árboles y plantas! ¡Eso no cuenta como “recoger y comer cosas extrañas”!

Además, en la docena de veces que había hecho algo así, solo dos incidentes habían resultado en dolores de estómago terriblemente incapacitantes… Keith y Jeord, sin embargo, parecían tener ideas muy rígidas sobre mis hábitos alimenticios. Incapaz de aclarar el malentendido, me enfurruñé todo el camino de regreso a mi habitación.