Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 5

Capitulo 5: El Joven y la Masacre

Parte 3

El Séptimo Señor Demonio también era conocido como el Señor Demonio de la Guerra. Amaba la guerra misma y buscaba usar su abrumador poderío militar para pisotear a otros. Ciertamente había una naturaleza posesiva detrás de eso. Y, sin embargo, este Señor Demonio no pensó en proteger y gobernar su propia tierra. Mejor dicho, lo veía como algo que debía ser explotado para alimentar a sus fuerzas.

Fue un fracaso en términos de sus propias metas. No estaba haciendo la guerra para expandir su territorio, ni para cumplir con su deseo de control. Por el contrario, su expansión de tierra y control como gobernante fueron sólo resultados. Su objetivo era, en última instancia, la guerra misma.

Como resultado, todas las tierras gobernadas por el Séptimo Señor Demonio fueron empobrecidas y desoladas. Incluso si uno intentaba rendirse para evitar la destrucción, todo lo que les quedaba era la desesperación de esperar a que su tierra y su sustento fueran devorados.

Incluso para Dale, que era la antítesis de un Señor Demonio y ahora poseía un poder que podría llamarse injusto, sería increíblemente difícil enfrentarse al Séptimo Señor Demonio por su cuenta. Después de todo, se enfrentó a un ejército. Cuando se enfrentaba a una fuerza tan grande, en lugar de intentar resolver las cosas por su propia cuenta, era necesario emplear tácticas. Y liderar un esfuerzo bélico estaba fuera del campo de especialización de Dale.

Para Dale, en cierto modo, la manera en que los Señores Demonio de la Calamidad habían hecho un movimiento podría llamarse conveniente.

Después de la derrota del Cuarto Señor Demonio, el país de Laband, con su ‘Héroe de Platino’, decidió aliarse con las naciones que lo rodeaban y eliminar al Séptimo Señor Demonio. Como esas naciones eran más pequeñas y débiles que Laband, si el Séptimo Señor Demonio continuaba avanzando, estarían esperando ser invadidos. Mientras tanto, después de haber sufrido un golpe del Cuarto Señor Demonio, Laband no quiso pelear una batalla decisiva con el Séptimo Señor Demonio dentro de su territorio. Todos los pensamientos de estas naciones estaban unidos hacia el mismo objetivo, lo que les permitió establecer rápidamente un pacto. No queriendo perder ni un momento, los grupos dirigentes aceleraron la decisión.

Dale estaba actualmente en una unidad en primera línea. Estaba a caballo, vestido con la armadura de platino que había adquirido un significado simbólico muy grande. Para no asustar a los caballos, Hagel los acompañaba a distancia. Por muy valientes que hayan sido los caballos de guerra, la presión de un carnívoro muy poderoso y una bestia mítica era demasiado para soportar.

「Sobre el papel, eres mi subordinado. Abstente de huir por tu cuenta」

「Entiendo」

Contestó Dale. Miró fugazmente a su lado. El elegante caballo negro azabache era impresionante, adecuado para un animal de una familia tan distinguida. Y a horcajadas sobre la bestia estaba Gregor, que estaba vestido con una armadura que tampoco avergonzaría el nombre de su familia ducal.

Dale sabía que el espadachín Gregor se especializaba en poseer una velocidad divina, así que verlo con una armadura tan pesada, no importa cuán alta sea su calidad, le parecía fuera de lugar a Dale.

Sin embargo, Gregor era diferente a su amigo. Aunque era sólo un tercer hijo, como miembro de la familia más importante de Laband, un país que promovía la capacidad de combate, poseía tanto la técnica como los conocimientos necesarios para dirigir un ejército.

Como alguien de gran importancia para el país, el padre de Gregor no podía dejar su centro, y como alguien fundamental para la defensa nacional, el segundo hijo no podía salir de la frontera nacional, por lo que el deber de permanecer en el campo de batalla bajo el nombre de su familia recaía en él.

「Tú también lo tienes difícil」

「…No realmente. Como noble de Laband, me imaginé que esta oportunidad llegaría con el tiempo」

Le respondió Gregor a Dale, observando las fuerzas de las que estaba a cargo. Definitivamente había orden y disciplina en el avance sistemático de las tropas. A pesar de que se dirigían hacia un enemigo formidable, el Séptimo Señor Demonio, las expresiones de los soldados no parecían nada desalentadoras.

Los campeones que habían derrotado al Cuarto Señor Demonio. Se dirigían a la batalla siendo liderados por un miembro de la familia ducal, Gregor, así como por una leyenda viviente, el Héroe de Platino. Los soldados que marchaban bajo las banderas con los emblemas de la familia Eldstedt y la Princesa Hada parecían muy orgullosos.

Dale hizo que pareciera casi fácil mientras trataba con los que lo rodeaban, tratando de actuar con la suficiente dignidad como para no avergonzar el nombre del Héroe de Platino ni defraudar las excesivas expectativas de los soldados. Su presencia elevó claramente la moral de los caballeros y de la infantería, que pensaron con algo un poco diferente a la ambición y más cerca de un anhelo melancólico de que pudieran formar parte de su epopeya.

Mirando a estas tropas, Gregor no encontró nada que criticar.

No es eso… Gregor pensó para sí mismo, considerando a su amigo a caballo a su lado. Simplemente no siente ninguna presión por las expectativas de los que lo rodean. ¿No le interesa cómo lo ven los demás?

Había habido un aura peligrosa alrededor de Dale desde que perdió a su amada prometida, y sólo había crecido con el paso de los días. Gregor no pudo evitar sentir que desde que se puso la máscara del tonto conocido como el ‘Héroe de Platino’, algo preocupante se había ido acumulando dentro de él.

Gregor miró hacia adelante para que no se le viera suspirando, y siguió avanzando sobre su caballo. No podía dejar que los soldados a su alrededor vieran que él y Dale eran simplemente humanos. Su papel era actuar como símbolos. Tenían que permanecer inquebrantables, para despertar el espíritu de los que los rodeaban.

‘Ser humano… es querer que alguien nos apoye…’

‘¿Es un pecado querer que alguien más nos ayude a mantener nuestros corazones juntos?’ Gregor pensó para sí mismo, colocando su mano sobre el lugar donde colgaba dentro de su armadura el encanto (Talismán/Amuleto) de la chica que era preciosa para él.

Un gran número de países se dieron cuenta inmediatamente de que la gran nación de Laband se había movilizado para eliminar al Séptimo Señor Demonio. Incluso si no estuvieran directamente involucrados, si Laband fuera derrotado, estos otros países ya no tendrían los medios para detener al Séptimo Señor Demonio. Su poderío como nación era grande, pero más que eso, sin Laband, tendrían que esperar a que apareciera otro héroe tan renombrado como el Héroe de Platino.

Con los templos de Akhdur en el centro, la información se había difundido por todo el mundo.

Mientras muchos países observaban con la respiración contenida, las naciones aliadas con Laband en su centro llegaron al territorio del Séptimo Señor Demonio y comenzaron la batalla sin siquiera declarar el comienzo de las hostilidades.

Las batallas que tenían lugar fuera del centro del mando del Señor Demonio eran victorias abrumadoras para la alianza. Las terribles imágenes que los caballeros vieron mientras avanzaban encendieron en las tropas aliadas una justa indignación y sentido del deber de no dejar que sus propias naciones acabaran así.

Las fuerzas aliadas seguramente estaban avanzando hacia el Séptimo Señor Demonio. Poco después, esa noticia fue entregada incluso a países cerrados que no interactuaban con la humanidad.

「¿Has dicho que los ejércitos humanos se enfrentan al Séptimo Señor Demonio?」

「Sí, mi señor」

Mientras el subordinado entregaba este informe, el ‘Rey Dorado’, sentado en un trono detrás de persianas de bambú, cerró los ojos, de los que había obtenido su nombre, y contempló.

Vassilios tenía un clima más seco y cálido que el de Laband.

El lugar que sirvió como castillo del Primer Señor Demonio, gobernador de Vassilios, fue el templo de Banafsaj.

El estatus de Señor Demonio se concedía a los que reunían los requisitos y eran elegidos por los dioses. Por lo tanto, hubo momentos en los que un rey reinó durante siglos, y otros en los que el trono permaneció vacío durante un tiempo similar. En los momentos en que no había ningún Señor Demonio, el país funcionaba bajo una estructura política con los sacerdotes de alto rango de Banafsaj en su centro. El santuario era el centro del gobierno y acogía tanto a reyes como a dioses, y era el lugar donde se reunía la voluntad del pueblo.

Eso también se vio en la construcción de la ciudad. Había sido construido con el ‘castillo’ de su gobernante, el inmenso santuario construido de piedra blanca, en su centro. El paisaje de la ciudad, que parecía rodear el santuario, estaba construido con piedra blanca y ladrillos secados al sol. El pueblo estaba limpio y ordenado, y se sentía casi como una extensión del santuario; era más majestuoso que animado.

Los demonios tenían una población notablemente menor que la de la humanidad. Esta ciudad era la única en todo Vassilios. En otras zonas, había pequeños asentamientos que se describirían mejor como aldeas, pero eso era todo. Geográficamente, estaba aislada de otras regiones, lo que les facilitaba la adopción de una política nacional de aislamiento.

En este mundo, no toda la tierra estaba dividida en naciones. La etiqueta ‘nación’ se limitaba en última instancia a las zonas gobernadas por el hombre. La tierra habitada por bestias mágicas, a la que los hombres no podían entrar ni salir fácilmente, se consideraba inestable, pero no pertenecía a ningún país, y aunque tanto las regiones gobernadas por demihumanos (que eran humanoides fuera de las siete razas) como las regiones gobernadas por bestias mágicas se consideraban algo cultas y abiertas al comercio, no se las contaba como naciones.

Muchas naciones se apiñaron en la tierra donde las condiciones eran adecuadas para que la gente viviera, y lucharon por territorio, aunque las regiones desocupadas también eran vastas.

Vassilios estaba junto a Laband, pero había un territorio de bestias mágicas entre las dos naciones. Debido a que estaba rodeado por ese territorio, así como por un vasto desierto, Vassilios estaba geográficamente aislado de otros países.

Todavía era una tierra escabrosa, pero debido a que los demonios eran una raza resistente, podían vivir allí sin ser molestados excesivamente. No tenían que preocuparse por la invasión de otros países; simplemente podían vivir en paz como quisieran.

El gran santuario de Vassilios había sido construido para tener numerosas secciones. Sólo el interior del santuario daba la impresión de ser una pequeña ciudad. Había muchas estructuras en el terreno, pero a medida que te acercabas al centro, se convirtió en un área segura donde sólo un número limitado de personas podía ir y venir.

Dentro de esa área central, una corriente de agua limpia muy crucial en esta tierra árida se movía, el flujo sonaba nítido hacia el maizal. La cascada, tan delgada que parecía una hebra, se vertió en un manantial poco profundo hecho por el hombre y bordeado de joyas. La villa imperial fue construida dentro de ese manantial.

El edificio en sí era pequeño, pero era una obra de arte, como un manojo de elegancia. No tenía una apariencia llamativa o extravagante. La cultura de los demonios no hizo un hábito el rodearse de lujosos accesorios. Sin embargo, los materiales que se habían utilizado para construirlo eran de los mejores disponibles, y todos y cada uno de los finos grabados sobre él se habían hecho con el mayor cuidado. Con sólo mirarlo se puede decir que se trata de una estructura de la máxima calidad.

Normalmente, no sería tan lujoso, pero esta villa real era algo que el anterior Primer Señor Demonio había creado usando una fortuna y las mejores técnicas disponibles para hacerla lo más chic posible para su amada reina. Con el cambio de los Señores Demonio, esta villa había perdido a su señor, pero ahora había otra vez una bella doncella en su interior.

Chrysos caminaba por el centro del templo, lo que se podría llamar el ‘santuario interior’, vestido con un traje adecuado a esta tierra, hecho de capas de tela delgada y transpirable. Un aire fresco fluía suavemente a través del traje. El agua pura y fría que rodea a este lugar, conocido como la ‘Villa de la Concubina Favorita’, hacía que el aire se enfriara sin importar lo cálido que pudiera ser el día. Viendo a Chrysos caminando por el pasillo que lleva a la villa, las damas de honor inclinaron la cabeza.

Los únicos que podían entrar en esta villa eran las damas de honor que servían al actual señor de la villa, la ‘princesa’, y el rey, Chrysos. Acondicionamiento de la cultura demoníaca, el interior de la villa tenía sólo la cantidad mínima de muebles necesarios: una cama que ocupaba la mayor parte de la habitación. La seda que colgaba del techo se balanceaba suavemente con la brisa que pasaba, bloqueando la luz del sol que entraba y proyectando una ligera sombra sobre la cama. Dentro de esa sombra, una niña estaba acostada de lado, y se movió, sintiendo la presencia de alguien allí. Abrió un poco los ojos, y al ver quién era con sus ojos grises, la expresión de su cara se suavizó.

「Chrysos…」

「Veo que has despertado, Platina」

La chica trató de moverse cuando Chrysos habló, pero pareció quedarse sin energía inmediatamente, sólo para que su mano cayera de nuevo sobre la cama.

「No necesitas presionarte a ti misma. No debes estar en condiciones de moverte」

「Lo siento…」

Latina finalmente se las arregló para responder algo audible mientras yacía sin fuerzas.

「Aun así, gracias a ti, Chrysos… Soy capaz de estar despierta por un tiempo」

「Incluso si ya se estaba desmoronando, aun así, te abriste camino a través del sello… Me alegro de que lo hayas logrado, pero actuaste de manera imprudente」

Dijo Chrysos, dejando a un lado el cabello que colgaba de la cara de Latina, y luego tocando suavemente los restos de su cuerno roto. Los cuernos eran el rasgo identificador de la raza demoníaca y eran vistos como sagrados. Sólo se les permitía ser tocados por alguien increíblemente cercano a ellos.

「Te lo ruego, nunca más hagas una elección que me lleve a perderte…」

Dijo Chrysos con una expresión dolida.

Latina frunció el ceño a su vez.

「Lo siento… Chrysos…」

「Eso no importa. Que hayas vuelto a mí es lo único que importa」

Chrysos dijo eso con una leve sonrisa, luego puso una mano en la frente de Latina. En ese instante, hubo un ligero cambio en el aire circundante. Latina había estado respirando débil y superficialmente, sonando dolorida todo el tiempo, pero ahora inhalaba profundamente. Su piel siempre había estado pálida al principio, pero había crecido más hasta el punto de que su cara se veía enferma; pero ahora, parecía un poco como si la sangre volviera a ella.

Latina había estado dormida casi todo el tiempo desde que Vint la llevó a Vassilios. Sólo tendría breves intercambios con Chrysos, y luego perdería el conocimiento de nuevo.

El hechizo que ataba a la Octava Señora Demonio, había sido poderoso. Debido a que Latina se había liberado de una manera muy incompleta, a cambio había dejado gran parte de su poder en su trono. Había perdido casi todas sus fuerzas, incluyendo lo que necesitaba para vivir. El que había usado su propio poder como Señor Demonio para complementarla y apoyarla era Chrysos. Si Chrysos no fuera el Primer Señor Demonio, tal cosa habría sido imposible.

El Primer Señor Demonio poseía los poderes más demoníacos de todos ellos y era el más hábil para manipular el poder concedido por los dioses.

Si se le preguntara si podría romper el sello como lo hizo Latina, incluso Chrysos tendría que responder que era simplemente imposible. Fue precisamente porque el Rey Dorado era tan hábil en manipular tal poder que sabían cuánto se había esforzado Latina y había hecho lo imposible…

Gracias al poder de Chrysos, Latina había mostrado signos de recuperación poco a poco y ya no estaba en el estado peligroso en el que se encontraba cuando llegó a Vassilios. Aunque con eso dicho, todavía estaba lejos de volver a la normalidad, y necesitaba pasar casi todo el día en cama, entrando y saliendo de sus sueños.

「Hay mucho… Necesito hablar contigo sobre… Chrysos…」

「No te preocupes por eso. Déjamelo todo a mí. Sólo tienes que preocuparte por ti misma」

Latina cayó en las garras de una profunda somnolencia, y el poder se le drenó del cuerpo. Cuando Chrysos escuchó la respiración rítmica de Latina mientras dormía, el Primer Señor Demonio apartó su mano de la frente de Latina.

「¿Tu familiar es aquello que debes discutir conmigo, Platina…?」

Chrysos susurró sin emoción, sabiendo que esa voz no llegaría a la latina en sus sueños.

「Aquel que busca alejarte de mí… Espero ver qué clase de persona puede ser」

La otra mitad amada del Rey Dorado por fin había regresado. ¿Cuántos años ha pasado buscándola? Chrysos no se había imaginado la posibilidad (aunque lógicamente lo entendiera, era difícil de aceptar) de volver a separarse tan pronto después de la reunión final, pero era inevitable.

Aquella vez, cuando ella se había ido, había sido tan doloroso que parecía como si el cuerpo de Chrysos se hubiera partido en dos.

Como Primer Señor Demonio, era esencial sellar a la Octava Señora Demonio. Para no tener que matar a esa amada chica, esa había sido la única opción. Pero tomar esa decisión había sido tan doloroso que se sintió como si estuviera destrozado por dentro.

Ahora que esa preciosa princesa había vuelto al lado de Chrysos, el Rey Dorado haría todo lo posible para protegerla y no volvería a hacer nada para perderla.

「¿No sientes lo mismo, oh Héroe de Platino?」

Con una determinación escondida dentro, Chrysos habló con alguien que no estaba allí.