Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 10

Capítulo 1: La Princesa Vampiro Super Poderosa Y La Gran Batalla De La Conejita Divina

Parte 3

“Pero nuestro querido tío nunca dijo una palabra, ¿verdad?”

“¡Ah!”

De repente, el dolor en el pecho de Yue se sintió mucho más real. De pie frente a ella no estaba su tío, sino una copia sonriente de sí misma. Y lo que la apuñalaba en el pecho no era una espada, sino una lanza de hielo. El escenario era el mismo que el de su pasado traumático, lo único que había cambiado eran los actores. Todo el flashback que Yue había presenciado probablemente apenas había durado un segundo en la vida real.

“¡Eres tan malditamente persistente!” Yue maldijo, algo raro en ella, y creó una esfera espacial a su alrededor. Eso hizo que su copia volara y su regeneración automática empujó la lanza fuera de su pecho. La copia se enderezó en el aire, usando la magia de gravedad para evitar que se estrellara contra la pared.

Detrás de Yue, Ubaldo y sus hombres estaban ocupados matando a su madre, padre y amigos. Con una sonrisa burlona, su copia arrojó más abusos verbales.

“Todos los demás dudaban de Dietleed, pero nosotras elegimos creer en él.”

Yue ignoró las palabras de su copia y disparó una Ruptura del Vacío. El espacio se deformaba a su alrededor, nublando tanto a su copia como la visión a su alrededor. Parecía como si estuviera mirando al mundo a través de un espejo roto. Sin embargo, la visión no desapareció. Además, la copia usaba su propia magia espacial para protegerse de la Ruptura del Vacío de Yue.

“¡Fuiste traicionada! ¡Me traicionaron!”

La copia gritó, su voz sonaba tanto alegre como triste. Se deslizó a un lado y lanzó su siguiente ataque. Numerosas balas de viento corrieron hacia Yue. Al mismo tiempo, una tormenta de balas rodeó a Aletia en su visión. Pero mientras Yue contrarrestaba sin decir una palabra el asalto, Aletia gritaba de dolor mientras la atravesaban. El bombardeo continuó, tanto en el pasado como en el presente.

“Tenías tanta fe en él. ¡Creíste en los lazos que habías cultivado!”

Aletia voló a través de la habitación, directamente entre Yue y su copia. Aunque seguía recibiendo heridas fatales, su regeneración automática la salvaba cada vez. Sin embargo, su regeneración no podía reparar su corazón destrozado. Confundida, herida y poco dispuesta a aceptar la realidad, Aletia ni siquiera trató de defenderse. Cayó al suelo, la luz desapareció de sus ojos. Ya no tenía ganas de seguir adelante.

Lo que pasa después es algo que Yue recordaba bien. No necesitaba ver las escenas para recordarlo.

Después de ser derrotada, Yue había sido encadenada. Su dolor la había hecho perder el conocimiento y cuando se había despertado había quedado atrapada en el abismo. A partir de ahí, habían pasado 300 años. En esa negra prisión, en las profundidades de la desesperación, Yue había alimentado su odio. Continuamente.

“La gente traiciona a otros para su propio beneficio. Ese es un hecho innegable.”

La copia apuntaba a la figura de Aletia arrastrándose patéticamente por el suelo. Echa un buen vistazo. Acepta la realidad.

“El hombre que amas, tu mejor amiga, tus seres queridos, todos te traicionarán eventualmente.”

Hajime Nagumo, Shea, y todos los demás inevitablemente traicionarían a Yue como lo había hecho su tío. Ese era el miedo escondido en lo profundo del corazón de Yue. Que cosas como la confianza o los lazos eran una farsa. Sin embargo-

“…¡Adiós, pasado oscuro!”

Una enorme onda de choque onduló a través la visión. Maná dorado giraba alrededor de Yue, extendiéndose por la habitación. Yue miró hacia abajo a su pasado, arrastrándose por el suelo y la pisoteó. La visión se nubló, como si un televisor recibiera una mala señal. Luego se desvaneció y Yue regresó a la habitación con el árbol y los espejos de hielo.

Esta vez sí que había destruido la visión.

“Supongo que ya no te afecta después de todo. Pero lo adiviné cuando me di cuenta de que me estaba debilitando.”

La copia parecía algo resignada. Esta prueba en particular era una prueba para ver si los aspirantes podían o no superar sus propias emociones negativas y traumas del pasado. Cuanto más negaba alguien sus verdaderos sentimientos, más fuerte se hacía su copia. Por otro lado, si eran capaces de aceptar su propia debilidad, su copia se debilitaba. Esa era la base de este juicio. Sin embargo, ni una sola vez desde el comienzo de este juicio la copia de Yue se había fortalecido. Lo que significaba que no solo ver su traición de nuevo no había conseguido perturbar a Yue, sino que no había dudado del amor de Hajime ni de la amistad de Shea en lo más mínimo.

“Hmph, ¡por supuesto! ¡Todo el mundo ama a un personaje mascota como yo!”

Proclamó Yue mientras se hinchaba el pecho con orgullo.

Un silencio dolorosamente incómodo siguió a su declaración. Yue miró un poco hacia otro lado cuando se dio cuenta de que su copia ni siquiera iba a dignificar eso como una respuesta. Suspirando, la copia continuó como si nada hubiera pasado.

“Aún así, me debilité lentamente, lo que prueba que aún tienes un poco de miedo de ser traicionada.”

La copia intentó abrirse camino hacia cualquier pequeña duda que Yue aún tenía. Pero, aunque sus despectivas palabras sonaban verdaderas, Yue no fue influenciada.

“…¿Y qué? Esa traición es una parte importante de mi vida.”

“¿Qué has dicho?”

La copia le dio a Yue una mirada de confusión.

“Después de todo, si no me hubieran traicionado, si no me hubieran encerrado en el abismo, yo…”

“…Nunca habría conocido a Hajime.” Yue aún recordaba lo mucho que le había dolido la traición de su tío. Cuánto dolor le había causado. Estaba desesperada. Se había rendido al odio. Incluso se había resignado a su destino. Su encarcelamiento había sido tan agonizante que deseaba la muerte. Pero, ¿y qué?

“Si es sólo gracias a esa traición que pude conocerlo, entonces, incluso si pudiera hacer el pasado de nuevo, haría la misma elección cada vez. Volvería a pasar por ese infierno. Incluso si pudiera volver atrás en el tiempo y volver a ese día, seguiría haciendo todo de la misma manera.”

Hajime se lo había dicho una vez a Yue. Había sido traicionado por sus compañeros, enviado al fondo del abismo y obligado a sufrir una y otra vez. Pero aún así, dijo que estaría dispuesto a hacerlo todo de nuevo para encontrarse con Yue. Yue se rió para sí misma mientras pensaba en ese momento.

Su amor por Hajime era tan fuerte que ella estaría dispuesta a aceptarlo aunque él la traicionase. Por supuesto, no dudó de Hajime. Pero no fue la confianza lo que construyó la base de su relación. Más bien, fue un amor abrumador. Amor lo suficientemente fuerte como para aceptar cualquier cosa que Hajime pudiese hacer y asegurarse de que nunca escapase de sus manos. Su voluntad no provenia de la confianza, sino del deseo.

En cierto modo, el amor de Yue por Hajime era bastante retorcido. En circunstancias normales, un amor como ese puede llevar a la ruina. Pero su pareja era lo suficientemente anormal como para aceptar el amor despótico de Yue.

La copia de Yue se encontró incapaz de negar su declaración. Después de todo, era una prueba fabricada por el laberinto, lo que significaba que conocía los verdaderos sentimientos de Yue, que acababa de superar su propia prueba.

El amor de Hajime por Yue era una dependencia insana. Y el amor de Yue por Hajime era demasiado autoritario para ser sano. Realmente eran dos guisantes en una vaina. Suspirando con exasperación, la copia miró hacia el techo helado.

Estos dos están realmente locos. Dios, sólo quiero gritar ahora mismo.

Tanto Hajime como Yue habían sido traicionados y habían sido en los puntos más bajos de sus respectivas vidas cuando se conocieron. Un romance puro como los de los cuentos de hadas no les convenía a los dos en lo más mínimo, por lo que la copia sabía que ya no podía sacudir a Yue sacando a relucir su traición o cuestionando su confianza.

El combate estaba decidido. Yue había superado su juicio. Y como su amor, lo había hecho de una manera que el laberinto no había planeado. Ella no había superado la oscuridad de su corazón, simplemente reconoció su existencia.

“Es hora de terminar con esto…” Declaró tranquilamente Yue. Su maná dorado llenaba la habitación. Soltó a sus cinco dragones elementales, usando toda la magia antigua que tenía a su disposición.

La debilitada copia no tenía forma de salir del inquebrantable asalto de Yue. Sin embargo, no se había dado por vencida. Sus labios se acurrucaron con una leve sonrisa de satisfacción.

“Ya veo. Así que la fuente de tu fuerza es Hajime Nagumo.”

Aletia se había ido hace mucho tiempo. El hecho de que Yue la hubiese aplastado sin dudarlo era prueba de ello. Eso significaba que el pasado de Yue no podía agitarla. ¿Pero qué hay de su futuro?

Incluso cuando los dragones de Yue hicieron volar la magia que su copia había invocado para defenderse, no estaba desconcertada. Sólo hablaba con calma y decía: “Sólo estás apartando la vista de la contradicción.”

“¿Eh?”

“Nunca se te ocurrió que tal vez deberías pensar en quién y qué eres, ¿verdad?”

“¿Qué estás…?”

“¿De verdad crees que serás capaz de estar a su lado para siempre?”

“¿Eh…?” La voz de Yue vaciló un poco. Tres de sus dragones habían sido destruidos por el contraataque de su copia y los dos que habían pasado desapercibidos, aunque Yue debería haber dado un golpe claro. Un poco de la energía perdida de la copia fue devuelta.

“Tch… Te aplastaré con fuerza, entonces.”

“¿Estás a la altura de las circunstancias?”

La lucha debería haber sido decidida, pero una vez más se desató.