Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 9

Capítulo 1: El Laberinto Final

Parte 6

“De ninguna manera. No puede haber muchos de esos tipos de monstruos en el mundo. Estoy bastante seguro de que esto es algún tipo de truco”.

Hajime mató a tiros a los zombis con una mano mientras sacaba la brújula con la otra. Lo que buscaba era el cristal de maná de estos zombis. Su suposición era que había algún tipo de camuflaje que se lo ocultaba a su Ojo del Demonio.

“Maldita sea, eso es lejos. ¿Son como los caballeros del golem de Miledi?”

La brújula apuntó al cristal de maná como deseaba Hajime. Sin embargo, no estaba en ninguno de los cuerpos de los Zombis de Escarcha, sino en un lugar separado a más de quinientos metros de distancia. Hajime pensó en los golems que Miledi había controlado remotamente. Chasqueó su lengua, y Yue le miró interrogativamente.

“¿Hajime?”

“Parece que el cristal de maná que alimenta a estos tipos está en otro lado. Esa podría ser su magia especial. No sé si el cristal los controla remotamente, o si sólo siguen órdenes preestablecidas”.

“Interesante. Independientemente del proceso, el hecho es que debemos destruir ese cristal si queremos terminar esta lucha”.

“¡Entonces vámonos!”

Shea emitió un grito enérgico y dejó a un lado toda una ola de zombis con un golpe de Drucken. Hajime asintió con la cabeza y dijo: “Voy a abrir un camino. ¡No se queden atrás, chicos!”

Se metió en la brecha que Shea había creado y abrió su Tesoro escondido. Un segundo después, un arma larga y rectangular cayó en su mano artificial: el misil y el lanzacohetes Orkan. La metió bajo su axila para permitirle disparar con un solo brazo. Segundos después, los zombis fueron atacados por un muro de misiles. Los misiles dejaron rastros de humo naranja mientras se dirigían hacia los zombis. Aterrizaron en olas, creando una oleada de estruendosas explosiones que volaron a través de la multitud de zombis en ruinas. Incapaces de resistir el impacto, fueron soplados hacia atrás en pedazos de carne congelada. Los zombis explotados fueron arrastrados con tal fuerza que sus fragmentos sirvieron como metralla que atravesó a los zombis más atrás. Cuando el humo se despejó, un solo sendero sin obstrucciones era visible.

“¡Adelante!”

A las órdenes de Hajime, el grupo corrió a través de la intersección. Yue fue la última para disparar un último tiro a los zombis que se regeneraban tras ellos. El entorno de las Cavernas de Escarcha hacía que la magia del fuego y del agua fuese difícil de usar, pero Yue tenía muchas otras opciones a su disposición. Ella lanzó un aluvión combinado de viento y magia de relámpago a los zombis regeneradores, haciéndolos pedazos por segunda vez y lanzándolos contra las heladas paredes. Aún así, eso no fue suficiente para detenerlos por mucho tiempo. En cuestión de segundos, un ejército de zombis perseguía de nuevo al grupo. Aunque no eran muy poderosos individualmente, era aterrador ser perseguidos por un ejército de zombis inmortales. Kaori y Suzu especialmente temblaban en sus botas.

“¡Eeeeek! ¡Vienen del techo también! ¡Kaorin, desinténtalos ya!”

“¡Desintegrar, desintegrar! ¡Aaaaaah! ¡Me tiró el brazo! ¡Y se está moviendo! ¡Se arrastra muy cerca!”

“Cállate, Kaoridiot…”

“¡No lo entenderías, Yue! Los vampiros son parte del lado del miedo, y no del otro lado.
Estás trabajando en secreto con los zombis, ¿no?”

“Te reto a que vuelvas a decir eso, Kaori. Pero bien, si crees que los vampiros son tan aterradores, tal vez te muestre lo aterradores que pueden ser”.

“¡Cielos! ¡Este no es el momento de pelear con ustedes dos! ¡Sigan atacando o nos
invadirán! ¡Hey, Suzu, tu barrera se está cayendo! ¡Tienes que mantener la ventisca a raya! ¡No te quejes!”

“¡Yue-san, deja de jugar con Kaori-san y ayúdame! ¡Hay toneladas de ellos saliendo de la tierra! ¡No puedo seguirle el ritmo a Drucken! Ah, otra vez no… ¡Dejen eso ya, bastardos persistentes! ¡Toma eso!” Había un dicho que decía que tres mujeres hacían tanto ruido como una multitud, y eso resultó ser doblemente cierto cuando había cinco y estaban siendo perseguidas por zombis. Aunque la razón por la que todo el mundo estaba bromeando era a pesar de lo aterradores que parecían, los zombis realmente no eran una gran amenaza. De hecho, Kaori y los demás estaban reaccionando con el mismo nivel de seriedad que si estuvieran en una casa embrujada normal.

“Los jóvenes están llenos de energía. Poniéndome tan nervioso por unos cuantos monstruos…” Tio murmuró en voz baja mientras miraba a Kaori y a los demás gritarse unos a otros. Yue se giró hacia ella y le dijo: “Tío, pareces una anciana”.

“¿¡Fwoh!? ¡Qué dura crítica! Bueno, supongo que soy mucho mayor, así que no puedo negarlo… pero, ¿no estás en el mismo barco, Yue?”

“No…. tengo diecisiete años para siempre.”

“Espera, ¿no dijiste que te encerraron en el laberinto de Oscar cuando cumpliste 20 años, Yue?”

Incluso si eliminas los trescientos años que estuviste atrapada, eso sigue siendo demasiado bajo. Justo cuando Hajime pensó eso, Yue le miró fijamente. Una horda de Zombis de Escarcha mostrando sus colmillos no había sido suficiente para que Hajime se estremeciese, pero en el momento en que sintió esa mirada sobre él se marchitó.

“Sí, Yue tiene diecisiete años eternamente. No hay duda de ello.”

“Mmm…. Tengo la misma edad que Hajime.”

“Qué marido más gallina eres, Maestro.”

Tio suspiró y agitó la cabeza. Todo el mundo, excepto Kouki y Ryutarou, parecía que ni siquiera se tomaban en serio esta lucha.

“Hey, Kouki. ¿Soy sólo yo o….”

“No lo digas, Ryutarou.”

Kouki y Ryutarou intercambiaron miradas, y luego suspiraron. Estaban perdiendo la motivación para tomarse esto en serio. Con el sonido de disparos, explosiones, gritos y ocasionalmente “Bastardos” de Shea como música de fondo del grupo, avanzaron por el pasillo, huyendo de los zombis. Después de unos minutos, Hajime y los demás llegaron a un vasto espacio abierto. Tenía forma de arena y era tan grande como la Cúpula de Tokio. Por alguna extraña razón, la ventisca que había estado golpeando sus espaldas mientras corrían por el pasillo pareció volverse contra sí misma en el momento en que llegó a la salida del pasillo. Ninguno de los vientos llegó a la cúpula. Hajime se dio cuenta instintivamente de que habían llegado a una nueva sección del laberinto. Se dirigió al centro de la habitación y dijo: “Lo encontré. Aquí puedo verlo con mis propios ojos”.

Hajime se embolsó la brújula y sonrió. Su mirada estaba fijada en la pared lejana de la habitación. O mejor dicho, el bulto del tamaño de un puño carmesí oscuro incrustado dentro de él, un enorme cristal de maná. Había sido enterrado tan profundo que ni siquiera su Donner evolucionado sería capaz de perforar ese lugar.

En ese caso…. El Tesoro escondido de Hajime brilló. Esta vez sacó su rifle anti-materiales mejorado con railgun, Schalgen. Naturalmente, también había sido actualizado con la magia de la evolución. Esta era una de sus armas más fuertes, capaz de atravesar hasta los golems azantium de Miledi que habían causado tantos problemas al grupo meses antes. Así que aunque el hielo que protegía el cristal de maná no era hielo normal, Hajime confiaba en que su rifle lo penetraría.

“Volémoslo en pedazos”.

Las chispas carmesí comenzaron a correr a lo largo del barril largo. Hajime apuntó el arma con una mano, sonrió con malicia, y apuntó con el dedo al gatillo. Justo cuando estaba a punto de tirar de él.

“¡Hajime!”

Yue gritó una advertencia. Sintiendo una presencia, Hajime levantó la vista y vio un enorme águila lanzarse sobre el grupo.

“Tch, más enemigos.”

El águila no era un águila normal. Todo su cuerpo estaba hecho de hielo transparente. Así como los zombis eran Zombis de Escarcha, este era un Águila de Escarcha. Y no había sólo uno. Más se desprendieron del techo y se lanzaron hacia el grupo. Antes de que alguien pudiera reaccionar, Hajime desenvainó a Schlag con su mano izquierda libre y disparó. Una sola veta carmesí atravesó el pecho del Águila Helada más cercano y desató una enorme onda expansiva, destruyendo el cuerpo de la criatura. Insatisfecha, la bala siguió adelante y destrozó a otras dos Águilas de Escarcha antes de quedarse sin impulso. Usando la magia de la evolución, Hajime había dado poder a sus balas para desencadenar múltiples ondas de choque antes de que se quedaran sin energía. Había apodado estas balas mejoradas Balas de estallido. Donner y Schlag estaban equipadas con balas que podían disparar tres veces. Habiendo eliminado la distracción, Hajime volvió a prestar atención a Schlagen. Esta vez, no hubo nada que lo interrumpiera de disparar. Con una explosión que rompió la tierra, un rayo de luz salió del cañón del rifle. Viajó con un objetivo infalible, dirigiéndose directamente al cristal
de maná.

“Tch, la cosa puede esquivar, ¿eh?”

Hajime chasqueó su lengua, frustrado. Planeaba terminarlo con un solo disparo. Pero en el instante en que disparó, el cristal de maná se había apartado. Estaba claro que el cristal estaba esquivando activamente los ataques.

“Maestro, parece que este monstruo es similar al Bachulum que combatimos en el oasis. Esto no es una pared, sino el cuerpo de un monstruo camuflado como tal”.

“Eso parece. Lo que significa…. Todo el mundo, cuidado. ¡Asuman que cada parte de las paredes, el techo y el piso son el enemigo!”

La advertencia de Hajime no llegó en un momento prematuro.

“¡Graaaaaaaaaaaaaaah!”

Una manada de lobos bípedos fue escupida de una sección de la pared de hielo. Como las Águilas de Escarcha, estaban hechas de hielo puro, aparte de sus brillantes ojos rojos. Cada uno medía unos dos metros de altura. Saliendo de su apariencia, Hajime decidió apodarlos Hombres Lobo de Escarcha. Al mismo tiempo, más Águilas de Escarcha cayeron del techo, y los Zombis de Escarcha que el grupo había dejado atrás finalmente alcanzaron al grupo. En segundos, la enorme sala se llenó de tres tipos diferentes de monstruos de hielo. Había cientos, no, miles de cada uno.

Y al igual que los zombis, las Águilas de Escarcha que Hajime había derribado comenzaron a regenerarse. La gran cúpula se había convertido en una arena despiadada donde el guante de los enemigos no tenía fin. Pero lo peor de todo es que parecía que el monstruo que controlaba todo aún no había hecho nada. Con un fuerte crujido, la parte de la pared donde estaba el cristal de maná comenzó a sobresalir. Estaba reuniendo todo el hielo cercano para fortificar sus defensas.

Entonces, como si señalara el comienzo de la pelea, parte de la pared se transformó en una enorme mandíbula y rugió.

“Bwaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!”

El rugido era tan poderoso que se sentía palpable.

“Barrera universal”.

Yue desplegó instantáneamente una barrera mágica espacial. Un segundo más tarde, una gran conmoción atravesó la barrera invisible que avergonzaba incluso al Territorio Santificado. El propio espacio se deformaba alrededor de los bordes de la barrera, mostrando cuán poderoso había sido el impacto que había resistido. Fuera de la barrera había un monstruo con el cristal de maná incrustado dentro. El aliento blanco y cristalino se derramó de sus enormes mandíbulas. Cada uno de sus colmillos era un carámbano a la altura de un brazo. El cuerpo del monstruo era tan grande que cada paso que daba sacudía el suelo. Su cuerpo era tan claro y duro que parecía hecho de diamantes, no de hielo. Tenía más de veinte metros de altura y una enorme concha en la espalda. Espinas de hielo sobresalían de la concha, protegiendo su parte trasera. Para Hajime, el monstruo se parecía vagamente a una tortuga, pero con seis patas. De hecho, parecía una versión gigante del monstruo Absod que usaban los demonios. Lo más probable es que Freid los hubiera basado en este monstruo, la Tortuga de Escarcha. Debe haber luchado para despejar el laberinto después de todo.

“Supongo que esta prueba está probando si podemos abrir el caparazón de esa tortuga y romper su cristal de maná antes de que nos trague un enjambre de monstruos.”

A pesar de lo imponente que parecía la Tortuga de Escarcha, Hajime se limitó a cargar a Schlagen y miró con despreocupación a la bestia. Había un brillo salvaje en sus ojos. Kouki y los demás palidecieron cuando vieron a lo que se enfrentaban, pero luego se calmaron un poco cuando Hajime contrarrestó el imponente aura de la Tortuga de Escarcha con su propia Intimidación. Como para pagarle a la tortuga por su ataque anterior, Hajime desató una ola de maná puro que destruyó a todos los monstruos cercanos. Su ataque hizo que incluso la Tortuga de Escarcha diera un paso atrás. En respuesta, Hajime dio un paso adelante.

En un intento de probar que no le tenía miedo a un simple humano, la Tortuga de Escarcha rugió de nuevo. Al mismo tiempo, los monstruos que los rodeaban comenzaron a liberar olas de heladas.

“Nosotros nos encargaremos de los peces gordos. Ustedes saquen a la tortuga”.

Usando su estilo patentado de gun-kata, Hajime empezó a disparar a través de olas de monstruos. Kouki y los demás miraron en blanco, sin darse cuenta ni por un momento de que Hajime les estaba hablando. Pero un momento después se dieron cuenta de que su mirada seguía fija en ellos, mientras mataba a docenas de monstruos con cada disparo de sus revólveres. Parecía que realmente estaba planeando dejar la Tortuga de Escarcha al grupo de Kouki.

La realización los tomó por sorpresa. Considerando lo mucho que Hajime y la Tortuga de Escarcha se habían estado mirando el uno al otro, se habían dado cuenta de que los dos estaban a punto de pelearse.

“No me mires así. Por fin tienes la oportunidad de vencer al monstruo jefe. ¿No querías la oportunidad de demostrar que eres lo suficientemente fuerte para conquistar un laberinto?”

“Oh. Sí, así es. ¡Lo hicimos!”

“Amanogawa tiene la mayor potencia de fuego de ustedes cuatro, así que el resto de ustedes lo apoyan mientras él rompe su cristal de maná. Mientras tanto, mantendremos a los otros monstruos fuera de tu camino. Aunque si crees que es demasiado y se acobarda, puedo ocuparme de ese tipo por ti también”.

Los labios de Hajime se enroscaron en una provocadora mueca de desprecio. La determinación le arde en los ojos, contestó Kouki, “¡No necesito tu compasión! ¡Mira, le daré una paliza a esa cosa! Ryutarou, Shizuku, Suzu, ¡hagámoslo!”

“¡Sí, hagamos trizas a esa tortuga!”

“Los cubro las espaldas. Hablando de eso, cuidado con las puntas de la espalda de esa cosa. Es probable que haya más de lo que se ve a simple vista”.

“¡Dejadme defenderme a mí, chicos! ¡Los protegeré a todos!”

Al darse cuenta de que no era el momento de sentirse abrumado, Kouki y los demás gritaron animadamente. En ese momento, un rayo de luz plateada se extendió. Borró a los monstruos que rodeaban a la Tortuga de Escarcha, despejando el camino para Kouki y los demás.

“¡Lo tienen, muchachos! Pero no se presionen demasiado”.

“¡Gracias, Kaori!”

Kouki corrió por el recién despejado sendero. Pero antes de dar unos pasos, los ojos de la Tortuga de Escarcha brillaban amenazadoramente. Segundos después, los monstruos destruidos comenzaron a regenerarse mucho más rápido de lo habitual. Sin embargo, el propósito de la Tortuga de Escarcha no era impedir el paso a Kouki y a los demás. Su mirada estaba fija en Hajime. Claramente, aún creía que Hajime, no Kouki, era la verdadera amenaza aquí.

“¡Hey, tu oponente soy yo! ¡Destello Celestial – Destrozar!”

Frunciendo el ceño, Kouki lanzó su ataque favorito para llamar la atención de la Tortuga de Escarcha. Una enorme hoja de luz salió de la espada de Kouki, disparando un tornado de ondas de choque al pasar. La Tortuga de Escarcha no se movió, y el ataque de Kouki le dio en el ojo. La parte principal del ataque aplastó su ojo, mientras que las ondas de choque expandieron la herida.

“¡Braaaaaaaah!”

Habiendo perdido su ojo y buena parte de su cabeza, la Tortuga de Escarcha gritó y giró su atención de Hajime a Kouki. Miró a Kouki con su único ojo bueno, abrió sus fauces, y lanzó un ataque de aliento. Un tornado de viento se precipitó hacia Kouki, afilados fragmentos de hielo girando alrededor de él. Cualquiera que fuera golpeado por él se congelaría instantáneamente. Si lograban evitarlo, los fragmentos de hielo aún los cortarían en pedazos. Sin embargo, Suzu no iba a dejar que ninguna de esas cosas le sucediera a Kouki.

Como un arroyo que fluye, como una suave brisa – Tierra Santificada – Dispersión!”

Con un encantamiento, Suzu hizo que su hechizo compuesto, ya de por sí poderoso, fuera aún más fuerte. Una barrera de luz envolvió a Kouki, protegiéndolo del aliento de la tortuga. Un segundo después de que se formó la barrera de Suzu, la respiración de la tortuga se estrelló contra Kouki. Fue arrojado a un infierno de vendaval aullante y hielo helado. Pero la barrera impenetrable de Suzu lo protegía de los elementos. Había madurado lo suficientemente fuerte como para luchar contra el monstruo de nivel de jefe de un laberinto. Cuando se dio cuenta de eso, sus labios se curvaron naturalmente hacia arriba. La confianza creció dentro de ella, y esa confianza la hizo aún más poderosa. A salvo dentro de la barrera de Suzu, Shizuku evaluó la situación con calma.

“Su cabeza y sus ojos ya se están regenerando. Supongo que mientras ese cristal de maná esté intacto puede regenerarse para siempre como todo lo demás. Tendremos que sacarlo de una sola vez.”

¿Puedes hacerlo? Preguntó Shizuku en silencio con su mirada. Kouki asintió en respuesta. “Sí, lo terminaré con Ira Divina. Pero tengo que disparar a toda potencia, así que tendrás que darme 30 segundos”.

“Entendido. No dejaré que esa tortuga gigante te ponga un dedo encima, Kouki”.

Antes, a Kouki le había llevado un minuto cantar el encantamiento por su carta de triunfo. Oírlo sólo llevaría la mitad de tiempo ahora era tranquilizador. Ryutarou sonrió y golpeó sus guanteletes juntos.

“¡Todos, el ataque de aliento se está desvaneciendo!”

Era hora de contraatacar. Kouki levantó su espada, y empezó a brillar con una luz deslumbrante.

“Ryutarou, Shizuku, mantenlo ocupado por mí. Suzu, quédate cerca de mí. Voy a concentrarme en mi encantamiento”.

“¡Entendido! ¡Golpéalo con uno grande por nosotros!”

Finalmente, la respiración se dispersó completamente. Una cortina de nieve colgaba en el aire, actuando como un velo que oscurecía temporalmente a Kouki y a los demás de la vista. Usando la cubierta a su favor, Shizuku y Ryutarou corrieron hacia la Tortuga de Escarcha. Shizuku fue la más rápida de las dos, y ella salió primero de la nieve, manteniendo su cuerpo bajo el suelo. Gracias a la mala visibilidad y a la velocidad natural de Shizuku, pudo acercarse a la tortuga sin sufrir ni un solo ataque. Cola de caballo revoloteando con la brisa, Shizuku desenvainó su katana con un fluido movimiento.

“¡Toma esto! ¡Corten en pedazos, Destello fulminante!”

Un breve encantamiento acompañó a la tajada de Shizuku. En un abrir y cerrar de ojos, su espada fue envainada de nuevo con un tintineo satisfactorio. La única prueba de que había atacado fue una raya negra que apareció en el aire un momento después. La racha pasó a través de una de las patas derechas de la Tortuga de Escarcha, deformando el espacio a su paso. La gruesa y dura pata de la tortuga se torció de forma poco natural. Luego, sin ninguna resistencia, se cayó. El Destello fulminante de Shizuku cortó el espacio, así que teóricamente ningún material debería ser capaz de resistirlo.

“¡Destello fulminante! ¡Destello fulminante!”

No contenta con una sola pierna, Shizuku corrió hacia delante, apenas una mancha borrosa en la nieve. En menos de un segundo, había dado la vuelta a la retaguardia de la Tortuga de Escarcha. La única indicación de que ella había desenvainado su espada era el débil tintineo que significaba su regreso a su vaina. Y la tortuga gritaba de dolor.

“¿¡Graaaaaaaaaaah!?”

Le habían cortado las tres patas derechas. Sus patas restantes no podían soportar su enorme volumen. Gruñendo impotente, la tortuga gigante se inclinó hacia un lado, y luego se derrumbó en el suelo. Indignada, los ojos de la Tortuga de Escarcha brillaban con una viciosa luz carmesí. Se giró para mirar a Shizuku, decidido a destruir a la insignificante criatura que la había puesto de rodillas. La sed de sangre que se desprendía era palpable, y Shizuku sintió como se le ponía la piel de gallina en los brazos.

“¿¡Ah!?”

Confiando en sus instintos, se lanzó a un lado. Un momento después, incontables lanzas de hielo salieron del suelo sobre las que había estado parada. El hielo plano se había convertido en una mortífera flor de espinas.

“¡Esto es lo más lejos que puedes llegar!”

Ryutarou salió de la nieve un segundo después y corrió hacia la mandíbula de la Tortuga de Escarcha. Con un ensordecedor grito de guerra, saltó del suelo con la fuerza suficiente para dejar un cráter y dio un golpe con toda su fuerza. La fuerza viajó desde la mandíbula de la Tortuga de Escarcha hasta la parte superior de su cabeza. Su mandíbula se rompió completamente, enviando fragmentos de hielo volando por todas partes. Sin embargo-

“¡Maldita sea, esta cosa es dura!”

A pesar del ataque de Ryutarou, la tortuga no dejó de invocar lanzas de hielo desde el suelo. Siguieron persiguiendo a Shizuku dondequiera que corriera. Eventualmente, se vio forzada a escapar por el aire usando sus botas aerodinámicas encantadas. Otra serie de lanzas apareció justo debajo de ella, casi raspando sus suelas. Pero aún así no podía relajarse: el ataque de la Tortuga de Escarcha estaba lejos de haber terminado.

“¡Shizuku!”

Ni siquiera tuvo la libertad de registrar la advertencia de Ryutarou. Su atención se centró únicamente en el enemigo que intentaba matarla. Desafortunadamente, la verdadera amenaza eran las tres Águilas de Escarcha que la atacaban desde arriba. La tortuga había orquestado un ataque con pinzas. Como había creado todos estos monstruos, naturalmente podía controlarlos remotamente. De hecho, había atraído a Shizuku para que se lanzara al cielo.

“Fuerza-”

Al darse cuenta de su error, Shizuku se dio la vuelta e intentó repeler a las águilas con Pulso de Fuerza. Sus ondas de choque ciertamente tenían el poder necesario para derribar a las Águilas de Escarcha. Pero ella reaccionó demasiado tarde. No, no llegaré a tiempo. Ella podría evitar un golpe fatal. De eso estaba segura. Pero aún así sería golpeada por al menos dos de los tres ataques. Aunque sobreviviera, estaría gravemente herida. El miedo y la sombría determinación se amedrentaron en su mente.

El tiempo se ha ralentizado. Su espada se movió como si estuviese en cámara lenta, y podía ver claramente cada una de las garras a punto de rastrillar su cuerpo desde arriba y desde atrás. Pero un momento antes de que llegaran a ella, tres rayas de luz roja atravesaron las Águilas de Escarcha. El impacto los destruyó completamente, volándolos en pedazos. Los fragmentos de hielo que quedaban reflejaban la luz carmesí de las ondas de choque de las balas, haciendo que pareciera que estuviera lloviendo sangre.

” *Tos, tos.* ¿Qué diablos fue…?”

Escupiendo partículas de hielo, Shizuku observó con asombro. Un segundo después, se dio cuenta de cuál debía ser el ataque. Arreglando su postura, miró hacia abajo, hacia donde habían venido las rayas, y como era de esperar, vio a Hajime. Estaba en medio de un mar de enemigos, pero entre sus Cross Bits y Metzelei, ni uno solo pudo acercarse. Al mirar más de cerca, Shizuku se dio cuenta de que tenía a Donner en su mano derecha, y aunque estaba de espaldas a ella, su cañón estaba apuntando en su dirección. Aunque era obvio lo que había hecho, la imposibilidad de la hazaña hizo que Shizuku se quedara boquiabierta.