Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 1

Capítulo 13: Medicina

El sol se ocultó tras el horizonte, y se hizo de noche. El estómago de Raphtalia  comenzó a sonar de nuevo, así que dejamos la habitación para cenar en el restaurante.

Las patatas que habíamos comido antes fueron solo un aperitivo.

Raphtalia nunca había estado en el restaurante, por lo que no sabía que pedir. Mi cartera finalmente se estaba llenando, y pasaríamos las próximas noches en el campo. Pensé que era razonable darle una buena cena.

—Pónganos dos menús Delia, y unas Naporata.

La camarera nos trajo nuestros menús y volvió a la cocina.

—Vamos a comer.

—¡Sí!

Raphtalia comió en silencio, pero sostuvo mi mano todo el tiempo.

Ella debía tener unos diez años. Se veía lo suficientemente hambrienta para comerse también mi parte, así que pedí más.

—Mañana pasaremos la noche en los campos, así que come todo lo que puedas hoy.

—¡Okay!

Quería decirle que comiera o que moviera la cabeza, pero que no hiciera ambas. Aunque parecía que realmente estaba disfrutando la comida, así que no dije nada.

Mientras estábamos allí sentados, noté que ella tenía otras cosas de las que necesitaba ocuparme. Decidí encargarme de ello cuando volviésemos a la habitación.

—Tu pelo está muy descuidado. Arreglémoslo.

—…Okay.

Se veía inquieta, por lo que puse la mano en su cabeza.

—Estará bien. No te haré un peinado extraño ni nada parecido.

Realmente, dejarlo como estaba era lo peor que podíamos hacer.

Pasé los dedos por su pelo para hacerme una idea de lo que necesitaba, entonces cogí mi cuchillo y empecé a cortarlo. Corté el cabello que era demasiado largo, por lo que cayó sobre sus hombros, y eso fue todo.

—Ya está. Eso debería ser suficiente.

El peinado parecía mucho más normal que antes.

Raphtalia corrió por la habitación, riendo. Parecía feliz.

Mientras estaba recogiendo el pelo mi escudo comenzó a reaccionar.

… No se me había ocurrido.

Dejé que el escudo absorbiera el pelo procurando que Raphtalia no se diese cuenta.

Después abrí el libro del arma. Decía que mi escudo no tenía suficiente nivel.

—¿Hm?

Mierda, ella estaba detrás de mí.

—¡Vete a la cama!

—¡Okay!

Parecía, curiosamente, más sincera y honesta que ayer.

Podría haberse puesto a gritar durante la noche, así que decidí intentar acabar de componer tan pronto como pudiera.

¡Has fabricado una bebida nutritiva!

Bebida Nutritiva: calidad: baja:

efectiva contra la fatiga: nutre rápidamente a la persona que la bebe

¡Has fabricado medicina!

Medicina: calidad: normal:

ayuda a curar enfermedades. Inefectiva contra enfermedades graves

Hmm… Parecía que podía hacer varias cosas a partir de las hierbas en los campos y las montañas. Y el boticario me las estaba comprando por un buen precio. Aun así.

Usaban un montón de recursos. Era difícil saber si saldría adelante.

Al final, hice seis bebidas nutritivas, y una gran cantidad de medicina.

Pero era difícil fabricar algo de alta calidad, y por eso no creía que pudiese hacer de la composición un trabajo regular. Pero oye, yo era el Héroe del Escudo, no el farmaceuta del vecindario.

… Debería dejar que el escudo las absorba.

Escudo Calórico: condiciones cumplidas

Escudo Energético: condiciones cumplidas

Escudo Energético Potencial: condiciones cumplidas

Escudo Calórico: habilidad bloqueada:
bono de equipo: aumento de estamina (pequeño)

Escudo Energético: habilidad bloqueada:
bono de equipo: aumento de SP (pequeño)

Escudo Energético Potencial: habilidad bloqueada:
bono de equipo: reducción del uso de estamina (pequeña)

Parecía que todas eran habilidades de estado.

¿A qué se refería la estamina? ¿A mi fuerza?

Mejor lo miro.

Debería encontrar más información sobre distintas hierbas. Estaba consiguiendo muchas habilidades que podría usar, pero desearía que hubiese más habilidades de combate.

Aparentemente las hierbas que tenía no fueron suficiente para desbloquear las habilidades.

—… Mmm…

Me estiré y decidí irme a dormir. Me volví y miré a Raphtalia. Ella estaba dormida, sin embargo. Al parecer, estaba a punto de empezar a llorar.

—¡Ahhhh!

Reprimí sus gritos con la mano, y ella se calmó un poco. La sostuve contra mi pecho y pasé mis dedos por su cabello.

Y eso fue todo. Calmarla fue mucho más fácil que las otras veces. Intenté soltarla, pero empezó a llorar otra vez. Supongo que no hay otra opción. Dormimos juntos esa noche.

… Frío. Estaba frío.

Sentí el sol sobre mi cara, y abrí los ojos. Raphtalia debería estar durmiendo conmigo, pero la vi al otro lado de la habitación, acurrucada en la esquina.

—¿Qué pasa?

—¡Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento!

Se estaba disculpando tan frenéticamente que algo debía estar mal. Arqueé las cejas y pronto descubrí por qué tenía tanto frío.

Sí… Ella había mojado la cama.

Supongo que pensó que me enfadaría.

No sabía si era normal que alguien de diez años mojase la cama, pero no podía enfadarme con ella si me miraba con esos ojos aterrorizados.

Caminé hacia ella. Estiré la mano, pero ella se alejó.

—Oh venga ya…

Puse la mano sobre su tembloroso hombro.

—No importa si has mojado la cama. Démonos prisa en limpiar esto y cambiémonos.

Necesitábamos más equipamiento.

—Um…

Raphtalia me estaba mirando confundida.

—¿No estás enfadado?

—¿Cuál es el punto de enfadarse con una persona arrepentida? Si te sientes mal, no me enfadaré.

Las sábanas estaban sucias. Me preguntaba cuánto querría el posadero por los problemas. A pesar de todo, tomaría la manta para mí.

Fui a explicar la situación al posadero, pagué por las sábanas, y después corrí a la tienda de armas para conseguir algún nuevo equipo.

El agua del pozo estaba muy fría. Limpié las sábanas sobre la tabla de lavar y las guardé. En el camino a los campos, encontré una rama de árbol para colgarlos.

—Bien entonces…

Raphtalia seguía caminando a mi lado como si fuese la peor del mundo. Me estaba poniendo nervioso.

—¡Te he dicho que no te preocupes por eso!

—…Okay.

…Era una niña honesta. Pero si perdía la motivación, también sería un problema para mí.

—Ah…

Su estómago estaba sonando otra vez.

Su cara se puso roja por la vergüenza.

—¿Quieres ir a desayunar?

—Um… sí.

Me agarró de la manga y caminó junto a mí.

—Cough…

—Okay, muy bien, aquí está tu castigo. Tienes que beberte esta medicina.

Le di la botella.

Supongo que tenía algún tipo de enfermedad y necesitaría tomarse la medicina regularmente.

Ella olió la medicina y se tapó la nariz con disgusto. Pero pensando que era un castigo, se la bebió con un poco de esfuerzo.

—Ugh… Está muy amarga.

—Puedes soportarlo.

Se terminó la botella y pareció, por un momento, que iba a lanzarla.

Por el momento, fui capaz de vender la medicina que habíamos hecho por un buen precio. No eran de gran calidad, pero al parecer se estaban quedando sin suministros.