Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 4

Capítulo 3: Encontrándote en este Mundo

Parte 2

Con un crujido sordo y molesto, la puerta del interior del vagón se abrió. La luz del exterior se filtró hasta el interior de la plataforma cubierta, reemplazando el mal olor del cuerpo por aire fresco.

Miharu miró preocupada a la puerta abierta… Pero no era sólo ella. El vagón estaba repleto de hermosas mujeres jóvenes cuyas miradas se dirigían vacilantes hacia la puerta, cuando apareció un chico con una cara andrógina. Todas miraron a Rio.

Cuando sintió que las miradas de todas las chicas se cerraban sobre él al mismo tiempo, empezó a mirar alrededor de la plataforma con cierta incomodidad. Como todo el mundo, Miharu también estaba observando la cara de Rio.

Está buscando a alguien… ¡¿Eh?! Miharu se estremeció cuando sus ojos se encontraron.

Mientras Rio la miraba, absorto, Miharu le devolvió la mirada aturdida. Ella sentía como si estuviera siendo absorbida por sus ojos. Los dos continuaron mirándose en silencio; Rio se quedó tan quieto que parecía que el tiempo se había detenido. Lo mismo podría decirse de Miharu, también.

“…..” Rio murmuró algo que Miharu no entendía, con sus ojos llorosos y su cara retorciéndose como si estuviera a punto de llorar mientras la miraba. Entonces, por alguna razón, Miharu sintió que también quería llorar.

A pesar de que ella lo conocía por primera vez, había una sensación de nostalgia que no podía ser descrita elevándose dentro de su pecho.

Después de un tiempo, la expresión de Rio cambió a una que parecía bastante culpable. Envainó la espada en su mano derecha como para esconderla, antes de dar un vacilante paso sobre la plataforma. Se acercó nerviosamente a Miharu. “He venido… a salvarte”, le dijo Rio amablemente a Miharu con una sonrisa torpe.

Lentamente, Rio ofreció su mano a Miharu, que estaba sentada en el suelo de la plataforma.

“M-Muchas gracias.” Los ojos de Miharu se abrieron de par en par asombrados antes de que ella tímidamente tomara la mano de Rio mientras observaba su expresión. La cogió de la mano con reserva.

Notó lo suave que era su mano; a diferencia de sus manos rugosas cubiertas de ampollas de espada, su mano era pálida, delicada y limpia. Una gran diferencia con las manos que acababan de matar a un hombre.

Ayase Miharu… Realmente es Mii-chan. ¿Por qué está ella aquí en este mundo? La cara de Rio casi se retorcía con las indescriptibles emociones que llevaba dentro. Incapaz de mirar directamente a Miharu, evitó su mirada, con su expresión cargada de culpa.

Siempre había querido volver a verla, pero ahora que ella estaba aquí ante él, se sentía absolutamente aterrorizado. Se había convertido en una persona diferente a Amakawa Haruto. Ya no podía volver a su antiguo yo, porque sentía que había sido manchado por el pecado.

Era verdad, Rio ya había matado a alguien con sus propias manos, y había partido de la región de Yagumo con un intenso y ardiente deseo de venganza.

Soltó la mano de Miharu. “Sus dos conocidos están esperando afuera. Vamos”, dijo, girando sobre sus talones.

“U-Umm… ¿Qué pasa con ellas?” Miharu le preguntó tímidamente mientras miraba a las chicas alrededor de ella mirando con envidia. Rio agitó la cabeza con una expresión de preocupación.

“Mientras usted y sus amigos fueron secuestrados, es muy probable que estas chicas estén aquí después de haber pasado por los procedimientos legales apropiados para una trata de esclavos. Si me los llevo conmigo, me convertiré en un criminal.”

Los esclavos eran personas sin derechos. Por ley, eran tratados como objetos. Por eso robarlos era considerado un robo, realizar una estafa para ellos era un fraude, y arrebatarlos era un robo o una extorsión.

“E-Eso no puede ser…” Miharu miró a las chicas aturdida.

“Lo siento. No puedo hacer nada…” La expresión de Rio se oscureció al disculparse.

“¡N-No! ¡No es culpa tuya! ¡Yo soy la que debería sentirlo!” Miharu se arrepintió mucho de su propia estupidez, y su propia expresión se convirtió en una de vergüenza.

“Vamos.” Por consideración a Miharu, Rio la cogió de la mano mientras él la instaba a moverse. Ella se dejó llevar fuera del vagón.

“Hay un pequeño peldaño hacia el suelo, así que cuidado con los pies.” Rio se bajó del vagón antes que Miharu, y luego fue a ayudarla a bajar.

“D-De acuerdo. Muchas gracias.” Miharu tímidamente se bajó del vagón. Entonces, de repente, Aki corrió hacia ella y la abrazó.

“¡Miharu!”

“Estoy tan contenta de que ustedes dos estén a salvo.” Miharu suavemente dio unas palmaditas a Aki en la espalda. Masato se puso junto a ellas dos y miró tímidamente.

Yo también me alegro, de verdad. Así que…. esa voz hablaba de Mii-chan… ¿cierto?

Rio también sonrió aliviado. Pero al mismo tiempo, le parecía misterioso que la voz dentro de su cabeza hubiese conocido a Miharu y que los otros apareciesen aquí.

Dicho esto, no sirve de nada preguntarse sobre eso ahora.

Imagínate si no hubiera llegado a tiempo…. Me pone la piel de gallina sólo de pensarlo. Todo por culpa de este tipo… Rio dirigió una mirada tranquila pero asesina al mercader de esclavos.

“¡¿Eek?!” El mercader retrocedió temeroso.

Por un momento, Rio también consideró tomar la vida del comerciante de esclavos, pero se contuvo, no podía dejar que sus impulsos lo llevaran al asesinato sin considerar las consecuencias. Lo más importante es que no quería que Miharu y los otros dos vieran ningún cadáver, y mucho menos que se viera a sí mismo matando a alguien.

“¿Les han robado algo a los tres?” Preguntó Rio a Miharu, Aki y Masato con un suspiro.

“Umm, se llevaron nuestras maletas…” Miharu contestó en nombre de todos.

Rio se volvió inmediatamente hacia el comerciante de esclavos. “¿Dónde están sus pertenencias?”, preguntó.

“¡E-Están en mi carreta! ¡Los devolveré, los devolveré de inmediato! ¡Sólo espera ahí!” El mercader de esclavos respondió de golpe, y luego corrió hacia su propio vagón. Menos de un minuto después, regresó y pasó varios bolsos a Rio.

“Y todo sigue dentro, ¿verdad?” Rio interrogó al mercader de esclavos con voz fría. Pasó las pertenencias a los tres sin pausa.

“¡P-Por supuesto! ¡No he tocado nada! ¡Yo también te daré dinero, así que por favor créeme!” El mercader de esclavos asintió con frenesís, y luego sacó una pequeña bolsa que estaba llena de monedas.

Rio aceptó la bolsa y echó un vistazo; de hecho, había una cantidad significativa de monedas de oro dentro. Probablemente se trataba de una especie de compensación por lo que habían pasado.

“¿Falta algo de sus maletas?” preguntó Rio.

“No. Todo está aquí”, Miharu, Aki, y Masato contestaron rápidamente.

“No pareces estar mintiendo.”

“¡Sí, eso es lo que dije! Por favor, créeme, ¡te lo ruego!” El comerciante de esclavos suplicó desesperadamente.

“…Está bien. Pero si alguna vez vuelves a intentar hacerles algo, te encontraré y te mataré”, amenazó Rio.

“¡Lo tengo, lo tengo!” El mercader de esclavos asintió con temor.

Con eso, Rio no tenía nada más que decirle. “Alejémonos de este lugar, antes que nada. Los llevaré a un lugar seguro”, dijo Rio, comenzando a caminar e incitando a Miharu y a los demás a seguirlo con indecisión.

Una vez que todo el grupo se había alejado de la vista, el comerciante de esclavos cayó de rodillas, sintiendo como si su alma hubiera abandonado su cuerpo.

***

Rio y los demás se dirigieron hacia el norte, con Miharu, Aki y Masato siguiéndole en silencio desde lejos.

No hubo conversación entre los cuatro. De vez en cuando, Rio se giraba para ver cómo estaban, pero no estaba seguro de qué decir cuando un aire incómodo caía entre ellos. Miharu y los otros dos también parecían nerviosos, sin entender del todo la realidad de su situación, y permanecieron en silencio, algo aturdidos. Así, el silencio continuó mientras caminaban con una saludable distancia mantenida entre ellos.

“Bonito…” De repente, Aki murmuró. Su mirada se dirigió hacia el oeste, el día estaba casi terminado cuando el atardecer tiñó de rojo escarlata el horizonte. Era un paisaje que no se podía ver en Japón.

El resto del grupo se volteó naturalmente hacia el cielo occidental.

“U-Umm, lo siento. ¿Disculpe?” Miharu habló tímidamente a la espalda de Rio.

“Erm, ¿qué pasa?” Rio se sobresaltó antes de darse la vuelta torpemente.

“Muchas gracias por salvarnos”, dijo Miharu, encontrando el coraje para hablar. Inclinó la cabeza hacia Rio. “Quién sabe qué nos habría pasado si no hubieras venido.”

Fue un gesto que transmitió claramente la sinceridad de su gratitud y su educación recta y educada.

Rio miró con tristeza a Miharu. “No, sólo hice lo que debía haber hecho. Hay muchas cosas que quiero preguntarte, también”, dijo, moviendo la cabeza incómodamente. Miharu lentamente levantó la cabeza.

“Umm, mi nombre es Ayase Miharu. ¿Puedo preguntar su nombre? Además, umm… Si es posible, nos gustaría preguntarte algunas cosas también.”

“¿Mi nombre? Mi nombre… Debido a algunas circunstancias, ahora mismo mi nombre es Haruto…. No tengo apellido.” Por un momento, Rio se estremeció, y apartó la vista en señal de duda. Sin embargo, decidió decirles el alias con el que operaba oficialmente mientras se desplazaba por la región de Strahl.

Rio era un criminal buscado después de haber sido condenado falsamente en el Reino de Beltrum, así que pensó que sería mejor cambiar su nombre. El cabello negro también se destacaba en la región de Strahl, por lo que había cambiado su color con un artefacto mágico. Por eso su cabello estaba gris en la actualidad.

Su momento de duda se debió a la sensación de resistencia que sintió al llamarse a sí mismo “Haruto” frente a Miharu. Dicho esto, llamarse a sí mismo Rio habría requerido una explicación más complicada.

Al final, actuar con tanta incertidumbre al dar su nombre hubiera parecido sospechoso, así que Rio se llamó a sí mismo Haruto. Luego, giró para mirar a Miharu por su reacción.

“¿Haru… to?” Miharu murmuró en blanco el alias de Rio, no, el nombre anterior de Rio.

“¿Haruto?” Aki también mostró una expresión conflictiva. El tono de su voz casi sonaba amargo.

“Aki-chan”, dijo Miharu. Aki la miró sorprendida, pero Miharu simplemente agitó la cabeza en silencio.

… ¿Aki? Los ojos de Rio se abrieron de par en par después de escuchar el nombre de Aki. Ese nombre era el mismo que el de la hermana pequeña de Amakawa Haruto; la que su madre se había llevado cuando sus padres se divorciaron.

Rio examinó la cara de Aki. Tenía solo cuatro años la última vez que la había visto, y el impacto de notar a Miharu primero le había distraído, pero ciertamente tenía un parecido. Pero, la información más concluyente estaba en como Miharu la había llamado Aki.

“…Umm, ¿qué es?” Preguntó Aki tímidamente a Rio, notando que la miraban fijamente.

“Ah, no. Lo siento. Me preguntaba si había algo malo con mi nombre.” Rio sofocó su malestar y le mostró una sonrisa.

“Lo siento. No es nada”, se disculpó Aki, aparentemente avergonzado.

“Hey, ¿Cómo que no tienes apellido, Haruto? Ah, soy Sendo Masato. El hermano pequeño de Aki.” Masato, que había estado escuchando en silencio, se presentó.

“Sendo, hermano… Entonces, Aki sería Sendo Aki, ¿no es así?” preguntó Rio a Aki.

Masato había dicho que era el hermano pequeño de Aki, pero su apellido no era Amakawa y Amakawa Haruto no tenía un hermano pequeño que pudiera haber sido así de viejo. Como ese era el caso, Rio inmediatamente asumió que Masato era hijo de la persona con la que su madre debía haberse vuelto a casar.

“Ah, sí. Eso es correcto. Lo siento, no me presenté antes.” Aki asintió, inclinando su cabeza hacia Rio.

Río miró al cielo en pensamiento. “Está bien… Masato, me preguntaste por qué no tengo apellido, ¿verdad? El sol está a punto de ponerse, y hablaremos por un rato, así que primero vayamos a otro sitio. Prepararé un lugar donde podamos relajarnos. Vengan por aquí”, dijo Rio, moviéndose hacia los pastizales junto a la carretera.

Miharu, Aki, y Masato se miraron el uno al otro antes de asentir y seguirle.

Rio seguía avanzando cada vez más en las praderas vacías, y los demás se fueron inquietando con ello, preguntándose dónde podían relajarse en un campo de hierba como éste.

Rio miró con curiosidad el oscuro campo antes de dar a los tres una tensa sonrisa. “Por aquí está bien”, murmuró.

El lugar al que habían llegado era llano y estaba a una distancia considerable de la carretera; a menos que alguien mirara atentamente desde la carretera, se trataba de una zona que no se podía ver fácilmente.

“Espera un momento… Lo prepararé ahora mismo”, dijo Rio, antes de poner sus manos contra el suelo y manipular la tierra para hacer una base estable. Pero para Miharu, Aki, y Masato mirándole desde el costado, no estaba claro lo que estaba haciendo.

“Dissolvo.”

Rio extendió su mano izquierda equipada con el Almacenamiento espacio-tiempo y cantó el hechizo de activación. En el momento siguiente, el espacio ante sus ojos se distorsionó mucho, retorciéndose como un vórtice. Luego, se acabó en el siguiente instante, dejando una enorme casa de piedra a su paso.

“¿Q-Qué demonios…?” Murmuró Aki en total conmoción. Miharu y Masato estaban allí de pie, mirando asombrados el edificio de roca.

Rio sonrió ante sus reacciones. “Parece una roca común y corriente, pero el interior es un buen lugar para vivir. Vengan por aquí”, dijo, caminando hacia la puerta con familiaridad.

Miharu y los demás permanecieron donde estaban, mirando fijamente la espalda de Rio y la casa de piedra conmocionados. Rio los invitó a entrar una vez más.