Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 11: La Hermana de la Gran Maga

Epílogo

Parte 2

―…Disculpa por las molestias, Kazuma-san, y gracias por cuidar de mis hijas.

―No, no, no, no ha sido nada. Soy yo quien debería dar las gracias a su hija por ayudarme tanto.

Llegó la mañana del día siguiente. Después de todo lo que me dijo y de su declaración de intenciones de avanzar en nuestra relación, no obtuve un final feliz. En cambio, simplemente me dio las buenas noches y volvió a su habitación. Y lo peor de todo es que cuando nos encontramos esta mañana me saludó como si nada hubiera pasado.

Entiendo que no quiera jugársela y hacer cosas inapropiadas estando Komekko en casa, pero ¿a quién estaba tratando de tomar el pelo marchándose de la habitación justo después de decir algo como eso? Por su culpa no he podido dormir apenas en toda la noche. Sin duda esta familia está llena de demonios; tanto su hermana como ella son unos seres diabólicos.

―Cuando dices que deberías dar las gracias a mi hija por ayudarte, ¿a qué te refieres exactamente con el término “ayudar”? Bueno, pensándolo mejor no me importa lo que signifique. Después de todo, mi hija ya tiene edad de buscar una pareja con la que tener una relación amorosa…

La madre de Megumin, Yuiyui, empezó a decir unas cosas muy raras. Por alguna razón, al escuchar “edad de buscar pareja”, Darkness tuvo un escalofrío. En ese momento se encontraba en la puerta despidiéndose de Komekko.

Supongo que, como dama de la nobleza, debe de estar especialmente sensible con la gente que piense que ya se encuentra en la edad en la que se le va a ir el tren. Como no encuentre pronto a alguien con quien casarse…

―Con ayudarme sólo me refiero a mientras luchamos y salimos de aventuras; no pretendía decir nada extraño con eso.

―Lo sé, lo sé, mi hija ya me lo ha contado todo. Te entiendo perfectamente. Escucha, Kazuma-san, no hay ningún problema siempre y cuando asumas la responsabilidad.

Al escuchar eso de boca de Yuiyui, giré la cabeza bruscamente hacia Megumin y le lancé una mirada amenazadora. Sin embargo, ella negó desesperadamente con la cabeza.

Lo que significa… que la hija de la que está hablando es…

Komekko sacó su cuaderno de notas bajo la mirada compartida de su hermana y de mí.

Es ese cuaderno en el que anota todo lo que tiene que ver con nosotros…

―La chica de pelo azul es increíble, atacó a un fantasma utilizando sólo sus manos. La chica de la armadura también es alucinante; un pájaro gigante se la comió y no le pasó nada. También lo es el novio de Onee-chan, mató a una mujer con herbicida. Y Onee-chan es súper mega genial, pero todavía no estoy segura de por qué.

Eh. ¿Qué se supone que significa esa última parte? Aunque Megumin ya le ha explicado a esta niña el alcance de sus poderes cientos de veces, todavía parece que no lo ha entendido en absoluto.

Llegado ese punto, a Megumin le invadió la tristeza y se tiró al suelo apoyándose con las manos y las rodillas. Entonces su madre cogió la libreta y continuó leyendo.

―“Onee-chan no está conmigo esta noche. Creo que ha ido a la habitación de su novio, y entonces cuando fui a verlos le escuché decir algo sobre ser algo más que amigos pero menos que novios”.

―¡Komekko! ¡¿Así que estuviste despierta todo el tiempo?! ¡¿Cómo te atreves a espiarme?! ¡Cómo pudiste! ¡¿Desde cuándo estuviste escuchando?!

Megumin se levantó de la moqueta con un brinco y le gritó a su hermana pequeña con la cara completamente roja. Entonces la madre respondió en su lugar con una sonrisa dulce.

―No hay por qué ocultarlo; como madre, estaré satisfecha siempre y cuando tú seas feliz.

De nuevo se tiró al suelo y empezó a rodar sujetándose la cabeza con las manos. Yuiyui dejó de prestarle atención a partir de ese momento.

―Bueno, Kazuma-san, tenemos que despedirnos… Hablando de otro tema, aunque había oído rumores acerca de ello, nunca me imaginé que tu mansión sería tan lujosa. Ahora que he visto todo esto, puedo confiarte a mi hija sin ningún motivo por el que preocuparme.

Tras decir eso, Yuiyui comenzó a invocar un conjuro que probablemente sería el de teletransportación.

―Adiós, Onii-san, la próxima vez que venga de visita me gustaría volver a comer sapo.

―¡Yuiyui, madre mía, ¿en serio no tienes otro tema mejor para tratar durante esta preciada reunión con tu querida hija?!

Megumin hizo aquella pregunta retórica con desesperación.

―Apresúrate y dame un nieto.

Era difícil creerse que le estuvieran diciendo algo así a una adolescente.

―¡Oye, mamá…!

Pero antes de que ella pudiera contraatacar, Yuiyui cogió a Komekko en brazos y…

―Les deseo a todos una buena vida. En realidad ya he pensado en un nombre para tu futuro hijo.

…Y como una ráfaga de viento…

―¡Teletransportación!

Desaparecieron sin dejar rastro.

***

―…¡Buenos días! La verdad es que ya tenía muchas ganas de jugar con mi pequeña… ¿eh? ¿Dónde se ha metido Komekko?

Después de ver la despedida de la madre de Megumin, debido a que ésta había sido tan embarazosa, nuestro estado de ánimo se quedó estancado, es decir, que no estábamos para bromas. Y justo ahora, Aqua, la única capaz de verlo todo excepto el ambiente, tuvo que levantarse de la cama.

―¿Cuánto tiempo más pretendías seguir durmiendo? Komekko ya se ha ido a su casa.

―¡¿Eh?! ¡¿Por qué?! Pero si hoy habíamos quedado en ir a cazar neroides juntas…

¿Pero no estabas lloriqueando porque te atacó uno hace tiempo? Los neroides son muy débiles, pero lo de que incluso los niños pueden acabar con ellos es sólo un dicho. Sin embargo, me parece que ella se lo ha tomado al pie de la letra.

Tras desprendernos de la estupefacción producida por el comentario de Aqua, Megumin quiso hablar…

―Siento muchísimo los problemas que les he causado a todos con esto de que mi hermana pequeña haya tenido que quedarse aquí unos días… De verdad, siento las molestias. Se han visto obligados a tratar con mi hermana y con mi madre…

―Ahora que lo pienso, ¿no causaste tú todo esto por culpa de haber querido aparentar ser una heroína delante de tus padres?

Megumin desvió tímidamente la mirada frente a mi insulto.

―Estoy muy contenta con la manera en que ha salido todo, así que lo dejaré pasar por esta vez. De todas formas podemos invitarla siempre que queramos. Lo siento, Aqua, ya podrás ir a cazar neroides con ella en otra ocasión.

Pero Darkness, que había visto la escena de antes sin decir nada, intervino en ese instante.

―Oye, Kazuma… Sobre lo que ha dicho la madre de Megumin hace un momento…

Después de que ella hubiese estado un rato moviendo los dedos con nerviosismo y luchando consigo misma para decidir si debía hablar o no, consiguió encontrar el valor suficiente y finalmente nos propuso tratar el tema.

Aún no nos habíamos movido de la puerta desde que Komekko se fue, pero inesperadamente, alguien llamó a los pocos minutos. Pensamos que Komekko pudo haberse dejado algo, así que abrimos la puerta rápidamente. Sin embargo nos encontramos con una chica joven de ojos azules y cabello rubio.

Por su aspecto, diría que es un poco más joven que Komekko… ¿no? Su cara me resulta algo familiar.

Nos miró con cautela y entonces pareció fijarse en Darkness, que se encontraba detrás de mí.

―¡Mamá~~!

De repente gritó aquella cosa impensable y entró corriendo para abrazarse fuertemente a ella…

– FIN DEL VOLUMEN 11 –