Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 4

Capítulo 3: Encontrándote en este Mundo

Parte 1

 

 

Esto es….

Poco antes de que se desatara la situación con Aki en busca de ayuda, Rio había estado volando cerca del suelo, siguiendo los tenues rastros de las pisadas, cuando descubrió hierba que había sido pisoteada por numerosos caballos. Se detuvo antes de la carretera e inmediatamente dedujo que tres personas se habían encontrado con otras personas a caballo. Luego, siguió los pasos con su mirada, y luego vio un gran convoy de carretas en el camino. El convoy de vagones se había detenido, pero estaba a punto de partir en cualquier momento.

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Varias cargas de vagones expuestos llamaron la atención de Rio. Tenían a varias personas reunidas sobre ellos (esclavos, probablemente) con horda de guardias mercenarios rodeando los vagones.

…Mercaderes de esclavos, eh. Esto podría ser malo.

Una sensación desagradable se asentó en el pecho de Rio.

Abortó sus artes de vuelo y aterrizó en el suelo, antes de irse a toda velocidad hacia los vagones, usando sus habilidades físicas mejoradas. Sin embargo, no podía atacarlos de inmediato simplemente por una desagradable sensación que tenía, así que redujo su velocidad una vez que había cerrado un poco la distancia entre ellos. Fue entonces cuando uno de los guardias se fijó en Rio.

“¡Hey, alguien se acerca por el costado de la carretera!” Un guardia gritó fuerte cuando se dio cuenta de Rio, despertando la cautela de los que lo rodeaban. Varios de los guardias sacaron inmediatamente sus armas y tomaron una formación para proteger los vagones.

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“¡Alto ahí mismo!” Uno de los guardias gritó.

Rio decidió demostrar que no tenía intenciones hostiles, por ahora. “Estoy buscando a algunas personas. Tres de ellos. Vinieron de la misma dirección que yo.” Explicó sus intenciones sin desenvainar su arma, quedándose exactamente dónde estaba, como se le ordenó.

El aire alrededor de los mercenarios cambió ligeramente. Se miraron unos a otros, antes de que todos se volvieran para mirar a un hombre que probablemente era el de más alto rango entre ellos.

“…Que alguien llame al jefe y al capitán por aquí. Rápidamente.” El hombre al que se dirigió (el hombre como un líder que Miharu, Masato, y Aki se habían encontrado) dijo con irritación. Menos de medio minuto después, apareció un hombre bien vestido, acompañado por otro guardia voluminoso.

“Hmm. Así que, tú eres el que apareció de la nada. ¿Qué es lo que quieres?” preguntó infelizmente, mirando a la figura oculta de Rio.

“…Perdóname por mi grosería. Mi nombre es Hans, puede que ya hayas oído de tus guardaespaldas, pero estoy buscando a algunas personas. Tres personas deberían haber aparecido al lado de la carretera hace un tiempo… ¿Los has visto?” preguntó Rio, eligiendo a propósito adoptar un tono cortés hacia el hombre altivo.

Sin embargo, estaba claro que su tono era sólo para mostrar, ya que le había dado un nombre falso que se había inventado por capricho en caso de que las cosas empeoraran.

“¿Oh? Y aquí estaba yo, pensando que no eras más que un mero matón…” El hombre bien vestido murmuró, entrecerrando los ojos.

“Ni idea. Desafortunadamente, tenemos prisa. Si has terminado aquí, entonces vete”, dijo con un brusco movimiento de cabeza.

Había considerado la posibilidad de hablar con un noble basado en la forma educada de hablar de Rio, pero finalmente decidió fingir ignorancia.

“Lo haría, pero encontré las huellas de varias personas en las praderas a poca distancia de la carretera. Había señales de que la hierba había sido pisoteada por los caballos, también recientemente”, dijo Rio con una sonrisa de preocupación.

“… ¿Nos acusa de secuestrar a esas personas?” El hombre bien vestido le preguntó a Rio con una mirada sin emoción.

“Oh, no. Por supuesto que no. Simplemente esperaba que dejaras las pretensiones y te abrieras a las discusiones si realmente estuvieran bajo tu cuidado.” Rio agitó la cabeza, llevando una cara de póquer mientras seleccionaba cuidadosamente sus palabras. Ya les había dado la idea de que estaba bastante seguro de sí mismo, por lo que intentó que pareciera que estaba dispuesto a arreglar las cosas pacíficamente haciendo una oferta indirecta para ignorar cualquier negocio turbio en el que estuvieran involucrados.


Al mismo tiempo, hizo un espectáculo de mirar por encima de los vagones que estaban detrás del hombre. Lamentablemente, había un gran número de esclavos en cada vagón; él no sabía cómo era la gente que buscaba para empezar, así que todo lo que podía hacer era pasar los ojos por encima de todos y cada uno de ellos.

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“…Me gustaría pedirle que se abstenga de mirar mi precioso cargamento con tanta atención. Hay muchos esclavos que empiezan a sentir una falsa sensación de esperanza al interactuar con extraños”, dijo el hombre bien vestido, echando un vistazo a los vagones que tenía detrás. Le disparó al gran guardia que estaba a su lado una mirada que decía que bajara las cubiertas de los vagones. En ese momento, el hombre voluminoso y varios de sus subordinados comenzaron a moverse rápidamente.

“¡A-Ayúdenos!” La voz de una joven resonó desde uno de los vagones, era Aki. Casi todos los presentes no tenían idea de lo que Aki había dicho y lo que significaban las palabras. Casi todo el mundo, excepto…

¿Ayuda…nos? Es eso… ¿japonés?

Rio lo había oído y entendido. Una voz que busca ayuda… Pero dudó por un momento, preguntándose si había oído mal por error. Después de todo, esas palabras no deberían haber existido en este mundo.

Sin embargo, cuando giró la mirada hacia el vagón del que provenía la voz, se dio cuenta de que no había escuchado mal.

Allí, dentro de la carreta, estaba Aki con sus características faciales de Asia Oriental.

“Tch. Cubre ya la carga.”

Mientras Rio estaba desconcertado, el hombre bien vestido chasqueó la lengua y ordenó silenciosamente a sus guardias que ocultaran el contenido de las carretas. Se le había acabado la paciencia.

Finalmente, las cubiertas de los vagones fueron bajadas completamente sobre las plataformas interiores.

“Ahora mira lo que has hecho. Los esclavos están haciendo un escándalo por tu culpa”, dijo el hombre bien vestido, todavía tratando de fingir ignorancia. Además, sus palabras fueron contundentes para culpar a Rio.

“…Por favor, espere un momento. La chica que acaba de llamar era una de las personas que estoy buscando. Ella estaba pidiendo ayuda… ¿Podría explicar qué está pasando aquí?”

Preguntó Rio en tono sereno después de calmarse y volver a sus sentidos. Tampoco iba a echarse atrás.

Las expresiones del hombre bien vestido se retorcieron de disgusto. “Qué molestia. Ya es suficiente. Mátalo”, ordenó al voluminoso guardia que estaba a su lado, irritado.

“¡Ya oyeron al jefe, gente! Vamos con la forma más simple y fácil de silenciar a alguien. ¡Fórmense!”

Con una sonrisa, el guardia agitó a los hombres que los rodeaban. Los mercenarios se formaron alegremente y cercaron Rio en un instante.

Sus movimientos eran una buena muestra de liderazgo, la habilidad de un grupo de mercenarios variaba mucho dependiendo de las habilidades de su comandante, pero todos los mercenarios aquí parecían tener bastante experiencia en el combate de grupo. “Haz confundido la tontería con la valentía, ya que hay un momento y un lugar para este tipo de cosas. Este no es el momento. ¿Alguna última palabra? Si ruegas por tu vida y aceptas convertirte en un esclavo, puede que yo esté dispuesto a perdonarte. Tienes una cara bonita, después de todo… ¿Algún interés en vender tu cuerpo?” Preguntó el hombre bien vestido con triunfante arrogancia, sintiéndose obviamente seguro en su posición abrumadoramente ventajosa.

“… Qué repulsivo. Deberías haber entregado a la gente que secuestraste sin un escándalo mientras pudiste. Sin embargo, si esto es lo que quieres, yo tampoco me contendré”, dijo Rio en un tono tranquilo pero mortal, agitando la cabeza en señal de enfado.

El hombre reaccionó a la sed de sangre dirigida hacia él. “Suficiente. Mátalo”, ordenó con voz aguda.

“¡Atrápenlo!” El voluminoso comandante del escuadrón de mercenarios ordenó a los soldados que rodearan Rio.

Los mercenarios lanzaron sus lanzas a Rio desde todas las direcciones mientras se protegían con sus escudos, pero Rio saltó con gracia en el aire y salió del círculo de ataque con facilidad.

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“¡¿Qu…?!” Los mercenarios fueron sorprendidos a pesar de ellos mismos, mirando atónitos a Rio mientras él aclaraba sus cabezas con un ligero salto.

“¡¿Eek?!” Rio sacó la daga escondida bajo su abrigo mientras estaba en el aire, la equipó en su mano izquierda, y luego apuñaló sin dudarlo a las piernas de los mercenarios cercanos tan pronto como aterrizó. Los hombres que habían sido apuñalados dieron un grito.

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¿Perderán su filo de lucha, ahora? Pensó Rio. Entonces, de repente…

“¡Photon Projectilis!” El comandante del escuadrón de mercenarios disparó magia ofensiva hacia Rio. Un círculo mágico flotaba ante su mano izquierda que había levantado hacia Rio, su poder mágico se convirtió en balas de alta velocidad de energía luminosa que brotaban en rápida sucesión.

Rio corrió a un lado y evadió el ataque.

…Está terriblemente calmado. Digno de ser el líder de todos estos mercenarios, creo. Supongo que no sería tan fácil, pensó Rio cansado mientras aceleraba.

“¡Nuestro oponente está usando la mejora de la capacidad física! ¡Manténgalo en movimiento y golpeen cuando esté fatigado! ¡Entren en formación defensiva!”

El comandante gritó tranquilamente mientras disparaba sin descanso sus balas de luz contra Rio. Con eso, los otros mercenarios también recobraron la compostura.

Los mercenarios se pusieron en formación, protegiendo al hombre bien vestido y al comandante mientras éste disparaba su magia ofensiva. Luego, bajaron sus cuerpos con sus escudos fortificados en círculo para que la trayectoria del comandante no se viera obstruida.

Rio había estado evitando las balas corriendo libremente a través del amplio campo junto a la carretera, pero cuando vio a los mercenarios, frunció el ceño con irritación y corrió hacia la pared de escudos de frente.

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“El tonto perdió la paciencia. ¡Preparen las lanzas!” Una sonrisa sedienta de sangre apareció en la cara del comandante.

Aunque la letalidad de Photon Projectilis era baja, tenía suficiente fuerza para herir gravemente a un humano normal. La magia también permitió la habilidad de producir continuamente balas de fuego rápido a voluntad una vez activadas. Su precisión era baja contra oponentes que se movían de izquierda a derecha, pero eso cambió dramáticamente cuando el oponente se acercó directamente desde el frente. Atacar directamente por la formación defensiva de los escudos era el colmo de la estupidez.

Las balas de luz disparadas por el comandante se acercaban a Rio.

“¡¿Qu…?!” Por un breve instante, la imagen de la forma de Rio en la visión de los mercenarios se volvió borrosa. El torrente de balas de luz atravesó el espacio vacío, o eso pensaban.

“¿…Huh?”

Antes de que se dieran cuenta, Rio había viajado alrededor de los mercenarios y había desenvainado su espada, sosteniéndola de lado. La espada brilló, y luego soltó una explosiva ráfaga de viento.

“¡¿Gah?!” Cuando Rio blandió su espada, los mercenarios que portaban el escudo fueron expulsados limpiamente a la distancia. Sin la pared que le protegía, el comandante respiró hondo y se movió para desenvainar su espada reflexivamente.

Sin embargo, ya era demasiado tarde.


Rio se le acercó instantáneamente, y luego movió su espada casi en cámara lenta mientras apuñalaba al comandante precisamente a través del plexo solar.

“¡¿Tch?!”





Los ojos del comandante se abrieron de par en par, su expresión mostraba que no entendía nada de lo que había pasado. Cuando Rio retiró su espada y lentamente retrocedió, el comandante bajó la mano para tocar lentamente la zona herida. Viendo que sus manos estaban teñidas de rojo, el comandante se dio cuenta de su inminente muerte.

Con eso, se desplomó débilmente en el suelo.

Rio apretó vergonzosamente su ensangrentada espada antes de girar inmediatamente su mirada hacia el hombre bien vestido, que estaba congelado y aturdido.

“¡¿Ah…?!” El hombre emitió un grito silencioso cuando sus ojos se encontraron con los de Rio. Instintivamente trató de retroceder, pero perdió el equilibrio en su prisa y cayó de espaldas.

Rio empujo su espada manchada de sangre hacia el hombre y miró hacia abajo. “Libera a los niños que secuestraste”, ordenó en voz baja.

El hombre emitió un sonido patético. “¡Eek!”

“Los otros no se moverán a menos que tú se lo ordenes, ¿verdad? Date prisa”, dijo Rio, suspirando irritado.

“¡L-Libérenlos ahora! Rápido”, gritó el hombre con nerviosismo, y los guardias mercenarios congelados saltaron a la acción.

En ese momento, Rio limpió la hoja de su espada y la sujetó a su cinturón desenvainada. Luego, agarró al hombre bien vestido por el cuello y arrastró con la otra mano el cadáver del comandante a un lado del camino.

“¡Eek! ¡¿P-Por qué yo?! ¿Qué vas a hacer?”, se lamentó mientras miraba el cuerpo del comandante con expresión pálida.

“El cadáver de este tipo estaba en el camino. Y tú eres un rehén”, dijo Rio, arrojando ligeramente el cadáver del comandante a la hierba; ahora ya no se podía ver el cuerpo desde el camino. Agarrando su espada en su recién liberada mano derecha, Rio y el hombre regresaron a la carretera.

Los mercenarios estaban reunidos en silencio en el camino, pero se retiraron temerosos cuando Rio se acercó. Eran conscientes de la batalla anterior que la diferencia en sus habilidades era demasiado grande, y ahora, su comandante estaba muerto y su cliente tomado como rehén. Habían perdido completamente la voluntad de luchar.

Aki y Masato acababan de ser liberados del vagón y estaban a poca distancia de los mercenarios. Rio se acercó a los dos y les habló incómodamente en japonés.

“… ¿Son los únicos que están a salvo?”

“¡¿P-Puedes entendernos?!” Preguntó Aki, aferrándose a sus palabras.

“Puedo, pero… Dejaré los detalles para más tarde. Pensé que había uno más de ustedes. ¿Estaba equivocado?” preguntó Río con indecisión.

Aki asintió con vigor. “¡A-Ahí está! ¡La llevaron a otro vagón!”

Rio miró al hombre bien vestido que había agarrado con su mano izquierda. “No veo a la última persona. ¿En cuál vagón esta ella?” Preguntó, mostrando casualmente la espada que tenía en su mano derecha.

“¡E-El penúltimo vagón del lado derecho! ¡Está en ese!”

“… No le has hecho nada, ¿verdad?”

“¡No lo he hecho! No he hecho nada”, respondió frenéticamente a las preguntas de Rio.

“Voy a comprobarlo. Tú vienes conmigo”, dijo Rio, arrastrando al hombre bien vestido con él.

“Voy a salvar a su amiga. ¿Me seguirán?”, dijo a Aki y Masato.

Los dos miraron al mercader de esclavos, completamente aterrorizado, con algo así como compasión, antes de asentir con la cabeza. “¡S-Sí!”

Una vez que llegaron al vagón donde estaba Miharu, Rio giró hacia el comerciante de esclavos. “Parece estar cerrado.”





La puerta de la plataforma de este vagón estaba mucho más segura que las demás.

“Tengo la custodia de la llave de esta carreta.”

“Entonces ábrelo ya”, ordenó Rio, liberando al mercader de esclavos de su agarre alrededor del cuello.

El hombre se puso de pie con agitación y trató de abrir la puerta del vagón con sus manos temblorosas; después de un rato de tanteo, la puerta de la plataforma interior del vagón finalmente se abrió.

“No intentes nada inteligente”, le advirtió Rio con una mirada aguda antes de abrir la puerta sin llave. Un aire oscuro y sombrío impregnaba el interior.

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