Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 9

Capítulo 1: El Laberinto Final

Parte 7

“¿Cómo disparó con tanta precisión desde tan lejos, sin siquiera mirar?”

Había incontables monstruos entre él y Shizuku. De un vistazo, contó a veinte Águilas de Escarcha solas. No importa lo mejoradas que estuvieran las armas de Hajime, sus balas no habrían llegado a Shizuku si hubiesen tenido que penetrar a través de tantos enemigos. Incluso si lo hubieran hecho, probablemente sus trayectorias se habrían desviado un poco, y por lo tanto fallarían.

Entonces, ¿cómo se las había arreglado Hajime para disparar a las águilas alrededor de Shizuku? La respuesta fue simple. No había golpeado a ningún otro monstruo. Lo que significa que de alguna manera había disparado las tres balas a lo largo de un sendero que evitaba que cada una de las veinte Águilas de Escarcha se interpusiera en el camino. Se había aprovechado de los espacios debajo de sus alas, entre sus piernas y por encima de sus
cuellos. No sólo había logrado tal hazaña, sino que también lo había hecho sin ni siquiera mirar hacia atrás, mientras seguía luchando contra otros monstruos.

La palabra “increíble” no le hacía justicia a sus habilidades. Eran verdaderamente divinas.

“Realmente eres un tipo confiable…”

Olvidando por un momento que estaba en el campo de batalla, Shizuku solo vio a Hajime luchar. Pero un segundo después, un grito fuerte la hizo recobrar el sentido común.

“¡No seas tan engreído, cabrón! ¡Puño de martillo!”

Ryutarou saltó al cielo, y luego usó sus botas aerodinámicas para saltar hacia abajo en el aire, cayendo hacia la Tortuga de Escarcha como un meteoro. No iba a dejar que se desataran más ataques. Activó una de las nuevas habilidades de sus guanteletes y utilizó la magia de la gravedad para multiplicar por diez el peso de su puñetazo. Eso, más el ímpetu ganado por su caída, le dio a su puño una fuerza que destrozó la tierra. Realmente era como un cometa que se precipitaba hacia el suelo. En el momento en que su guante de acero golpeó la cabeza de la tortuga, el suelo tembló. Una enorme onda expansiva arrasó con la nieve cercana. La cabeza de la Tortuga de Escarcha fue volada por el impacto, dejando sólo su cuello atrás. Confiado en que había detenido el ataque de la tortuga, Ryutarou sonrió y usó el retroceso del ataque para dar la vuelta en el aire. Sin embargo, había calculado mal. No se había dado cuenta de que a la tortuga le había salido una nueva cabeza del muñón de una de las patas que Shizuku le había cortado. Aunque parecía una tortuga, el monstruo era realmente el hielo mismo. No era algo que siguiera las leyes del sentido común.

“¿¡Geh!? Mierda-”

En el momento en que aterrizó, Ryutarou se encontró con otro par de ojos carmesí brillantes. La cabeza recién formada abrió sus mandíbulas y se preparó para atacar. Sintiendo la gran cantidad de maná y el frío que se acumulaba en su boca, Ryutarou se cruzó apresuradamente de brazos para proteger sus constantes vitales. Una luz verde oscura envolvía su cuerpo. Estaba usando Piel de Diamante.

¿Esto va a ser suficiente? ¡No, voy a hacer que sea suficiente! Ryutarou se regañó a sí mismo por su vacilación y reforzó su determinación. La tortuga soltó su aliento, con la intención de volar a Ryutarou junto con su determinación. Pero justo antes de que su aliento llegara, un escudo hexagonal anaranjado se deslizó en su lugar frente a él. La fuerza de la respiración hizo que la barrera se agrietara casi instantáneamente, pero un momento después más barreras se deslizaron en su lugar detrás de ella.

“Oh, oh… ¿Es ese tu triturador del cielo, Suzu?

Sorprendido, Ryutarou se dio la vuelta para ver cómo la pequeña Maestra de barreras le sonreía. Detrás de ella, Kouki estaba en medio de su encantamiento. Este fue otro de sus avanzados hechizos de luz compuesta, triturador del cielo – Barrera. Normalmente, triturador del cielo se utilizaba como un escudo improvisado, o para hacer retroceder a los enemigos, pero al combinarlo con Tierra Santificada, se había convertido en una formidable barrera. Este fue un hechizo que Suzu le había pedido específicamente a Hajime que pusiera entre sus abanicos. Su versatilidad la convirtió en su hechizo favorito, por lo que quería tener una versión más fuerte disponible para usarla cuando la necesitara. Agregar esa versatilidad a hechizos más fuertes era ciertamente una forma eficiente de usar maná.

Sin embargo, después de unos segundos, la sonrisa de Suzu se transformó en una mirada de pánico. Preocupado, Ryutarou se dio la vuelta. Lo que vio le dio un shock.

“¿Qué? ¡Ahora son dos!”

De hecho, los había. Una segunda cabeza había brotado del cuello de la tortuga. Ryutarou se había dado cuenta de que el sentido común no se aplicaba a este monstruo cuando le había crecido la cabeza de la pierna, pero esto seguía siendo una sorpresa.

Para empeorar las cosas, Ryutarou todavía no podía moverse porque el primer ataque de aliento de la cabeza no había parado. Suzu colocó algunas barreras más delante de Ryutarou en un intento de prepararse para el siguiente ataque. Desde que dedicó la mayor parte de su maná a proteger a Kouki, inicialmente usó a Trituradora del Cielo – Barrera para reducir los gastos en maná, pero esa decisión le salió por la culata. Si hubiera sabido que esto iba a suceder, ¡habría usado una barrera más poderosa para empezar! Ella estaba preocupada de que ni siquiera las múltiples capas de Trituradora del Cielo fueran suficientes para esto. Afortunadamente, no necesitaba averiguarlo. Hajime no era el único monstruo dominado en el campo de batalla. En el momento en que la Tortuga de Escarcha abrió su segunda boca, un enorme dragón hecho de relámpagos entró por un costado y la mordió. El rugido del dragón sonaba como el de la Tortuga de Escarcha.

“Whoa, wh-qué fue eso para…”

El dragón relámpago dio vueltas alrededor, rozando a Ryutarou mientras pasaba, y luego regresó a su dueña. Ryutarou se movió por la descarga estática mientras la cola del dragón pasaba junto a él. Avergonzado, se quejó para ocultar su reacción anterior. Mientras veía al dragón relámpago irse, notó que Yue le estaba mirando. Aunque no había forma de que ella pudiese haber podido escuchar sus gruñidos, él seguía preocupado de que ella lo hubiese hecho de alguna manera. Ella le asintió bruscamente, y luego movió sus dedos como si fuesen un bastón de mando, controlando a siete dragones relámpago a la vez. Aunque era denso, incluso Ryutarou podía decir lo que Yue intentaba decir.

“No bajes la guardia”. Rascándose la cabeza torpemente, Ryutarou sonrió con tristeza.

“No puedo compararme con esos tipos”.

El aliento de la tortuga finalmente estaba empezando a debilitarse. Esta vez, Ryutarou se mantuvo alerta ante los ataques de seguimiento mientras preparaba su siguiente movimiento.

Justo cuando el aliento se desvanecía, las barreras que protegían a Ryutarou desaparecieron. Atacó hacia delante, pateando el suelo con todas sus fuerzas.

“¡Dios, estoy celoso de ellos!”, gritó mientras lanzaba un Puño de Muerte a la cabeza de la tortuga. Pero a pesar de sus palabras, Ryutarou no parecía nada molesto. De hecho, estaba positivamente alegre. Nunca lo admitiría ante nadie, pero se sentía con más energía de lo normal, sabiendo que tenía aliados de confianza como Yue que le respaldaban. Tampoco admitiría que se había enamorado de Yue desde el momento en que la vio imponente y bella figura controlando a un dragón de fuego en el Gran Laberinto de Orcus. Después de todo, la había visto coquetear con Hajime al minuto siguiente, por lo que su amor se había marchitado en el momento en que llegó. Pero eso era algo que no le diría a nadie, ni siquiera a Kouki.

“¡Supongo que yo también soy un imbécil por seguir con ellos!”

Al ver lo unidos que estaban Hajime y Yue, Ryutarou acababa de darse por vencido. Ni siquiera se había sentido celoso. Aunque eso no le impedía ser feliz cada vez que Yue reconocía su existencia. Sin embargo, lo último que quería era decepcionarla, así que le dio un empujón y se aseguró de permanecer alerta. Desató una ráfaga de golpes que se asemejaban a la forma de un karate, manteniendo su atención centrada únicamente en el enemigo frente a él. Mientras tanto, Shizuku una vez más corrió por ahí cortando las patas de la tortuga, arruinando su equilibrio.

Aunque la Tortuga de Escarcha podía regenerarse indefinidamente, los dos estaban logrando mantenerla ocupada, que era todo lo que buscaban. Finalmente, después de medio minuto que parecía una eternidad, Kouki estaba listo.

“¡Shizuku, Ryutarou, atrás!”

“¡Entendido!”

“¡He estado esperando esto!”

Una espiral de luz blanca surgió del cuerpo de Kouki. Su espada brillaba como una estrella, una asombrosa cantidad de maná reunida en su punta. Esta era la carta de triunfo de Kouki. Su ataque más fuerte.

“Toma esto, maldito monstruo, ¡Ira Divina!”

La Ira Divina era el hechizo de luz más fuerte que existía, un ataque que ejemplificaba la ira de Dios. Kouki bajó su espada, soltando el maná condensado.

“¡Graaaaaaaaaaaaaaaaah!”

La Tortuga de Escarcha gritó cuando su caparazón fue destruido. Aunque se las arregló
para evitar ser cortado en dos, el ataque de Kouki aún no había terminado. La Ira Divina no era un ataque tajante, sino más bien un bombardeo. Kouki apuntó con la punta de su espada a la Tortuga de Escarcha y el maná que se desprendía de ella se convirtió de una hoja de luz en un cañón de luz. Una luz blanca aniquiladora atravesó la tortuga.

“¡Uwoooooooooooooooooooooooooooooooh!”

Kouki dio un poderoso grito. El aire a su alrededor temblaba. Cualquier parte del suelo atrapada en su ataque era arrancada, y la habitación estaba llena de cegadora luz blanca. Parecía como si acabara de formarse un mini-sol, con Kouki en el centro.

“¡Graaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!”

La Tortuga de Escarcha rugió desesperada. Un segundo después retraía su cabeza en su cuerpo y formaba un escudo de hielo cónico alrededor de sí mismo. Estaba claro que la tortuga se estaba desesperando. El escudo cónico consiguió mitigar un poco el poder de la Ira Divina, pero no fue suficiente para cambiar el inevitable resultado. No sólo fue el ataque más fuerte del héroe legendario, sino que también había sido mejorado por el mayor sinergista del mundo. El escudo de la tortuga se rompió, después se rompió bajo la presión. No importa lo denso que sea su hielo, se derritió como las alas de Ícaro ante el sol sagrado de Kouki. El humo blanco se elevó del cuerpo de la tortuga a medida que su hielo se evaporaba. Pero el mayor activo de la Tortuga de Escarcha era su capacidad de usar el hielo circundante para regenerar su cuerpo. Esto era ahora un concurso para ver si su regeneración podía curar el daño que Kouki estaba causando.

“¡Desaparece ya! ¡Necesito más energía, maldita sea!” Kouki gritó desesperadamente mientras veía a la Tortuga de Escarcha empezar a resistir su ataque. Este era el mayor poder que Kouki podía sacar a la vez. Si esto no fuera suficiente para matar a la tortuga, sólo probaría que aún no era lo suficientemente fuerte para manejar un laberinto.

Sólo eso era lo único que no estaba absolutamente, absolutamente, dispuesto a aceptar. Tenía que derrotar a este enemigo usando su propia fuerza, sin importar qué. De lo contrario, los sentimientos negativos que se habían ido acumulando en él desde su reunión con Hajime se desbordarían. Como si tratara de demostrar que realmente tenía razón, que la situación que temía no era real, Kouki siguió adelante.

“Kouki-kun…”

Suzu estaba un poco asustada por la apariencia de Kouki. Sin embargo, Kouki estaba demasiado concentrado para darse cuenta de la voz de Suzu o de su mirada.

“¡Uwoooooooooooooooooooooooh!”

“¡Gaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!”

Los gritos finales de Kouki y la Tortuga de Escarcha chocaron. Un segundo después, hubo una rajadura en la oreja. Siguieron más y la Tortuga de Escarcha pronto fue cubierta por una serie de grietas de telaraña. Trozos de su cuerpo cayeron al suelo, su vida casi arrancada. Y finalmente—

“¿¡Gaaaaaaaah!?”

Con un último rugido, la Tortuga de Escarcha fue tragada por la luz. La Divina Ira de Kouki penetró a través de ella y penetró en la pared que había detrás de ella. Incapaz de soportar su propio peso, la Tortuga de Escarcha se partió por la mitad, por la misma grieta que la parte de la Ira Divina de Kouki había creado y se derrumbó sobre sí misma. Al mismo tiempo, la luz blanca se apagó, señalando el final de la batalla.

Los restos de la Tortuga de Escarcha yacían en el suelo, inmóviles. No parecía que se iba a regenerar de nuevo.

“Lo hice… Haaah…. Haaah… Lo he superado…. De verdad…”

Respirando con dificultad, Kouki miró asombrado los restos de la Tortuga de Escarcha. Sus piernas cayeron por debajo de él, y Suzu le cogió apresuradamente antes de que cayese.

“Kouki-kun, ¿estás…?”

Ignorando el peligroso aura que había sentido antes en él, Suzu le llamó preocupada. Pero antes de que pudiera terminar su frase, el cuerpo roto de la Tortuga de Escarcha explotó. O mejor dicho, un águila de escarcha emergió de su interior, haciéndolo parecer como si su cuerpo hubiera volado en pedazos.

“Qué…. ¿Por qué todavía hay enemigos en movimiento?”

Los exhaustos párpados de Kouki se abrieron, y Suzu gritó, “¡Kouki-kun, mira hacia allá!
Señaló a las garras del Águila de Escarcha, que contenían el cristal de maná del monstruo.

“¡Maldita sea! ¡No lo destruí!” Gritó Kouki enfadado. Parecía que la Tortuga de Escarcha se había dado cuenta de que no podía resistir la Ira Divina de Kouki, y por eso había transferido su cristal de maná a un Águila de Escarcha que había escondido en el suelo. Realmente era un monstruo duro y astuto. Aunque era normal que los monstruos del laberinto fueran tan resistentes, Kouki no estaba de humor para alabar sus habilidades. Esto no puede estar pasando.

“¡No te vas a escapar! ¡Celestial- Gah!” “¡Kouki-kun!”

Kouki intentó acabar con el águila con su hechizo favorito, pero estaba demasiado cansado como para blandir su espada. Hajime había mejorado la Sagrada Armadura de Kouki para absorber maná de los alrededores cercanos y reponer sus reservas cuando estaban a bajo, pero eso aún le llevaría otros diez segundos más o menos. Y ahora mismo, no tenían tanto tiempo. El Águila de Escarcha ya estaba recolectando hielo cercano para transformarse en una Tortuga de Escarcha. Si lograba llegar a una de las murallas, todo por lo que Kouki y los demás habían trabajado se desharía. Tendrían que hacer la pelea de nuevo.

“Kouki-kun, ¡está bien! ¡No te esfuerces!”

Suzu intentó desesperadamente retener a Kouki, pero como un hombre poseído, siguió luchando.

“Yo también puedo hacerlo… Soy igual de capaz… No más capaz que Nagumo…. Yo soy el que tiene razón… Soy yo…”

Pero por muy fuerte que fuese su determinación, Kouki solo podía reunir una pequeña cantidad de fuerza. Viendo que no podía reunir ningún maná, Kouki decidió probar otra cosa. Si este es mi límite, ¡tengo que superarlo! Por eso tengo esta habilidad, ¿no?

“Límite…”

“¡Kouki-kun, escúchame!”

Suzu se aferró a Kouki, gritando en sus oídos. La falta de maná era algo de lo que podía recuperarse en pocos segundos, pero si usaba Limit Break, estaría fuera de servicio por mucho más tiempo. Ni siquiera la magia curativa podía arreglar el agotamiento que se producía al usar Limit Break. Por supuesto, la magia de la restauración podría, pero eso requeriría que Hajime o uno de los otros usara mucho maná. Concedido, en este punto eso difícilmente sería una abolladura en su piscina total de maná. Dicho esto, todavía no era una carta de triunfo para usar cuando no era realmente necesaria. Y ahora mismo, no había necesidad de que Kouki se presionara tanto. Ya que no estaba solo en esta pelea.

“¡Forzar un camino! ¡Pulso de fuerza!”

Shizuku apareció repentinamente al lado del Águila Helada y bajó su katana. Aunque sólo se balanceó una vez, múltiples destellos de luz se dirigieron hacia el águila, que intentaba escapar a la pared de hielo. Hicieron picadillo con el águila antes de que pudiera juntar hielo para defenderse. El cristal de maná cayó de sus garras destrozadas.

“Destroza – Golpe de choque”.

Shizuku se giró usando la fuerza de su swing y golpeó su vaina contra el cristal de maná que caía. Maná azul oscuro se extendió desde el punto de impacto, sacudiendo el robusto cristal. Golpe de choque era un movimiento especial que Hajime había imbuido en la vaina de Shizuku. Convirtió todo el maná vertido en la vaina en poderosas ondas de choque. Esas ondas de choque rompieron el cristal de maná, rompiéndolo en múltiples lugares.

“¡Vendaval!”

Shizuku dio el golpe final con una patada circular, rompiendo el cristal por completo. Fragmentos de carmesí llovieron del cielo. Al mismo tiempo, todos los demás monstruos de la habitación se derrumbaron. Ahora no eran más que trozos de hielo sin vida y se rompían al más mínimo toque.

“……” Kouki miró, estupefacto. Suzu le miró con preocupación, pero no se dio cuenta. Una risa bulliciosa rompió el silencio.

“¡Hahahahahahahahaha! ¡Lo logramos, Kouki! ¡Ganamos!”

“¿Eh? Oh, Ryutarou…”

“¿Por qué esa cara larga, hombre? ¡Ganamos! ¡Deberías estar feliz! Pero hombre, tu ira divina es una locura. Ya era una locura antes, pero ahora es aún más loca”.

Aunque su vocabulario era un poco escaso, Ryutarou estaba sinceramente impresionado. Golpeó a Kouki en la espalda de buena manera. Ver a su mejor amigo con tan alto espíritu ayudó a despejar algunos de los oscuros pensamientos que invadían la conciencia de Kouki, y su expresión se suavizó un poco.

“Sí, tienes razón. Yo, no, ganamos. ¡Le ganamos a un monstruo laberíntico!”

“¡Claro que sí! Se siente tan bien que por fin golpeas algo. ¡Nos han dado una paliza antes!”

“Haha… Ciertamente me siento un poco renovado ahora.”

“¿Ves? ¡Vamos a alcanzar a Nagumo en un santiamén!”

“Espero que sí…”

Kouki agradeció a Suzu por prestarle su hombro, luego se alejó y se puso en pie sobre sus propios pies. Sonrió débilmente, su espíritu se fortaleció un poco por la alegría de Ryutarou. Pero seguía frustrado porque ni siquiera su carta de triunfo había sido suficiente para destruir completamente a la Tortuga de Escarcha.

“Shizuku…”

Shizuku aterrizó con gracia al lado del grupo. Kouki casi la miró con una mirada acusadora, pero luego se dio cuenta de lo que estaba haciendo y rápidamente suavizó su expresión.

“¿Hm? Buen trabajo, Kouki.”

Shizuku no dejó de notar el extraño comportamiento de Kouki, pero no quería arruinar el ambiente festivo, así que no lo mencionó. En cambio, ella le dio las gracias con una sonrisa.

Usando toda su fuerza de voluntad, Kouki forzó sus propios labios a sonreír y respondió: “Sí, tú también, Shizuku. Ese seguimiento al final fue increíble”.

“¿En serio? Creo que tu Ira Divina fue más asombrosa…. Era mucho más fuerte de lo que esperaba.”

“¡Sí, totalmente! ¡Fue increíble!”

“Bueno, yo sólo…”

Shizuku minimizó su propio logro e hizo todo lo posible para elogiar a Kouki. Casi desesperada, Suzu añadió rápidamente sus propios elogios con la esperanza de mejorar el estado de ánimo de Kouki. Escuchar todos estos elogios de dos chicas guapas le hizo sonrojarse, y se rascó la mejilla torpemente. Mirar la destrucción objetiva que su Ira Divina había causado le ayudó a convencerle de que quizás tenían razón. Detrás de él, Hajime gritó: “¡Oiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! Celebra todo lo que quieras más tarde. ¡Es hora de irse!”

Dándose la vuelta, Kouki vio a Hajime sentado sobre una montaña de hielo, Metzelei descansando sobre su hombro. A juzgar por el tamaño de la montaña de hielo, probablemente había matado a miles de monstruos por su cuenta. A pesar de eso, ni siquiera respiraba con fuerza. De hecho, parecía que acababa de salir a dar un paseo por el parque. Junto a él, Yue y las demás parecían igual de indiferentes.

Hajime devolvió a Metzelei a su Tesoro escondido y señaló hacia un lado. Kouki se giró de nuevo y vio un agujero en forma de arco en una sección de la pared que definitivamente no había estado allí antes. Parecía que derrotar a la Tortuga de Escarcha había abierto el camino hacia adelante. Kouki y los demás asintieron y corrieron hacia donde Hajime estaba esperando.

“Felicidades. Fue una pelea muy dura…. pero parece que ahora pueden manejar monstruos a nivel de jefe dentro de los laberintos”.

Kouki y los otros se abrieron las mandíbulas. No estaban acostumbrados a escuchar alabanzas saliendo de su boca. Miraron a Hajime como si fuera una especie de animal raro. Enfadado, Hajime entrecerró los ojos peligrosamente, por lo que Shizuku se apresuró a decir: “Sí, supongo que nos las arreglamos. También… gracias, Nagumo-kun.”

“¿Eh? ¿Para qué?”

“Nos ayudaste, ¿verdad? Cuando le disparaste a esas águilas antes…. Bueno, esos disparos fueron tan precisos que me dieron escalofríos en la columna vertebral”.

“¿De verdad?”

De verdad. He estado pensando en esto durante un tiempo, Nagumo-kun, ¿pero estás
seguro de que no tienes dos trabajos en secreto? No hay forma de que tu único trabajo sea uno que no sea de combate. ¿Estás seguro de que no tienes también el trabajo de pistolero?”

“No seas estúpida, un trabajo así ni siquiera existe… Cuando los humanos tienen la espalda contra la pared, son capaces de hacer milagros, eso es todo”.

Los ojos de Hajime se iluminaron mientras pensaba en sus traumáticas experiencias. Shizuku le miró con una mirada que era mitad simpatía, mitad admiración, y luego se giró hacia Yue. Sonreía con orgullo cuando Ryutarou le agradeció por haberle salvado la vida.

“Por cierto Nagumo, ¿estás seguro de que debiste dejarnos vencer a esa cosa?” Interrumpió Kouki, su tono brusco. A Hajime no le importó especialmente el cambio de tema y respondió: “¿Hm? ¿Te preocupa que no seamos reconocidos como dignos conquistadores del laberinto?”

“Sí.”

“Creo que estamos bien, considerando cuál es el tema de este laberinto.”

“¿Qué quieres decir con eso?”

Kouki ladeó la cabeza, y Hajime se giró hacia Tio para asegurarse de que su suposición era correcta. Ella asintió con la cabeza, y luego explicó: “Durante esa lucha anterior, nos enfrentamos a temperaturas bajo cero, a un ejército de monstruos infinitamente regenerados y a un poderoso guardián que los controlaba a todos. Pero también existen poderosos monstruos dentro del laberinto de Orcus. Dudo mucho que los Liberadores hubieran creado laberintos con propósitos superpuestos, así que sospecho que la verdadera prueba de las Cavernas de Escarcha está más adelante”.

“Estoy de acuerdo con Tio. Todo hasta ahora era para ver si valíamos la pena el tiempo del laberinto. Si tenemos la capacidad mínima necesaria para despejarlo. Después de todo, vencer a estos monstruos no era difícil. Pensé que no era una parte muy importante del juicio”.

“Además, todos nosotros matamos al menos a unos cientos de monstruos cada uno.”

“Ya que fuimos capaces de vencer a un ejército así, estoy seguro de que no seremos descalificados en la escala de poder.”

“Mmm…. Así que no te preocupes.”

Todas las pruebas apuntaban a que la conjetura de Tio era correcta. Además, Hajime y los demás habían suprimido el inmenso ejército de monstruos con una facilidad consumada. Además, Hajime y los demás tenían mucha más experiencia en la conquista de laberintos, por lo que Kouki no podía refutarlos. Shizuku, Suzu y Ryutarou asintieron, impresionados por la deducción de Tío, pero Kouki sintió una vez más una ola de emociones negativas. A pesar de haber derrotado a la poderosa Tortuga de Escarcha, sentía que la brecha entre él y Hajime estaba creciendo, no disminuyendo. Sabiendo que no podía dejar salir estas emociones, Kouki las embotelló en su interior y también asintió.

“Amanogawa, ¿cómo están tus reservas de maná?”

“Bien. Bebí una poción de maná para estar bien.”

Kouki sonrió, fingiendo que todo estaba bien. Shizuku podía ver que su sonrisa era falsa y abrió la boca para decir algo. Pero no pudo encontrar las palabras correctas, y al final, se quedó allí hasta que llegó el momento de partir. El grupo dejó atrás el devastado campo de batalla y caminó hacia el oscuro corredor. Ignorando la confusión interna de uno de los miembros de su grupo, se lanzaron al futuro desconocido.