Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 11: La Hermana de la Gran Maga

Capítulo 4: ¡Eliminando a este Monstruo Obsceno!

Parte 4

Mierda, esto no me lo habría esperado nunca.

―Oye, ¿entonces tú eres la Princesa de la Tranquilidad?

La chica-monstruo inclinó la cabeza ante la pregunta de Aqua.

―¿Con “princesa de la tranquilidad” te refieres a mí? Todos los humanos tienen nombre, y tú me has dado uno a mí también; ¿es así como funciona?

Después de responder con más preguntas, la chica empezó a repetir su propio nombre alegremente.

―Gracias. Y por favor, agradéceselo también de mi parte a los que inventaron un nombre para mí, ¿te parece bien? Después de todo, con mi forma no puedo moverme de aquí.

Supe enseguida que esto podría causarnos problemas cuando vi a la princesa de la tranquilidad charlar con nosotros tan amable y divertidamente. Dejando a un lado a Aqua y a Megumin, con tan sólo esas palabras consiguió incluso ablandar el corazón de Darkness.

La chica de la tranquilidad que derroté de camino a la aldea de la Magia Carmesí fue del tipo que se comportaba fingiendo ser débil e indefensa para estimular el instinto protector de los viajeros. Sin embargo, ésta empezó a comunicarse con nosotros desde el primer momento para formar un lazo activamente con sus víctimas.

―Ooh, tus raíces están bien asentadas en la tierra, no como la chica de la tranquilidad que vimos una vez y que parecía tener forma de un humano completo.

Tras decir eso, Aqua se aproximó descuidadamente a la princesa para agacharse delante de ella y ver sus raíces desde cerca, por lo que de pronto…

―¡No!

La chica que antes había parecido tan amistosa dio un grito inesperado. Aqua pegó un salto, y Darkness dio un paso hacia delante para protegernos a Megumin y a mí.

―No toques mis raíces. A ellas no les afectan mis emociones y tratarán de hacer daño a los humanos.

La princesa de la tranquilidad agachó la cabeza con tristeza.

―…¿Qué es lo que te pasa? Si te ocurre algo malo puedes contármelo sin problemas, ¿vale?

Mientras que Aqua se interesaba más por ella con aire preocupado, yo empecé a cuestionarme seriamente lo que acababa de revelarnos el monstruo.

No me puedo creer que haya reconocido ser letal para las personas. ¿Qué está pasando aquí? ¿De verdad es la versión mejorada de la chica de la tranquilidad? Hay algo en ella que aún no deja de hacerme sospechar…

Decidí compartir mis inquietudes con Darkness y ella me miró como si quisiera decir “¿de qué estás hablando, es que no has visto lo que acaba de pasar?”.

―La chica de la tranquilidad de la otra vez era malvada, ¿verdad? Pero su especie Princesa es más humana, o al menos eso es lo que dicen. Incluso los aventureros que partieron de Axel para destruirla acabaron estando de acuerdo con este veredicto por unanimidad. Y en cuanto a si debería ser eliminada o no, este tema siempre ha dado mucho que debatir entre los miembros del gremio. Discuten sobre si realmente no puede hacer daño a nadie aunque tratara de atraer a la gente con engaños o si se debería considerarla un enemigo y cosas como esa.

―Claro, y por eso me enviaron a mí. Hablando del personal del gremio, la recepcionista mencionó que esto sólo era una misión de reconocimiento. Como profesional experimentado que ya ha visto todos los trucos y los embustes de la chica de la tranquilidad, siempre soy cauteloso, y precisamente por eso me asignaron este trabajo con la esperanza de que pudiera averiguar las verdaderas intenciones del monstruo.

―Yo no estoy tan segura de que confíe realmente en ti, pero al menos ella reconoce el hecho de que acabaste con la chica-monstruo del camino a la aldea de la Magia Carmesí sin pensártelo un segundo.

Aunque a decir verdad, la existencia de la chica de la tranquilidad no representaba realmente un problema. Como mucho era responsable de haber dado una buena despedida a aquellos que quisieron poner fin a su vida. Los que la utilizan sobre todo son aventureros retirados que han perdido tanto a sus amigos como a sus enemigos, personas que ya no tienen con quien hablar. Así que al final, el único que queda para acompañarlos en la muerte apacible que anhelan es un monstruo. Qué final más irónico, ¿verdad?

―¿Fallecer solo en un lugar aislado y triste, o pasar tus últimos momentos de vida en brazos de una mujer hermosa que realmente comprende tus penas? Sin duda el debate por determinar cuál es la mejor opción tiene que ser complicado.

La cuestión es si morir en soledad o convertirte en comida de monstruos a cambio de una cálida y reconfortante despedida por parte de una belleza. Menuda decisión; si lo pongo así ya no puedo decir que es algo malo con tanta seguridad… Pero de todas formas eso sería asumir que la princesa de la tranquilidad no tiene un lado perverso oculto.

Me quedé mirando al monstruo fijamente.

―Me gustaría preguntarte una cosa: ¿cuál fue el precio que tuvieron que pagar tus últimos visitantes? ¿Cómo fueron exactamente sus últimos minutos de vida?

Y me contestó con absoluta serenidad.

―Las caras de todos parecían tranquilas y aliviadas una vez fallecidos.

Su tono sonó bastante indiferente, aunque forzó una sonrisa y las lágrimas se le acumulaban en los ojos.

―Pareces distinto a todos los aventureros que he conocido hasta ahora.

La sonrisa de la princesa de la tranquilidad se parecía a la de una princesa de cuento.

―La única razón de mi existencia es asesinar y alimentarme de humanos como tú.

En vez de poner excusas, nos contó directamente la función que tenía en la vida.

―Y tú pareces tener una voluntad de hierro… Aunque eso me preocupa y hace que me sienta culpable, debo pedirte esto…

Su cuerpo comenzó a temblar un poco.

―Por el bien de mis queridos humanos… ¿podrías destruirme?

Suplicó con una sonrisa llena de tristeza y de temor, como quien acepta que ha llegado su final.

Mierda, ¿qué ha sido eso? ¿Puede que de verdad sea un monstruo de buen corazón? La última vez, cuando Aqua fue a purificar al mago llamado Keel, él también le imploró para que lo matara por el bien de su amada. Y ahora la princesa de la tranquilidad desea ser destruida porque lamenta estar haciendo daño a los humanos. Espera un segundo, recuerda a la chica de la tranquilidad. No sé cómo lo hizo, pero al principio no tuvo ninguna dificultad para engañarnos. Es más, fue un milagro que consiguiera destruirla sin caer en su trampa. Si la hubiéramos dejado con vida, alguien habría podido dejarse engañar y ese monstruo seguiría alimentándose de personas.

―No seas así, deberías tener aprecio por tu vida siempre y cuando no padezcas una enfermedad que te provoque un sufrimiento insoportable, ¿entiendes? No hay nada en este mundo que no sirva para nada. ¡Los únicos que merecen ser eliminados son los zombis y los ateos! ¡Hay monstruos adorables y otros deliciosos, y también están los que son como tú! ¡Si incluso los ninis tienen derecho a ser felices, una criatura tan bondadosa y amable como tú no tiene motivos para dejar de vivir!

De repente Aqua empezó a dar un discurso sosteniendo la mano de la princesa de la tranquilidad.

―Estoy de acuerdo, Aqua no se equivoca. Por otro lado, ustedes las chicas de la tranquilidad son en la mayoría de los casos la única forma posible para los aventureros retirados de tener una muerte pacífica. Comparado con morir de forma solitaria y amargados por la traición de ser olvidados, acabar con sus vidas sin sentir dolor y en compañía es efectivamente mucho mejor. Además, al ser la especie evolucionada de la chica que vimos la otra vez, no tratas de engañarlos, sino que van a ti por propia voluntad. No tienes ninguna responsabilidad de la que preocuparte.

Incluso Megumin se acercó a la chica-monstruo para cogerla de las manos y abrazarla con fuerza.

―¿D-De verdad… puedo seguir viviendo en este mundo…?

La princesa levantó la cabeza para mirar a las dos con ansiedad. Tan sólo Darkness fue capaz de mantenerse alejada, a veces mirando a la chica y otras a mí con una expresión de duda existencial. La escena era básicamente idéntica a lo que pasó cerca del pueblo de los magos carmesíes.

Qué insensatas. Y encima usar el detector ahora sólo me traerá más regañinas por su parte.

―Kazuma, sobre, uh, la princesa de la tranquilidad, yo diría que…

Seguramente Darkness iba a decir que la dejásemos vivir cuando de repente vio lo que llevaba en la mano.

―S-Serás…

Sí, era el detector mágico de mentiras. Al verme caminar con firmeza hacia el monstruo, Darkness me lanzó una mirada con la que parecía estar intentando transmitirme su desprecio.

Como aventurero que soy, lo único que estoy haciendo ahora es comprobar minuciosamente las verdaderas intenciones de mi objetivo. ¿A qué viene tanto odio?

―Oye, no me mires así, que esto no es gusto de nadie; yo también tengo sentimientos.

Aqua y Megumin escucharon nuestra conversación y también se dieron la vuelta para mirarme.

―Oye, oye Kazuma, ¿qué llevas ahí? ¿No será esa cosa tintineante que has sacado antes? Ya sé qué pretendes.

―¿K-Kazuma? ¿Todavía no estás convencido? No hace falta usar cosas como ésa, nosotras ya…

Las dos me pusieron una cara de odio al igual que Darkness había hecho. Ignoré las miradas con las que estaban diciendo “por favor, no me digas que va a venir aquí” y me aproximé a la chica mientras ésta mostraba inocentemente una expresión de confusión.

―¿Qué es eso?

Respondí a la princesa de la tranquilidad, que ahora sí estaba realmente nerviosa.

―Ah, ¿esto? Es un objeto mágico que detecta mentiras, suena cuando alguien dice una.

La chica y yo nos quedamos mirando el uno al otro en medio del silencio sepulcral del bosque. Al poco rato, Aqua y compañía pusieron una expresión de “este tipo tiene valor”.

Continué acercándome poco a poco al monstruo.

―No temas, siempre y cuando no suene, confiaré en ti al cien por ciento. Así también será más fácil para el gremio de aventureros decidir qué medidas tomar con respecto a ti.

Efectivamente, todas mis compañeras eran testigos, por lo tanto…

―Tiene sentido, soy un monstruo al fin y al cabo, así que nadie debería confiar en mí.

Como he dicho, por favor no me mires con esos ojos. A mí tampoco me gusta tener que hacer esto, así que no me lo pongas más difícil, por favor.

―Mira, Kazuma, ahora mismo siento que eres tú el que está siendo totalmente paranoico y comportándose de forma desproporcionada, como el hombre que sospecha que su esposa le está engañando pero en realidad lo que hacía era tan sólo presumir alegremente de su embarazo, y él mientras tanto saturándose de otras mujeres día sí y día también.

―Creo que te has pasado, Aqua. Sin embargo sí que estoy de acuerdo en que es un hombre con recursos pero al mismo tiempo despreciablemente listo y un paranoico crónico…

La voz de Megumin se fue apagando poco a poco como si se hubiera dado cuenta de que lo que estaba diciendo no era muy distinto de los argumentos de Aqua.

―Gracias a las dos. No pasa nada; como monstruo que soy, ya estoy acostumbrada a que duden de mí. Por favor, no hace falta tomárselo tan a pecho. Y señor, no ponga esa cara tan deprimida tampoco. No hay por qué castigarse de esa manera…

La princesa de la tranquilidad fue la única que me consoló, y este hecho por sí solo hizo que se me cayeran las lágrimas. Me sentí hundido y defraudado.

Maldita sea, ¿por qué la encargada del gremio tuvo que meterme este trabajo por el culo? ¿De verdad parezco tan despiadado a ojos de los demás? Pues irónicamente me siento muy dolido ahora mismo…

Al ver que permanecía inmóvil con el detector en la mano por culpa de aquel sentimiento de devastación, Darkness me habló con un tono amable.

―No has hecho nada malo; estoy de acuerdo contigo. Deja que yo use el detector mágico, no puedo obligarte a hacer todo el trabajo sucio.

No, mi instinto me dice que aun así no deberíamos confiar en la princesa de la tranquilidad. No hace falta que seas tan buena conmigo de repente.

Durante todo el tiempo, los ojos de la chica-monstruo habían estado pegados al timbre mágico. Cuando preguntó la primera vez cuál era la función de ese objeto, tuve la sensación de que ella ya conocía perfectamente cómo funcionaba y el alcance de sus capacidades. Pero Darkness no compartía la misma opinión, así que me quitó el timbre de las manos.

―Apreciada princesa de la tranquilidad, me gustaría hacerte una pregunta. ¿Qué piensas de los humanos?

―…Los humanos son absolutamente importantes para mí; incluso iría tan lejos como para decir que son una necesidad.

Aqua y Megumin miraron seguidamente al detector, el cual no hizo ningún ruido. Entonces Darkness soltó un gran suspiro de alivio.

―Te pido disculpas por haber dudado de ti. Perdóname, por favor. Pero entiende que así hemos podido olvidarnos oficialmente de nuestras sospechas… ¿Ves, Kazuma? Sé más positivo. Casi nunca tenemos la oportunidad de acabar una misión de forma pacífica.

Ignoré a la caballera, que estaba sonriendo generosamente como si hubiera visto un arcoíris tras la tormenta.

―¿Qué pasó con los aventureros y otros visitantes que murieron aquí? Me refiero a lo que les ocurrió después de que los hubieras acompañado en el último tramo de sus vidas. ¿Absorbiste sus cuerpos para obtener nutrientes?

Mis preguntas hicieron que el ambiente se congelara.

―¡P-Pero cómo…!

También ignoré a Aqua, que parecía haber recibido un golpe bajo, y continué interrogando a la igualmente impactada princesa de la tranquilidad.

―Cómo has dicho, se supone que nosotros los humanos somos muy importantes para ti, sin embargo, ¿no será porque nuestros cadáveres te dan los nutrientes necesarios para vivir?

Aquella pregunta dio la impresión de haber causado un daño crítico en el monstruo, ya que se puso a llorar.

Mierda, ahora mi conciencia sí que está dañada. Pero a juzgar por su reacción, debe de conocer perfectamente el poder del detector mágico de mentiras y por eso antes ha pensado deliberadamente en una respuesta ambigua para que no se activara. Vamos, de momento todo va bien, tú puedes.

Según mi sentido agudo de alerta nini, lo más probable es que la chica tuviera un lado oscuro… aunque todavía no había conseguido confirmarlo del todo.

―Voy a preguntarte lo mismo de antes pero de otra forma. ¿Qué piensas de los cadáveres de los aventureros? ¿Los absorbiste a todos? Sí o no.

El monstruo, desolado, respondió con una voz de suma tristeza.

―Sí, se convirtieron en mi comida, y ahora forman parte de mí… En cierta manera siguen viviendo en mi interior. Nunca los olvidaré… ¿Ya estás satisfecho?

La princesa de la tranquilidad me lanzó una mirada fulminante. Oprimido por aquel extraño ambiente, me sentí cada vez más y más rabioso.

―Kazuma, veo que eres una persona malvada después de todo. ¡¿Qué le ha pasado a tu humanidad?! ¡Dime dónde te la dejaste para que pueda ir a recuperarla por ti! Pasó lo mismo cuando regresaste a casa después de que te hubieran borrado la memoria; ¡¿acaso has olvidado cómo comportarte de forma civilizada?!

―Kazuma, no estoy segura de sí debería criticarte por tu forma de hablar o por las preguntas en sí… Antes ha evitado que Aqua le tocara las raíces, así que definitivamente tuvo que absorber a aquellas personas de forma no intencionada.

Ah, así que no quieren aceptarlo, ¿eh? Pues yo en cambio sí que me he hecho una idea bastante clara de la situación gracias a su respuesta. Por supuesto que está matando a propósito y no siente culpa por ello. Entiende a la perfección el funcionamiento del detector mágico y por tanto sólo dice mentiras a medias que no pueden activarlo mientras que al mismo tiempo exagera su bondad.

―…Miren, tengo una cosa que pedirles. ¿Me dejarían estar un momento a solas con ella?

Lo que pedí fue que me dejaran hablar cara a cara con la princesa de la tranquilidad sin intervenciones molestas.

―Eres un nini malvado y sin corazón, ¡¿por qué querrías estar a solas con la pura e inocente princesa de la tranquilidad?!

―¿Acaso estás intentando repetir lo que le hiciste a la otra chica en el camino a la aldea de la Magia Carmesí? ¿Asesinarla a sangre fría mientras no estamos y luego informarnos victoriosamente de que está muerta?

―¿De verdad soy tan poco creíble? Pues ahora se van a enterar: no voy a cortarla mientras no están. ¿Ven? El detector me da la razón.

No tuvieron más remedio que aceptar por ahora la confirmación que implicaba el silencio del timbre, de modo que Megumin y Aqua se marcharon.

―Kazuma, sé que nuestro deber como aventureros es eliminar a los monstruos… un trabajo totalmente necesario. ¡Pero por favor, no hace falta que llegues a estos extremos y te pongas a cavar tu propia tumba!

Darkness seguía sin entender lo que estaba pasando y además lo había malinterpretado de una manera extraña. Pero lo bueno es que finalmente nos dejaron solos. Entonces empecé a preguntar a la princesa de la tranquilidad mientras veía cómo se alejaban.

―Vale, di la verdad ahora. Sé cuál es tu verdadera intención, así que no hace falta que te hagas la tonta. No mientas.

En respuesta, el monstruo dijo…

―…Tú, ¿no estás cansado de vivir en la paranoia?

Ella era un monstruo, una criatura que no tenía nada que ver en absoluto con los humanos, y aun así empezó a hablar de mi vida.