Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 9

Capítulo 4: Corazón Sincero

Parte 3

Shizuku ya sufría de pérdida de sangre, múltiples costillas rotas y órganos internos dañados, por lo que no tenía esperanzas de esquivar. Sufrió otra lesión más, lo que le provocó una mayor impaciencia, lo que a su vez hizo que sus movimientos se hicieran aún más lentos. Estaba atrapada en un bucle de retroalimentación negativa fatal.

“Así fue cuando llegaste a este mundo por primera vez. De verdad, estabas asustado. Estabas aterrorizado de luchar contra demonios como quería Ishtar. La noche después de matar a tu primer monstruo, lloraste donde nadie podía encontrarte. La sensación de cortar a través de la carne no te dejaba, y sentía que no importaba cuántas veces te lavabas las manos, todavía había sangre en ellas”.

“¡Shaaaaa!” Shizuku lanzó un grito de guerra mientras se balanceaba, intentando bloquear las palabras de su texto. Pero sus acciones sólo demostraron que estaba rechazando sus propios sentimientos, haciendo su copia aún más fuerte. Fácilmente bloqueó su ataque y contraatacó con otro aluvión de palabras punzantes.

“Cuando Nagumo-kun cayó en el abismo, si no hubieras concentrado todos tus esfuerzos en consolar a Kaori, sabes que te habría aplastado el miedo a la muerte. Desde ese día, has tenido miedo de morir, y has tenido miedo de matar…. Has sido gobernada por el terror.”

“¿¡Agh!?”

La copia de Shizuku la golpeó con una flor de trueno, y la sacudida de la electricidad provocó que Shizuku se pusiera rígida. Mientras estaba aturdida, la katana blanca de la copia se deslizó por su garganta. Sangre brotó, tiñendo de rojo la hoja. Ese último ataque apenas había pasado por alto la arteria carótida de Shizuku. Pero había sido una pura casualidad que ella hubiera podido esquivarlo. Sus músculos rígidos no habían sido capaces de sostenerla, y se había deslizado al suelo. Eso era lo único que la había salvado de la muerte instantánea.

Shizuku se puso la mano en el cuello, pero la sangre seguía derramándose entre sus dedos. Incluso si el corte no le había dado en la arteria, las heridas del cuello sangraban mucho.

El miedo a la muerte bañó a Shizuku, y casi se ahogó en la desesperación. Aunque hizo todo lo que pudo para mantener la compostura, la mano que sostenía su katana empezó a temblar.

Su copia la miraba con desdén. Esta vez decidió golpear a Shizuku en su punto más sensible. Su talón de Aquiles. Decía con frialdad: “Hey. Eras muy feliz entonces, ¿no?”

“¿Eh?”

Aún sujetando su cuello, Shizuku levantó la vista, confundida.

“Cuando Nagumo-kun vino a salvarte. Lo sé, ya que soy tú. Fue el momento más dramático de nuestras vidas, después de todo”.

“¿Qué estás tratando de decir?”

“En esa situación desesperada… te habías rendido por completo. Aceptaste la muerte irrazonable que te esperaba. No creías que hubiera alguien ahí fuera que saltara galantemente para salvarte. Así que cuando saltó y abrumó a los enemigos que te habían dado tantos problemas, te enamoraste. Su maná carmesí y su espalda ancha te tenían completamente cautivada”.

“N-No, yo…”

Esta era la única cosa que Shizuku no podía aceptar. Algo horrible pasaría si lo hiciera, así que, por supuesto, intentó objetar. Pero, por supuesto, sus objeciones no tenían sentido contra una copia de su propio corazón.

“Fue lo mismo cuando Kaori fue asesinada. Si no lo sabías entonces, te lo deletrearé. Por primera vez desde que llegaste a este mundo, te aferraste a algo más que a ti misma. Te aferraste a Nagumo-kun. Te dijo que creyeras en él y esperaras. Y a diferencia de todos los demás, mantuvo su promesa. Tal como creías, salvó a tu mejor amiga y a tu propio corazón. Después de ese momento, trataste desesperadamente de ocultarte tus sentimientos… pero ya no puedes engañarte a ti misma”.

“No, detente. Yo no…”

Shizuku había perdido toda la voluntad de luchar. Ya no tenía ese aura distante e intimidante a su alrededor. Todo lo que podía hacer era sacudir la cabeza en negación como una niña. Ni siquiera podía poner una fachada de fuerza. Las paredes que habían protegido su corazón se derrumbaron como una cáscara de huevo. Después de desnudar su corazón, su copia le picó sin piedad con las palabras que no podía soportar escuchar.

“Tú y yo…. Nos encanta Nagumo-kun.”

“Ah…”

Shizuku se calló, incapaz de hablar. Todavía sacudía la cabeza, haciendo que se le saliera más sangre del cuello. Pero sus pensamientos estaban demasiado confusos como para que se diera cuenta. Estos eran los únicos sentimientos que se negaba absolutamente a aceptar. Porque sabía que no se le permitía tenerlos.

Si admitiera que amaba a Hajime, eso sería lo mismo que traicionar a Kaori. Había estado tan acorralada mentalmente que ni siquiera podía discutir, pero su copia aún no había terminado con ella. Ofreció un último comentario, como una oración fúnebre.

“Te enamoraste del amor de tu mejor amiga. Traidora”.

“……”

Shizuku se arrugó hasta las rodillas. Su espíritu estaba destrozado. Ya no le quedaba ninguna voluntad de resistirse. Así de condenatorias habían sido esas palabras.

Para la mayoría de las personas, era imposible controlar sus emociones. Aquellos que podían controlarlos completamente eran anormales. Naturalmente, emociones como el amor no eran diferentes. De hecho, eran aún más difíciles de controlar porque no tenían una base lógica. Por lo que aunque Shizuku se enamorase de la misma persona que Kaori, eso solo difícilmente podría llamarse una traición.

Sin embargo, su copia, o en otras palabras, una manifestación de sus propias emociones negativas, había afirmado que era traición. Y eso significaba que la disposición naturalmente seria de Shizuku la había atrapado para que pensara que realmente lo era. Era porque estaba tan agradecida a Kaori por permanecer con ella durante los peores momentos de su vida que cualquier cosa que se pareciese remotamente a una traición le dolía tanto.

Se preocupaba tanto por Kaori que incluso el que le gustase Hajime le parecía algo imperdonable. Especialmente porque ya le había mostrado a Hajime tantos lados que no tenía la intención de hacerlo. Su sonrisa genuina, su patética cara de llanto mientras se aferraba a él pidiendo ayuda, la mirada malhumorada que normalmente reservaba para Kaori, su aliviada cara de dormir, su cara alargada…. El hecho de que hubiese hecho todo eso sin decírselo a Kaori la hacía sentir aún más culpable por ello.

“Lo que es peor, incluso atacaste a Shea. ¿Quieres saber por qué? ¿Por qué ni Kaori ni Yue, sino Shea?”

“Yo…”

“La respuesta es simple. Es porque estabas celosa de Shea. Sabías que no tenías ninguna posibilidad contra Yue desde el principio. Incluso si la atacas, serás destruida. Y por supuesto, nunca querrás dirigir tus celos hacia Kaori. Así que elegiste a Shea porque era la más fácil de la que estar celosa. Después de todo, acababa de ser aceptada como la amante de Hajime. Qué mujer más cobarde”.

“……”

Shizuku ya no podía apartar la vista de la verdad. El enemigo que estaba ante ella no lo permitió. No importa cómo tratara de argumentar en contra de las palabras punzantes de su copia, fue derribada. La fuerza se agotó de sus extremidades, mientras que su copia seguía creciendo en poder.

Corrió hacia delante, usando No Tempo para hacer sus movimientos impredecibles. Shizuku no se molestó en reaccionar. Aunque aunque le quedara algo de espíritu de lucha, no habría podido reaccionar a movimientos tan rápidos. La patada de la copia golpeó a Shizuku directamente en el estómago, y ella voló en el aire.

“¿¡Agh!?”

Gritando de dolor, voló en un amplio arco. Un torrente de cortes llovió sobre ella. Shizuku instintivamente levantó su katana para defenderse, pero estaba demasiado exhausta para protegerse de todos ellos.

“¿¡Aaaaaaaaaaaaah!?”

Su cuerpo estaba plagado de heridas. Su copia entonces la golpeó con su vaina. Sintiéndose como si acabara de ser golpeada por un camión de basura, Shizuku voló hacia atrás contra la pared detrás de ella. La fuerza del impacto aplastó el hielo que la rodeaba. El aire fue expulsado de sus pulmones, y se sintió como si todos los huesos de su cuerpo se hubieran roto. Todo dolía, y su cuerpo estaba en sus límites.

Shizuku se deslizó sin fuerzas hasta el suelo, su espalda descansando contra la rota pared. La sangre se acumuló a su alrededor, creando un charco en el suelo. Ya parecía muerta.

Visión borrosa, levantó la vista para ver su copia caminando hacia ella. No podía mover ni un músculo. Y el daño mental que había sufrido la había despojado de la voluntad de intentarlo.

“Parece que este es el final de tu patética vida. Todo el tiempo que quisiste seguir sacando la pajita más corta. Esto sólo sucedió porque fuiste lo suficientemente estúpida como para seguir negándote las cosas que querías”.

Shizuku no pudo responder. No tenía fuerzas para hacerlo. Sin embargo, un tenue parpadeo de miedo se iluminó en sus ojos.

“¿Alguna última palabra? Los grabaré en el hielo para ti. Todos estos espacios están conectados, así que si tienes suerte, tal vez alguien más despeje su juicio y venga aquí para ver tu última voluntad”.

“……” Shizuku no dijo nada. Pero una sola lágrima rodaba por su mejilla. La pequeña gota de luz cayó por su barbilla y creó una pequeña mancha en su regazo.

Shizuku no sabía por qué lloraba. ¿Tenía miedo de morir? ¿Deseando que le robaran su futuro? ¿Frustrada porque no había sido capaz de defenderse? ¿Triste porque nunca volvería a ver a sus amigos y familiares? ¿O todas esas razones combinadas?

La copia de Shizuku la miró y silenciosamente sacó su katana. Sostuvo la otra mano sosteniendo su vaina hacia delante como si estuviera dibujando un arco imaginario. La punta de su katana apuntaba directamente a la cabeza de Shizuku. La katana blanca era tan afilada como la negra de Shizuku. Significa que perforar un cráneo humano era un asunto sencillo. Shizuku moriría instantáneamente, sin sentir dolor. Esa fue la misericordia final que su copia estaba dispuesta a pagarle.

La sed de sangre empezó a irradiar de la copia de Shizuku. Era hora de dar el golpe final. Pero en el momento en que Shizuku vio su muerte preparándose frente a ella, algo surgió dentro de ella. Abrió la boca, y sin preocuparse por las apariencias, murmuró sus verdaderos sentimientos.

“Yo… no quiero morir… todavía…”

“……”

Por una vez, esas no fueron palabras que dijo por el bien de alguien más. Eran sus verdaderos y honestos sentimientos.

Ella no quería morir todavía. Quería volver a ver a sus camaradas, a su familia y a su mejor amiga. Quería volver a ver al hombre del que se había enamorado. Pero ya no podía seguir por su cuenta. Estaba agotada, tanto física como mentalmente. Que es por lo que –

“Sálvame… Alguien por favor…. sálveme…”

Ella rogó ser rescatada, llorando como un bebé. Toda su vida, Shizuku había sido confiada, aferrada, y le había pedido favores. Y toda su vida, había respondido a las expectativas de todos. No importaba cuánto le dolía, siempre sonreía y decía: “No te preocupes, déjamelo a mí”.

Esta fue la primera vez que lloró, la primera vez que le pidió a alguien más que la salvara. Pero no podía seguir por su cuenta.

Siempre quiso ser la princesa a la que los demás protegían, pero como todo el mundo había confiado en ella, siguió puliendo sus habilidades hasta convertirse en la caballero que protege a los demás.

No es de extrañar que terminara interpretando ese papel en su último año de secundaria. Shizuku sabía que su mejor amiga se había enfadado por ella. Pero aún así, ella no había sido capaz de cambiar. Y con el tiempo, se había acostumbrado tanto a ser la que sacaba la pajita más corta que había llegado a aceptarlo como algo natural. Pero en realidad, ella todavía—

“Qué lástima. Ya es demasiado tarde. Deberías haber dicho esas palabras hace mucho tiempo.”

Al final, había sido capaz de ser honesta consigo misma, pero su copia era despiadada. Bajó su postura y empujó su katana hacia delante.

Shizuku cerró los ojos y esperó a que la afilada hoja penetrase su cerebro.

……

……

……

“Imposible…”

La muerte que estaba esperando nunca llegó. Cuando cerró los ojos, Shizuku había sentido que la pared de su espalda desaparecía, pero ahora mismo estaba más interesada en saber por qué su copia sonaba tan impactada. Tímidamente, Shizuku abrió los ojos. Lo primero que vieron sus ojos fue—

“¿Huh?”

“Cielos, no puedo creer que me enviara aquí en el momento justo. ¿Estaba el laberinto apuntando a esto o algo así?”

La cuchilla blanca de su copia, a milímetros de su cara. Y aferrarse a él era un brazo mecánico familiar. Ese brazo mecánico era lo que había impedido que la espada de la copia pasase por Shizuku. Los ojos de Shizuku se abrieron de par en par, y miró por encima de su hombro. Era él.

“¿N-Nagumo-kun?”

El chico del que se había enamorado. El que siempre soñó cuando estaba al borde de la muerte. Fue increíble, pero también algo natural. La apariencia de Hajime no era sólo una ilusión. La pared a la espalda de Shizuku había desaparecido, revelando un pasadizo. Era por ese pasillo por donde había aparecido Hajime. También era su mano la que sostenía a Shizuku. Aún así, Shizuku no podía creerlo. Miró inexpresivamente a Hajime, cuya cara estaba a centímetros de la suya.

“Tch, pareces muerta.”

Hajime miró a Shizuku frunciendo el ceño, y luego le lanzó a su copia una mirada bestial. Temblando, la copia intentó retirarse a un lugar seguro, pero antes de que pudiera moverse, las chispas carmesí corrieron por el brazo protésico de Hajime. Un segundo después, hubo un zumbido agudo, y su brazo comenzó a vibrar a alta frecuencia.

“Tu pequeño…”

La copia intentó apresuradamente sacar la espada de las garras de Hajime con todas sus fuerzas, pero su decisión llegó demasiado tarde. Ante la fuerza de la oscilación de Hajime, la katana de la copia empezó a romperse. Con un chillido metálico, Hajime aplastó parte de la hoja, partiéndola por la mitad. Luego, apuntó con su prótesis hacia la copia. Con un leve zumbido, un panel en la palma de su mano se deslizó hacia atrás para revelar un cañón gris oscuro.

“Sal de aquí un rato.”

“¡Ah!”

La expresión de la copia se endureció. Un segundo después, una bala explosiva salió de la mano de Hajime y se estrelló contra el estómago de la copia. Las ondas de choque carmesí se extendieron desde el punto de impacto, y la copia fue enviada volando. Entonces Hajime invocó unos pocos Cross Bits de su Tesoro y los envió tras él. No tenía intención de matar la copia de Shizuku, pero necesitaba ganar algo de tiempo. Los siete Cross Bits trabajaron en perfecta coordinación, manteniendo la copia ocupada.

Mientras los sonidos de la batalla se alejaban, Shizuku se giró y examinó bien la cara de Hajime. Todavía no podía creer que esto fuera real. La pérdida de sangre había hecho que sus pensamientos fueran aburridos, y alguna parte de ella seguía diciéndole que no era digna de un milagro como este.

Si esto es un sueño, espero no despertarme nunca…. Shizuku estaba aterrorizada de despertar para encontrar un mundo sin Hajime. Mientras ella pensaba para sí misma, Hajime sacó un tubo de ensayo de su Tesoro escondido. Arrancó la tapa con los dientes y vertió su contenido en la boca de Shizuku.

“Mmmpf!?”

“No lo escupas. Será mejor que te lo bebas todo”.

Sorprendida por el líquido extraño que repentinamente llenaba su boca, Shizuku instintivamente empezó a ahogarse. Sin embargo, Hajime puso sus manos alrededor de Shizuku y la mantuvo en su sitio, forzándola a beber. Él absolutamente no la dejaría escupir esto. Era uno de los pocos y preciosos frascos de Ambrosia que le quedaban. Hajime iba a hacerla beber esto aunque tuviera que metérselo por la garganta con sus propias manos. Miró duramente a Shizuku, y sus protestas se debilitaron. De hecho, se puso muy rígida. Hajime no solo la había abrazado, sino que su cara también estaba lo suficientemente cerca como para besarla si no había un frasco en su boca. Shizuku podía sentir su calor, y eso la tranquilizó.

Obedientemente se tragó el contenido del frasco y miró intensamente a la cara de Hajime. Parecía un bebé bebiendo de un biberón. Pero estaba demasiado ocupada ahogándose en los ojos de Hajime como para preocuparse por su aspecto. No miró para otro lado, ni siquiera por un segundo. Quería seguir mirando a esos ojos para siempre.

Eventualmente, ella bajó el contenido de la ampolla, y sus heridas desaparecieron como si nunca hubieran existido. Desafortunadamente, la Ambrosía no podía reemplazar la sangre que había perdido, así que aún estaba débil. Pero ahora estaba lo suficientemente lúcida como para darse cuenta de que esto era la realidad, y que si Hajime hubiese venido un segundo más tarde, habría muerto.

“¿Eres realmente tú, Nagumo-kun?”

“¿Me parezco a alguien más?”

“Pero por qué… ¿Cómo es que estás aquí? Pensé que yo…”

“Cálmate. Después de superar el juicio, empecé a bajar por el pasadizo que apareció y terminé aquí”.

“Entonces realmente…”

Las lágrimas que habían cesado antes empezaron a derramarse por la cara de Shizuku. Pero esta vez, fueron lágrimas de alivio. Hajime se sorprendió. Esta fue la primera vez que vio llorar a Shizuku. Estaba tan aturdido que ni siquiera reaccionó cuando Shizuku se acercó a tocarle la cara. Ella lo miró como si fuera lo único en el mundo, y trató de tocarlo para confirmar que realmente estaba allí. Pero en el momento antes de que las yemas de sus dedos rozaran sus mejillas, ella tembló, y luego se detuvo. La expresión se retorcía de dolor, Shizuku tiró de su mano hacia atrás. Entonces, al darse cuenta de que ser abrazada era algo que no podía permitir, apartó a Hajime de ella. Se limpió las lágrimas con la manga y miró hacia otro lado.

Hajime adivinó que el extraño comportamiento de Shizuku era el resultado de lo que su copia le había hecho y sonrió a sabiendas. Se giró para ver que la copia ya había regenerado su katana, y estaba empezando a rechazar sus Cross Bits.

“Muy bien, tus heridas están curadas. Es hora de tu revancha. Ve a golpear a esa farsante”.

“Ah. Pero yo… no puedo vencerla, así que…” Shizuku miró a Hajime implorando, sabiendo que sonaba como si estuviese lloriqueando.

Oh, Dios, ella no sólo fue golpeada por su copia, ¡tenía su corazón completamente destrozado! Hajime miró al techo con resignación. Siempre había pensado que Shizuku era el más fuerte del grupo de Kouki, pero parecía que se había equivocado.

La copia de Shizuku había empezado a tejer a través de los Cross Bits de Hajime y estaba cerrando la distancia entre ella y Shizuku. Hajime sabía que no tenía sentido limpiar el juicio de Shizuku para ella, por lo que había puesto sus Cross bits para que se moviesen en un patrón algo predecible, pero no esperaba que la copia lo viera tan rápidamente.

Volvió a mirar a Shizuku, y ella claramente se estaba escondiendo de su copia. Viéndola acurrucada en una bola como esta, Hajime entrecerró los ojos.

Esto no es propio de ella. Esto no es propio de ella en absoluto. Pero tal vez esto es lo que ella realmente es.… Hajime se rascó la cabeza torpemente, y luego miró seriamente a Shizuku.

“¿N-N-Nagumo-kun? Umm, se está acercando…”

“Yaegashi. No te preocupes.”

“¿Eh?”

Shizuku pudo sentir como la sangre se elevaba a su cara cuando se encontró con la mirada de Hajime. Esa mirada seria fue suficiente para que se derritiera y se olvidara de lo asustada que estaba de su copia. Ahora que tenía la verdad en la cara, no podía evitar darse cuenta de lo mucho que le gustaba Hajime. Aunque ella sabía que sus sentimientos eran una traición, no podía evitar sentirse emocionada.

Hajime ignoró las peculiaridades de la reacción de Shizuku y sacó algo de su Tesoro escondido.

“Toma, toma esto. Hice esta Máscara Rosa Mk. II para ti. Te mantendrá a salvo”.

“¿…Nagumo-kun?”

Ver esa máscara era suficiente para que Shizuku olvidase lo enamorada que estaba de Hajime, y lo mucho que la habían golpeado. Miró a Hajime, e incluso su copia estaba tan asombrada por este giro de los acontecimientos que dejó de avanzar hacia Shizuku.

Sin embargo, Hajime seguía siendo completamente serio. Empujó la innecesariamente elaborada máscara rosa de cara completa sobre Shizuku. Entonces, él sonrió y le dio un pulgar hacia arriba.

“¡Nagumo-kun! ¡No es el momento de perder el tiempo! ¡Estará aquí en cualquier momento!”

“Qué grosera. No estoy bromeando. Escucha, he usado magia de sublimación en todo lo que he hecho, incluyendo esta máscara rosa. Escucha y asómbrate. Ponerse esto triplicará tus reflejos y percepción. Con esto, podrás vencer a tu copia”.

“¿Por qué la hiciste tan fuerte?”

“Te encantan las cosas lindas como esta, ¿verdad? Vamos, tómalo. Después de todo, eres la única persona que puede usar esta máscara rosa, Yaegashi-”

“¡No la necesito! ¡Puedo ganar incluso sin ese vergonzoso pedazo de mierda! ¡Prefiero luchar hasta la muerte que usar esa cosa! ¡No quiero que me vuelvan a tratar como a una rarita!”

Shizuku empujó enérgicamente la máscara hacia las manos de Hajime, y luego se frotó las sienes con frustración. Su expresión desesperada y sus manierismos eran como los de antes.

Hajime sonrió a la revivida Shizuku y lanzó la Máscara Rosa Mk. II de vuelta a su Tesoro. Shizuku le miró fijamente y dijo: “Así es exactamente. Puedes ganar incluso sin esto”.

“Yo-Yo…”

Al darse cuenta de que la habían engañado, Shizuku puso una mueca de dolor. Ignorando su reacción, Hajime añadió: “Tienes que recordar, Yaegashi. Esa falsificación puede ser parte de ti, pero no es todo de ti. Es sólo un monstruo de Frankenstein de todos tus peores rasgos. La Shizuku Yaegashi que tengo delante es la que tiene todas las partes que realmente importan. ¿Verdad?”

“Tengo todas las partes que realmente importan…”

Con eso, otros recuerdos surgieron en la mente de Shizuku. Recordó que cada vez que había logrado algo, su familia había estado allí celebrando de todo corazón por ella. Recordó la alegría que sentía al ayudar a las personas necesitadas. Recordó lo agradecida que había estado la gente que había salvado. Recordó los momentos divertidos que había pasado con Kouki y los demás. Recordó la primera vez que conoció a Kaori. Todos esos momentos fueron irremplazables, recuerdos inolvidables también.

Su vida no había sido tan dura. Había habido cosas buenas también. Las sonrisas que ella les había dado a otros no habían sido todas mentiras.

¿Cómo pude haberme olvidado de todo esto hasta ahora? La respuesta fue simple. Los susurros que el grupo ha estado escuchando desde que entró en el laberinto los manipulaba para que olvidaran. Sentí como si un rayo de luz se hubiera abierto en las nubes oscuras que habían estado cubriendo el corazón de Shizuku. Más y más continuó abriéndose hasta que las nubes oscuras se habían retirado por completo, y ella estaba bañada por la luz del sol.

La determinación volvió a arder en los ojos de Shizuku. Y esa determinación le dio fuerza.

“El hecho de que las palabras de su copia le hayan llegado es prueba de que está tratando de superarse a tí misma. Sólo los fracasados intentan salir adelante con pura terquedad…. De todos modos, te tomas las cosas demasiado en serio. Tienes que aprender a relajarte a veces. Recuerda, mientras estés viva, siempre puedes encontrar una forma de hacer que las cosas funcionen”.

“Nagumo-kun…”

“Para que lo sepas, soy uno de esos fracasados que se mantienen firmes con pura terquedad”, añadió Hajime encogiéndose de hombros. Entonces empezó a llamar a sus Cross Bits. Habían ganado suficiente tiempo.

Sintiendo la mirada de Shizuku sobre él, Hajime se puso en pie y se apoyó en la pared, cruzando los brazos. Luego se enfrentó a Shizuku correctamente y le dijo las palabras que más quería oír, aunque por supuesto que él no lo sabía.

“Te estaré cuidando.”

“Ah…”

“Puedes seguir intentándolo tantas veces como sea necesario para ganar. Mientras yo esté aquí, no morirás al menos. No te lo permitiré. No te preocupes.”

“Y por eso me enamoré de ti…” Shizuku murmuró esas palabras en voz tan baja que incluso ella no las escuchó. Naturalmente, Hajime tampoco. Pero Shizuku no pudo evitar preguntarse qué tipo de expresión habría hecho si lo hubiera hecho. Conociéndolo, probablemente parecería molesto…. Shizuku pensó para sí misma con una sonrisa.

Así debieron sentirse también Aiko-sensei y Liliana. Algo tiene que estar mal con nosotras si todas nos enamoramos del mismo tipo insensible y cínico…. Shizuku se puso en pie, su cuerpo se sentía más ligero que nunca. Luego abrazó la katana negra que Hajime le había dado cerca de su pecho. Después de tomarse un momento para prepararse, se giró hacia su copia, su expresión fría y distante.

Mientras miraba a su némesis, Shizuku preguntó a Hajime en voz baja, sin darse la vuelta, “¿Prometes que me vigilarás?”

“Sí.”

“Y si llega el momento, ¿me protegerás?”

“Sí.”

“Y si siento que no puedo seguir adelante, ¿me ayudarás a recuperarme?”

“Supongo que tendré que hacerlo”.

Shizuku sonrió débilmente. La primavera había llegado, y era hora de que el hielo se descongelara. Su espíritu roto se encendió de nuevo, brillante y suave como el sol, pero tan inflexible como el hierro.

Shizuku respiró hondo. Su pecho se llenó de emociones que no podía expresar con palabras. Así que confió en el tono de su voz para expresarlos y simplemente dijo: “Entonces me voy”.

“Adelante. Estaré esperando.”