Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 11: La Hermana de la Gran Maga

Epílogo

Parte 1

Esa misma noche. Tras pasar un número nada despreciable de horas realizando nuestra gran hazaña, dividimos la recompensa por la misión del grifo entre todos y pasamos el resto del día festejando en la taberna. Komekko se quedó dormida en el camino de vuelta a casa porque había comido en exceso, así que Darkness se ofreció a llevarla a hombros la distancia que quedaba. Ahora mismo se encontraba durmiendo en la cama de Megumin.

Aparte de la intensa batalla tuvimos que recorrer muchísimos kilómetros, y aunque resultó agotador, al final pudimos disfrutar de esa sensación de enorme éxito tan poco habitual. Bajo mis sábanas, estaba a punto de cerrar los ojos y entregarme al sueño producido por aquella buena noche de ejercicio físico y consumo de alcohol cuando…

―Kazuma, ¿estás despierto? Si lo estás, ¿te importa si te molesto un segundo?

La voz de Megumin vino desde detrás de la puerta.

―Todavía sigo despierto, aunque estaba a punto de dormirme.

―No… ¡he necesitado una fuerza de voluntad enorme para venir aquí, así que no te quedes dormido tan rápido!

Megumin abrió la puerta y entró protestando al mismo tiempo. En vez de levantarme y sentarme en la cama, preferí quedarme tumbado y sacar sólo la cabeza.

―¿Por qué has venido aquí a estas horas? Es muy tarde. Hace mucho tiempo que no ves a tu hermana, ¿estás segura de que no quieres aprovechar estos momentos y acompañarla? No tengo ni idea de cuándo van a venir tus padres a recogerla, pero no se quedará aquí para siempre, ¿verdad?

Aunque personalmente no veo ningún problema en dejarla que se quede a vivir. No es que quiera intentar algo raro con una loli ni nada parecido, pero los recuerdos del tiempo que pasé con Iris en la capital todavía permanecen frescos en mi memoria. Cierto, Iris me dijo que le escribiera cuando hubiera recordado lo que ocurrió. Incluso si vuelvo mañana al gremio sólo me encontraré con misiones de eliminación de sapos, así que será mejor que le escriba sobre lo que ha pasado hoy.

Mientras planeaba mentalmente lo que haría mañana, Megumin empezó a reírse sin hacer ruido.

―No, um… Verás, Yunyun vino a visitarme no hace mucho.

Es verdad que la última vez que vimos a esa chica fue hace sólo unos días; ¿a dónde habrá ido? Funifura y Dodonko dijeron que no podían encontrarla por ninguna parte, ¿será que realmente ha decidido desaparecer voluntariamente?

―¿Y? ¿Qué le pasaba a Yunyun? ¿Vino a jugar con Komekko?

―No. Vino a entregarnos un mensaje de la aldea de la Magia Carmesí; dijo que el batallón del Rey Demonio que estaba invadiendo la aldea fue eliminado sin problemas.

Qué batalla más rápida. Supongo que no se puede esperar menos del clan de magos más poderoso que existe, la Magia Carmesí. La invasión comenzó hace escasamente unos días y ya la han solventado… Con ese poder, ¿no podrían guardar su potencial para algo más útil?

―¿Y no son buenas noticias? Aunque, eso también implica que…

―Así es, me contó que mi madre va a venir mañana a recoger a Komekko.

Megumin mostró una sonrisa triste.

―Pues más razón para que esta noche duermas con ella. ¿Estás segura de que no prefieres estar en tu habitación ahora?

―No pasa nada, no hay problema. Ella es una niña fuerte. En realidad temo que cuanto más tiempo pase con ella, más sufriré cuando no esté.

Ahora que me doy cuenta, esta chica tiene sin duda un poquito de “hermanitis”.

Entonces bajó la cabeza.

―Kazuma, gracias por todo lo que me has ayudado en los últimos días. No puedo estar más agradecida.

Y de repente me dio las gracias.

―No hace falta que seas tan formal. Umm, aunque por poco casi pierdo algo muy preciado por culpa de mi pereza y mi degeneración, me alegra saber que todo ha vuelto a ser igual que al principio.

Puse una sonrisa irónica mientras hablaba, y Megumin reaccionó con una risita.

―Tienes razón, la batalla de hoy se parecía mucho a las que luchamos tiempo atrás, con los líderes del ejército malvado… Dime, esto cuenta como prueba de que hemos madurado, ¿verdad?

Darkness me había hecho la misma pregunta cuando estábamos volviendo a Axel tras la batalla; sin embargo, yo no estaba de acuerdo con esa forma de decirlo. Sinceramente, desde la última vez que subí de nivel, mis estadísticas habían aumentado a un ritmo aún más lento que antes, lo que significa que era posible que estuvieran cerca de llegar al máximo. Ésa era una realidad que no estaba dispuesto a aceptar de buena gana. Aquí no existía la opción de hacer trampa, por lo que si algún día me quedaba atascado con las mismas estadísticas aunque mi nivel siguiera subiendo, no sería como para tomárselo en broma.

―Por cierto, ¿todavía te acuerdas? Me refiero al día en que nos conocimos.

De pronto preguntó algo que no tenía mucho que ver, con un tono sentimental.

―Por supuesto que sí: éramos unos completos desconocidos, así que cuando dijiste tu nombre me pareció extraño y confuso. Después te caíste de repente al suelo. Además, lo siguiente que salió de tu boca fue algo sobre que no habías comido en tres malditos días. ¿Quién podría olvidarse de algo tan insólito como eso?

―Oye, ¿cuántas veces tengo que decírtelo? Si tienes algún problema con mi nombre, dímelo a la cara y no te andes con rodeos.

Al ver cómo se acercaba a mí con sus fulgurantes ojos de color carmesí, también sentí una oleada de nostalgia cuando me vinieron a la mente los recuerdos de estas bromas que solíamos hacernos. Puede que mi rostro hiciera un trabajo pésimo a la hora de ocultar esas emociones, o que Megumin no estuviera enfadada conmigo de verdad… pero se rió. Y entonces yo hice lo mismo…

―Kazuma, en realidad ya te conocía de antes.

De repente, Megumin dijo algo muy importante.

―Puede que Aqua y tú no lo sepan, pero yo, de hecho, ya los conocía a los dos antes de que me uniera al grupo.

―Aah…

¿Está insinuando que Aqua y yo destacábamos tanto?

―…Deja que te lo explique; fue debido a todo el jaleo que provocaban en aquellos tiempos. Se metían en problemas al doblar cada esquina, gritando y llorando todo el tiempo. Ya fuera trabajando en el viñedo del gremio o en la frutería, siempre se las arreglaban para que les gritaran por haber hecho algo malo. Y así es como me fijé en ustedes.

―Un momento. ¿Entonces estás diciendo que básicamente no dábamos buena impresión?

Megumin empezó a reírse con fuerza.

―Pero a pesar de todo ello, parecía que los dos siempre se la estaban pasando bien. Ésa fue la verdadera razón por la que elegí a su equipo; en ese momento sólo pensaba en la diversión que también podría conseguir si salía de aventuras con ustedes.

Como lo dijo de aquella forma, no pude seguir enfadado con ella.

―Aunque, si alguien me hubiera dicho en aquel entonces que Kazuma me acabaría gustando, habría sido imposible que le hubiese creído.

―¿Eh? ¿De verdad fue tan mala tu primera impresión sobre mí? Me resulta bastante doloroso que me describas de esa forma.

De nuevo se rio a carcajadas.

―Kazuma, Kazuma…

―¿Qué más quieres? Me está empezando a entrar mucho sueño, ¿te importaría dejar de molestarme? Noto que el alcohol está pasando factura en mi capacidad de mantenerme despierto.

En respuesta mi pequeño berrinche…

―Ya ha llegado el momento de que avancemos nuestra relación a un nivel que esté entre amigos y novios.

…me lanzó una bola imposible de batear sin previo aviso.

Nova: No tenemos ni idea de donde colocar esta ilustración xD, así que si alguien nos lo dice se lo agradeceríamos mucho.