Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 7

Capítulo 2: Secuela, La Pequeña Camarera Adorable y el Cachorro y el Cachorro y el Cachorro

Parte 4

No había pasado ni un mes antes de que llegara el momento de que las bolas de pelo volvieran a casa.

Los primeros en darse cuenta de la situación fueron los miembros del cuerpo de guardia encargados de mantener la paz en Kreuz. La razón por la que el Conde Kleinmifel, el gobernante de Kreuz, preparó un cuerpo de guardia a pesar de que tales cosas no se conocen en la mayoría de los otros dominios fue porque había tantos aventureros poderosos en Kreuz. Los aventureros tenían sus propias reglas tácitas y una organización autónoma, pero las cosas no podían simplemente dejarse para eso. Como tal, era necesaria una organización específicamente encargada de mantener la paz en la ciudad. Como sus deberes estaban relacionados, los guardianes de la ciudad también se contaban como miembros del cuerpo de guardia. Los otros condes contratarían soldados personales para proteger sus mansiones y pueblos de enemigos externos, pero el cuerpo de guardia se ocupaba principalmente de los residentes del pueblo. Como tal, los guardias eran un tipo diferente de organización que los soldados que estaban parados sobre las paredes de la ciudad, patrullando y vigilando el exterior. Sin embargo, sirvieron al mismo señor y sus guarniciones estaban cerca una de la otra, por lo que no era como si no interactuaran.

Fue de esa manera que el capitán de la guardia se enteró de que innumerables figuras se acercaban a Kreuz. Al principio, los guardias solo habían escuchado a medias la información, sin pensarlo profundamente. Después de todo, no era raro ver bandadas de pájaros o bestias mágicas voladoras moviéndose en grupo.

Eventualmente, sin embargo, el capitán se dio cuenta de cierto hecho que lo hizo sudar frío sobre todo su cuerpo. Inmediatamente envió a un subordinado al Ocelot y construyó una fuerza de tarea de emergencia.

Cuando llegó al Ocelot, los miembros clave ya se habían reunido, y Vint estaba sentado en silencio en medio de ellos. Sus hermanos con sus colores de piel a juego estaban sentados en la misma postura, mirando a las personas a su alrededor. Pueden haber estado pensando que esto era algún tipo de juego.

Vint soltó una risa avergonzada y sacó la lengua mientras todos lo miraban, y luego confirmó que la situación era tal como el capitán había pensado.

“El olor de mamá vino”.

Con esa línea, había confirmado que una manada de bestias míticas había volado a Kreuz.

“… Es solo cuestión de tiempo antes de que las tropas se den cuenta de lo que realmente son”.

Como formaban parte de una organización diferente, el capitán no podía ejercer su autoridad para interferir.

“Estoy seguro de que formarán un escuadrón para eliminarlos”.

“Sí, eso tendría sentido”.

“Esa sería la reacción normal, generalmente…”

Las bestias míticas eran el tipo de seres que normalmente solo aparecían en las epopeyas y leyendas, por lo que en general sería imposible incluso imaginar a alguien que quisiera vivir como un perro mascota en un bar en las afueras de la ciudad, solo para disfrutar de las habilidades de cepillado de uno de sus empleados. Incluso con una explicación, nadie, aparte de los clientes habituales que lo habían experimentado todos los días, creería este hecho confuso y extraño.

“Nuestros habituales aventureros podrían tener las cosas bajo control… pero no todos los aventureros en Kreuz frecuentan nuestro lugar…”, dijo Rita con un suspiro. Kenneth continuó con un tono similar al que había usado su esposa: “Si algunos aventureros cegados por la avaricia van por una carga imprudente y son derrotados en el proceso… bueno, incluso podría ser alguien con buenas intenciones que se entusiasme demasiado., pero eso podría generar rencor “.

“Incluso si son bestias míticas, no hay garantía de que salgan ilesas, tampoco…”

Los aventureros normalmente se ganaban la vida cazando raras bestias mágicas. Nadie tenía derecho a impedir que lo hicieran. A pesar de que los aventureros del Ocelote Danzante poseían una gran influencia, no podrían imponer tal restricción.

“Vamos a trabajar horas extras todos los días a partir de hoy…”

La idea de la limpieza de la que seguramente estaría a cargo, sin importar cómo se desarrollaran las cosas, hizo que el capitán de la guardia se sintiera mareado y lo hizo suspirar.

“… ¿Qué pasa si llevo a los cachorros y salgo de Kreuz?”, Ofreció Latina, al ver el estado en el que todos estaban. Estaba sentada en una silla con Emma sobre sus rodillas y el cachorro negro sobre el regazo de la niña, una pila de dos niveles. Todos miraron juntos en respuesta a la propuesta de Latina, pero pronto sacudieron la cabeza de lado a lado.

“Eso no sería suficiente, pequeña dama”.

“Solo empeoraría las cosas”.

“Si terminamos con más, sería imposible de manejar, ¿verdad?”

Si Latina entrara en contacto descuidadamente con los lobos voladores, entonces había una gran posibilidad de que se sintieran encantados con ella y aumentara el número de “cachorros”. Era fácil imaginarla tratando de negociar para que se fueran pacíficamente, solo para terminar haciendo que toda la manada la siguiera de regreso a la ciudad.

“Parece que tendremos que dejarlo en tus manos”, dijo Kenneth, dándole palmaditas en el hombro a Dale.

“Sí… parece que sí”, consintió Dale con un suspiro. Seguía siendo un conocido de los lobos voladores, incluso si no era tan aceptado por ellos como Latina.

Vint tenía una mirada completamente tranquila en su rostro, solo para que Dale se pusiera de pie y le diera un ligero golpe en la cabeza.

“Tú también vienes, por supuesto”.

“¡Guau!”

Y así, los miembros de la fuerza de tarea de emergencia en el Dancing Ocelot decidieron enterrar la verdad detrás del incidente lo más rápido posible, enviando a Vint y Dale bajo el velo del secreto para hacerlo.

Había una razón detrás de la necesidad de hacerlo “bajo el velo del secreto” también. Tal como temía la fuerza especial de emergencia, las patrullas pronto descubrieron la identidad de esas bestias voladoras. Se había decidido que la entrada y salida a través de las puertas estaría restringida en gran medida, bajo los pretextos de seguridad y la necesidad de formar un plan. Pero aun así, Dale y el cachorro salieron sigilosamente de Kreuz usando su puerta sur habitual.

De esa manera, se trataba de un complot que se ocultaba con la asistencia total del cuerpo de guardia.

Después de abandonar Kreuz, Dale confirmó que los lobos ya estaban a una distancia en la que podían verse a simple vista, y luego miró a Vint por el rabillo del ojo.

“Vint, guíalos a algún lugar un poco alejado de la ciudad. ¿Puedes usar la magia del viento o algo para que nos noten?”

“Lo intentaré”.

La magia del viento de Vint se había ganado el sello de aprobación de su padre. Lanzando un rugido junto a dirigir su magia, el cachorro logró obtener las formas en la distancia para que de repente dejaran de moverse.

“Se dieron cuenta… movámonos”, dijo Dale antes de salir a correr a una velocidad mucho mayor de lo que un humano normal podría lograr. Vint pareció sorprendido al principio, pero luego felizmente se fue a toda velocidad detrás de él. Vint olvidó su objetivo en el camino y comenzó a disfrutarlo como si estuvieran jugando un juego. Esto hizo que casi vuela directamente hacia Dale cuando se detuvo en su destino.

“¡Tonto tonto!”

“¡Guau!”

Con un juego de pies rápido, Dale esquivó a Vint, luego le dio un ligero golpe en la cabeza. Con eso, el cachorro pareció recordar lo que estaba pasando y comenzó a arreglarse, como para pasar por alto lo que acababa de pasar.

El lugar al que Dale había guiado a los lobos voladores era el claro abierto utilizado como espacio de aterrizaje de dragones voladores cada vez que lo invitaban a la capital. Dale y Vint miraron hacia el cielo y vieron descender a numerosos lobos voladores. A la cabeza había un esbelto lobo de piel negra con el que Dale estaba familiarizado. Dale había visitado previamente el pueblo de lobos para solicitar la ayuda de Hagel. En ese momento, había conversado con esta loba, la madre de Vint. Tenía pelaje negro azabache, y no era tan fluida en los idiomas del hombre como Hagel y Vint.

Aparentemente ella también recordaba a Dale. Sin dudarlo, aterrizó suavemente justo al lado de Dale, sin siquiera hacer un sonido. Vint se volvió para mirar su cuerpo negro azabache y meneó la cola.

“Mamá.”

Miró a Vint y Dale con sus ojos marrón rojizo oscuro y con una voz aguda y femenina dijo: “Perdón por todos los problemas que mi hijo te ha causado”. Dale lo había escuchado antes, pero realmente parecía extrañamente acostumbrado a decir esas palabras.

“No, él ha sido no…” Dale comenzó a responder con ese viejo cliché, pero luego se detuvo y pensó por un segundo. Pensó si Vint había sido una molestia o no.

Se mueve al ritmo de su propio tambor, pero lleva cosas para Latina y juega con Theo… De hecho, ha estado trabajando bastante duro, ahora que lo pienso.

Puede que en realidad haya estado haciendo bastante en comparación con los perros guardianes en todo el mundo. Sin embargo, realmente hizo lo que le agradaba demasiado, por lo que Dale dudaba en alabarlo.

Habiendo llegado a una conclusión interna, Dale miró hacia la madre de Vint. Puede que no haya querido elogiar a Vint, pero tampoco podía preocupar a la madre del cachorro.

“Honestamente, ha estado haciendo un buen trabajo al llevar a cabo todas las tareas que se le asignaron, por lo que no debe preocuparse”.

“De ningún modo. Seguramente solo te causa problemas…”

“No, ese no es el caso en absoluto”.

A pesar de ser un tipo de conversación muy común entre dos guardianes, era una situación bastante extraña, ya que uno de ellos era una bestia mítica.