Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 7

Capítulo 8: Bosque Bolenan

>>Satou aquí. Mis amigos nacidos en la ciudad algunas veces me envidiaban por tener una ciudad natal en el país. Personalmente, sin embargo, creo que mientras tengas un lugar que pueda evocar algunos recuerdos felices de la infancia, no hay nada que envidiar a otras personas. <<

— <Bosque.>

— ¿Este es el Bosque Bolenan? Luce del tipo… normal.

Mia y Arisa murmuraron frente al bosque, la primera hablando en élfico.

Montando sobre cuatro caballos, dos runosarios, y un unicornio sin cuerno, llegamos al borde más lejano del bosque, la barrera del Bosque Bolenan.

Debido a que Arisa no podía montar caballos por su cuenta, estaba cabalgando con Mia sobre el unicornio.

Mia desmontó y dijo las palabras ‘abrir puerta’ en élfico. Ondas aparecieron en la barrera, creando una apertura de aproximadamente tres metros.

Luciendo demasiado emocionada como para quedarse parada, Mia corrió al interior.

— ¡Oye, Mia, espera!

Arisa corrió tras ella, seguida por el resto de nosotros.

Además de los árboles gigantes a la distancia los cuales interferían con mi sentido de perspectiva y el Árbol del Mundo que definitivamente aún se veía como un ascensor orbital, indudablemente era un bosque ordinario.

Seguimos a Mia por el estrecho camino, el cual llevaba a un área ligeramente mas abierta. No había otros caminos que llevaran fuera del claro.

A lo largo del claro había pequeños anillos de setas.

Lucían exactamente igual que los anillos de hadas que servían como puertas de viaje en la Cuna, donde rescaté a Mia.

Los ojos de Mia deambulaban por el bosque.

¿Quizá ella no conocía el camino desde aquí?

— < ¡Oh, hey, es el humano! Hiyaaa>

Una niña de piel verde salió de uno de los arboles: una dríada.

— <Dríada.>

— <Oh, hey, niña.>

— <Abrir.>

Mia le estaba pidiendo a la dríada que activara el anillo de hadas.

— <Perdóoon. No puedo hacerlo.>

— < ¿Por qué?>

Mia parecía consternada ante la negativa inesperada.

— <Dríada, si no tienes suficiente magia, puedo proveerte algo.>

— <No es por eso, pero seguro, tomaré tu magia.>

La dríada sujetó mis mejillas para plantar un beso en mis labios.

Rápidamente, la retuve por la frente.

— <Solo si abres la puerta de viaje.>

— <Hmm… ¿Supongo que quizá estaría bien ahora?>

La dríada miró alrededor pensativamente, y luego asintió.

— <Sí, está bien.>

Con eso, robó un beso de mis labios, y los anillos de hadas en el claro comenzaron a brillar de un verde fosforescente, uno tras otro.

Pronto, dos figuras humanas surgieron de uno de los anillos.

Era un joven chico y una joven chica, solo ligeramente más grandes que Mia.

— < ¡Laya! ¡Lia!>

Tan pronto como los vio, Mia se apresuró hacia ellos tan rápido que parecía como si pudiera tropezarse y caer.

Sus nombres completos mostrados en la AR eran [ Lamisauya ] y [ Lilinatoa ] — los nombres de los padres de Mia.

Mia tropezó sobre la hierba y cayó al suelo.

< ¡¡¡Mia!!!>

El par corrió hacia ella y se agacharon.

Levantándose, Mia los abrazó, repitiendo sus apodos.

— Maestro, mire ahí.

— ¿Muchas Miaaas?

— Muchas personas elfo, nano desu.

Las chicas bestia señalaron a los otros anillos de hadas.

Elfos estaban apareciendo tras ellos, uno tras otro.

— Maestro, he localizado larvas con alas. ¡Permiso para capturar!

— ¡Oh, que lindo!

Nana y Lulú dieron un chillido mientras miraban a las hadas apareciendo junto a los elfos.

Fueron acompañados por una doncella elfo en ropas de santuario y la hermosa mujer rubia platinada que había visto usando Clarividencia sobre mí.

Esta última definitivamente era mi tipo, así que empecé a examinar su información AR, pero entonces Arisa jaló mi cabeza hacia atrás.

— ¡D-disculpa, maestro! ¡¿Cuánto tiempo planeas besarla?!

— <Vamos, ¿solo un poco más?>

Estaba tan distraído por la reunión de Mia con sus padres que había olvidado que la dríada todavía estaba succionando mi magia.

Debido a que no me estaba resistiendo, ella me terminó robando casi un tercio.

— < ¡Me has dado montones y montones de magia hoy, así que voy a dar una verdadera fiesta de bienvenida! >

La dríada agitó la mano, y los arboles y arbustos en el claro se iluminaron con luz verde.

— < ¡Aquí vamos!>

La luz siguió extendiéndose a través de todo el bosque.

Incluso los arboles gigantes a la distancia comenzaron a brillar.

La hierba a nuestros pies comenzó a brotar y a florecer.

Los arboles crecieron rápidamente, con coloridas flores brotando de las ramas.

Las hojas de los arboles se mecían suavemente y comenzaron a tocar música suave.

— < ¡Heh-heh! Este es un servicio de solo una vez en la vida de mi parte, sabes>

La dríada sonrió triunfantemente, y una ventisca de pétalos brillantes dio vuelta a través del claro.

Los elfos comenzaron a cantar una canción que celebraba el regreso de Mia, y las hadas bailaron por el aire con los pétalos.

Mientras Mia lloraba lágrimas de felicidad y se aferraba a sus padres, el bosque entero parecía decir:

Bienvenida a casa, Mia.

Aquí es a donde perteneces.

– FIN DEL VOLUMEN 7 –