Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 1

Capítulo 5: Saliendo

Parte 1

 

 

Hajime sintió algo suave y cálido envolviendo todo su cuerpo. Se sentía algo nostálgico. Era la sensación de dormir en una cama. Acolchado por un suave colchón y cubierto por una manta caliente, la mente de Hajime entró en pánico.

¿Qué demonios…? Pensé que estaba en el laberinto… ¿Qué hago en una cama? Todavía algo aturdido, intentó ciegamente andar a tientas por los alrededores. Sin embargo, su mano derecha se negó a moverse. Estaba envuelto en un tipo de suavidad completamente diferente a la de la cama y en realidad no podía moverse.

¿Qué está pasando? Experimentalmente trató de apretar un poco su mano. Había una cosa suave y elástica entre sus dedos que se moldeaba a su tacto. Se encontró disfrutando de la sensación y comenzó a apretar el objeto blando una y otra vez, cuando de repente…

“…Aaahn…”

¿¡Eh!? Escuchó un gemido sensual. Su nebulosa conciencia estaba instantáneamente alerta. En pánico, empujó frenéticamente su cuerpo a una posición sentada. Al hacerlo, se dio cuenta de que realmente había estado durmiendo en una cama. Una magnífica cama de cuatro posters amueblada con sábanas blancas puras.

La cama estaba en una especie de terraza de piedra levantada. Una leve brisa pasó por su mejilla. La vista de sus alrededores estaba bloqueada por gruesos pilares y delgadas cortinas. Era como si hubieran tirado una cama en medio del Partenón. Una cálida luz amarilla, luz que no había visto en años, se derramó en la habitación.

Pensé que habíamos terminado con nuestro combate a muerte contra la Hydra. ¿Dónde diablos estoy? ¡No me digas que esto es el cielo! La ostentación de todo esto hizo que Hajime instantáneamente pensase en el peor resultado, pero la voz que escuchó junto a él un momento después le hizo recobrar el sentido.

“…Nhaah… Hajime… Aaah…”

“¡¿Qué…?!”

Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou Volumen 1 Capítulo 5 Parte 1

 

Hajime se quitó las sábanas y vio que había estado durmiendo junto a una hermosa chica desnuda. Yue estaba durmiendo tranquilamente a su lado, su pequeño cuerpo envuelto alrededor de su brazo derecho. Fue entonces cuando se dio cuenta de que él también estaba desnudo.

“Ya veo… Supongo que me he convertido en protagonista del harén… Espera, no, no lo he hecho, ¿qué demonios estoy diciendo?” Hajime representó una especie de extraño drama en su confusión. Todavía algo desorientado, intentó despertar a Yue.

“Yue, levántate. Yue.”

“Mmmf…” murmuró Yue incoherentemente mientras dormía y se agarró aún más fuerte al brazo de Hajime. Su mano derecha se estaba acercando peligrosamente a cierta parte de la parte inferior de su cuerpo.

“No me digas que esto es el cielo”. Diciendo absolutas tonterías, Hajime intentó desenmarañar su brazo derecho. Pero cada vez que intentaba moverlo…

“…Mmmf… Mmng… Ah…” Yue se quejaba provocativamente.

“Gah, necesito calmarme. No importa la edad que tenga, todavía parece demasiado joven. ¡No puedo permitirme emocionarme por algo así! ¡No soy Lolicon!” Se repitió esas palabras a sí mismo, sabiendo que era este momento el que decidiría para siempre si era un pervertido o un caballero. Hajime dejó de soltar su brazo y en su lugar intentó despertar a Yue, pero no importaba lo fuerte que gritase su nombre, ella simplemente murmuraba mientras dormía y seguía durmiendo.

Eventualmente, empezó a molestarse un poco. ¿Cómo se atreve a dormir tan tranquilamente mientras me arranco el pelo preocupándome por dónde hemos acabado?

Incapaz de soportarlo más, le gritó.

“¡Despierta ya, estúpida y sexy princesa vampiro!” Después de eso, activó su [Campo Eléctrico]. Hubo un crujido de electricidad y zarcillos de rayos corrieron por su brazo.

“¿Ababababababababababababa?” Yue tembló cuando la electricidad la despertó. Rápidamente soltó el brazo de Hajime y abrió los ojos.

“…Hajime?”

“Sí, soy yo, Hajime. Buenos días, dormilona…”

“¡Hajime!”

“¿Huh?”

Yue miró inexpresivamente a Hajime durante unos segundos antes de abrir de par en par sus ojos y saltar sobre su pecho. Con los dos aún desnudos, por supuesto. Sintió la suave sensación de su piel acariciar todo su cuerpo mientras un dulce aroma le hacía cosquillas en la nariz. No podía evitar excitarse por más tiempo.

Sin embargo, cuando la vio sollozando en su pecho, no pudo quitársela. En vez de eso, sonrió torpemente y le dio palmaditas en la cabeza.

“Lo siento, probablemente te preocupé, ¿no?”

“Sí… seguro que sí…” Ella se aferró a él por un tiempo, sin mostrar signos de dejarlo ir. Hajime razonó que como ella era la que lo cuidaba cuando él se había desmayado, ella merecía al menos esto, y por eso él simplemente seguía acariciándole la cabeza.

Finalmente, tras calmarse Yue, Hajime le preguntó sobre su situación actual. También se aseguró de que ella se envolviera con unas sábanas.

“¿Qué pasó después de vencer a esa cosa? ¿Dónde estamos?”

“Después de que te desmayaste…”

Según Yue, se arrastró hasta Hajime, exhausta de agotar todo su maná, y se aferró a él cuando la puerta de repente se abrió sola. Preparado para defenderse de una nueva oleada de enemigos, Yue se sentó allí vigilante, pero no importaba cuanto tiempo pasase nada entraba por la puerta. Finalmente, recuperó lo suficiente de su maná como para poder pararse y fue a examinar lo que había del otro lado.

Aunque la Ambrosía estaba curando sus heridas, todavía estaba al borde de la muerte y en una condición muy inestable. Su anormalmente poderoso cuerpo de medio monstruo lo mantenía con vida, pero no había forma de saber cuánto tiempo la Ambrosía sería capaz de contrarrestar los efectos del veneno. Si hubieran aparecido nuevos enemigos por esa puerta, habría sido el final para ambos. Por eso Yue fue a confirmar lo que había en el otro lado.

Lo que había visto al otro lado de la puerta era…

“La guarida del traidor”. Ella había descubierto un espacio de vida muy cómodo. Después de asegurarse de que no había enemigos en la zona, llevó a Hajime al dormitorio que había encontrado y le dio hasta la última gota de ambrosía que salía de la ahora menguante Roca de la Divinidad. Finalmente, parecía que el poder de la Ambrosía había vencido el veneno de la aurora y Hajime comenzó a sanar normalmente. Agotado, Yue se había quedado dormida a su lado.

“…Ya veo. Así que me salvaste, ¿Yue? Gracias.”

“Mhm!” Los ojos de Yue brillaron con ilimitada felicidad ante la gratitud de Hajime. La expresividad de sus ojos compensaba la falta de expresiones normales.

“Por cierto… ¿por qué estoy desnudo?” Preguntó, genuinamente curioso. Esperaba sinceramente que no fuera porque habían tenido sexo. No es que no le gustara Yue… Sólo quería asegurarse de que estaba mentalmente preparado antes de dar el salto.

“Estabas sucio… así que te limpié.”

“¿Por qué te estás lamiendo los labios así?”

Esa seductora sonrisa suya era la misma que siempre usaba después de haber terminado de chupar la sangre de Hajime. Le corrían escalofríos por la columna vertebral.

“De acuerdo, ¿pero entonces por qué dormiste a mi lado? ¿Y por qué… desnuda?”

“Fufu…”

“Espera, ¿qué pasa con esa risa? ¿¡Qué hiciste!? ¡Y deja de lamerte los labios así!”

Hajime siguió interrogando a Yue, pero ella simplemente le miró con esa misma mirada hechicera y se negó a seguir contestando. Parecía que se estaba divirtiendo. Finalmente, se rindió y decidió empezar a investigar la guarida del traidor.

Mientras se preparaban para partir, Yue sacó algo de ropa que había encontrado mientras exploraba antes. Era ropa de hombre. Lo que significa que el inconformista era probablemente un hombre. Hajime descubrió que le quedaban muy bien y empezó a inspeccionar lo que quedaba de su equipo. Uno nunca supo qué tipo de trampas podrían encontrar en un laberinto. Yue también terminó de vestirse, y Hajime se volvió para mirarla.

Todo lo que llevaba puesto era… una sola camisa de manga larga.

“Yue, ¿estás tratando de tentarme?”

“¿Hm…? La camisa es demasiado grande”.

Hajime supuso que la ropa de un hombre sería demasiado grande para Yue, que sólo medía 140 centímetros. Sin embargo, la camisa abrazaba fuertemente su cuerpo, acentuando sus modestos senos, y se estiraba sólo hasta los muslos, dejando sus delgadas piernas expuestas. A pesar de su apariencia joven, se veía muy atractiva. Hajime no estaba seguro de donde buscar.

“Si no estás haciendo esto a propósito, entonces eso también da miedo.” Hajime no sabía si Yue lo estaba haciendo a propósito o no, pero su encanto era aterrador, en cualquier caso.

Al salir del dormitorio, se quedó atónito al ver que lo saludaban afuera.

El sol brillaba en la habitación.

Por supuesto, seguían bajo tierra, así que no podía haber sido el sol real. Había una estructura cónica gigante colgando en lo alto del techo, con un orbe deslumbrantemente brillante abrazando la parte inferior del cono. La razón por la que la mente de Hajime había pensado instantáneamente en la luz del sol no era sólo por la luz y el calor, sino también porque no tenía ninguna de las cualidades artificiales presentes en las lámparas o en la iluminación fluorescente.

“…Aparece una luna por la noche.”

“¿En serio?”

La visión del sol era tan impactante que le llevó un segundo darse cuenta de que el sonido del agua corriendo llenaba también la habitación.

La habitación en la que estaban era del tamaño de un estadio de béisbol, con la pared del fondo completamente cubierta por una cascada. El agua salía por una pequeña abertura en el techo y caía en un río que fluía más adentro, pasando a través de una caverna en la pared lejana. El torrente de agua que caía creó una refrescante brisa que soplaba agradablemente en sus rostros. Al inspeccionar más de cerca, Hajime descubrió que también había peces viviendo en el río. Era posible que los peces hubieran seguido la corriente del río y viajado hasta allí desde la superficie.

A poca distancia del río había una granja en miniatura. No parecía haber nada creciendo allí en este momento. Junto a los campos había un granero de aspecto acogedor. Aunque parecía vacía, estaba claro con el suministro de agua, pescado, carne y vegetales presentes que uno podía cocinar cualquier cosa a la que estuviera tan inclinado. Toda la habitación estaba cubierta de vegetación y había árboles esparcidos por toda la zona.

Hajime decidió explorar primero el lado más cercano a él, y comenzó a caminar hacia un edificio ubicado junto al dormitorio en el que habían estado durmiendo. Era más una estructura tallada directamente de la pared de roca que un edificio.

“Lo investigué antes, pero la mayoría de las puertas estaban cerradas.”

“Ya veo. Yue, no bajes la guardia”.

“Vale…”

La roca en la que fue tallada la casa parecía ser una especie de piedra caliza blanca. Daba una mirada muy limpia, y otra de esas esferas de luz colgaba del techo de la entrada. La luz era un poco demasiado deslumbrante para Yue y Hajime, que habían pasado mucho tiempo rodeados de oscuridad. La casa tenía tres pisos de altura y estaba bien ventilada.

Decidieron empezar explorando el primer piso.

Había una alfombra gruesa al lado de una chimenea, una sala de estar amueblada con sofás, una cocina y hasta un baño. Curiosamente, el lugar parecía nuevo. Aunque no encontraron presencia de otras personas, parecía obviamente que vivían en ella. Los electrodomésticos y los muebles no se habían usado en mucho tiempo, pero estaba claro que su dueño los cuidaba bien. En lugar de una vivienda habitada, se sentía más como una casa que alguien simplemente manejaba. Hajime y Yue cautelosamente continuaron adentrándose en la casa.

Después de un tiempo, se encontraron de pie afuera otra vez. Había una puerta ovalada que conducía a una especie de patio trasero que contenía una estatua de león. La boca del león estaba abierta en medio del rugido. Junto a la estatua había un círculo mágico. Experimentalmente, Hajime vertió un poco de maná en él, y agua caliente salió despedida de la boca abierta del león. Las fuentes del león eran al parecer una decoración de lugares de la clase alta no importaba en qué mundo uno estaba.

“Esto es básicamente un baño, ¿no? Perfecto, han pasado meses desde la última vez que tomé uno.” Hajime sonrió felizmente. Hasta ese momento nunca se había dado el lujo de preocuparse por la higiene, pero ahora que finalmente pudieron tomarse un respiro.
se dio cuenta de que estaba sucio por todas partes. Usó el círculo mágico para derramar un poco más agua y limpió ligeramente su cuerpo como medida temporal.

Aún así, eso no fue suficiente para satisfacerlo. Era japonés y, como a todos sus compatriotas, le encantaban los baños. Una vez que estuvieran seguros de que el área era segura, él iba a tomar un largo baño y limpiarse apropiadamente.

Yue vio como crecía su excitación, y se asomó con su opinión sobre el asunto.

“… ¿Quieres que vayamos juntos?”

“Prefiero relajarme solo un rato…”

“Muu…” Yue estaba pateando juguetonamente el agua, y Hajime pensó que si ella se bañaba con él su baño sería cualquier cosa menos relajante, así que la rechazó. Gritó infelizmente ante su brusco rechazo.

Una vez terminado el examen de la estatua del león, los dos subieron al segundo piso.

Allí descubrieron una biblioteca y un taller de algún tipo. Pero las estanterías y la puerta del taller estaban cerradas con llave, por lo que no pudieron hacer un examen exhaustivo de las habitaciones. Intentaron varias formas de abrirlos, pero ninguna funcionó, así que simplemente se rindieron.

Después de eso, subieron las escaleras hasta el tercer piso y vieron una habitación individual en la parte de atrás.

No había nada más en el suelo. Cuando Hajime abrió la puerta, vio un círculo mágico de ocho metros de largo incrustado en el suelo que tenía algunas de las inscripciones más complejas y sutiles que había visto jamás. El diseño y la distribución del círculo eran tan detallados que no habría sido una exageración llamarlo una obra de arte.

Pero lo que más le llamó la atención a Hajime fue la persona sentada en una silla ostentosa justo al lado del círculo.

Dicha persona estaba claramente muerta. El cadáver ya se había deteriorado hasta que no quedaban más que huesos, y estaba vestido con una gran túnica de negro y oro. No había el más mínimo indicio de polvo o suciedad en ninguna parte de la túnica. La impecable limpieza del cadáver hacía que pareciera más parecido a un accesorio de una casa embrujada que a algo que en realidad daba miedo.

Estaba extendida sobre la silla en una postura relajada, con las órbitas vacías del cráneo mirando hacia abajo a su propia figura. Casi como si la persona que una vez fue simplemente se hubiera sentado allí y muerto de esa manera. El esqueleto y el círculo mágico eran los únicos objetos de la habitación. ¿Por qué eligieron venir aquí a morir y no a su dormitorio o a la sala de estar…?

“Parece sospechoso… ¿Qué deberíamos hacer?” Yue también parecía preocupado por el esqueleto. Hajime asumió que debía pertenecer al inconformista que se decía que vivía aquí. Lo extraño fue que murió en paz sentado así, como si estuviera esperando a alguien.

“Bueno, si queremos encontrar una salida, esta habitación parece ser nuestra mejor opción. Ni siquiera Transmutación pudo hacer nada a las cerraduras que encontramos en la biblioteca y en el taller, así que… esto es lo único que queda por investigar. Yue, prepárate para cualquier cosa. Contaré contigo si pasa algo”.

“Vale… ten cuidado.”

Tímidamente, Hajime dio un paso adelante. No pasó nada, así que siguió avanzando lentamente. Luego, cuando llegó al centro del círculo, toda la habitación estaba llena de luz amarilla brillante.

Hajime cerró los ojos, incapaz de manejar la intensidad. Un segundo después, sintió como si algo le invadiera la cabeza, y empezó a ver flashbacks de su tiempo en el abismo, desde que cayó hasta que luchó contra la Hidra.

Finalmente, el poder del círculo mágico comenzó a disminuir y la luz se oscureció un poco. Hajime abrió los ojos… y vio a un joven vestido de negro de pie ante él. No lo había sentido entrar en la habitación en absoluto.

El círculo mágico aún brillaba tenuemente, llenando la habitación con una luz mística. Hajime instantáneamente se puso en posición de batalla, pero tras unos segundos bajó la guardia. No sólo no podía sentir ninguna hostilidad o malicia por parte del hombre que tenía delante, sino que la figura misma no parecía real. Cuando lo escudriñó un poco más, Hajime se dio cuenta de que la túnica que llevaba era la misma que tenía el esqueleto. Eso le dijo lo suficiente como para adivinar quién era probablemente el hombre frente a él.

Hajime miró en silencio a la figura, esperando que algo pasase. Finalmente, la aparición comenzó a hablar.

“Te felicito por superar mi juicio. Mi nombre es Oscar Orcus. Yo soy el hombre que creó este laberinto. Supongo que al mundo se me conoce como un traidor”. Parecía que el hombre muerto sentado frente a ellos era Oscar Orcus, el creador del gran laberinto de Orcus. Hajime y Yue miraron, medio sorprendidos, medio esperándolo.

“Por cierto, por favor, ahórrame las preguntas. Esto no es más que una grabación que dejé atrás, así que desafortunadamente no puedo responder a ninguna de sus preguntas. Quería decirles a los que llegaron hasta aquí por qué nosotros, los que conocimos la verdad del mundo, decidimos luchar contra los dioses… así que decidí dejar un mensaje. Y esta era la forma más simple de transmitir ese mensaje. Quiero que sepas… que, aunque éramos traidores, no éramos rebeldes”.

La historia que tejió para ellos era completamente diferente de la historia que Hajime había aprendido de los registros de la Santa Iglesia, o de las historias que Yue había contado sobre los rebeldes. Las revelaciones que Oscar tuvo para ellos los conmocionaron hasta la médula.

Su historia era la de dioses locos y sus descendientes que lucharon contra ellos.

Poco tiempo después de la Era de los Dioses, el mundo se vio envuelto en conflictos. Humanos, demonios e incluso bestias lucharon entre sí en una guerra sin fin. Sus razones eran tan numerosas como sus batallas. La tierra, los recursos, los valores personales, la codicia, pero lo más importante entre ellos era la teología.

En esa época, las razas y los países se dividían en numerosas facciones, cada una de las cuales tenía su propio dios. Y fue el dios de cada tribu el que incitó a su pueblo a luchar contra los que adoraban a los demás.

Después de un tiempo, apareció un grupo que buscaba poner fin a esta guerra de siglos. Se llamaban a sí mismos los Liberadores.

Sólo había una cosa que todos tenían en común. Cada miembro era descendiente directo de uno de los dioses. Su líder era alguien que, por casualidad, se había enterado de las verdaderas intenciones de los dioses. Parecía que los dioses estaban usando las diversas razas como peones, jugando una gran partida de ajedrez con el mundo como tablero. El líder de los Liberadores no soportó su repugnante desprecio por la vida y comenzó a buscar camaradas que sintieran lo mismo que él.

Después de una ardua búsqueda, pudieron descubrir la ubicación de Asgard, el hogar de los dioses. Entre los Liberadores había siete que eran excepcionalmente poderosos, y fueron elegidos para ser la vanguardia en la batalla contra los dioses.

Sin embargo, sus planes se frustraron antes de que la batalla pudiera comenzar. Los dioses manipulaban a las razas sensibles y les hacían creer que los Liberadores estaban tratando de destruir el mundo. Fueron marcados como enemigos de los dioses, y todos los humanos, demonios y bestias los consideraban sus enemigos mortales.

Después de una gran cantidad de conspiraciones, eventos y encuentros dramáticos, el No se atrevían a luchar contra la gente a la que habían jurado proteger, pero esa misma gente creía que eran herejes ingratos que trataban de provocar el fin del mundo. Su verdadero nombre fue olvidado, y en los anales de la historia se les conocía simplemente como Traidores.

Los Liberadores fueron asesinados uno por uno, hasta que sólo quedaron los siete más fuertes. Con el mundo entero en su contra, se dieron cuenta de que no podrían derrotar a los dioses. Así que se dispersaron hasta los confines de la tierra y construyeron enormes laberintos para esconderse. Crearon una serie de pruebas, rezando para que algún día apareciese alguien que pudiese limpiarlos, para que pudiesen legarles sus poderes con la esperanza de que estos nuevos guerreros pudiesen llevar a cabo sus sueños.

Después de terminar su largo discurso, Oscar sonrió tranquilamente.

“No tengo ni idea de quién eres, ni de por qué elegiste luchar hasta aquí. Tampoco tengo intención de forzar mis propios sueños de la muerte de los dioses sobre ti. Simplemente quería que supieras lo que luchamos, y morimos, porque… Como recompensa por escucharme, te daré mi fuerza. La forma de utilizarlo depende totalmente de usted. Sólo puedo rezar para que no lo uses para el mal. Es todo lo que tengo que decir. Gracias por escuchar el final. Que las ‘bendiciones’ de los dioses nunca te alcancen”. La aparición de Oscar desapareció cuando terminó de hablar. Al mismo tiempo, Hajime sintió algo extraño entrar en su mente. La sensación era bastante dolorosa, pero como sabía lo que estaba pasando, silenciosamente la dejó entrar dentro de él.

El dolor finalmente cedió, y el círculo mágico se oscureció una vez más. Hajime soltó un largo suspiro sin darse cuenta de que había estado aguantando todo el tiempo.

“Hajime… ¿estás bien?”

“Sí, estoy bien… Pero hombre, qué historia.”

“Sí… ¿Qué vas a hacer?”

Yue se refería, por supuesto, a la historia de Oscar.

“¿Hm? En realidad, nada. Fueron esos dioses buenos para nada los que me convocaron aquí en primer lugar y me dijeron que fuera a luchar en su guerra. De todos modos, los odio como están. Aun así, este mundo no tiene nada que ver conmigo. Todo lo que me importa es volver a la superficie y encontrar un camino a casa. Eso es todo… ¿Te molestó su historia, Yue?”

El viejo Hajime podría haber sido más comprensivo con la difícil situación de este mundo, pero el reforjado Hajime descartó la historia de Oscar sin pensarlo dos veces. Es el problema de este mundo, así que la gente de este mundo debe lidiar con él.

Dicho esto, Yue era alguien de este mundo. Por eso, si ella decía que quería hacer algo al respecto, Hajime podría haberlo reconsiderado. Su vínculo con Yue no era algo que pudiese descartar tan fácilmente como la historia de Oscar.

Pero Yue agitó la cabeza sin dudarlo.

“Mi hogar está donde quiera que estés… No me importa ningún otro lugar”. Se inclinó hacia Hajime y le apretó la mano. El calor de su mano le dijo que no sólo trataba de ser considerada.

Yue una vez dedicó toda su vida a su país. A pesar de ello, fue traicionada por aquellos en los que más confiaba y abandonada a su suerte para pudrirse en la oscuridad. Ninguno de sus súbditos vino a salvarla. Habían pasado trescientos años desde entonces, y todas las personas que ella conocía habían muerto hacía mucho tiempo. Para Yue, no quedaba nada de lo que preocuparse en este mundo. De hecho, al igual que Hajime, había empezado a ver el reino como una prisión más que como su hogar tras haber estado atrapada durante tanto tiempo. Y fue Hajime quien la salvó de esa prisión. Por eso sólo le importaba estar al lado de Hajime.

“…Ya veo.” Hajime se sonrojó un poco. Luego se aclaró la garganta y lanzó una bomba de un anuncio.

“Además, creo que aprendí un nuevo hechizo… Algún tipo de magia de la Era de los Dioses,
¿creo?”

“… ¿en serio?” Dijo Yue, asombrado. Su sorpresa era comprensible. Después de todo, la magia de la Era de los Dioses era algo que los dioses habían usado una vez, magia que ya no existía en la actualidad. La magia de la teletransportación también era de esa época.

“Este círculo mágico me hizo algo en la cabeza, y es como si de repente entendiera cómo funciona”.

“¿Seguro que estás bien?”

“Sí, estoy totalmente bien. Mejor aún, este hechizo es perfecto para mí”.

“¿Qué clase de hechizo es?”

“Umm, es un hechizo de creación de algún tipo. Me permite añadir propiedades mágicas a los minerales y crear nuevos minerales con rasgos especiales”.

La mandíbula de Yue se abrió mientras escuchaba la explicación de Hajime.

“¿Puedes hacer artefactos?”

“Sí, algo así.”

El hechizo de creación que Hajime había heredado era la misma magia que la gente había
usado para crear artefactos en la Era de los Dioses. Verdaderamente, era la habilidad perfecta para un sinergista. Aunque Hajime no lo sabía, el trabajo de Oscar también había sido sinérgico.

“¿Quieres aprenderlo tú también, Yue? Sólo tienes que entrar en el círculo mágico. Hace este tipo de cosas cuando corre a través de tus recuerdos. Oscar dijo algo sobre un juicio antes, así que como lo resolvimos juntos, deberías tener el derecho de aprenderlo también”.

“…No puedo usar la transmutación.”

“Oh sí, supongo que es verdad… Aun así, es magia de la Era de los Dioses. No hay nada malo en aprenderlo de cualquier manera, ¿verdad?”

“Está bien. Si tú quieres, Hajime”. Impulsado por Hajime, Yue entró en el círculo mágico. Empezó a brillar débilmente y empezó a sondear los recuerdos de Yue. Debió decidir que Yue también había aclarado las condiciones, ya que la aparición volvió a aparecer.

“Te felicito por superar mi juicio. Mi nombre es Oscar…”

La voz desencarnada de Oscar sonó por segunda vez. Tenerlo por segunda vez arruinó el momento. Oscar repitió las mismas palabras que antes, así que Yue y Hajime le ignoraron y continuaron su conversación.

“¿Cómo te fue? ¿Lo aprendiste?”

“Sí, lo hice. Pero los artefactos no tienen mucho sentido para mí”.

“Supongo que incluso la magia antigua es inútil a menos que tengas afinidad por ella.”

La visión de Oscar sonrió mientras terminaba su conversación. Fue un poco surrealista, en realidad. Hajime no podía estar seguro de no haberlo imaginado, pero sentía que el esqueleto detrás de la visión parecía algo triste.

“Ah, ya que supongo que esta casa es básicamente nuestra ahora, deberíamos deshacernos del esqueleto.” No tenía ningún respeto por el cadáver.

“Sí… Será un buen fertilizante para los campos”. Tampoco Yue. Aunque no había viento, el cráneo de Oscar cayó unos centímetros más hacia adelante.

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