Seishun Buta Yarou Series

Volumen 2: Un Adolescente Bribón No Sueña con una Diablilla Kouhai

Capítulo 5: La Diablilla de Laplace

Parte 1

Sakuta fue despertado por una gentil sacudida.

“Onii-Chan, es hora de levantarse”.

Sakuta, el hermano mayor, se levantó lentamente en respuesta al entusiasmo de su hermana.

“Buenos días”. Él la saludó.

“Buenos días”.

Sakuta frotó sus cansados ojos.

“Sabes, Kaede”.

“¿Sí?”.

“Existe algo llamado Vacaciones de Verano”.

Él podía quedarse en cama y dejar la energía a los estudiantes de primaria que hacían calistenia.

“Las vacaciones comienzan mañana, ¿No?”. Preguntó Kaede inclinándose con curiosidad.

¿Qué acaba de decir? pensó Sakuta.

“Nah, comienzan hoy, ¿no?”.

“No, mañana”.

Sakuta tomó su despertador y miró la familiar pantalla LCD. Escrito sobre la pantalla estaba ‘Julio 18’, viernes. Si los recuerdos de Sakuta estaban correctos, eso sería ayer.

Era 18, justo como había dicho Kaede, antes de que las vacaciones hayan iniciado, era el último día de clases.

Aparentemente, esa rareza que había descartado casi por completo había vuelto a suceder, el día se había repetido como el 27 de junio.

Sin embargo, Sakuta, extrañamente, no estaba sorprendido. Él podría haber tenido algún indicio de que esto podría suceder, había tenido una sensación de incomodidad restante de los días que había pasado con Tomoe.

Tomoe había pasado todo el día de ayer divirtiéndose en la playa, rebosando de sonrisas cuando se separaron y sin mostrar ningún indicio de preocupación.

Pero eso mismo fue lo que causó ese sentimiento. Todo se sintió muy vacío.

Sakuta sin decir una palabra se levantó de la cama y salió de su habitación. Encendió la televisión y lo que se veía eran los resultados del juego de la noche anterior con el All-Stars de béisbol profesional.

Era lo mismo que había visto ayer… o, más bien, el primer Julio 18.

Era una sensación extraña, pero aun así, algo nostálgica.

“¿Onii Chan?”.

“Kaede, ¿quieres comer sandía?”.

“¿Eh? Si quiero”.

“Iré a comprar una redonda más tarde”.

Luego desayunó con Kaede y se preparó para la escuela.

“Hasta luego, Onii-chan”. Kaede dijo mientras ella lo despedía con una sonrisa mientras Sakuta salía a su segundo Julio 18.

Sakuta montó el Enoden con Yuuma. Este último había llegado al lado de Sakuta y sostenía una correa de mano de la misma manera.

“¿Qué estás planeando para el verano, Sakuta?”

“Trabajo”.

“Bueno, Koga-san estará allí”, dijo Yuuma bromeando, siguiendo la familiar conversación.

“¿Y tú?”.

“Trabajo, cosas del club, citas”.

“Maldito joven.”

“No deberías llamar así a las personas”. Yuuma juguetonamente golpeó su hombro con el de Sakuta de la misma manera que lo hizo la última vez.

Cualquier cosa y todo lo que Sakuta podía recordar era igual a lo que experimentó el último dieciocho de julio.

Sakuta se separó de Yuuma en las casillas para zapatos y no se fue al salón de clases del segundo año, sino a los de primero, a la clase de Tomoe.

Cuando miró desde la puerta, pudo ver inmediatamente a Tomoe. Ella estaba con Rena, Hinako y Aya alrededor del escritorio de la profesora riéndose de algo.

Hinako lo notó y le dio un codazo a Tomoe. Tomoe pareció sorprendida por un segundo, pero pronto salió del aula mientras prestaba un poco de atención a su entorno.

“No te aparezcas de la nada en mi clase” dijo Tomoe con timidez, consciente de las miradas detrás de ella.

“Me sentí mal por hacer esto, pero tenía que hacerlo”.

Dada la situación, Sakuta quería comprobar las cosas tan rápido como fuera posible.

“¿Sucedió algo malo?”. Le preguntó a Tomoe.

En cuanto a Sakuta, nada especial había pasado, todo había ido según lo planeado y procedido como se esperaba. Habían engañado a todos y llegaron a las vacaciones de verano. Habían visto la oportunidad para que Tomoe pudiera explicar el terminar con él y convertirse en amigos cercanos. Los chismes se habían extendido por toda la escuela sin siquiera intentarlo, por lo que todo debería haber terminado.

“¿Por qué?”. Preguntó Tomoe inclinando la cabeza un tanto desconcertada.

“¿Qué quieres decir con, ‘por qué’?”. Sakuta notó que estaban hablando de cosas distintas. Tomoe no se miraba tensa o preocupada del todo.

“De nuevo estamos en un bucle”.

“¿Eh?”. la boca de Tomoe se abrió. Esa reacción lo resolvió, no parecía que supiera lo que estaba pasando.

“Esta es la segunda vez que ‘hoy’ sucede, ¿verdad?”.

“…No”. respondió Tomoe con un tono vacilante, como si estuviera preocupada por Sakuta.

“Espera, ¿¡esta es tu primera vez!?”.

“Si”. asintió levemente, su mirada fija en Sakuta.

Sonó el timbre que señalaba el inicio de la clase.

“Entiendo, olvida esto por ahora”.

“¿Qué hay después de la escuela?”. Preguntó Tomoe.

“Seguiremos como lo planeado”.

“E-Entiendo”.

“Adiós”.

Tomoe se despidió, de algún modo, estaba incómoda por las palabras de Sakuta.

Una vez que las clases terminaron y él recibió la misma tarjeta de calificaciones de la que ya sabía cómo iba a salir, las mismas notas que la última vez, la misma advertencia indirecta de su profesor sobre la pelea.

“Ten cuidado de no lastimarte este verano”.

Una vez que escucho la advertencia del profesor, Sakuta abandono la clase 2-1. El aula de al lado parecía haber terminado su reunión antes que ellos. Todavía quedaban varios estudiantes en el aula, pero Futaba Rio no estaba en ninguna parte. Probablemente estaba en el mismo lugar de siempre.

Por lo que, pensando, Sakuta se dirigió al laboratorio de física y justo como pensó, Rio estaba ahí, escribiendo algún tipo de ecuación en la pizarra.

Sakuta le hablo por detrás y le hizo saber que los bucles estaban sucediendo otra vez.

“¿Qué piensas?”. Terminó preguntando por la opinión de Rio.

“Azusagawa, ¿estás bien de la cabeza?”.

Rio se había dado la vuelta y se había sentado al otro lado del escritorio en donde se encontraba Sakuta.

“¿Y esa pregunta?”.

“No respondas una pregunta con otra”.

“¿Por qué exactamente lo preguntas?”.

“Es porque estás haciendo preguntas que un niño de primaria podría responder”.

Al parecer, los niños de primaria eran bastantes inteligentes estos días, el futuro del país estaba asegurado, pensó Sakuta.

“Si, así como piensas, esa chica de primer año-” comenzó Rio.

“Koga Tomoe”. Dijo Sakuta interviniéndola.

“Si ella es el Demonio de Laplace, entonces la respuesta es sencilla”.

“¿Sencilla?”.

“¿Hay alguna diferencia fija entre el 18 y 19? ¿Cómo un cambio en la relación entre ustedes?”.

Sakuta se quedó en silencio, la percepción de Rio era aguda. Sakuta nunca le había dicho una palabra pero ella ya sospechaba sobre ello.

“Dudo que continúes sin cesar”. Dijo ella muy consciente de su personalidad.

“Ya te has dado cuenta, ¿no?”.

“¿Darme cuenta de que?”.

“La razón por la que ella está haciendo girar los dados una vez más”.

Sakuta miró al techo como si evitara su mirada.

No es como si el no tuviera una idea en lo absoluto, él podría admitir que tenía una idea.

“Pero esta vez, Koga no está al tanto de que ésta es la segunda vez”.

Esa era la única parte que no sonaba cierta. Sakuta se estremeció al recordar la reacción confusa de Tomoe esta mañana.

“Ya veo… entonces talvez como lo dije la primera vez, tu eres el demonio”. Rio no se miraba interesada, al contrario, ella aun no parecía creer sus propias palabras cuando lo llamó demonio, era como si solo lo estuviera diciendo por el bien del argumento.

“No soy yo”.

“Entonces solo hay una explicación”.

“Solo una, eh…”.

“Si, ella… está mintiendo”.

Sakuta no negó sus palabras.

Sakuta dejó el laboratorio de física y se encontró con Tomoe antes de dirigirse a la playa. Al igual que la última vez, comieron maíz asado en las cabañas de playa, hicieron castillos de arena, rellenaron sus caras con hielo raspado y jugaron en el mar.

Tomoe parecía disfrutarlo.

Antes que fueran a casa, Tomoe le dio las gracias y finalmente se estrecharon las manos justo como el primer día.

Nada cambio en lo absoluto. Si mañana llegara entonces no habría necesidad de decir nada.

Sin embargo, cuando Sakuta se despertó la siguiente mañana, era una vez más el 18 de Julio. Esto lo hizo el tercer último día de clases, las vacaciones de verano simplemente no llegaban.

El 27 de junio, una cuarta vez no había llegado. Basado en esa experiencia, Sakuta una vez más pasó el día sin cambiar nada, pensando que esto podría basarse en el número de repeticiones.

Tomoe, sin saber de los bucles, se puso a jugar en el mar una vez más.