Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 13

Capítulo 14: La Piedra de Sakura del Destino

 

 

Dejamos la residencia del samurái y nos dirigimos hacia el faro como un gran grupo, irrumpiendo a través de la entrada cuando llegamos.

“¿¡Quién anda ahí!? ¡Este es un lugar sagrado bajo control gubernamental por la autoridad del Emperador Celestial!” anunció un guardia.

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Tan pronto como entramos, un grupo de soldados enemigos se acercó corriendo con armas en mano. ¿Ellos realmente creían que decirle algo como eso a un grupo de insurgentes haría alguna diferencia?

“¿¡Has dicho Emperador Celestial!? ¡Tonterías! ¡Esta es la verdadera Emperatriz Celestial! ¡Su emperador no es más que un fraude de una familia secundaria! ¿¡No entienden la diferencia!?” gritó Raluva.

Él apuntaba a Raphtalia mientras hablaba. El aura de poder rodeando a Raphtalia en su traje de sacerdotisa—y su atractivo—debe haber tenido un efecto poderoso, ya que todos los semi- humanos y teriántropos enemigos comenzaron murmurar entre ellos.

“¡No vacilen! ¡De seguro la hija de un emperador falso, quien abandonó el país, no puede ser llamada la verdadera Emperatriz Celestial! ¡Acábenlos de inmediato!” gritó un teriántropo engreído.

En nuestro camino hacia el faro, yo había visto a varios tipos conejo y una gran variedad de diferentes razas de semi-humanos y teriántropos. Y se me ocurrió que este lugar era como una escena sacada directamente del Manuscrito de los Animales Traviesos del Templo Kozan-ji en Kioto.

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“¡Naofumi-sama, por favor concéntrese en la batalla!” me gritó Raphtalia.

Ella me regañó justo cuando las cosas estaban a punto de explotar.

“¡Ataquen! ¡Arranquen las cabezas de los rebeldes! ¡Y no olviden que aquí tenemos a un portador de un implemento espiritual! ¡Usen las armas apropiadas!”

¡De nuevo aparecieron esas palabras! ¡Las personas oponiéndose a nosotros en este país definitivamente tenían armas anti-héroes!

“¡Permiso concedido para atacar a todos los hostiles! ¡Eso incluye al dios falso de una tierra extranjera!”

“¡Escudo de Estrella Fugaz!” grité.

Uno de los enemigos arremetió hacia el frente y empujó su lanza hacia nosotros. Mi barrera del Escudo de Estrella Fugaz se activó y bloqueó el ataque, pero justo como esperaba, la efectividad de mis habilidades era reducida contra estos enemigos—la barrera se rompió instantáneamente.

Espero que ellos no creyeran que yo estaría contento de ver mi barrera destruida cada vez. Supuse que esto podría pasar, así que había pasado algo de tiempo haciendo algunos accesorios nuevos mientras estuve en Siltvelt. Afortunadamente, Rat tuvo una buena idea acerca de cómo jugar con sus efectos, ya que ella era una alquimista.

Tan pronto como el Escudo de Estrella Fugaz se rompió, destellos de luz brillantes comenzaron a dispararse de los fragmentos.

“¡Gah!”

“¿¡Q-qué es eso!?”

“¡Ahora!” grité.

Me concentré y lancé Aura Zweite sobre Raphtalia.

“¡Pequeña Raphtalia, puedes hacerlo! ¡Recuerda lo que practicamos!” exclamó Sadina.

“¡Lo haré!”

Raphtalia se agachó y se preparó para liberar un ataque de desenfunde rápido. En un instante, ella cortó al enemigo en frente de mí y luego arremetió hacia los otros soldados sin tomarse algo que pudiera considerarse una pausa.

“¡Todos! ¡No flaqueen! ¡No importa cuántos enemigos haya! ¡Solo uno de ellos es nuestro verdadero objetivo!” gritó la rana.

“Vamos, ¿realmente creen que simplemente les permitiré ignorarme?” los provoqué.

“¡Tampoco puedo dejar que se olviden de mí!” exclamó Sadina.

Yo sabía que una de las primeras cosas que ellos hicieron cuando atacaron la aldea fue tratar de evaluarnos a mí y a Sadina. De seguro ellos no pensaron que yo no tomaría eso en consideración. Ellos pueden haber tenido formas de lidiar con los héroes, pero Sadina era simplemente fuerte. Ellos serían forzados a luchar contra ella como un enemigo normal. Juzgando a partir de los asesinos que habíamos enfrentado hasta ahora, ellos a lo mucho solo tenían un puñado de luchadores hábiles. Y pude notar de inmediato que ninguno de ellos estaba aquí.

“¡Hyaaaa!”

El hijo de Raluva desenfundó su katana y cortó a un enemigo aproximándose, determinado a no quedarse atrás. Él se defendía mejor de lo que yo había esperado. Quizás los semi- humanos y teriántropos nacidos en Q´ten Lo eran luchadores fuertes de forma natural.

“No sabía que se podía hacer eso,” susurró Raphtalia.

Ella estaba observando y analizando la técnica de katana de Raluva. Su postura era ligeramente diferente a la que Sadina le había enseñado. Probablemente solo era un estilo diferente.

“El estilo que te enseñé es de donde yo crecí. Se llama la Forma del Dios de Agua,” dijo Sadina.

Ella observó a Raluva cuidadosamente por un momento mientras él balanceaba su katana.

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“Ese estilo se llama Florecimiento de Q´ten Lo. Vale la pena prestarle atención,” continuó ella.

Raluva canalizó poder mágico hacia su hoja y rápidamente cerró la brecha con un enemigo. Él pasó bajo el brazo del oponente rápidamente mientras realizaba el ataque, terminando detrás de él.

“Gah…”

Raluva sacudió la sangre de su hoja, y las gotas se transformaron en pétalos de flores y flotaron con el viento. Eso sí que era impresionante. Pero creía recordar que Raphtalia tenía una habilidad similar.

“Raphtalia, eso me recuerda a tu habilidad Polvo de Nieve,” dije.

“Se ve similar. Pequeña Raphtalia, serás bastante formidable si aprendes ese estilo junto con el que te enseñé,” respondió Sadina.

Supongo que ella también había visto la habilidad Polvo de Nieve de Raphtalia. Ahora que pensaba en ello, creía recordarlas lanzando habilidades durante su entrenamiento.

“Agrega el estilo Hengen Muso a eso y serás invencible,” dije.

“De acuerdo a Eclair y a la maestra, las técnicas del Hengen Muso tienen por función ser aplicadas a otros ataques, así que de hecho es mejor aprender otro estilo,” respondió Raphtalia.

Sí, recuerdo a la anciana mencionando eso. Ella dijo que lo bueno acerca del estilo Hengen Muso era que podía ser aplicado a cualquier escuela o estilo de lucha.

“Umm, ¿así? Y luego…” murmuró Raphtalia para sí misma.

Ella estaba tratando de imitar los movimientos de Raluva. Él se dio la vuelta y se inclinó hacia ella.

“Raphtalia-sama, si usted lo desea, yo estaría feliz de enseñarle el estilo,” dijo él.

“Oh, umm… Por favor hágalo. Estoy segura de que será de ayuda en batallas futuras,” respondió ella.

Justo entonces, un teriántropo oso que parecía ser el jefe de la rana salió de algún lugar más adentro del faro.

“¿¡Por cuánto tiempo todos ustedes van a seguir jugando!? ¡Todavía no han eliminado a la emperatriz falsa! ¿¡Y se hacen llamar guerreros del Q´ten Lo!?” rugió él.

Él se lanzó hacia nosotros con una lanza alada en mano. Él era rápido. Al menos, se movía mejor que cualquiera de los otros enemigos en la habitación.

“¡Gah!”

Él incrustó su lanza dentro de uno de los hombres cercanos y lo mandó a volar antes de que yo incluso pudiera reaccionar. Aunque la herida no parecía ser fatal. Atrapé al hombre y luego levanté mi escudo mientras recitaba magia de sanación sobre él.

“¡Tú patético dios de Siltvelt con tu implemento espiritual! ¡Tienes muchas agallas al traer aquí a la emperatriz falsa! ¡Es hora de que experimentes el poder de la verdadera bendición del Emperador Celestial!” rugió el oso.

Él enterró la lanza alada en el suelo y comenzó a recitar alguna clase de encantamiento. Se formó algo como una gran jaula, encerrando el faro y el área circundante. Era del mismo tono de rosa que las flores de cerezo. Cubría un área bastante grande—tal vez unos 100 metros de radio.

“Esta barrera… ¡Esa es una barrera de piedra de sakura del destino! ¿¡Realmente van a usar eso aquí!?” exclamó Raluva con una mirada horrorizada en su rostro.

“¿Qué es eso?” pregunté.

Ahora que pensaba al respecto, los asesinos anteriormente habían mencionado aquellas cuando atacaron la aldea. Algo acerca de no traer ninguna con ellos. Aparentemente Sadina tampoco sabía lo que eran.

“Las piedras de sakura del destino son objetos especiales que debilitan a los implementos espirituales mientras también incrementan al máximo las habilidades de cualquiera que haya recibido la bendición del Emperador Celestial. ¡Por favor tengan cuidado!” respondió Raluva.

Antes de que él siquiera hubiera terminado de hablar, algo como un campo de fuerza rosa pasó rápido, combinando toda el área.

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“¿Q-qué fue eso?” dije.

Maldición. Mi escudo sacó chispas. Sentí una sensación como de una descarga eléctrica dispararse desde mi escudo hacia mi cuerpo e irradiar hacia afuera desde la cabeza a los pies. Mi cuerpo de pronto se sintió pesado.

“E-eso es…” la voz de Raphtalia se apagó.

Ella debe haber estado sintiendo algo similar, ya que el peso de su katana parecía estar jalándola ligeramente hacia el costado.

“Aww… Pequeño Naofumi, parece que los incrementos que nos diste han dejado de funcionar,” dijo Sadina.

“¿¡Qué!?”

Revisé las estadísticas de Sadina. Eran bastante más bajas de lo que recordaba. Eso realmente complicaba las cosas.

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“¡Ahora bien, hagámoslo!” rugió el oso.

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Él balanceó hábilmente la lanza alada sobre su cabeza y arremetió hacia nosotros a una velocidad increíble. ¡Mierda! Iba a bloquear el ataque con mi escudo, pero en vez de eso mi reacción instintiva fue saltar hacia el lado y esquivar. Instantáneamente, comprendí que había sido la decisión correcta. Primero que nada, el teriántropo oso ahora se estaba moviendo alrededor de tres veces más rápido que antes. Segundo, su poder de ataque también debe haberse incrementado, ya que su lanza abrió el suelo y causó una pequeña explosión. ¿¡Qué tanto habían subido sus estadísticas!?

“¡Aura Zweite!”

Traté de potenciarme para ayudar a compensar mis estadísticas reducidas, pero el hechizo no se activó. ¿¡Eso significaba que esas piedras incluso impedían que los héroes usaran magia!? Solo para estar seguro, traté de lanzar Guardia.

“¡Guardia Zweite!”

Esa funcionó sin problemas. ¡No puede ser! Supongo que la barrera impedía el uso de cualquier tipo de magia que solo los héroes podían usar. ¡Si ese era el caso, incluso sería dudoso si podía o no usar magia cooperativa! No es como si de hecho tuviera la libertad de siquiera intentar recitar alguna de momento.

“¡Apresúrense y desháganse de estos traidores!” gritó el oso.

Su objetivo era matar a Raphtalia. Levanté mi escudo para protegerla. Los enemigos liberaron un coro de gritos de batalla. ¡Maldita sea! ¿Qué se supone que debía hacer en una situación como esta?

“¡Pequeño Naofumi!” gritó Sadina.

El teriántropo oso y sus hombres corrieron hacia mí, empuñando sus armas anti-héroes. Y entonces Sadina terminó de recitar su encantamiento.

“¡Como la fuente de tu poder, yo te ordeno! ¡Permite que el camino verdadero sea revelado una vez más! ¡Rayos! ¡Desciendan y penetren a aquellos ante mí!”

“¡Cadena de Rayos Drifa Total!”

Un rayo de alto voltaje atravesó a todos los enemigos en frente de mí.

“¡Gahhhh!”

“¿¡Qué!?” gruñó el oso.

Él desvió el rayo con su lanza y saltó hacia Sadina.

“¡No me importa quién seas! ¡Yo protegeré a la pequeña Raphtalia y al pequeño Naofumi sin importar qué!” exclamó ella.

“No puedo dejar que todos se olviden de mí,” dijo Gaelion.

Mientras se sostenía de Sadina por detrás, él liberó un ataque de aliento que se veía como un rayo de calor altamente condensado. El ataque tomó al oso desprevenido y lo golpeó directamente en la cara.

“¡Gah! ¡Eso fue sucio!” se quejó el oso.

“Lo sucio es mi especialidad. Usualmente solo hablo sucio, pero también puedo jugar sucio,” respondió Sadina con un guiño.

Ella comenzó a transformarse en su forma de teriántropo. El oso miraba sin palabras mientras su cuerpo se hinchaba.

“Ahora bien, ¿qué tal si tú y yo tenemos un pequeño enfrentamiento? Han pasado más de diez años desde que dejé este país. ¡Estoy ansiosa de ver qué tienen que ofrecer sus mejores guerreros estos días!” exclamó ella.

“¡Tú eres una sacerdotisa de la masacre! ¿¡Te atreves a oponerte a nosotros con esas manos contaminadas!?” gruñó el oso.

“Oh, pero así es. Y creo que comenzaré por darte una probada de esa masacre,” respondió Sadina.

Ella miró hacia mí y hacia Raphtalia. Estaba tratando de decirnos que esta era nuestra oportunidad para idear algo. Era un poco deprimente pensar que ahora yo podía saber lo que Sadina quería decir de un solo vistazo.

Traté de pensar en cuál sería nuestro ataque más efectivo en una situación como esta. Ellos habían puesto una especie de barrera a nuestro alrededor, nuestras armas no estaban funcionando, y no podíamos usar nuestras habilidades. En ese caso, simplemente tendríamos que depender de técnicas normales y estrategia.

“Raphtalia, ¿puedes continuar?” pregunté.

“Luchar no es problema,” respondió ella.

Raluva y sus hombres, junto con Sadina y Gaelion, estaban logrando contener al enemigo, pero eso no cambiaba el hecho de que estábamos en desventaja. Ellos estaban tras la vida de Raphtalia y mi escudo había dejado de funcionar completamente. No era como si no pudiera luchar, pero todo lo que podía hacer era defender y ahora ni siquiera podía usar mis habilidades. Tampoco podía usar una buena porción de mi magia. Realmente no había mucho que yo pudiera hacer en una situación como esta.

“¡Muere, emperatriz falsa!” gritó uno de los enemigos.

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“¡No mientras yo esté aquí!” grité.

El enemigo balanceó su katana y yo la desvié con mi escudo. Lo agarré del cuello y Raphtalia lo cortó inmediatamente, como por reflejo.

Mi Escudo del Dragón Demonio tenía un efecto de contraataque llamado “bala demonio C” y parecía estar activándose, pero ahora el efecto era insignificante. Supongo que contraatacar sería difícil. Y depender del Escudo de Odio era demasiado peligroso. Al final, mi estilo de lucha dependía casi completamente de mis escudos.

¿No había nada más que pudiera hacer? No ser capaz de usar mis escudos de pronto había expuesto mis propias falencias. Este era un problema que necesitaba abordar.

“¡Tomen esto, emperatriz falsa y portador del implemento espiritual malvado!” gritó la rana.

Él y uno de sus hombres dispararon su magia hacia mí y hacia Raphtalia.

“¡Corte de Agua Drifa!”

“¡Estallido de Rocas Drifa!”

Tanto un chorro de agua altamente condensado como una masa de rocas vinieron volando hacia nosotros de forma simultánea. De pronto recordé la vez que Melty me había sorprendido con un ataque mágico inesperado. Estaba confiado en que mi escudo no se iba a romper, incluso si un ataque era tan poderoso como para atravesar el escudo y lograba lastimarme. Traté de recordar exactamente cómo había desviado la magia de Melty.

“¡No pasará!” grité.

Sostuve mi escudo hacia arriba. Luego me concentré y… yo todavía no entendía completamente la fuerza vital, pero me esforcé para canalizarla dentro de mi escudo. Y entonces balanceé el escudo hacia arriba tan fuerte como pude. La magia golpeó mi escudo y salió volando en una dirección diferente. ¡Necesitaba ajustar el ángulo! Aumenté mi concentración y logré mandar los ataques hacia el teriántropo oso, quien estaba enfrascado en un combate mortal con Sadina.

“¡Oh sí!” grité.

“¿¡Qué!? ¡Maldito seas!” rugió el oso.

“¡Oh, no lo harás!” exclamó Sadina.

El oso trató de esquivar, pero Sadina lo mantuvo en su lugar y lo usó como un escudo contra la magia.

“¡Gahhh!”

Eso probablemente dolió, aunque sea un poco.

“¡Ja! Pequeño Naofumi, sales con las ideas más extrañas,” dijo Sadina.

“Supuse que podría hacerlo, y supongo que así fue,” respondí.

“¿¡Desviaste su magia y la usaste contra mí!?” gruñó el oso.

Pero él no estaba listo para rendirse. Él lentamente se sacudió a Sadina.

“¡Hmph! Estoy impresionado de que hayas logrado dar algo de pelea. Eso fue inesperado,” dijo él.

Él estaba sonriendo, pero podía notar que estaba molesto. Debe haber estado planeando algo.

“Me pregunto si ustedes los forasteros están familiarizados con esta técnica. Es una técnica secreta cuyo uso solo es permitido para aquellos que pueden extraer poder de las piedras sakura del destino,” continuó él.

Raluva miró hacia el teriántropo oso y se puso tan blanco como un papel.

“¡Imposible! ¿¡Realmente se te ha permitido llegar tan lejos!? ¡Raphtalia-sama! ¡Héroe del Escudo! ¡Deben retirarse de inmediato!” exclamó él.

“¡Es demasiado tarde!” rugió el oso.

Varios de sus hombres habían estado recitando encantamientos y tan pronto como él terminó de hablar ellos juntaron sus palmas, como rezando.

“¡Emperador Celestial, nosotros actuamos en su nombre como pacificadores! ¡Permita que nuestra propia existencia se convierta en nuestra hoja! ¡Combinamos nuestro poder con el suyo para otorgar a los insensatos un destino de destrucción!”

“¡Encantamiento Astral!”

Podía ver algo fluyendo desde sus cuerpos hacia la lanza alada del oso. A cambio, ellos comenzaron a caer sin fuerzas, uno tras otro.

“Q-qué dem…” murmuré.

“¡Hmph! ¡Esta batalla llegó a su fin! ¡Tomen esto!” gritó el oso.

Tan pronto como terminó de hablar, él pareció desaparecer mientras venía corriendo hacia nosotros. Mi escudo puede no haber estado funcionando como siempre, ¡pero él no se estaba moviendo tan rápido como para que yo no pudiera reaccionar! Leí sus movimientos y me preparé para bloquear el ataque. Afortunadamente, mi escudo fue capaz de bloquear su lanza alada satisfactoriamente. Agarré el mango de su lanza y lo sostuve tan fuerte como pude, determinado a aferrarme a él sin importar qué.

“¿¡Eso es todo lo que tienes!?” rugió el oso.

Su fuerza debe haberse incrementado exponencialmente, porque él balanceó la lanza hacia el aire con facilidad. ¡Fui levantado del suelo y lanzado para estrellarme contra la pared, pero no iba a soltarme! ¿¡Aunque qué tan poderoso se había vuelto este bastardo!? ¡Ahora él probablemente podría haber derrotado a la Tortuga Espíritu por su cuenta!

“¡Naofumi-sama!” gritó Raphtalia.

“¡No te preocupes por mí! ¡Solo prepárate para atacar!” grité.

“¡E-entendido!”

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Raphtalia agarró su katana y se preparó para atacar. Estaba feliz de que ella siempre respondiera tan rápido.

“¡No me gusta ser ignorada!” dijo Sadina.

“¡Tampoco puedo dejar que se olviden de mí!” agregó Gaelion.

Todo nuestro grupo estaba haciendo su mejor esfuerzo para restringir al oso, pero no pudieron detenerlo. Yo hasta ahora había evitado cualquier herida seria gracias a mi escudo, pero no tenía idea de cuánto tiempo podría soportar de esta forma.

“¿¡Qué demonios pasa con este sujeto!? ¿Esto es por la magia que lanzaron?” pregunté.

“Si. Ese fue el Encantamiento Astral. Es una magia de protección especializada que permite a uno o más lanzadores que han sido bendecidos transferir todas sus estadísticas sobre alguien que ha recibido una bendición de alto nivel del Emperador Celestial,” explicó Raluva.

Eso no era lo que quería oír.

“Nunca habría imaginado que él recibiría una bendición de un nivel tan alto,” continuó Raluva.

Pero lo que dijo me recordaba algo. Sonaba muy parecido al incremento de poder que recientemente le había dado a Fohl.

“¡Aquí voy! ¡Pequeño Naofumi, sostenlo para mí!” dijo Sadina.

“¡Entiendo!”

Planté mis pies en el suelo y me agaché, manteniendo al oso en su lugar. Pero veinte o treinta segundos probablemente era mi límite. Luego de eso él comenzaría a zarandearme como un muñeco de trapo.

“¡Ustedes no saben cuándo rendirse!” rugió él.

Sadina cargó su arpón con electricidad y arremetió hacia el frente con fuerza, empujando su arpón hacia el oso. Hubo un sonido pesado mientras lo golpeaba directamente—o eso pensé, pero había chocado con una barrera protectora delgada similar a la de mi habilidad Escudo de Estrella Fugaz.

“Ugh… Esa cosa de seguro es resistente,” dijo Sadina.

Justo cuando su ataque golpeó, sangre comenzó a brotar de las bocas de los soldados enemigos desplomados sin fuerzas en el suelo alrededor de nosotros.

“¡Cómo te atreves a lastimar a mis hombres!” gruñó el oso.

Supongo que eso significaba que ellos estaban compartiendo con él su fuerza vital. Combinar las habilidades completas de múltiples hombres en efecto crearía un soldado impresionante.

Y entonces Raphtalia terminó de canalizar su poder mágico en su katana.

“Hoja del Destino…”

¿Ah? Un círculo mágico se formó a su alrededor y comenzó a echar chispas, como si estuviera intentando obstruir la habilidad.

“¿Está todo bien?” pregunté.

“Si. Algo está tratando de interferir—probablemente el poder de la piedra de sakura del destino,” respondió ella.

“¿Vas a estar bien? No te esfuerces demasiado,” dije.

“No es un problema. ¡Eso no me detendrá! ¡Tengan cuidado! ¡De los Ocho Trigramas!”

Ella desenfundó su katana en un movimiento de desenfunde rápido y un rayo de luz ondulante salió disparado de la hoja, cortando a través de todos los enemigos en el área.

“¡Como si fuera a dejar que eso me dé! ¡Tú recíbelo, portador de implemento espiritual!” gritó el oso.

Él balanceó su lanza en un intento de usarme como un escudo contra el ataque de Raphtalia.

“No gracias,” dije.

Solté la lanza y salté detrás del oso desconcertado. Lo sostuve con una llave y lo forcé a tomar la fuerza completa del ataque.

“Ugh…”

Aparte de mí, todos los demás en nuestro grupo se agacharon y esquivaron el ataque.

“¡Pequeño bastardo escurridizo!” gruñó el oso.

Yo había logrado soportar el ataque ya que estaba detrás del oso, pero definitivamente dolió. Recibirlo de lleno probablemente me habría matado.

Estaba poniendo todas mis experiencias pasadas—en particular mi entrenamiento con Atla— en práctica ahora. Podía esquivar si el oso trataba de atacarme, y podía evitar dejarlo interferir si él intentaba atacar a Raphtalia. ¿Pero cómo demonios se supone que iba a detener a este monstruo? La idea de que hubiera enemigos aún más poderosos en el futuro hacía que mi cabeza diera vueltas.

Y entonces, repentinamente, el mismo patrón producido por el ataque de la Hoja del Destino de los Ocho Trigramas de Raphtalia apareció en el tronco del lumina de sakura.

“¿¡Podría ser!? ¡Pequeño Gaelion! ¡Toca el lumina de sakura!” gritó Sadina.

Ella agarró a Gaelion, quien había estado colgado de su espalda proporcionando apoyo de combate, y lo lanzó hacia el árbol.

“¡Cuida cómo me tratas!” se quejó él.

Gaelion voló directo hacia el patrón en el lumina de sakura.

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“Ah, ahora lo entiendo. Era así,” dijo él.

La cuerda de paja alrededor de su cuello comenzó a brillar, y cualquier poder que hubiera envuelto al teriántropo oso pareció debilitarse.

“¿¡Qué!? ¿¡El poder de la piedra de sakura del destino está disipándose!?” dijo él.

Supongo que esa era una cosa más que el lumina de sakura podía hacer. Al tomar el control del árbol, habíamos logrado debilitar al oponente satisfactoriamente.

“Parece que logré debilitar ese poder ingenioso suyo,” dijo Gaelion.

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Él continuó accediendo al lumina de sakura.

“Acabo de deshabilitar la barrera hacia el mundo exterior. También he hecho que el árbol no pueda ser utilizado por un corto periodo de tiempo. Todo lo que queda es derrotar al enemigo,” continuó él.

¿Esas supuestamente eran buenas noticias? Habíamos completado nuestro objetivo original, pero aún no habíamos derrotado a este monstruo. Y entonces…

“¡Usen estas!”

Varios objetos volaron hacia nosotros desde atrás. Sin dudarlo, yo atrapé el que venía hacia mí. Y cuando lo hice, mi escudo de nuevo echó chispas.

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