Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo!

Volumen 11: La Hermana de la Gran Maga

Capítulo 3: ¡Piedad Divina para esta Devota Inquebrantable!

Parte 5

―Vamos, pequeña. ¡Ven aquí y prueba un poco de la especialidad de Axel, los renacuajos fritos!

En una mesa en el centro de la taberna… un aventurero de cara rechoncha colocó un plato lleno de comida delante de Komekko.

―¡Idiota, obviamente a los niños pequeños les gustan mucho más las hamburguesas! ¡Toma, prueba esta hamburguesa de renacuajo!

Una aventurera sentada cerca le sirvió unas hamburguesas como si se tratara de una competición. Entonces, la más joven en el edificio puso una sonrisa tímida de las que te derretían el corazón y…

―¡Probaré las dos!

…dejó claro su veredicto.

―…Esto es terrible. Estoy muy preocupada por su futuro, se convertirá en un grave problema cuando empiece a explotar a los hombres para su beneficio.

Megumin utilizó un volumen de voz con el que sólo yo pudiera oírla y me trasladó sus preocupaciones mientras veía a su hermana rodeada de tanta hospitalidad.

―Tú eres su hermana mayor, así que ha debido copiarlo de ti. No es como si te faltara habilidad en destrozar la autoestima de los hombres. Yo mismo puedo asegurarlo, y es que en las pocas ocasiones donde las cosas se pusieron un poco románticas, no dudaste en cargarte el ambiente y… ¡Ouououououou!

Justo cuando Megumin me estaba pellizcando por haber dicho algo innecesario, la recepcionista del gremio se acercó a Komekko con una sonrisa. A juzgar por el plato de helado que llevaba en una mano, parecía que ella también se había dejado influir por el encanto de la niña.

…Espera un momento, lleva otra cosa.

Komekko se estaba llenando la boca con comida como si fuera una ardilla, y la chica se encontraba justo detrás de ella…

―Disculpe.

Aún con una sonrisa, sacó un taco de papeles y le entregó uno a un aventurero próximo.

―¿Una misión para eliminar a Lucy la Espectro? Umm, ¿pudiera ser…?

Al oír eso, todos los que estaban cerca de la mesa central se miraron entre sí. El montón de hojas que llevaba la encargada del gremio eran copias de una misión de eliminación. Por otra parte, los aventureros empezaron a cuchichear y se estaban refiriendo a la misión como una “fruta podrida”, ya que nadie se atrevería a acercarse a menos de tres metros de ella. Por ese motivo, la misión parecía estar cayendo en la indiferencia. Cuando una de las hojas llegó a nosotros, Aqua arrugó la frente y se inclinó hacia mí.

―Kazuma, Kazuma, tengo un mal presentimiento. Me parece que nos van a obligar a aceptar esa misión tan peliaguda.

―Qué coincidencia, Aqua, eso mismo es lo que estaba pensando yo.

Sentí un ambiente de peligro a mí alrededor mientras observaba a la encargada desde lejos, así que empecé a alejarme de allí lentamente. En el momento que me había preparado para salir corriendo en caso de que las cosas se pusieran feas, la chica se dirigió a Komekko; tenía dificultades para mantenerse en pie después de haberse metido la cantidad de comida de dos personas adultas entre pecho y espalda.

―Tú eres Komekko, ¿sí? Te he traído un helado para el postre, toma. ¿Podrías escuchar a esta chica sólo un momento a cambio?

―¡Claro!

Contestó al instante a pesar de todo lo que había comido. Entonces la chica colocó el plato de helado en la mesa.

―Verás, había una sacerdotisa llamada Lucy que, debido a una serie de circunstancias, se convirtió en un monstruo conocido como espectro… Hoy en día sigue vagando cerca de las ruinas de lo que antes era su iglesia, pero se encuentra un poco molesta. Komekko, ¿no te sientes mal por ese pobre espectro?

―Sí.

Komekko asintió como era de esperar después de tragar un poco del helado que le habían regalado. La recepcionista puso una cara de satisfacción como respuesta.

―¿Tú también piensas eso? ¡Pero no hay por qué preocuparse, nuestros fuertes aventureros sin duda cumplirán esta misión con el mínimo esfuerzo!

―¡¿Qué?!

El comentario desconsiderado de la chica provocó que todos los aventureros exclamaran de espanto.

―O-Oye, Luna, ¿de qué estás hablando…?

―Se encargarán de acabar con ese monstruo, ¿verdad?

Luna interrumpió al aventurero que le había hablado. Aparte de ella, Komekko también estaba mirando a la gente con expectación, por lo que al final nadie tuvo el valor de negarse…

―…Bueno, salgamos de aquí antes de que nos metan también en esto. Mira la sonrisa radiante de la encargada. Debe de sentirse increíblemente contenta al ver que esa misión que nadie quería por fin ha sido aceptada.

Dije eso en alto mientras señalaba con el pulgar a la chica sin mirarla. Los aventureros que por desgracia se encontraron cerca de Komekko en ese momento parecían horrorizados. Ni una sola persona se cuestionó mi sugerencia. Todos empezamos a ir hacia la puerta de la taberna tratando de pasar desapercibidos.

Lucy la Espectro. En las montañas cercanas a Axel se encontraban las ruinas de su iglesia. No pertenecía ni a la corriente de Axis ni a la de Eris, y aunque no sabíamos a qué dios seguía ese pequeño culto, los rumores decían que Lucy fue la última de su clase. En este mundo, el poder de un dios es proporcional a la fe que tienen sus seguidores, lo cual implica que si ese dios perdiera a todos sus creyentes del mundo mortal, desaparecería al quedarse sin poderes.

La devota seguidora Lucy no quería que el dios al que adoraba desapareciera, de modo que eligió seguir rezando por él incluso tras su muerte. Como siguió haciéndolo una vez convertida en espectro, algunos discípulos religiosos quedaron conmovidos por su devoción ardiente y la maldijeron para evitar que ascendiera al cielo. Además, como la propia Lucy había sido una caballero antes de dedicarse al sacerdocio, tenía una alta resistencia a la magia sagrada a pesar de ser una no muerta. Para conseguir que un espectro como ella pasara a mejor vida se necesitaba un arcipreste extremadamente poderoso, pero la mayoría de ellos son personas pacíficas y religiosas que dedican sus vidas al rezo y no a la eliminación de monstruos. Por culpa de esta incompatibilidad en el oficio de arcipreste, Lucy siguió vagando por los alrededores de las ruinas hasta el presente día.

―Pero nosotros solos no podremos eliminarla; necesitamos un arcipreste poderoso que nos ayude. Uno descarriado que ignore por completo los temas de la fe y la virtud por lo menos. ¿De verdad existe alguien así?

―Tenemos un montón de gente religiosa en esta ciudad cuya virtud está en duda, pero no con la característica necesaria de “poderosa”. La mayoría de los sacerdotes de Axel apestan a corrupción y en realidad apenas tienen habilidades.

―¿Qué hay de los seguidores de Axis? Deberían estar contentos de poder enviar a Lucy a la otra vida puesto que no es de su culto, ¿verdad?

De espaldas al debate que se estaba produciendo entre los aventureros, llegamos hasta la puerta sin ser descubiertos y, justo cuando nos disponíamos a abrirla de la forma más silenciosa posible…

―K-Kazuma, Kazuma…

La voz temblorosa de Megumin me obligó a darme la vuelta, aterrado…

…para encontrarme con que las miradas de todo el mundo estaban puestas en Aqua.