Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 2

Capítulo 5: Malentendido

Parte 4

 

 

Después de reunirse con los ancianos y Dryas en el ayuntamiento, Rio se reunió con Latifa y almorzó antes de que Ursula los condujera a su nueva residencia.

Estaba a pocos minutos a pie del ayuntamiento, cerca del centro del pueblo. Muchos de los miembros del consejo de la aldea tenían sus casas ubicadas aquí.


Ellos llegaron a una casa del árbol que estaba sostenida por los troncos de numerosos árboles.

“¡Wow! ¡Mira Onii-chan, hasta hay unos adornos! ¡Es tan ancho! ¡Y con una vista tan bonita!” Latifa correteaba emocionada. Uno no podía culparla, tenía la sensación de ser una base secreta. Una casa en el árbol completamente llena tenía un encanto que podía hacer bailar el corazón de un niño.

“Hoho, qué enérgica. Mi casa está al lado, Señor Rio, por favor, siéntase libre de visitarnos en cualquier momento. La casa ya está amueblada, y haré que Sara y las chicas te traigan su comida.”

“Muchas gracias. Realmente lo has preparado todo.”

“Oh, no hay necesidad de eso. Déjame mostrarte la casa.” Ursula sonrió alegremente y entró.


“Vamos, Latifa… Vámonos. Ursula nos está dando un rápido recorrido por el interior.”

“¡Yay, de acuerdo!”

Rio y Latifa la siguieron dentro. En el momento en que Latifa entró en el vestíbulo, dio un fuerte vitoreo.

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“¡Whoa!”

La primera vista que los saludó fue una amplia y abierta sala de estar y comedor. Se colocaron elegantes muebles alrededor de la habitación y una puerta corrediza conectada a la cubierta exterior. Encima de eso, había varios dormitorios junto con un dormitorio principal, una cocina y un baño, todos completamente equipados.

Honestamente, no importa cómo lo veas, era demasiado grande para que sólo ellos dos pudieran vivir en él.

En su mayor parte, los artefactos cubrían todos los servicios que ellos requerían, lo que les permitía vivir una vida casi tan cómoda como la del Japón moderno.

“Si hay algún artefacto que no sepas usar, pregúntale a las chicas más tarde. Por último, déjame mostrarte la bañera.”

“¿Incluso tiene una bañera? Me encantaría eso.” La expresión de Rio se iluminó mucho con la mención de una bañera.

“¿Oh? Esa mirada en tu cara me dice que disfrutas de tus baños, señor Rio. En ese caso, puedes esperar esto. La bañera de esta casa es magnífica, si puedo decirlo yo misma,” dijo Ursula con orgullo, con una gran sonrisa grabada en su rostro. Su confianza no traicionó las expectativas de Rio, ya que se sintió lleno de euforia ante la vista.

“Increíble. Así que esta es una bañera de la gente espiritual.”

“¿Verdad? ¡Es increíble, Onii-chan! Quiero meterme de un salto ahora mismo…”

Los estados de ánimo de Rio generalmente no fluctuaban mucho, pero esa regla no se aplicaba cuando se trataba de la bañera de esta casa. Los ojos de Latifa también eran brillantes.

En primer lugar, había una zona adecuada para cambiarse de ropa. En segundo lugar, la apertura de la puerta del baño reveló que la zona estaba claramente separada entre una zona de baño y una zona de lavado, al igual que una bañera de estilo japonés. Esto permitió lavar el cuerpo antes de sumergirlo en el agua.

El piso, las paredes y la bañera estaban hechos de madera, un material natural que ayudó a que el espacio emitiera un sonido maravilloso e inusual calidad adecuada para refrescarse. Finalmente, lo mejor de todo fue la puerta que daba a la cubierta exterior, donde se colocó otra bañera de madera. En otras palabras, una bañera al aire libre, encerrado, por supuesto, para que nadie pudiera ver.

“Hoho, me alegro de que le guste,” Ursula se rió alegremente de la felicidad de Rio y Latifa.

“Umm, ¿perdón?”

Poco antes de que el sol estuviera a punto de ponerse, después de que Ursula ya se había ido, Rio y Latifa estaban asignando habitaciones y organizando sus pertenencias cuando escucharon el sonido de la voz de una chica desde la entrada.

Probablemente eran Sara y las chicas. Ursula había mencionado antes que iban a traer comida.

Rio corrió hacia la entrada y abrió la puerta, y seguro que allí estaban Sara, Orphia y Alma.

“Buenas noches a todos”.

“¡B-Buenas noches!” Rio las saludó amablemente, y las chicas se lo devolvieron con los nervios muy rígidos.

Orphia estaba manejando una sonrisa, pero estaba bastante tensa. Alma tenía una expresión fría y seria, asintiendo con la cabeza para saludar.

“Ya he oído los detalles de Ursula. Gracias por todo lo que han hecho. Por favor, entra.” Aunque se sintió un poco incómodo ante su reacción, Rio los invitó a todos a entrar de todos modos. Las tres chicas le dieron las gracias y entraron vacilantes.

“Latifa, Sara y las demás están aquí.”

“Hola, Latifa.” Después de ser presentadas por Rio, las niñas saludaron a Latifa sentada en un sofá en la sala de estar.

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“Oh, hola de nuevo.”

Latifa respondió cortésmente, observándolas cuidadosamente para juzgar sus estados de ánimo. En algún momento, se había acercado bastante a ellas. Probablemente se había abierto un poco cuando Sara y Alma la acogieron mientras Rio hablaba con los ancianos.

“Umm, Maestro Rio. Me disculpo por la interrupción, pero ¿estaría bien si trajéramos los artículos?” preguntó Sara, nerviosamente saltando directamente a los negocios.

“Por supuesto. Por favor, hágalo,” Rio estuvo de acuerdo.

“Muchas gracias. Orphia, por favor.”

“De acuerdo. Comencemos trasladando los alimentos a la despensa. Nuestras propias pertenencias pueden venir después,” Sara y Orphia intercambiaron palabras.

Rio pensó que había oído algo sobre lo que debía hacer un comentario en su conversación, pero decidió que debía haber sido su imaginación. La razón de ello fue el hecho de que las chicas parecían tener las manos demasiado vacías para mover objetos.

“Umm, todas ustedes parecen tener las manos vacías… ¿Dónde podrían estar los artículos? Puedo ayudar a llevarlos.”

“Oh, no te preocupes. Los tenemos con nosotros. Orphia, por favor.”

Sara se rió de la pregunta de Rio, luego le preguntó por la ubicación de la despensa y se dirigió hacia allí. Rio se unió a las chicas, con curiosidad por saber qué iban a almacenar allí. Latifa saltó al lado de Rio.

“[Dissolvo]” Una vez que llegaron al almacén, que se mantenía a baja temperatura con un artefacto, Orphia extendió una mano y cantó algún tipo de hechizo. El espacio ante su mano comenzó a deformarse, doblarse y retorcerse hasta que varios alimentos aparecieron de repente de la nada.

“¿¡Huh!?” Los ojos de Rio y Latifa se abrieron de par en par, sorprendidos.


“Lo que Orphia acaba de usar era un artefacto mágico…. el almacén de espacio-tiempo. Utiliza la esencia del usuario para crear una dimensión aislada en el tiempo y el espacio con la hechicería incrustada en ella, y luego retira los objetos de la dimensión cuando el usuario canta un determinado hechizo,” interrumpió Alma con una explicación bastante orgullosa, tras concluir el motivo de su conmoción.

Pensar que tales artefactos existían… es asombroso. ¿Pueden la gente espiritual usar los hechizos de espacio-tiempo también?”

“Sí. Sin embargo, estamos limitados por la cantidad de energía que consume. Los únicos que pueden usarlo son los que tienen grandes cantidades de oda… lo que los humanos llamarían esencia. Es por eso que las piedras espirituales de alta calidad son requeridas para crear artefactos con hechicería espacio-temporal incrustada.”

“¿Piedras espirituales? ¿No son gemas encantadas, o cristales de esencia?” Mientras Sara y Orphia empezaban a colocar los objetos a un lado, Rio no pudo frenar su curiosidad mientras interrogaba a Alma.

“Sí. Es un objeto que difiere de las gemas encantadas y de los cristales de esencia hechos de ellas. Puedes pensar en ellos como una versión superior, para decirlo en términos generales.”

“Ya veo.”

Con un gesto de asentimiento, Rio finalmente se unió a los demás en la organización de la comida. Alma también lo hizo, y durante un tiempo se dedicaron armoniosamente a averiguar dónde colocar qué.

Ocasionalmente, Rio se encontraba con un alimento o ingrediente que no existía en la región de Strahl, pero sí en la Tierra, lo que le hacía reaccionar en secreto con asombro.

“¿Qué es esto…?” Después de ver un objeto que simplemente no podía soltar, se giró para pedirle a Alma que lo identificara.

“Esos son los granos de la trilla de las cáscaras de arroz. Es uno de los productos de la trilla, y lo comemos hirviéndolo o friéndolo.”

La palabra que ella había usado no era exactamente la misma pronunciación que la palabra japonesa para arroz, pero por la descripción de cómo se preparaba, no había duda.

“Aunque tenemos ingredientes que se preparan de forma similar, esta cosa exacta no está disponible en Strahl.”

“Originalmente se cultivaba en la región de Yagumo, después de todo. Si no recuerdo mal, fue traído al pueblo a lo largo de la historia y empezamos a cultivarlo.”

“Estoy deseando cocinarlo y comerlo.”

Así, charlaron mientras trabajaban hasta que guardaron la mayor parte de la comida en la despensa y regresaron a la sala de estar. Latifa había estado hablando con Sara y Orphia mientras limpiaban, lo que le permitió abrirse y sentirse un poco más relajada en comparación con cuando llegaron por primera vez.

“Así que, umm… Maestro Rio. ¿En qué habitaciones dormiremos?”

Después de preparar el té y de que todos estuvieran sentados en los sofás para tomar un respiro, Sara sacó el tema tímidamente.

“… ¿Huh?” Rio se quedó boquiabierto ante las palabras de Sara.

“¿Eh? Umm, la anciana principal… ¿La anciana Ursula no te dijo nada?”

“Uh, ¿decirme qué?” Tenía un presentimiento de lo que estaba pasando, pero pidió de todos modos que se le calmara el corazón.

“Nos dijeron que viviéramos con el Maestro Rio en esta casa y que nos ocupáramos de ustedes dos…”

Las palabras de Sara fueron exactamente como Rio esperaba.

“…… ¿¡Quééé!? ¿Van a vivir con nosotros aquí?” Latifa respondió con asombro después de unos segundos para pensar.

“Sí. ¿Será un problema?”

“¿L-Lo habrá?” preguntó Orphia, incitando a Latifa a mirar a Rio sentado a su lado.

“No, eso es…”

La expresión de Rio transmitía un sentimiento de desaprobación. Aunque todos eran niños y niñas, era de un chico a cuatro chicas, imaginando eso se sentía cansado.

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“Erm, ¿Es mucho pedir después de todo?” Sara le preguntó a Rio con cara de ansiedad.

“…Umm, ¿están todas de acuerdo con eso?” preguntó Rio. “Soy un hombre, y un humano, ¿sabes? Si vinieron aquí por una orden, entonces por favor no se obliguen a hacer esto.”

Su pensamiento era que Sara y la demás podrían no querer vivir con un extraño como él.

“¡Estamos completamente de acuerdo! El Maestro Rio es un salvador. Y no podemos disculparnos lo suficiente por lo terrible que te tratamos. ¡Así que nos gustaría arrepentirnos de nuestras acciones a través de esto!” Sara insistió mucho, con Orphia y Alma asintiendo a su lado.

“Ah, no, pero… No necesito arrepentimiento ni nada.” dijo Rio, encogiéndose de hombros.

“¡E-Entiendo que podemos ser una molestia para ti! Estábamos realmente preocupadas de que el Maestro Rio fuera el que se opusiera a esto… Es cierto que nos dijeron que lo hiciéramos, ¡pero estamos contentas de seguir adelante! ¡Queremos llevarnos mejor con Latifa, también!” Sara expresó de todo corazón lo mejor que pudo. Rio podía sentir la determinación dentro de ella; no se echaría atrás fácilmente.

El silencio en la habitación continuó por un momento, hasta que…

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“Señor Rio, voy a entrar.” Ursula apareció en la puerta.

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“Ursula…” Rio le lanzó una mirada de interrogación, preguntándose si todo esto había sido obra suya.

“Escuché parte de su conversación. En cuanto al tema de la convivencia con las chicas, señor Rio, me gustaría pedirle humildemente esto.”

“Incluso si dices eso… ¿no es indeseable para ellas? Sara y las demás son del mismo linaje que los miembros del consejo del pueblo, ¿verdad? Habrá malos rumores si viven con un humano como yo.” Rio susurró al oído de Ursula, levantándose enérgicamente y acercándose a ella.

“Razón de más, entonces. Los rumores sobre el señor Rio y Latifa ya se están extendiendo por todo el pueblo. Si el consejo de la aldea te tratara como a una plaga, esos rumores negativos serían aún peores.” Ursula agitó la cabeza despectivamente.

“¿Estará todo bien de verdad?”

“Lo estará. Como anciana principal, te garantizo esto. Esta es una que hemos tomado por el bienestar de Latifa. Señor Rio, tiene la intención de dejar el pueblo algún día, ¿no? Entonces no sería deseable continuar esta dependencia que ella ha desarrollado hacia ti. Necesitas personas a su lado que puedan ser su guardián, su amigo. Aunque esas chicas todavía tienen un largo camino por recorrer, todas son buenas chicas.”

Fue exactamente como dijo Ursula. Si tuviera que considerar el futuro de Latifa, Rio tendría que ser menos protector con ella.

“…Tienes razón. Tanto Latifa como yo nos beneficiaríamos mucho de esto.”

“¡Oho! Entonces, ¿puedo tomar eso como una palabra de aceptación?”

“Sí. Si no es mucho problema para Sara y las demás…”

Por lo tanto, se decidió que Rio y Latifa vivirían juntos con las chicas de la gente espiritual.

Esa noche, para celebrar su nueva vida juntos, decidieron celebrar una modesta fiesta. Los asistentes fueron los nuevos residentes de la casa, Rio, Latifa, Sara, Orphia y Alma, y los tres ancianos principales, Ursula, Syldora y Dominic, para un total de ocho personas. A medida que se acercaba la noche, fueron preparando el banquete en la cocina. Sara, Orphia y Alma se encargaron de la cocina, mientras que Rio pidió echar una mano.

Sin embargo, de seguro…

“Maestro Rio, por favor, tómese un respiro,” le dijeron todas.

“Vamos a vivir juntos de ahora en adelante no hay necesidad de acomodarme tanto. Todos nos cansaremos de esa manera, ¿no crees? Y preferiría que dejaras de llamarme ‘Maestro’ también,” les dijo Rio con una sonrisa forzada. Las tres chicas se miraron.

“Entonces, umm… ¿Estaría bien si te llamara sólo Rio?” preguntó Sara en nombre del grupo.

“Sí, eso estaría bien. Entonces hagamos las tareas domésticas en una manera similar. Podemos decidir los detalles otro día, así que vamos a cocinar juntos por hoy. De esta manera podemos comprobar cada uno de nuestros niveles de habilidad en la cocina también.”

“¡Quiero comer la comida de Onii-chan!”

La sugerencia de Rio hizo que Latifa se metiera de lleno en la conversación. Las tres chicas, especialmente Sara, parecían preocupadas por asignar tareas a Rio, pero la última palabra de Latifa las hizo ceder a sus deseos. Luego, después de discutir quién haría qué, finalmente comenzaron a preparar la comida.

De hecho, Rio estaba desesperado por cocinar.

Había tantos ingredientes en la despensa que no estaban disponibles en Strahl, así que quiso intentar rehacer tantos alimentos de la Tierra como pudiera. Latifa seguramente también estaría extática. Él sólo preparaba comida occidental que les gustaba a los niños: pasta, tortillas y hamburguesas de carne.

Con manos hábiles, completó la cocción al mismo tiempo que evitaba interponerse en el camino de las demás, haciendo que Sara y Alma abrieran los ojos de par en par con asombro.

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“Fufu, esto es divertido… Cocinar con todos,” dijo Orphia, preparando la comida y sonriendo alegremente.

“Rio… es tan bueno cocinando como Orphia.” dijo Alma. Todavía estaba un poco reacia a llamar a Rio sin un título.

“¡Y-Yo tampoco perderé!” dijo Sara con entusiasmo, abordando los ingredientes aún más seriamente.

En un abrir y cerrar de ojos, un festín estaba sobre ellos. La sala de estar de su nueva casa pronto estaba llena de vida.

“¡Gahaha! ¡Tu comida es genial, chico!” Dominic se rió a carcajadas, tragando el alcohol de su taza de metal.

“Los ingredientes son elementos con los que estoy muy familiarizado, pero los platos son nuevos e innovadores. Me sorprende experimentar algo tan bueno en mi vejez.”

“Sí, qué maravillosa habilidad. Mi favorito es este plato de huevo con tomate.”

Syldora y Ursula se relamieron los labios a la cocina de Rio.

“Prefiero este de aquí con patatas y queso. Es perfecto con alcohol. Alma, ¿qué hay de ti?”

“Me gusta más el plato de carne. Parecía muy difícil de hacer, pero el sabor definitivamente vale la pena,” contestó Alma mientras comía una hamburguesa.





“¡Ehehe, toda la comida de Onii-chan es deliciosa!” Latifa sonrió orgullosa mientras comía la pasta.

“Rio, enséñame cómo hacerlo la próxima vez,” pidió Orphia amablemente.

“O-Orphia, ¿¡no es eso rudo!?” Sara le advirtió con pánico.

“Claro, no me importa. A cambio, enséñame a hacer algunos de los platos de tu pueblo también.”

Y así, de una forma u otra, su vida en el pueblo tuvo un buen comienzo.

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