Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 2

Capítulo 5: Malentendido

Parte 3

Después de dejar a Latifa bajo el cuidado de Sara y Alma, Rio fué guiado por Ursula y Orphia hasta el piso más alto del ayuntamiento, donde se habían reunido los ancianos de la aldea.

El ayuntamiento era una casa de árbol construida en un gran árbol situado en el centro del pueblo, el mismo edificio donde Rio se había quedado anoche. Rio subió la escalera de caracol que recorría el exterior de la casa del árbol, con vistas a los edificios de la aldea. La gente espiritual había integrado completamente su estilo de vida con la naturaleza, construyendo casas de madera, piedra y arcilla en el bosque.

Era una escena mágica para contemplar.

Una vez que llegaron a un punto por encima de los otros árboles de la aldea, pudieron ver un árbol particularmente gigantesco que sobresalía por encima de todo.

“Eso es…”

“Fufu. Ese es el Árbol del Mundo, donde la Gran Dryas, el espíritu de los árboles gigantes, reside. Se dice que existió aquí mucho antes de que llegáramos a esta tierra. Es enorme, ¿no?” Orphelia explicó con orgullo a un Rio con los ojos muy abiertos.

“Sí. Llegué aquí dirigiéndome hacia ese árbol.”

“…Increíble. Una barrera de hechicería de ilusión avanzada se extiende alrededor del Árbol del Mundo, por lo que no puede ser visto sin un entrenamiento extensivo en artes espirituales.” El comentario casual de Rio hizo que los ojos de Orphia se volvieran más redondos.

“¿Es eso… así?”

Rio no parecía del todo convencido, e inclinó la cabeza. Puesto que nunca había conocido a otros usuarios de las artes espirituales hasta ahora, no tenía nada con lo que comparar su propio grado de artes espirituales. Sin embargo, reconoció que su habilidad para imitar libremente la mayoría de los hechizos de hechicería con sólo romper el flujo de esencia en la fórmula era injustamente ventajosa, incluso para él mismo.

“Hm. Señor Rio, dijo que no aprendió artes espirituales de nadie. ¿Es eso cierto?” preguntó de repente Ursula mientras caminaban.

“…Sí. Tuve un pequeño empujón en la dirección correcta… pero lo estudié por mi cuenta.” Rio dudó en responder a la pregunta primero, pero finalmente aceptó.

“Ya veo. Tienes un talento increíble. Tal vez…” Ursula dijo con una mirada pensativa en su cara, que se calló antes de terminar su frase.

En poco tiempo, llegaron al último piso.

“Aquí estamos, Señor Rio. Entra tú también, Orphia.”

Ursula abrió la puerta y les hizo un gesto para que entraran. Rio fue el primero, seguido de Orphia. En el interior, varias figuras de la tercera edad se sentaban en sus sillas mientras esperaban.

“Señor Rio, por favor, siéntese aquí. Orphia, siéntate junto a Su Grandeza y atiende sus necesidades.”

Ursula dirigió a Rio hacia una silla cerca de la puerta y a Orphia hacia un rincón de la habitación. Allí estaba una joven mujer.

“… ¿Huh?”

Por un momento, Orphia dudó de sus propios ojos. Esa joven era una existencia muy superior a la suya como pariente consanguíneo de los miembros del consejo de la aldea: el espíritu del árbol gigante, Dryas, del que Orphia estaba hablando a Rio. En circunstancias normales, nunca la encontrarían en un lugar como éste, pero…

“¿Qué pasa? Muévete de una vez.” Ursula no mostró ninguna señal de estar aturdida ya que ordenó indiferentemente a Orphia que la acompañara.

“¡A-Ah, por supuesto!” Orphia asintió torpemente y se dirigió hacia Dryas. Cuando Dryas vio a Orphia, la abrazó alegremente. Pero Orphia estaba nerviosa, haciendo un solo punto de agitación en la tranquila habitación. Los otros ancianos del consejo se quedaron quietos y les sonrieron con satisfacción.

Después de sentarse primero, Rio miraba con curiosidad a Dryas y Orphia, pero redirigió su mirada hacia el frente. Ante él había tres asientos para los tres ancianos principales: el elfo mayor Syldora, el líder enano Dominic y la hombre zorro Ursula.

“Ahora que todos los preparativos han sido completados. me gustaría empezar la reunión del consejo de ancianos. Como hemos invitado a un niño humano como nuestro invitado en esta ocasión, progresaremos en el lenguaje de los humanos,” dijo Syldora, declarando el comienzo de la reunión. Sólo para esta reunión, celebrarían los procedimientos en la lengua común de la región de Strahl de los seres humanos por consideración a Rio.

“Ahora, chico humano. Me gustaría extender mis disculpas por haberte llamado hoy aquí. Y le agradezco sinceramente su asistencia.”

“Yo debería ser el que dijera eso. Es un honor ser invitado aquí.” Rio se inclinó levemente desde donde estaba sentado.

“Soy Syldora, uno de los principales ancianos de esta aldea de gente espiritual. A mi lado están los otros ancianos principales. Estoy seguro de que ya conoces a Ursula. Este hombre enano de aquí es, Syldora se puso de pie y comenzó a presentar a Dominic.

“Es Dominic. Encantado de conocerte, niño humano.” Dominic interrumpió primero, presentándose.

“…Como puede ver, es bastante directo. Me disculpo si te ofende de alguna manera. Te presentaré a los otros ancianos en otra ocasión.” Syldora sonrió amargamente con una pequeña sonrisa.

“Gracias por su consideración. Es un placer conocer a todos, mi nombre es Rio” Rio se levantó y se inclinó profundamente con una simple presentación.

“No hay necesidad de rebajarse, Señor Rio. Eres un invitado y benefactor nuestro. Por las molestias que mis hermanos han causado por su malentendido, así como por liberar a uno de los nuestros de la esclavitud, les ofrezco mi más profunda gratitud y mis disculpas,” dijo Syldora, instando a todos los ancianos de la sala a que se levanten e inclinen sus cabezas hacia Rio.

Desde sus posturas sinceras, Rio juzgó que sus palabras de gratitud y disculpa eran genuinas. Sin embargo, teniendo a los que tienen claramente más experiencia de vida que él, todos inclinarse ante le hizo sentirse incómodo al instante, y sonrió amargamente.

“Acepto tus palabras de disculpa y gratitud. En lo que respecta a la disculpa, yo también tuve la culpa de pisar su territorio sin que me lo pidieran. No recibí ningún daño permanente o duradero, así que mientras el malentendido se haya aclarado, no creo que sea un problema. Perdonémoslo y olvidémoslo como un infortunio desafortunado. Por favor, levanten la cabeza,” dijo Rio con un comportamiento tranquilo y educado.

Los ancianos se tragaron un aliento de asombro ante la madurez de Rio, contrariamente a su indudablemente joven e inocente apariencia.

“Estamos sinceramente agradecidos por su desinterés,” comenzó Syldora con una inclinación de cabeza, “pero es un hecho que le devolvimos el favor que recibimos de usted con malos tratos. Por lo tanto, nos gustaría hacer algo por usted a cambio de expresar nuestro remordimiento. ¿Hay algo que desee, Señor Rio?” continuó, encontrando un poco difícil expresar sus palabras. Las miradas de los ancianos se concentraron en Rio.

“Un deseo…. ¿dices?” Una mirada confusa se cruzó con la cara de Rio ante el repentino tema.

Ursula añadió a la explicación con un suspiro.

“Puedes nombrar cualquier cosa. Debido a nuestra diferencia de especies, no estábamos seguros de cómo expresarle nuestra gratitud. Aunque había algunos que temían lo que usted pedía,” dijo Ursula con una sonrisa tensa. Una expresión ligeramente culpable apareció en los rostros de los ancianos mientras Rio asintió en comprensión.

“Ya veo… Entonces, ¿puedo pedirle que acepte a Latifa bajo su cuidado? Mi objetivo original era dirigirme a la región de Yagumo al este de aquí.”

Una mirada seria se postró sobre la cara de Rio mientras inclinaba la cabeza hacia Syldora, que estaba sentado ante él. Los ancianos parecían bastante sorprendidos.

“Hmm… Pero Señor Rio, ese es uno de nuestros deseos. Más que todo, es algo que deberíamos pedirle a usted, y no al revés. Podrías pedir algo más…” Ursula suspiró, dejando escapar una risa irónica. Rio agitó lentamente la cabeza.

“Puedes decir eso, pero yo fui el irresponsable cuando traté de cuidar la vida de otro.”

“Señor Rio…”

“Por eso, si es posible… Si no es sólo mi propia ilusión, sino que ahora mismo, Latifa es… Creo que está apegada a mí. Por eso es que…”

“Se lo ruego, Señor Rio. No digas nada más. Al menos déjenos ser nosotros los que hagamos la petición. ¿Qué le parece? ¿Te gustaría quedarte en este pueblo junto a Latifa por un tiempo?” Rio estaba luchando por encontrar sus palabras, así que Ursula se hizo cargo.

“Eso es… realmente generoso de su parte. ¿Realmente está bien?” dijo Rio, insinuando que su condición de ser humano podría causar un problema.

“No te preocupes. Ayer discutimos todo, y todos los ancianos aquí presentes ya lo han consentido. Nos encantaría tenerte aquí, también por el bien de esa niña,” confirmó Ursula con decisión.

“¡Así es! No hay necesidad de contenerse. Me gustas, chico. Ursula nos contó que eres un humano benévolo, pero hay algunas cosas que no puedes decir sin conocer a alguien cara a cara. Y chico, ¡estoy de acuerdo! Eres un hombre aún más grande de lo que me dijeron, chico.” Dominic se rió a carcajadas, dando la bienvenida a Rio.

“De hecho, es exactamente como Ursula y Dominic dicen. Haremos todo lo posible para acomodar su estancia en el pueblo y asegurarnos de que sea confortable. Si encuentra que necesita algo en cualquier momento, no dude en informarnos.”

“Así es. Incluso se puede pedir algo más que bienes materiales, como la mano de una de las chicas del pueblo en matrimonio. Ya que eres un chico guapo, también… si te gusta, ¿qué tal mi Alma?” Dominic se jactaba, añadiendo a Syldora’s palabras de buen humor.

“Dominic, no te dejes llevar. ¿Estás borracho?”

“¡Gahaha!” Dominic se rió a carcajadas después de que Ursula lo regañó. Las risitas se agitaron entre los demás ancianos, iluminando instantáneamente la atmósfera de la habitación.

“Por el amor de Dios. Pero así son las cosas, Señor Rio. No hay necesidad de contenerse. Intenta buscar algo que quieras mientras vives en el pueblo. Mis disculpas, pero debo insistir en expresar mi gratitud de alguna manera.”

“…Entiendo,” se rió Rio, pensando por un momento antes de finalmente decir lo que deseaba. “En ese caso, me gustaría pedir su apoyo para enseñarme sobre artes espirituales y su forma de vida durante mi estancia en el pueblo.”

“Ya veo… Eso no debería ser ningún problema.”

“Hm. Prepararemos un maestro talentoso para ti.” Ursula y Syldora asintieron con la cabeza.

“¡Muy bien! Ahora que su charla ha terminado, ¿puedo seguir con mis asuntos?” La brillante voz de Dryas resonó por toda la habitación. Todos los ojos de la habitación se dirigieron hacia ella.

“Por supuesto, Gran Dryas. Pero, si me lo permite, ¿podría presentar a Su Grandeza al Señor Rio primero?” preguntó Ursula.

“Claro, adelante.” Dryas asintió fácilmente en respuesta.

“Señor Rio, sentada allí está el espíritu del árbol gigante, la Gran Dryas. Orphia habló de ella justo antes, si recuerdas.”

“Umm… ¿Un espíritu?” Los ojos de Rio se abrieron de par en par, sorprendido. Dryas había estado emitiendo un aura de otro mundo, pero su apariencia era tan humanoide… era difícil creer que era un espíritu.

“Soy Dryas. Encantado de conocerte, Rio. Vamos a llevarnos bien, ¿de acuerdo?” Con una sonrisa inocente, Dryas flotó en el aire hacia Rio.

“Yo también estoy encantado de conocerte.” Rio devolvió el saludo con una cara confundida mientras Dryas abruptamente le estrechaba la mano.

“Hmm… lo sabía. Aunque es muy débil, puedo sentir la presencia de un espíritu dentro de ti. ¿Quizás está durmiendo?”

“… ¿Un espíritu? dentro de mí?” Rio cuestionó con perplejidad.

“Sí. ¿Se te ocurre algo? Deberías haber formado un contrato con él.”

“¿Contrato? No, no puedo decir que recuerde nada…” Rio agitó la cabeza de izquierda a derecha, perplejo. No recordaba haber hecho un contrato con un espíritu en toda su vida.

“¿En serio? Eso es extraño… Ah, no hay necesidad de preocuparse. Dije contrato, pero no hay ninguna obligación molesta. En todo caso, es más beneficioso para ti.”

Incapaz de mantener el ritmo de sus palabras, Rio dejó salir un distraído “Huh…”

“Oye, ¿te importa si echo un vistazo? No le hará ningún daño a tu cuerpo, así que no tienes de qué preocuparte.”

Después de un breve momento de vacilación, Rio asintió una vez. “…Sí, por favor.”

“Entonces, disculpe…” dijo Dryas, agarrando suavemente la cara de Rio. De repente, Rio sintió la extraña sensación de que algo desconocido entraba en él, pero lo aceptó sin resistencia.

Wow… Tienes una tremenda cantidad de oda escondida dentro de ti. Se ve delicioso. ¿Eres realmente humano? Parece que se ha formado un camino después de todo. Eso significa que definitivamente has hecho un contrato, y, ¿¡!?”

En medio de su examinación del espíritu que dormía dentro de Rio, Dryas se estremeció de repente. Sus ojos se abrieron de par en par conmoción.

“¿Pasó algo?” Preguntó Rio, sintiendo algo anormal en el estado de Dryas. “Seguro que es algo… Hay un espíritu humanoide durmiendo dentro de ti,” respondió Dryas con una expresión confusa. Esto hizo que la habitación se moviera más fuerte que nunca.

Rio aún no lo había entendido.

“¿Un espíritu humanoide?”

“Mm… A juzgar por esa reacción, no sabes lo raros que son los espíritus humanoides. Orphia, explícaselo.” Dryas le pasó el trabajo de explicar a Orphia.

“¿Eh? ¡Ah! ¡Sí, Su Grandeza! Así que, para los espíritus, sólo los espíritus de clase alta y superior son capaces de tomar una forma humanoide como la Gran Dryas. No hace falta decir, entonces, que tales espíritus son extremadamente raros. Algunos dicen que se puede contar el número de ellos con una mano.” A pesar de su pánico, Orphia proporcionó suficiente información.

“Y así es como es. En resumen, un espíritu tan raro duerme dentro de ti. Uno con la misma cantidad de poder, quizás incluso más, que yo.”

“…Gran Dryas, ¿significa eso que existe la posibilidad de que un espíritu de clase alta duerma en el señor Rio?”

“Supongo que sí. Los espíritus de clase alta conocidos como los ‘Seis Espíritus Altos’ desaparecieron hace más de mil años en la Guerra Divina, pero tampoco es que conozca a todos los espíritus humanoides que hay por ahí. Yo no descartaría completamente la posibilidad de que el espíritu que duerme en Rio sea de clase alta,” respondió Dryas con indiferencia, causando un ruido de sorpresa para que suene por toda la habitación.

“Erm, ¿Hay algún problema con los espíritus de clase alta?” preguntó Rio a Dryas, mirando de reojo las reacciones de los ancianos.

“Nada en particular. Oh, pero podría ser un gran problema para los aldeanos que adoran a los espíritus. Ya me tratan como una deidad por ser un espíritu de clase alta, así que si un espíritu de clase alta apareciera podría causar un escándalo.”

“…Entonces, ¿por qué no lo despiertas y le preguntas si es un espíritu de clase alta?”

“Yo no recomendaría eso. Debe haber agotado la mayor parte de su energía, ya que está en un sueño profundo. Despertarlo descuidadamente puede hacer que duerma aún más tiempo, pero si lo dejas solo se despertará por sí solo eventualmente.” Dryas agitó la cabeza, poniendo primero al espíritu dormido dentro de Rio.

“Eso tiene sentido… Lo entiendo.”

Había varios puntos sobre los que aún sentía curiosidad, pero Dryas era un ser adorado por la gente espiritual, y parecería descortés que siguiera acosándola con preguntas. Decidió guardarlos para Ursula más tarde, y se abstuvo de hacer más preguntas en este momento.

“Hmm. Pero si el espíritu dentro del señor Rio es un espíritu de clase alta como mínimo, entonces puede que tengamos que reconsiderar nuestra conducta hacia el señor Rio en persona,” dijo Ursula con expresión preocupada.

“¿Qué…. quieres decir con eso?” preguntó inquisitivamente Rio.

“Para decirlo en términos generales, puede ser más sabio tratar al señor Rio con reverencia, como un hombre santo. No le pediremos que asuma ninguna tarea; simplemente ajustaremos nuestras percepciones por nuestra propia voluntad. No tendrás ninguna carga.” Syldora respondió con una sonrisa irónica, sintiendo la dudosa cautela de Rio.

“¿Reverencia…? No, no siento que haya hecho nada para merecer eso. De repente, tratarme así sólo me molesta.” dijo Rio torpemente.

“¡Gahaha! Bueno, no dejes que te moleste. Piensa que es el pueblo que te da una bienvenida aún más cálida.” Dominic dijo de todo corazón, como siempre.

“Haha… Supongo que lo haré.”

Rio no podía hacer otra cosa que asentir con una sonrisa tensa.