Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 1

Capítulo 4: Guardián de las Profundidades

Parte 8

Mientras tanto, mientras Hajime y Yue luchaban con la Hidra, el grupo de héroes se tomaba
un breve descanso de su expedición al calabozo y descansaba en la capital.

El aumento de la fuerza de los monstruos a los que se enfrentaron, combinado con la tensión de explorar un piso no mapeado, por supuesto, había afectado a los estudiantes, pero esa no era la única razón por la que habían elegido tomar un descanso. Aparentemente también había alguien esperando en el palacio para recibirlos. El Imperio Hoelscher, que hasta ahora no había mostrado ningún interés en los héroes, había enviado repentinamente un enviado para saludarlos.

Kouki y los otros se preguntaban naturalmente por qué enviarían a alguien después de todo este tiempo.

La razón por la que no había habido ningún representante del Imperio Hoelscher, que estaba aliado con el Reino de Heiligh, cuando los héroes fueron convocados por primera vez fue que había habido muy poco tiempo desde el mensaje del oráculo de Ehit y la convocatoria en sí. Dicho esto, el rey había asumido que, aunque hubiesen conseguido enviar un mensaje al Imperio a tiempo, no se habrían molestado en enviar un enviado. La razón principal es que desde su fundación a manos de un famoso mercenario hace 300 años, el Imperio ha sido una meritocracia basada en la fuerza. Los aventureros y mercenarios de todo tipo llamaban a esa tierra santa su hogar precisamente porque podían hacerse un nombre con la fuerza de su brazo y espada.

La gente como ellos no aceptaría a algunos humanos convocados como sus nuevos líderes, así como así. Mientras que la Santa Iglesia tenía una presencia allí, y la mayoría de sus ciudadanos eran técnicamente creyentes, no eran tan devotos como los ciudadanos del Reino. Dado que incluso los comerciantes y funcionarios generalmente provenían de un entorno mercenario o aventurero, casi todos los ciudadanos valoraban más la moneda que la religión. Dicho esto, seguían siendo creyentes, aunque no fueran tan devotos.

Sin embargo, era muy probable que hubieran despreciado a los héroes si se hubieran encontrado con ellos cuando fueron convocados por primera vez. Por eso fue una suerte que el emperador de Hoelscher no hubiera mostrado ningún interés en los héroes hasta ahora.

Su repentino cambio de opinión se produjo cuando escucharon los informes de que el grupo de Kouki había despejado el piso sesenta y cinco del Gran Laberinto de Orcus, algo que nadie más había conseguido hacer antes. Cuando la noticia del histórico avance llegó a oídos del Imperio, inmediatamente enviaron un mensajero al reino informándoles que deseaban conocer a estos nuevos héroes. Tanto el rey como la Santa Iglesia estuvieron de acuerdo en que era probablemente el mejor momento para permitirles conocer a los héroes.

El Capitán Meld transmitió toda esta información a Kouki y a los demás en su viaje de regreso a la capital.

Mientras los estudiantes se bajaban de sus carruajes, un solo muchacho vino corriendo hacia ellos desde el palacio. Tenía unos diez años, pelo rubio y ojos azules. Se parecía a Kouki en muchos aspectos, aunque erka más bien un niño bullicioso. Era, por supuesto, el príncipe de Heiligh, Lundel S. B. Heiligh.

El joven príncipe se asemejaba a un cachorro dando la bienvenida a su dueño cuando se acercó corriendo a una de las niñas y empezó a gritarle.

“¡Kaori! ¡Por fin has vuelto! ¡Te estaba esperando!” Por supuesto, no era sólo Kaori la que había regresado. Todos los otros estudiantes de la expedición también habían regresado con ella. La mayoría de ellos estaban claramente molestos porque el Príncipe Lundel básicamente ignoraba su existencia.

Lundel había estado enamorado de Kaori desde el día en que fue convocada. Pero, por supuesto, sólo tenía diez años. Kaori simplemente pensó en él como en un niño pequeño que se había encariñado con ella. No tenía motivos para sospechar que sus sentimientos eran más profundos que eso. Y como ella estaba naturalmente inclinada a cuidar de los demás, simplemente lo trató como a un lindo hermanito.

“Príncipe Lundel, me alegro de volver a verle.” Incluso Kaori pensó que se parecía a un cachorro por la forma en que ansiaba su atención mientras ella le sonreía amablemente. Lundel se sonrojó de rojo brillante, pero aun así intentó parecer lo más varonil posible frente a su enamoramiento.

“¡Sí, no te he visto en años! Todo se sentía tan aburrido mientras no estabas. No estás herido,
¿verdad? Si yo fuera más fuerte, no tendrías que luchar por nosotros…” Lundel se mordió el labio infelizmente. Kaori ya no tenía ningún deseo de sentarse y dejar que otros la protegiesen, pero aun así sonrió ante la resolución infantil del chico.

“Estoy muy contenta de que te preocupes tanto por mí, pero no tienes por qué preocuparte. Estoy peleando porque quiero”.

“No, pelear no te sienta bien, Kaori. Tiene que haber algún tipo de trabajo más seguro que puedas hacer”.

“¿Cómo?” Kaori ladeó un poco la cabeza. Lundel de alguna manera se las arregló para sonrojarse aún más. Shizuku observó todo el intercambio desde la barrera, sonriendo mientras observaba los torpes intentos del príncipe de cortejar a Kaori.

“Bueno, ¿qué tal ser una sirvienta? Podría incluso hacerte mi criada personal para que no tengas que trabajar demasiado”.

“¿Una criada? Lo siento, pero no puedo aceptar tu oferta. Soy una sacerdote, así que…”

“Entonces, ¿qué tal trabajar en el hospital? No hay necesidad de exponerse al peligro y luchar en el frente de batalla en el laberinto, ¿verdad?”

El reino tenía un hospital estatal en la capital. Estaba situado justo al lado del palacio. Era bastante obvio que no estaba realmente preocupado por la seguridad de Kaori. Lundel sólo quería mantenerla cerca de él. Desafortunadamente, Kaori era demasiado densa para darse cuenta de eso.

“Lo siento, pero sólo en el frente de batalla puedo curar a los heridos de inmediato. Estoy agradecido de que estés tan preocupado por mí, pero voy a seguir luchando”.

“Hmph…” Lundel hizo un pequeño puchero al darse cuenta de que sería incapaz de cambiar la mente de Kaori sin importar lo que dijera. Fue entonces cuando el espeso fardo de justicia decidió entrometerse y verter aceite sobre las llamas.

“Su Alteza, Kaori es una muy querida amiga mía de la infancia. Prometo que no dejaré que le pase nada malo,” dijo Kouki con una sonrisa, intentando calmar las preocupaciones del joven. Desafortunadamente, no se dio cuenta de que eso sólo empeoraba las cosas. Al herido Lundel le sonó como si dijera: “No te atrevas a ponerle la mano encima a mi mujer. Mientras yo esté por aquí, ¡no dejaré que nadie más tenga a Kaori!” El héroe y la curandera. Realmente parecían una pareja de ensueño.

Lundel miró con odio a Kouki, como si estuviese mirando a su enemigo mortal. Para su joven mente, parecía como si Kouki y Kaori ya fuesen amantes.

“¿Cómo puedes llamarte a ti mismo un hombre cuando llevas a Kaori a lugares tan peligrosos contigo? ¡No voy a perder! ¡Te mostraré que Kaori está mejor conmigo!”

“Umm…” Kaori miró fijamente a Lundel, perplejo por su repentino arrebato mientras Kouki le miraba inexpresivamente. Y Shizuku, habiendo visto todo el intercambio, suspiró ante la densa actitud de Kouki.

Lundel rechinó los dientes con enojo, y Kouki abrió la boca para intentar suavizar la situación. Pero antes de que pudiera empeorar las cosas, una aguda voz resonó por el patio.

“Lundel, deja de actuar como un niño. Estás molestando a Kaori y a Kouki.”

“¿¡Hermana…!? Pero…”

“Nada de peros. Todo el mundo está trabajando tan duro por nosotros, pero tú estás ignorando completamente sus sentimientos y tratando de mantener a Kaori aquí… ¿No crees que estás siendo inmaduro?”

“Aww… P-Pero…”

“¿Lundel?”

“¡Acabo de recordar algo que tengo que hacer! ¡Disculpen!”

Sin querer admitir su propio error, Lundel se dio la vuelta y huyó. La princesa Liliana suspiró exasperada mientras lo veía marchar.

“Kaori, Kouki, me disculpo en nombre de mi hermano. Debe haberte causado muchos problemas.” Se inclinó profundamente mientras se disculpaba ante ellos, y su largo pelo rubio cayó grácilmente sobre sus hombros.

“No hay necesidad de disculparse, Lili. Estoy segura de que Lundel estaba preocupado por mí”.

“Exactamente. No estoy segura de por qué estaba tan enfadado, pero… si dije algo que lo ofendió, soy yo quien debería disculparse”.

Liliana simplemente sonrió torpemente. Ella simpatizaba un poco con su hermano pequeño. El objetivo de sus afectos no estaba interesado en él en lo más mínimo. Peor aún, a su autoproclamado rival de amor ni siquiera le importaba que estuviera cerca.

En realidad, había habido bastante conmoción cuando Kouki y Lundel se conocieron por primera vez, pero… esa era una historia para otra ocasión.

Liliana tenía actualmente catorce años. Su hermosa apariencia y su cabello rubio y suelto la hicieron popular tanto dentro del palacio como entre la gente común. Era seria con sus deberes, gentil, y no muy tensa con su posición social. A pesar de su posición, era amable con los sirvientes y sirvientas, y se llevaba bien con gente de todas las clases.

En realidad, estaba profundamente preocupada por la situación de Kouki y los otros estudiantes. No sólo en su calidad de princesa, sino también a nivel personal. Se sintió extremadamente culpable por involucrar a un grupo de niños sin parentesco en los problemas de su país.

No tardó nada de tiempo en hacerse amiga de la mayoría de los estudiantes convocados. De hecho, se llevaba especialmente bien con Kaori y Shizuku, y al poco tiempo habían perdido los títulos formales y se llamaban por apodos.

“No hay necesidad de eso, Kouki. Lundel es un poco salvaje, así que no le hagas caso. Y lo que es más importante, den la bienvenida a todos. Me alegro de que hayan regresado sanos y salvos”. Liliana sonrió calurosamente a los estudiantes. Aunque estaban acostumbrados a ver bellezas como Kaori y Shizuku en su clase, los chicos aún estaban totalmente encantados con su sonrisa amistosa. La belleza de Liliana fue acentuada por el aire refinado de la realeza, algo que pocas personas podrían igualar.

Los miembros de los grupos de Hiyama y Nagayama eran ambos de color rojo remolacha, e incluso algunas de las niñas se sonrojaban un poco. Todos los estudiantes estaban abrumados por el hecho de que estaban hablando directamente con la realeza, algo que nunca habrían tenido la oportunidad de hacer en su propio mundo. Para ellos, era extraño que Kaori y Shizuku pudiesen hablar con ella como si fuese solo otra de sus amigas.

“Gracias, Lili. Tu sonrisa por sí sola es suficiente para eliminar todo nuestro cansancio. Yo también estoy contento de volver a verte,” contestó Kouki, con su habitual juego de líneas cliché acompañadas por su sonrisa característica. Sin embargo, para reiterar, Kouki no tenía motivos ocultos en sus palabras. Realmente estaba feliz de volver con vida y ver a su amigo una vez más. En realidad, no tenía ni idea de los efectos que sus palabras y conducta tenían en los demás.

“Eh, ¿en serio?” Desde que era princesa, Liliana se había acostumbrado a recibir cumplidos de todo tipo de gente. Nobles, dignatarios extranjeros, mensajeros e incluso plebeyos alababan su belleza o su inteligencia a cada paso. De ahí por qué había dominado el arte de discernir las verdaderas intenciones de la gente.

Y por eso fue precisamente por lo que pudo decirle a Kouki que sinceramente quería decir cada palabra que pronunciaba. Las únicas otras personas que la felicitaban sinceramente eran su familia, así que no estaba acostumbrada a los elogios sinceros. Se sonrojó de un profundo color carmesí mientras se apresuraba a formular algún tipo de respuesta. Ese lado fácilmente nervioso de ella también era parte de la razón por la que era tan popular.

Kouki solo estaba allí, sonriendo alegremente, una vez más totalmente inconsciente de los efectos que sus palabras habían causado. Como siempre, Shizuku suspiró cansadamente tras él. Fue porque ella lo conocía tan bien que entendió que, aunque alguien tratara de decírselo, él no lo entendería.

“De todos modos, muchas gracias por todo lo que están haciendo por nosotros. Hay una comida caliente y baños calientes esperando a todos, así que por favor tómese su tiempo para relajarse. El enviado del Imperio Hoelscher no llegará hasta dentro de unos días, así que no hay prisa”. Liliana logró componerse y dar una respuesta principesca

Todos los estudiantes comenzaron a relajarse, y poco a poco aliviaron el cansancio que habían acumulado durante su excursión por el laberinto. Les dijeron a sus compañeros de clase que se habían quedado atrás que habían derrotado al Behemoth, y se escuchaban gritos de alegría que resonaban por todos los pasillos del palacio. Las buenas noticias convencieron a más de ellos para que regresaran al frente de batalla, y los números de grupos en el laberíntico aumentaron rápidamente. Los que habían estado lejos también aprendieron de los que se quedaron atrás que los ciudadanos llamaban a Aiko-sensei la Diosa de la Cosecha debido a lo asombrosas que eran sus habilidades agrícolas. La propia Aiko estaba avergonzada por el apodo, y no quería que nadie la llamase por él. Mientras la mayoría de los estudiantes estaban contentos de tener finalmente un descanso, solo Kaori deseaba que aún estuviesen allí luchando.

***

Tres días después del regreso de los estudiantes, llegaron los enviados del Imperio Hoelscher. Cinco dignatarios están actualmente de pie en la alfombra roja del salón del trono. Los estudiantes que habían ido en la expedición del laberinto, todos los nobles importantes, y la pandilla de sacerdotes de Ishtar estaban, por supuesto, todos allí para recibirlos.

“Bienvenidos, enviados. Eres libre de apreciar a los salvadores de nuestro reino a tu gusto.”

“Su Majestad, estamos muy agradecidos de que nos haya concedido esta audiencia con tan poco tiempo de antelación. Perdone mi brusquedad, pero ¿cuál de ellos es el héroe del que tanto hemos oído hablar?”

“Permítame presentarlo. Señor Kouki, si fuera tan amable de dar un paso adelante.”

“Como desees”.

Con las formalidades necesarias fuera del camino, finalmente llegó el momento de la presentación de Kouki. Se adelantó como se le había pedido. Aunque apenas habían pasado dos meses desde su invocación, la complexión y expresión de Kouki se habían vuelto mucho más varoniles.

Si alguna de las doncellas, las hijas de los nobles, o los miembros del club de fans de Kouki hubiesen estado presentes en el salón en ese momento, se habrían mojado las bragas al ver su apuesto cuerpo. Había docenas de nobles damas que ya se habían acercado a Kouki, pero su densa mente simplemente pensó que eran todas buenas personas que no querían nada más que charlar con él. Era la encarnación misma de un denso protagonista de harén.

“Eres muy joven. Perdóneme por ser tan atrevido, pero ¿realmente ha despejado el piso 65? Si mal no recuerdo, un monstruo vicioso conocido como Behemoth vigila la salida de ese piso”. El enviado que habló observó cuidadosamente a Kouki. No podía ser tan abierto con los ojos de Ishtar sobre él, pero claramente sospechaba de las habilidades de Kouki. Uno de sus guardias midió a Kouki, como si estuviese evaluando una mercancía.

Kouki encontró inquietante la mirada del hombre, pero aun así respondió a sus preguntas. “Umm, ¿me creerías si te explicara cómo lo vencimos? ¿O sería mejor mostrarles el mapa parcial que tenemos del piso 66?” Kouki rechazó una serie de sugerencias, pero el enviado sonrió con una sonrisa de niño y agitó la cabeza para negarlas todas.

“No, las palabras no me convencen. Hay una manera mucho más rápida y eficiente de asegurarse, ¿no crees? ¿Qué tal si tienes una batalla simulada con uno de mis guardias? Eso nos mostrará el máximo de sus habilidades, Sir Héroe”.

“Bueno, no me importa, pero…”

Kouki parecía algo inseguro y se volvió para mirar hacia el Rey Eliheid. El rey Eliheid, a su vez, miró a Ishtar en busca de confirmación, quien asintió solemnemente. No habría sido difícil invocar el nombre de Ehit y usar la fuerza de la religión para conseguir que el Imperio Hoelscher aceptara a Kouki como líder de la resistencia humana, pero hacer que lucharan contra él era la forma más rápida de aclarar cualquier duda sobre sus habilidades.

“Muy bien. Señor Kouki, por favor demuestre su fuerza a nuestros invitados.”

“Entonces está decidido. ¿Podría por favor preparar un lugar adecuado para nuestro combate?”

Una vez decidido el partido, todos los miembros presentes salieron del salón del trono y se dirigieron al lugar de la pelea.

El oponente de Kouki se veía promedio en todos los sentidos. Estatura media, aspecto medio, complexión media. Era alguien que desaparecía instantáneamente entre una multitud de gente. A primera vista, tampoco parecía muy fuerte. El guardaespaldas del enviado desenvainó perezosamente su espada y la dejó colgar sin fuerzas a su lado. No se molestó en tomar ninguna postura.

La ira empezó a crecer dentro de Kouki al ser tan descaradamente subestimada. Empezó más vigorosamente de lo que había pensado inicialmente, pensando que un ataque poderoso haría que su oponente se tomara en serio la lucha.

“¡Allá voy!” Kouki se movía como el viento. Con el poder de su [Paso Supersónico], cerró la distancia a su oponente en un instante y se inclinó hacia abajo con su hoja de práctica de bambú.

Un guerrero medio habría tenido problemas para seguir sus movimientos. Kouki planeaba parar justo antes de golpear a su enemigo. Pero parecía que tal consideración era innecesaria. El que había estado subestimando a su oponente era de hecho Kouki.

“¿¡Ah!?” Dio un grito de sorpresa al soplar hacia atrás.

El guardaespaldas estaba allí de pie, mirando a Kouki con su espada medio levantada. En el instante en que Kouki había dejado que la fuerza se le escurriese de los brazos para acortar el golpe, el guardaespaldas había levantado su espada y echado a Kouki hacia atrás.

Kouki se deslizó por el suelo durante unos segundos antes de conseguir recuperar su postura. Después de eso, miró al guardaespaldas con la cara abierta. Incluso si había estado centrando su atención en controlar su poder, el hecho de que no hubiera sido capaz de ver el ataque del guardia en absoluto era increíble.

El guardaespaldas bajó su espada levantada y volvió a su postura indefensa original. Ya veo. La razón por la que no pude seguir ese ataque fue porque era tan natural e inofensivo que mi cuerpo no sentía ningún peligro, pensó de repente Kouki.

“…Hey, Héroe. No vienes de un entorno de lucha, ¿verdad?” Kouki entrecerró los ojos sospechosamente, aún algo perturbado física y mentalmente por ese último intercambio. El guardaespaldas le miraba con expresión pesada mientras hacía esa pregunta con arrogancia. Aunque tropezó con sus palabras, Kouki consiguió responder.

“¿Eh? Umm, no, no lo sé. Originalmente era sólo un estudiante.”

“Y ahora eres el héroe elegido de Ehit, ¿eh?”

Se burló despectivamente y miró rápidamente a Ishtar y a sus sacerdotes. Luego, con esos mismos movimientos anormalmente naturales, empezó a acercarse a Kouki.

“Prepárate, Héroe. Si vuelves a contenerte…” La piel de gallina cubrió los brazos de Kouki. El tono de voz del guardaespaldas claramente transmitía lo que le esperaba si se contenía. Hubo una repentina oleada de sed de sangre, que hizo que los instintos de Kouki empezaran a gritarle. Rápidamente levantó su espada sobre su cabeza, que era lo único que le impedía ser decapitado en ese mismo instante.

“¿Ugh?” Hubo un fuerte golpe de espada contra espada cuando sus armas se encontraron. La fuerza del swing sin refinar del hombre puso a Kouki de rodillas, y miró a los ojos del guardaespaldas, sus pensamientos paralizados por el shock. ¿¡Cómo pudo llegar a mí tan rápido!?

La sed de sangre que salía del guardaespaldas era lo suficientemente densa como para ser palpable.

“Ah…” ¡Uwaaaaaa!” Kouki soltó un rugido incoherente y de repente grandes gotas de maná empezaron a salir de su cuerpo.

La fuerza de su maná fue suficiente para hacer retroceder al guardaespaldas, rompiendo su postura. Kouki aprovechó esa apertura y empujó hacia delante con su Espada Sagrada. Pero milisegundos antes de que atravesase la piel del hombre, la espada de Kouki se ralentizó repentinamente. No tiene nada que ver con el hecho de que estuviera tratando de contenerse. La desaceleración de su espada se había debido a algo más instintivo. De repente, el guardaespaldas entrecerró los ojos. Entonces…

“Paremos aquí”, murmuró fríamente. Al mismo tiempo, recuperó su postura casi instantáneamente, y bloqueó el desesperado ataque de Kouki con un perezoso movimiento de su espada. Después de eso, saltó hacia atrás y envainó su arma.

“¿Eh? ¿Eh?” Kouki le miró inexpresivamente, y el guardaespaldas simplemente le miró fríamente.

“Oye, ¿te das cuenta a lo que te vas a enfrentar?”

“Estaremos luchando contra monstruos y demonios y esas cosas… Los que están haciendo sufrir a toda esta gente”.

“Monstruos y demonios y esas cosas, ¿eh? ¿Y crees que puedes manejar eso con ataques tan cobardes? A mí no me lo parece. ¿Se supone que tú eres el que nos guiará en la batalla? No me hagas reír.” El hombre se echó las palabras de Kouki a la cara y criticó sus defectos sin un ápice de desprecio o ridículo en su voz. Hablaba mecánicamente, afirmando la simple verdad. Ni siquiera Kouki podía soportar tanto abuso acostado.

“¿No crees que es grosero llamar cobardes a mis ataques? Lo digo en serio…”

“Un niño que tiene miedo de ser lastimado o de lastimar a otros no puede hacer nada. No digas tonterías cuando ni siquiera me atacas con la intención de matar. No puedes decir que eres “serio” con esa resolución a medias que tienes”.

Kouki cerró la boca, de repente sin palabras. Se recuperó lo suficientemente rápido y estaba a punto de responder con algo como: “¡No tengo miedo!” pero el guardaespaldas ya se había dado la vuelta y estaba volviendo.

El rey y los sacerdotes de repente empezaron a gritar, diciendo cosas como: “¡Cómo te atreves a actuar tan groseramente con nuestro héroe!” y “¡Cómo puedes terminar la batalla si ni siquiera ha tenido la oportunidad de mostrarte sus habilidades!” y así sucesivamente. Alentado por el apoyo, Kouki estaba a punto de empezar a protestar de nuevo, pero antes de que pudiera, Ishtar tranquilizó a la multitud con su voz envejecida.

“Como pueden ver, nuestro héroe aún está en medio de su crecimiento. Es desafortunado, pero él simplemente no tiene suficiente experiencia todavía. No espero que su nación llegue a una conclusión de inmediato. Asumiré que las palabras que dirigió a nuestro estimado héroe fueron por su propio bien. Espero que podamos dejarlo así. Si no, como Papa de la Santa Iglesia, tendré que sancionar una inquisición en su contra. Entiendes lo que eso significaría, correcto, ¿Emperador de Hoelscher, Gahard?”

“…Tch, así que lo descubriste. Qué viejo más astuto”.

El guardaespaldas bajó la voz para que nadie pudiera oír su blasfemia. Entonces, se dio la vuelta y se quitó el pendiente de la oreja derecha. Mientras lo hacía, estaba
rodeado de una espesa niebla gris. Cuando se despejó, una persona completamente diferente

El emperador era un hombre salvaje de unos cuarenta años. Tenía el pelo plateado y unos ojos azules penetrantes que le recordaban a los de un lobo. La habitación entera se desató en un alboroto.

“¿¡Lord Gahard!?”

“¿El propio Emperador?”

El hombre con el que Kouki había luchado no era otro que Gahard D. Hoelscher, el emperador de Hoelscher. Eliheid dio un masaje a sus sienes mientras hacía una pregunta, aparentemente perplejo.

“¿Qué demonios está haciendo, Lord Gahard?”

“Vaya, pero si es Su Alteza Eliheid. Me disculpo por no haberte saludado antes. Me disculpo también por este disfraz. Simplemente deseaba determinar la fuerza de este héroe con mis propios ojos. Después de todo, su existencia jugará un papel vital en nuestras batallas venideras. Por favor, perdona mi insolencia.”

Aunque se disculpó profusamente, Gahard no parecía muy arrepentido por lo que había hecho. Eliheid simplemente suspiró y agitó la cabeza mientras decía “Olvídalo” en respuesta al hombre. Kouki y los otros estudiantes estaban completamente confundidos. Incluso dejando a un lado las increíbles habilidades de juego de pies y combate del emperador, todo el mundo trataba su apariencia de sorpresa como si fuera algo cotidiano.

“Ishtar, Su Santidad. había discernido, mis palabras no fueron más que un consejo para nuestro joven héroe. Jamás se me ocurriría menospreciar al guerrero elegido de Ehit. Me disculpo si parecí demasiado brusco; es simplemente un mal hábito que aprendí de mis compatriotas.”

La respuesta de Gahard fue tan poco sincera que apenas podía considerarse una disculpa. Aun así, la tranquila expresión de Ishtar nunca vaciló, e inclinó pesadamente su cabeza.

“Siempre y cuando lo entiendas” fue la única respuesta que pronunció.

Todo el evento fue suavizado, y los dos gobernantes comenzaron a discutir los asuntos de estado. Eliheid logró extraer de Gahard al menos una débil promesa de que apoyaría al nuevo héroe “basándose en la promesa que había hecho”, concluyendo así la razón principal de su visita.

Esa misma noche, más tarde, en su habitación privada, Gahard les dijo a sus subordinados lo que realmente pensaba.

“Hombre, ese mocoso no es bueno. Apenas le han quitado los pañales. Por la forma en que habla, está claro que realmente cree toda esa mierda que dice sobre los ideales y la justicia. Lo peor es que tiene la fuerza y el carisma suficientes para que la gente también le crea. Es el tipo de persona que mataría sin dudarlo por el bien de sus ‘ideales'”.

“De acuerdo. No puedo creer que haya puesto demonios y monstruos juntos al mismo nivel. Si hubiera sido una decisión consciente, no habría sido tan mala, pero…”

“Sí, claramente no estaba pensando en nada cuando dijo eso. De hecho, es del tipo que probablemente piensa que la ignorancia es una bendición. Me sorprende que haya logrado vivir tanto tiempo con esa mentalidad. Tal vez su mundo original era uno en el que eso era aceptable, o tal vez su fuerza lo ha llevado hasta ahora. De cualquier manera, no es más que un problema. Desafortunadamente, no podemos hablar en su contra porque es el guerrero elegido por Ehit. Por ahora, no tenemos más remedio que seguir los caprichos de ese mocoso”. Para el emperador, Kouki no era ningún héroe. Gahard se encogió de hombros, pero cuando pensó en lo fuerte que había sido Kouki a pesar de haber aprendido a luchar hace unos meses, pensó que aún tenía potencial.

“Bueno, tal vez haga honor a su nombre después de haber luchado contra algunos demonios. Entonces podemos hacer nuestras evaluaciones finales. Por ahora, sólo tenemos que asegurarnos de no quedar atrapados en las maquinaciones de esos malditos sacerdotes. Ten cuidado con ese papa astuto.”

“Sí, mi señor.”

Sin saber de la verdadera evaluación que había recibido, Kouki se quedó fuera de las puertas del palacio junto con los demás para despedir al emperador al día siguiente. Parecía que se iba enseguida, ya que había terminado lo que había venido a buscar. Realmente era un gobernante ágil.

A un lado, parecía que el emperador se había topado con Shizuku durante su entrenamiento matutino y que se había enamorado de ella. Incluso la había invitado a ser su amante. Shizuku se había negado cortésmente, a lo que el emperador simplemente se había reído y había dicho: “Bueno, sólo piénsalo”. No había estallado en un asunto serio, pero Kouki también había estado allí para presenciar el evento. Cuando el emperador lo vio, se había reído con desprecio. Fue entonces cuando todos los presentes se dieron cuenta de que esos dos nunca se llevarían bien.

No hace falta decir que Shizuku simplemente suspiró.