Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 7

Capítulo 2: Secuela, La Pequeña Camarera Adorable y el Cachorro y el Cachorro y el Cachorro

Parte 5

Dale vislumbró fugazmente a Vint por el rabillo del ojo y descubrió que el cachorro tenía una mirada satisfecha de sí mismo. Dale no dejó que se notara en su rostro, pero eso lo molestó.

Varios de los otros lobos voladores tenían una expresión de “bueno, no hay nada que hacer” en lo que respecta a la conversación entre Dale y la madre de Vint. Considerando lo fluida que era para disculparse, Vint también debe haber hecho lo que quisiera en su pueblo natal.

“Por cierto, ¿por qué viniste aquí…?”, Preguntó Dale.

“Mis hijos, tres, se fueron. Buscando”, respondió la madre loba con torpeza.

Mientras Dale pensaba en ese significado, Vint se acercó al lado de su madre con una mirada sabelotodo sobre él.

“Dijo que quería venir, no se podía evitar.”

“¿Tres?”

“Triste dejar a otros atrás, así que no se podía evitar.”

Con la respuesta de Vint, Dale llegó a la conclusión de que probablemente estaban discutiendo sobre los tres cachorros. Aplicando un poco de traducción liberal, lo que estaba diciendo era: “Tres de mis hijos desaparecieron, así que vine a buscarlos”.

Cuando Dale asintió satisfecho, la madre de Vint abrió de repente la boca y mordió a su hijo.

“¡Yelp!””

“Ooh, en realidad sonaste como un perro para variar…”

Vint continuó siendo mordisqueado mientras Dale estaba parado allí viendo algo inusual que lo impresiono. Vint trató de escapar, pero su madre lo conducía fácilmente por la nariz. Cuando lo inmovilizó con su pata delantera, Vint volvió a soltar un patético grito.

Los otros lobos voladores no mostraron signos de tratar de detener este intercambio entre madre e hijo. Como tal, Dale tampoco tenía ganas de involucrarse. No quería interferir con esta disciplina de estilo canino, y aunque Vint estaba siendo mordido, no parecía estar herido ni sangrando. Estaba claro que su madre conocía la moderación. Incluso para alguien de una especie diferente como Dale, ese hecho era obvio.

Pero, bueno… ser mordido por un carnívoro tan grande es una disciplina bastante dura…

También estaba asombrado de la forma en que la madre loba manejaba sus movimientos. A pesar de la rapidez de Vint, no pudo hacer nada, se quedó impotente para evitar que su castigo continuara. Ella pudo haber sido aún más hábil en combate físico que Hagel.

Después de un corto tiempo de soportar ese castigo, Vint se dio la vuelta y le mostró su vientre a su madre. Era una pose de rendición completa.

Con eso, su madre detuvo su ataque.

Dale miró a Vint y vio que estaba llorando. Era la misma cara que había puesto cuando hizo enojar a Latina y ella declaró que dejaría de cepillarlo. Al parecer, realmente lo sentía.

“Um… si se trata solo… tus hijos, entonces pueden estar en la ciudad, pero… si una gran cantidad de bestias míticas descienden sobre una ciudad humana, resultará en un caos total… “

En realidad, solo su vuelo tan cerca había causado mucho caos como es.

“Entendido.”

“Vendré de nuevo con ellos mañana, así que ¿puedo hacer que esperes en un lugar alejado de la ciudad?”

“Mis sinceras disculpas por repetidamente causarle tantos problemas”.

Dale no pudo evitar preguntarse qué había hecho Vint en casa para dar como resultado este vocabulario de su madre.

Después de despedir a Dale y Vint, los lobos volaron al otro lado de la montaña. Dale dio un suspiro de alivio, pensando que si estuvieran lo suficientemente lejos como para que no pudieran ser vistos, no se formaría una unidad de exterminio.

Por lo tanto, Dale detuvo con éxito una pelea entre bestias míticas y humanos incluso antes de que comenzara.

Sin embargo, había olvidado algo: había alguien en el Ocelot a quien le tomaría aún más tiempo convencer que los lobos voladores.

Lo que vio Dale cuando regresó al Ocelote fue a Emma con sus brazos alrededor de los cachorros, objetando con todas sus fuerzas. Su cobarde “hermano mayor” Kenneth estaba mirando y pensando, con una expresión que decía que no tenía intención de involucrarse en las protestas de su amada hija. Parecía que tenía miedo de que si se llevaba a los cachorros, ella jugaría su carta de triunfo de gritar “¡Te odio, papá!”

Si su madre Rita le gritara, eso pondría fin a la situación, pero también provocaría un ataque de llanto tan feroz que parecería que el mundo se estaba acabando. Entendiendo eso, y también siendo suave con la adorable niña por naturaleza, los clientes habituales eligieron simplemente mirar y esperar.

Parecía que lo máximo que los pequeños brazos de Emma podían sostener con fuerza eran dos cachorros, por lo que la hembra de pelo gris logró liberarse. El cachorro se dirigió hacia Latina con la cola moviéndose, y cuando la atención de Emma se centró en querer recuperarla, las otras dos lograron escapar de su alcance. Todos los cachorros se agruparon alrededor de Latina, moviendo con entusiasmo sus colas. Mientras miraba eso, Emma frunció sus pequeñas cejas firmemente disgustada.

“Emma”, dijo Latina en un tono muy amable y agradable. Eso fue suficiente para que la chica rompiera los sollozos. Latina hizo una seña a Emma con una sonrisa y luego la levantó en un abrazo.

“¡No… no quiero…!” Gritó Emma en voz alta mientras lloraba.

“Bien”, respondió Latina, solo abrazando y escuchando a la chica en lugar de regañarla. Acarició el cabello de Emma para calmarla, y esperó pacientemente hasta que la niña se calmara.

“Escucha, Emma…” dijo Latina con voz suave, mirando a Emma directamente a los ojos. “Su madre vino a recoger a estos pequeños. Escuché que está realmente preocupada por ellos”.

“Pero pero…”

“Lo sé. Tú también lo entiendes. Te sientes triste por eso, ¿verdad?”

Aunque siguió objetando, Emma no negó la declaración de Latina. Todo el tiempo, una sonrisa amable permaneció en el rostro de la chica mayor.

Latina había sido una niña muy mimada. Sin embargo, no la habían malcriado, ya que constantemente se contenía. Pero en el fondo, aún era una niña mimada.

Tal vez así era como era debido a la gran pérdida que había sufrido cuando era muy joven. Y también puede haber sido afectado por el interminable cariño de Dale.

Como resultado, Latina era experta en lo que respecta a adorar a los demás.

Se acercaría suavemente, y con gran amabilidad y su naturaleza única y relajante, apoyaría a los heridos. Al verla desbordarse de tanta preocupación por los demás, a veces parecía casi divina.

Bueno, si los señores demonios son como un tipo de dios, ¡entonces creo que sentir que es una “diosa” no está exactamente mal!

Sin embargo, como era de esperar, ese hecho no tuvo nada que ver con cómo se sentía Dale.

Ver cuánto había crecido solo hizo que se destacara aún más lo que él no había hecho, hasta tal punto que casi se sintió refrescante.

“Vint, puedes entregar a tus hermanos a tu madre, ¿verdad?” Dale llamó a Vint, de repente recordando que estaba allí.

“Guau.”

Inmediatamente después del regaño de su madre, Vint había estado actuando mansamente, pero desde entonces había vuelto por completo a su ser habitual, holgazaneando.

“¿No sentirán nostalgia, o se sentirán solos o algo así…?”

Los cachorros no parecían sentirse así en lo que respecta a su despedida. Por eso Dale había pensado preguntar, solo para que Vint respondiera sin dudarlo, como siempre, “Solo tráelo de nuevo, está bien”.

“Hey.”

El cachorro aparentemente no tenía intención de arrepentirse.

“Pueden venir por su cuenta…”

Dale no pudo dar una respuesta inmediata a esa declaración.

No tenía idea de cuánto tiempo les tomaría a estas bolas de pelo crecer lo suficiente como para comprender el lenguaje del hombre y volar por su cuenta. Sin embargo, no había garantía de que en unas pocas décadas, no habría cachorros con alas deambulando por todo Kreuz. De hecho, en realidad era bastante fácil de imaginar.

Si dejo que Latina vaya a jugar en el altísimo asentamiento de lobos… no. Eso solo empeoraría las cosas…

Si llevara a Latina a visitar su pueblo natal con frecuencia, los lobos altísimos podrían desahogarse al encontrarse con ella en las montañas. Ese pensamiento se le ocurrió por un instante antes de que lo derribara. Con eso, el número de lobos volando que la conocía solo crecería, y existía la posibilidad de que empeorara la situación.

Después de no encontrar una solución concreta, Dale miró a Latina, que sostenía a Emma en sus brazos.

Por ahora, parecía que este incidente al menos cerraba la distancia entre esos dos de una sola vez.

Emma era tan joven que incluso Dale no se sentía celoso de ella. Sin embargo, Theo tenía una expresión compleja en su rostro, al haberle quitado a su “hermana mayor” y a su hermana pequeña al mismo tiempo.

Dale se perdió de nuevo en sus propios pensamientos, pensando que no había ayuda para la forma en que Theo se sentía.

Por cierto, Dale había olvidado que no había garantía de que las bolas de pelo en cuestión solo se comportarían y regresarían obedientemente a casa.

“Arf”. “Arf”. “Arf”.

“¿Gah?! ¡Aléjate de allí!”

Eran los hermanos de Vint. No había forma de que las cosas fueran tan fácilmente.

“Arrf”. “Urf”. “Arf”.

“¡No vayas a llorar así! ¡Haces que parezca que estoy haciendo algo mal!”

“No deberías ir a enseñar a los jóvenes a abusar de los animales”.

“¡Cállate tú!”

Dale y las valientes bolas de pelo que huían jugaban un juego dentro del Ocelot, con los habituales interfiriendo con burlas ocasionales. Ese “juego” continuó hasta la noche, hasta que las bolas de pelo se durmieron con miradas satisfechas en sus caras. Dale los llevó de regreso a su madre al día siguiente, señalando el final de este caos.