Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 1

Capítulo 4: Guardián de las Profundidades

Parte 7

“¡Hajime!” Ignorando las protestas de su cuerpo, Yue intentó desesperadamente correr hacia Hajime. Sin embargo, su cuerpo exhausto no podía seguir el ritmo, así que se tropezó. Frenó su impaciencia y se obligó a beber un frasco de Ambrosia. En el momento en que sintió como le volvían las fuerzas, se levantó y corrió hacia Hajime.

Estaba tumbado boca abajo en el suelo, la sangre se acumulaba debajo de él. Su Piel de Diamante no había sido capaz de protegerlo completamente. Si no hubiera usado [Schlagen], que estaba hecho de la concha del escorpión, como escudo, lo más probable es que hubiera muerto instantáneamente.

Ella lo giró suavemente sobre su espalda, y luego respiro pesadamente cuando vio sus heridas. Sus dedos, hombros y axilas habían sido quemados hasta quedar crujientes, y hueso blanco se asomaba de los restos carbonizados de piel y músculo. Todo el lado derecho de su cara también se había quemado, y la sangre goteaba de la cuenca quemada de su ojo derecho. Lo único que le había salvado las piernas de sufrir el mismo destino era probablemente el ángulo del ataque.

Yue intentó apresuradamente meterle Ambrosia por la garganta, pero la Hidra ya estaba preparando su siguiente ataque. Esta vez disparó una lluvia de bolas de luz de diez centímetros de ancho. Era como una especie de pistola Gatling de color arco iris.

Yue cogió a Hajime y, exprimiendo hasta el último gramo de su fuerza, consiguió llevarle a un lugar seguro tras uno de los pilares. Bolas de luz se estrellaron contra el pilar una tras otra. Probablemente no duraría ni un minuto más. Cada una de las bolas contenía una aterradora cantidad de fuerza.

Yue rápidamente derramó Ambrosia sobre sus heridas y sacó una segunda ampolla, intentando dársela de comer. Sin embargo, ni siquiera le quedaba la fuerza para tragar, así que la volvió a asfixiar débilmente. Yue llenó su propia boca con Ambrosia, y luego tapó la boca de él con la de ella, forzándola a tragársela.

Sin embargo, aunque la Ambrosía impidió que se filtrara más sangre, fue incapaz de curar completamente las heridas de Hajime. Normalmente comenzaría a curarlos de inmediato, pero parecía que algo lo estaba obstruyendo para que funcionara correctamente.

“¿Por qué?” Yue estaba prácticamente en estado de pánico en ese momento. Empezó a sacar todas las ampollas de Ambrosia que Hajime tenía sobre él.

La razón por la que las cosas progresaban lentamente era porque la luz de la Hydra en realidad contenía un veneno que también derretía la carne. Por derecho, ya debería haber terminado de derretir el cuerpo de Hajime.

El hecho de que no lo hubiera hecho, en sí mismo, demostraba cuán poderosa era la Ambrosía. Aunque no por mucho, había conseguido superar el veneno, y estaba curando lentamente las heridas de Hajime. Aunque tardaba más de lo habitual, los efectos de la Ambrosía, junto con el cuerpo de medio monstruo naturalmente fuerte de Hajime, significaron que finalmente se curaría. Sin embargo, su ojo derecho ya se había disuelto más allá de toda reparación, e incluso la Ambrosía no sería capaz de traerlo de vuelta. El pilar también estaba en las últimas, y lo más probable es que fuese destruido antes de que Hajime se recuperase lo suficiente como para moverse. Yue le miró, una expresión de determinación en su cara, y le besó. Entonces, después de sacar a [Donner] de su funda, se levantó.

“…Es mi turno de salvarte esta vez…” susurró suavemente, antes de salir corriendo por detrás de la columna.

Le quedaba muy poco maná y no le quedaba más Ambrosia. Las únicas cosas en las que podía confiar eran su cuerpo fortaleciendo la magia, sus habilidades naturales como vampiro, su poco fiable auto-regeneración, y [Donner].

La Hydra levantó su cabeza de cresta plateada mientras Yue corría hacia su vista, y disparó otra barrera de bolas de luz. Yue no tenía el maná que le quedaba para derribarlos con magia y, al carecer de la habilidad de Hajime con las armas de fuego, no tenía la confianza para derribarlos a todos con [Donner], así que optó por huir. Pero la fuerza física siempre había sido la única debilidad de Yue. Ella fue arrinconada casi instantáneamente.

Finalmente, uno de ellos la golpeó en el hombro.

“¿Aguu?” Mientras gritaba de dolor, usó el impacto del ataque para ponerse de pie y volver a correr. Sabía que en el momento en que dejara de sentir dolor, todo habría terminado para ella.

Su regeneración automática tardó más de lo habitual en hacer efecto. Las características que derretían de la cabeza de Hydra eran eficaces contra su uno mismo-curación también. Y así, perdió aún más maná al curarse a sí misma. Al ritmo que iban las cosas, ni siquiera tendría suficiente maná para mantener su cuerpo fortalecido.

Cada vez que intentaba acercarse, una lluvia de bolas de luz la empujaba hacia atrás. Pero ella necesitaba cerrar la brecha de alguna manera. No estaba segura de poder atacar la Hydra con [Donner] desde tan atrás. Necesitaba crear una apertura de alguna manera. Sin embargo, fue incapaz de encontrar la manera de hacerlo, y muy pronto fue acorralada de nuevo.

Desesperada, disparo con [Donner] con la esperanza de forzar una salida de su situación. Aunque no podía usar [Campo Eléctrico], era lo suficientemente hábil con la magia del trueno como para acelerar la bala. En un golpe de suerte para principiantes, la bala se entretejió perfectamente entre el aluvión de bolas de luz y golpeó la Hydra justo en la cabeza.

Desafortunadamente, sin embargo….

“¿Eh?” Yue soltó un involuntario maullido de sorpresa.

Incluso si aún no se había acostumbrado a acelerarlo, había añadido un poco de fuerza a la bala. A pesar de eso, la cabeza de cresta plateada sólo tenía un pequeño arañazo.

La desesperación empezó a colorear su expresión. Pero si se dejaba derrotar, Hajime moriría. Yue apretó los dientes y continuó esquivando.

Aun así, no sería capaz de seguir así para siempre. La cabeza de cresta plateada retrocedió y disparó una segunda aurora. La propagación de las balas restringió sus rutas evasivas hasta que, finalmente, se vio obligada a dejar que una bola le volara la espalda para evitar que la luz de la aurora la devorara por completo.

La pelota que se vio obligada a llevarse como compensación por esquivar la aurora golpeó su cuerpo en el estómago y la tiró al suelo.

“Ugh… Ghh…” Su cuerpo se negó a moverse. Sabía que si no se levantaba sería devorada por una lluvia de bolas de luz. Pero no importaba cómo luchaba, sus músculos se negaban a escuchar. Su auto-regeneración estaba tomando aún más tiempo que la última vez para hacer efecto.

Antes de que se diera cuenta, le caían lágrimas por la cara. Eran lágrimas de frustración. Frustración por su incapacidad para proteger a Hajime incluso después de haberla protegido tantas veces.

La Hydra se tomó un momento para lanzar un victorioso “¡Graaaaaaah!” antes de disparar la siguiente descarga de bolas de luz.

La muerte de Yue se acercó en forma de luz de color arco iris. Se negó a cerrar los ojos. Por lo menos, no iba a ser derrotada en espíritu. Miró fijamente a la cabeza de cresta plateada, decidida a caer luchando.

Eventualmente, las bolas llenaron su visión y ya ni siquiera podía ver la Hydra. Iban a golpearla. Ella moriría. Dentro de su cabeza se disculpó con Hajime por morir antes que él. Por no poder protegerlo. Pero de repente… una ráfaga de viento pasó volando.

“¿Eh?” Para cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, Yue estaba en brazos de alguien y las bolas de luz pasaban a su lado. Su expresión llena de total incredulidad, miró a la persona que la sostenía.

Era, por supuesto, nada menos que Hajime. Su cuerpo aún estaba cubierto de heridas, respiraba pesadamente y su párpado derecho estaba bien cerrado.

“No llores, Yue. Ganaste esta pelea”.

“¡Hajime!”

Abrumada por la emoción, ella lo abrazó con fuerza. Sus heridas apenas habían comenzado a sanar. En realidad, sólo se basaba en la fuerza de voluntad.

Pero aun así miraba enojado a la cabeza plateada de la Hidra. Los miraba con condescendencia mientras disparaba otra lluvia de bolas de luz. Parecía que decía algo como: “¿Qué puede hacer un simio medio muerto como tú?”.

“Demasiado lento”. Hajime esperó hasta el último minuto antes de esquivar con movimientos inestables.

La cabeza plateada entrecerró los ojos con ira y disparó otra salva.

“¡Hajime, corre!” Gritó frenéticamente Yue, pero Hajime parecía totalmente indiferente. Con Yue aún agarrado con fuerza en el brazo, se giró y bailó alrededor de los ataques de la Hidra. Aunque a veces tropezaba, nunca dejaba de esquivar. De hecho, parecía más como si las bolas lo estuvieran esquivando en vez de él. Y Yue lo vio todo, sus ojos llenos de asombro.

“Yue, bebe mi sangre.” Habló en voz baja, su silenciosa mirada invitándola. Por una vez, dudó. Ya había perdido mucha sangre. Esquivó con pasos tambaleantes, pero aun así acercó la cara de Yue a su cuello.

“Tu magia es nuestra única esperanza, Yue… Entonces hazlo. ¡Apúrate, y gana esto para nosotros!”

“… ¡De acuerdo!”

Yue aceptó las poderosas palabras de Hajime, y asintió. Ella eligió confiar en él y enterró su cara en su cuello. Su cuerpo sanó rápidamente a medida que su sangre fluía hacia ella. Bailaron una danza de la muerte, los dos, mientras tejían su camino a través de una tormenta de balas.

Por un momento, todo perdió el sentido del color para Hajime. Estaba girando su camino a través de un mundo de blanco y negro, mientras todo a su alrededor se movía en cámara lenta. Sólo sus movimientos se mantuvieron agudos

Lo había visto todo. Mientras él había estado luchando para permanecer consciente, había visto como Yue había luchado por su cuenta. Vio como ella luchaba desesperadamente con su arma, hasta que finalmente fue arrinconada. Vio como la tiraban al suelo y la bombardeaban con luz.

Fue en ese momento cuando se desató una furia hirviente.

Enojo consigo mismo. ¿¡Qué demonios estás haciendo!? ¡¿Cuánto tiempo planeas estar aquí durmiendo?! ¿Vas a dejar que maten a tu compañera delante de tus narices? ¿¡Vas a ceder a esa mierda de monstruo!? ¡No! ¡No, no lo haré! Cualquier cosa que amenace mi supervivencia es un enemigo. Y los enemigos deben ser…

“¡Muertos!” Hajime había sentido un hormigueo correr por su cuerpo, y de repente había despertado a una nueva habilidad. Había adquirido la habilidad final derivada de [Danza Aérea], [Riftwalk]. Al enfocar sus cinco sentidos a los límites máximos, sus otros derivados de [Danza Aérea] crecieron mucho más fuertes. Los extremos de su situación le habían obligado a superar una vez más sus límites.

Era esa habilidad la que había permitido a Hajime teletransportarse instantáneamente al lado de Yue, y era esa habilidad la que le permitía actualmente esquivar los ataques de la Hidra.

Yue terminó de beber su sangre, sus fuerzas totalmente restauradas.

“Yue, dale con [Azure Blaze] cuando dé la señal. Hasta que lo haga, concéntrate en esquivar”.

“De acuerdo… Pero ¿qué hay de ti, Hajime?”

“Estaré preparando el terreno para tu entrada final”.

Dejó a Yue detrás de uno de los pilares y luego cargó contra la Hidra.

Esquivó cada una de las bolas de luz por la anchura de un pelo usando [Paso Supersonico], y luego disparo con [Donner] una vez que se acercó lo suficiente. Enfadado por el hecho de que el último disparo había logrado rasguñarlo, la cabeza plateada esquivó este. La bala pasó inofensivamente por el aire y perforó un pequeño agujero en el techo de arriba. Despreocupado, Hajime continuó disparando mientras corría. Tristemente, cada una de sus balas sólo sirvió para hacer más agujeros en el techo.

La cabeza plateada se mofó de Hajime mientras esquivaba sin esfuerzo. Yue estaba un poco preocupada por el inusualmente descuidado disparo de Hajime, pero eligió creer en él y esperar.

Una vez que agotó las balas de una cámara, Hajime despegó con [Aerodinámica]. Sus saltos se habían vuelto más precisos y volaba libremente por el aire, pegado al techo.

Cansado de ser jugueteado, la cabeza plateada comenzó a disparar auroras al azar. Hajime sonrió mientras los esquivaba con facilidad. Estaba leyendo la Hydra como un libro abierto. Y se había dado cuenta de que tenía que dejar de moverse para recargarse cada vez que disparaba.

“Esto es por lastimar a Yue. Espero que te guste.” Terminó de recargar a [Donner] y disparó las seis balas a la vez, cada una en una dirección ligeramente diferente.

Seis pequeñas explosiones salpicaron el techo, y después de un momento de silencio, una parte de él se derrumbó. Diez toneladas de roca se lanzaron hacia la Hydra. Y la Hydra no pudo escapar a tiempo mientras llovía sobre su cabeza.

“Graaaaaaaaaaaaaaaaaaa” La bestia gritó con sorpresa y dolor. El momento de Hajime había sido perfecto. Había apuntado al momento en que se endureció después de disparar una aurora para asegurarse de que no pudiera escapar.

Originalmente había fallado a propósito, y luego había corrido alrededor del techo transmutándolo para debilitar los cimientos al mismo tiempo que colocaba granadas en varios lugares. Sus seis disparos habían sido para disparar las granadas.

Pero no se detuvo ahí. No había hecho todo eso sólo para dejar caer una roca gigante sobre ella. Cerró la distancia a la atrapada Hydra en un solo [Paso Supersónico], y luego empezó a transmutar los escombros a su alrededor para hacer una prisión perfecta. Él transmutó el área alrededor de su cabeza específicamente para hacer algo como un alto horno.

Luego arrojó toda su bolsa de granadas al alto horno y gritó lo siguiente:

“¡Ahora, Yue!”

“¡Está bien! [Azure Blaze]”

Un ardiente sol azul apareció dentro del alto horno, consignando a la atrapada Hidra al infierno. Sus granadas explotaron todas a la vez cuando la explosión golpeó, causando una considerable cantidad de daño a la cabeza de plata.

“¡Graaaaaaaaaaaaaaah!” La cabeza plateada gritó de dolor. Empezó a disparar bolas de luz por todas partes, desesperadamente buscando liberarse. Pero siempre que conseguía romper una de las paredes, Hajime simplemente la transmutaba de nuevo en su sitio. Acababa de disparar una aurora también, así que no pudo sacar otra inmediatamente. Lenta pero seguramente, el sol azul se hundió más profundamente en el horno, purgando al monstruo con un fuego más caliente que el infierno.

[Sentir Presencia] le dijo que la Hidra estaba ahora bien y verdaderamente muerta. Una vez que estuvo seguro de que se había ido para siempre, Hajime se desmayó en el acto.

“¡Hajime!” Yue intentó correr hacia él, pero su cuerpo también estaba exhausto, por lo que se vio forzada a arrastrarse.

“Te presionaste… demasiado…” Yue de alguna manera se las arregló para arrastrarse hasta Hajime. Podía sentir cómo ella lo abrazaba mientras él caía en la inconsciencia.