Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 11: La Hermana de la Gran Maga

Capítulo 3: ¡Piedad Divina para esta Devota Inquebrantable!

Parte 4

Mientras íbamos de camino al gremio de aventureros, Megumin nos estuvo regañando sin parar por haber llevado a Komekko con nosotros.

―¿De verdad tenían que complicar las cosas más de lo que ya estaban? Incuso me había preparado para que me odiara una vez se lo hubiera confesado todo…

En cierto momento decidí contestar a los continuos murmullos de la chica.

―Eh, relájate. Personalmente, no creo que lo que contaste a tu hermana en esas cartas fuera del todo falso. Aunque ciertamente es un poco exagerado, la mayoría se ajusta a la realidad.

―Eso es, tan sólo exageraste un poquito. Además, hay muchas cosas que no se pueden explicar a la perfección en una carta, así que si algo no es correcto del todo, no puedes echarte la culpa.

Darkness también quiso decir algo después de mí; se encontraba muy contenta porque estaba llevando a Komekko de la mano.

―Chica rubia, ¿de verdad eres tan fuerte? ¿Aguantas tanto los ataques como para resistir la magia de explosión? ¿Eres tan poderosa como para que los demonios no puedan poseerte?

―Ummm, así es, todo eso que dices es cierto. Umm, er… Vaya, ¿de verdad Megumin incluyó hasta estos detalles…? No hace falta repetirlo, pero todo lo que ponía en esas cartas es verdad.

―¡Qué genial!

Darkness, que normalmente vivía privada de cumplidos y alabanzas, abusó de esta ocasión para ver cuánta admiración podía obtener de Komekko.

Debe de estar disfrutando mucho de los cumplidos de Komekko, porque como es el cebo-escudo del equipo, casi nunca tiene la ocasión de destacar.

―¿Y qué pasa conmigo? ¿Por qué no hablas un poco de mí también?

Aqua recibía una cantidad similar de agradecimientos, es decir, una cantidad baja, así que empezó a insistir sin descanso a la niña mientras caminaba por detrás de ella.

…Yo también debería pedirle que me describiera más tarde…

***

La voz de Megumin se hizo escuchar dentro del salón moderadamente amplio de la taberna.

―¡Escúchenme todos, tengo algo que decir!

La maga gritó nada más entrar en el edificio. Todos los presentes centraron su atención en ella. Antes de llegar, dejamos que Aqua y Darkness se encargaran de distraer a Komekko durante un rato para que nosotros pudiéramos explicar la situación a todo el gremio de aventureros.

―¡Compañeros, escuchen, tenemos una misión para todos los que están aquí!

Ahora habíamos captado la atención de todo el mundo, y fue entonces cuando yo comencé a explicar el plan. Les conté que la hermana pequeña de Megumin había llegado a la ciudad y cómo la última había exagerado sus logros frente a sus padres. También mencioné que a raíz de ello, sus padres pensaban que dentro del gremio era una aventurera idolatrada por todos.

―Por lo tanto, tan solo tienen que cooperar. Aún no hemos decidido qué recompensa vamos a dar, pero al menos durante el tiempo que esté por aquí la hermana de Megumin, pagaré todas las rondas.

Mi oferta de bebida gratis no pasó desapercibida y varias personas parecieron animarse con la idea. Sin embargo, la mayoría seguía reacia; al parecer no veían con buenos ojos mentir a una niña pequeña.

―Ya sé que lo que les estoy pidiendo suena bastante estúpido, pero… si aceptan, tendrán mi más sincera gratitud.

Hice la reverencia con el mayor ángulo que pude delante de la audiencia.

―¡K-Kazuma!

Megumin se quedó atónita y no supo qué decir. Entonces me dedicó una sonrisa.

―No hace falta que llegues tan lejos. Lo mejor será que le cuente a Komekko la verdad y ya está. Si comparo el mantener la dignidad como hermana mayor con evitar que Kazuma se preocupe, lo segundo es mucho más importante. Amigos, olviden lo que acaba de decir; perdónenme todos por haberlos metido en este lío.

Después de disculparse públicamente, también se inclinó ante la audiencia. Pero inesperadamente…

―No actúes como si fueras una desconocida, Megumin. No tenemos ningún problema en cooperar contigo, después de todo, las cervezas corren por cuenta de Kazuma.

De repente, uno de los compañeros del gremio con el que solía beber tomó la palabra.

―Por supuesto que sí, el grupo de Kazuma fue el que me salvó cuando llegué a esta ciudad por primera vez. Me compraron comida y me enseñaron algunas habilidades necesarias para ser un aventurero. Por favor, tómenlo como una forma de devolver el favor.

Ahora la persona que estaba hablando era ella, la aventurera novata que escogí al azar para comer y compartir algunos de mis conocimientos de aventuras mientras fingía ser un profesional muy experimentado.

―Estoy de acuerdo, el equipo de Kazuma nos ha quitado de en medio a varios comandantes poderosos del ejército del Rey Demonio, y eso no es ninguna exageración. ¿Hablar con respeto a Megumin? Pan comido, después de todo he ganado una suma considerable luchando contra monstruos fuertes junto a ella.

Éste era otro de los aventureros que conocíamos. Al ver la respuesta positiva de todos ellos, Megumin empezó a derramar lágrimas de auténtica felicidad.

―Uh… Muchísimas gracias a todos. Pero aun así no puedo pediros que mientan solo por el bien de mi ridícula dignidad. Por lo que, aunque respeto sus buenas intenciones…

Justo cuando Megumin dijo eso con la cabeza mirando al suelo… la puerta de la taberna se abrió de súbito.

―¡Y ésta es la sede del gremio de aventureros de Axel! ¡Claro, por tratarse de la ciudad de los novatos, todos los que están aquí son aventureros de nivel bajo, pero no carece en absoluto de damas y caballeros a los que no les importará comer y beber contigo para pasar un buen rato!

Ahora las miradas de todo el mundo estaban centradas en Aqua, que estaba dando a Komekko una serie de explicaciones un tanto extrañas. Entonces, la pequeña, al entrar en la taberna agarrada de la mano de Darkness…

Nova: En esta ilustración hay 2 escenas, aquí va la escena de Komekko (la de la derecha).

―¡Pero Onee-chan dijo que esta ciudad estaba llena de aventureros muy fuertes!

…dijo algo demoledor a tanto volumen que bien podría haber provocado un terremoto.

―Dijo que aquí todos se enfrentaron al jefe de los demonios Beldia, a la Fortaleza Destructora Móvil y a la Hidra Kowlonzu sin despeinarse. ¡Todos son súper valientes y súper guapos!

Anunció eso con una expresión que era todo sonrisas. Inmediatamente después de esta descripción, todos los aventureros posaron sus miradas sobre Megumin al mismo tiempo; su cara estaba ahora tan rojo-carmesí como su túnica. Inclinó su sombrero hacia delante agarrándolo por el borde para evitar aquel contacto visual que provenía de todas direcciones. Komekko no encontró nada extraño en el comportamiento de su hermana, y en vez de ello incluso lanzó una mirada de admiración a un aventurero cercano.

―¡Alucinante!

―¿D-De verdad? Bueno, gracias. Los aventureros de otras ciudades habrían renunciado a luchar al instante. ¡Puede que nosotros seamos fuertes, pero tu hermana es la más poderosa de todos!

Cuando vio sonreír al aventurero en cuestión, Megumin levantó la cabeza sorprendida. Entonces, una chica al lado del primero empezó a hablar con orgullo.

―Umm, aunque la mayoría somos de nivel bajo, nuestra pasión por el trabajo de aventurero supera al de cualquier otra ciudad. ¡Pero por supuesto, ninguno de nosotros puede compararse con Megumin-san!

―¡Qué genial!

―¡¿Oye?!

Megumin intentó detener desesperadamente a la chica aventurera para que dejara de engordar aún más la mentira, pero para entonces, otros ya habían empezado a hablar bien de ella.

―Megumin-san no mentía, pequeña. Los aventureros de esta ciudad son todos muy valerosos; algunos de los que ves aquí presentes se lanzaron directamente a por ese bastardo de Beldia para acabar descuartizados a sus pies. Jeje, nos arriesgamos porque sabíamos que lo estábamos haciendo por el bien de la ciudad. Reconozco que en ese momento podría haber intentado luchar de forma un poco más elegante… aunque si hablamos de valentía, sigo estando muy por debajo de Megumin-san, que se atrevió a enfrentarse a Beldia en una batalla de uno contra uno.

Con la intención de obtener una mirada de admiración de Komekko, otro habitual de la taberna dijo algo a lo que Megumin no supo cómo reaccionar.

―La primera vez que oí que la Fortaleza Destructora Móvil, que había arrasado ya a varios países, se dirigía a Axel, empecé a temblar de miedo. Pero entonces entendí que mi deber era proteger la ciudad que me había visto nacer y crecer. Por supuesto, esa máquina también acabó saltando por los aires gracias a la magia de explosión de Megumin-san. Por cierto, esta cicatriz que ves en mi cabeza me la hice en esa batalla…

Komekko escuchó la historia que olía a chamusquina del aventurero con los ojos resplandecientes y sin perderse una sola palabra.

―Recuerdo la batalla contra la Hidra Kowlonzu como si hubiera sido ayer. Ésa sí que fue una difícil… Se suponía que el monstruo tenía un nivel sólo apto para los caballeros de la corona, pero como la capital se encontraba muy ocupada en ese momento defendiéndose del ejército del Rey Demonio, no pudieron llegar a tiempo. Así que al final tuvimos que encargarnos de ella nosotros mismos. Te preguntarás si tenía miedo. Ja, por fortuna yo no entiendo lo que significa el miedo. ¿Y la hidra? ¡Fue destruida por ninguna otra que Megumin-san!

Y otro aventurero más se unió a la fiesta. Todos asentían con aprobación excepto Megumin y Komekko.

―¡Onee-chan y todos los que hay aquí son increíbles!

El halago inocente de Komekko hizo que se dibujara una sonrisa en la cara de todos los aventureros. Megumin estaba paralizada por el horror y creí haberla escuchado mascullar algo parecido a “hermanita del demonio”.