Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 4

Capítulo 2: Niños Bandidos y un Nuevo Pueblo

Parte 1

>>Satou aquí. Cada vez que vez que veo el show de televisión de cacería de tesoros “Efectivo Oculto en tu Hogar”, no puedo evitar pensar, ‘Sus impuestos deben haber sido asesinados ese año’. Pero entonces, mis impuestos son bastante malos como esos<<

―¡Toma esto, nano desu!

La espada corta de Pochi apuñala la pierna del jefe de los ladrones.

―¡No me subestimes, niñita!

El jefe eleva su hacha sobre su cabeza para aplastarla.

―Mrrr.

―¡Hiyaaah!

En ese momento, una flecha del arco corto de Mia y una piedra de Tama golpean los brazos del hombre, interrumpiendo su ataque sobre Pochi.

―Grr, es suficiente de ti.

Incluso cuando se tambaleó hacia atrás, el jefe trató de intimidarnos, pero entonces el hechizo ‘Golpe Mental’ de la magia psíquica de Arisa surgió de la nada.

El hombre perdió la conciencia inmediatamente y se desplomó en el suelo como un títere cuyas cuerdas habían sido cortadas.

Una vez que la magia de Arisa había acabado con todos los ladrones, les quitamos todas sus armas y los atamos con una cuerda en el medio del prado cerca del camino principal.

―¿Entonces, que vamos a hacer con estos tipos?

―Bueno, ¿Qué hace normalmente la gente en esta situación?

No sabía cómo responder a la pregunta de Arisa, así que respondí con una pregunta propia, acerca de las prácticas estándar de este mundo.

Ya que los bandidos con los que nos habíamos encontrado eran aldeanos ordinarios sin una recompensa en sus nombres, solo los golpeamos un poco, los desarmamos y los enviamos corriendo lejos con la ayuda de mi habilidad “Coacción” y la Magia de Miedo de Arisa.

―Si han causado problemas, la práctica usual es la decapitación. Si lleva la cabeza de un ladrón a una ciudad o a un guardia, recibirá una recompensa por su exterminio.

Liza fue quien contestó a mi pregunta.

Ese es un modo bastante violento de manejar las cosas. Prefiero un método un poco más pacífico, si es posible.

―¿Qué si no han causado ningún problema?

―Entonces generalmente se les lleva a la ciudad vivos. En ese caso, los ladrones serán vendidos a los comerciantes de esclavos como esclavos criminales, y la persona que los aprehendió recibirá la mitad del precio además de la recompensa.

Así que, en el último caso, la ciudad incrementa su fuerza laboral además de proteger la paz. Esto probablemente funciona gracias a la habilidad “Contrato.”

―¿Debemos llevarlos de vuelta a la ciudad que pasamos anteriormente, entonces?

―No, cavemos un agujero y vamos a tirarlos en el.

La columna de recompensas de los guardias en esa ciudad es de muchos y destacados crímenes mayores, como agresión sexual y asesinato, tal como los ladrones, así que no quería ir ahí. Ellos podrían apoyarse en falsas acusaciones para quitarnos nuestro carruaje, la carga, o peor, tratar de hacer algo con las niñas.

―¿Todos ellos?

―Sí, tengo un hechizo que lo hace fácil.

Como prueba, usé mi hechizo ‘Trampa’ para crear un agujero bajo los ladrones para que no escaparan tan fácilmente.

Ahora que nuestra seguridad estaba confirmada, deshice el muro Refugio que estaba protegiendo a Lulú y el carruaje.

Le había pedido a Lulú cuidar de nuestros caballos y el vehículo mientras nos encargábamos de la situación, pero ahora llevaba una expresión desanimada.

―¿Estas bien, Lulú?

―S-si…

Tal gentil chica estaba probablemente sorprendida de ver gente herida en batalla.

Mientras ella clasifica a través de nuestro botín, Tama encontró algo de interés y lo trajo hacia mí.

―¿Fruta Gabo?

En las manos de Tama estaba un vegetal de raíz, aproximadamente del tamaño de un puño, que lucía como una calabaza roja en miniatura.

Para mi memoria, las frutas gabo se caracterizan por ser de un sabor repugnante, por ser nutritivas y fáciles de cultivar, así que no es sorpresa que crezca en la Baronía Muno.

Sin embargo, ya que son la comida favorita de los goblins, se supone que deben ser cultivadas en ciudades u otras áreas amuralladas.

Comprobando la ciudad que recién habíamos pasado, descubrí que estaban siendo cultivadas en grandes cantidades. De acuerdo al mapa, cerca de dos tercios del área de la ciudad se habían convertido en campos.

Normalmente, esto no debería ser demasiado sorprendente en un territorio plagado de hambruna como este, aun así, no podía hacer nada, pero sospecho que hay más que eso, ya que había un demonio haciéndose pasar por un juez.

Buscando en el mapa por goblins, encontré unos cinco asentamientos de semi-goblins en el gran bosque cerca de Ciudad Muno. Cada asentamiento constaba de solo treinta goblins o así, y no estaban cerca entre si, así que concluí que probablemente no estaban siendo criados deliberadamente.

¿Cuál es la diferencia entre un “Goblin” y un “Semi-goblin”?

Ya que “Semi” usualmente se refiere a un tipo de subespecie, tiene que ser una particular subespecie de goblin. Las subespecie de monstruos pueden ser fuertes, pero todos eran solo entre nivel 1 y 3, así que no supusieron una amenaza para nosotros.

En cualquier caso, esa era probablemente suficiente información acerca de frutas gabo y semi-goblins por ahora.

Puse el botín ordenado en Almacenamiento, y dejamos el área detrás de nosotros.

***

Después de otros dos días de viaje, comenzamos nuestra sexta tarde desde que entramos a la Baronía Muno.

Esta vez, nos encontramos con una problemática banda de ladrones.

―¿Oh? Son esos niños bandidos de los que escuchamos antes.

―…Si, parece ser así.

Cinco jóvenes chicas están acostadas al otro lado del camino, bloqueando el paso del carruaje.

Sé que están tratando de detenernos y todo eso, pero incluso la imprudencia debería tener sus límites.

―¡No se muevan! Hay diez tiradores apuntando a sus caballos desde el bosque.

Un joven niño emerge del bosque, amenazándonos con una agrietada, preadolescente voz.

Liza detiene su caballo frente al niño bandido para proteger el carruaje, mientras Nana se mueve para proteger a Lulú y a mí en el asiento del cochero.

Por supuesto, el niño estaba mintiendo. Ya había determinado con mi búsqueda en el mapa que ellos no tenían ningún arco u hondas. Ellos estaban sosteniendo piedras, pero podíamos fácilmente encargarnos de unos cuantos niños arrojándonos rocas.

Le advertí a Liza y Nana de no actuar a menos que las cosas se volvieran peligrosas.

―¡Denos algunos alimentos si valoran sus vidas!

El niño de la descarada solicitud podría haber sonado impresionante si no fuera por el debate que le siguió.

―Sí, especialmente sus patatas.

―¿No deberíamos decir que nos de carne seca en su lugar?

―Quiero probar un poco de pan.

―Todo está bien, mientras no sean hierbas.

―¡Cállense, ustedes tontos!

―¡Tú lo eres, tonto!

―¡Solo quédense callados!

Con la intervención en sus peticiones, el humor entero fue arruinado.

No me importaría darles comida, pero me gustaría tener el camino libre primero si es posible.

―Soldado Pochi, soldado Tama, están a cargo de sacar a esas niñas fuera de la calle. No las lastimen, ¿ok?

―Aye-aye, nano desu.

―Roger, señor.

Tama y Pochi dieron un saludo estilo militar que aprendieron de Arisa, luego saltaron fuera del carruaje.

También bajé, recogí a una de las niñas que estaban bloqueando nuestro camino y gentilmente la lancé hacia los niños en el bosque. Los otros niños se apresuraron frenéticamente a atraparla.

Mientras buscaba por la siguiente chica, me di cuenta que Pochi y Tama habían abandonado su deber de limpiar el camino a favor de dejarse caer junto a las chicas y mirar sus rostros.

―Lucen hambrientas.

―Tripas ruidosas, nano desu

Tama y Pochi buscan revolviendo sus bolsillos y comienzan a alimentar a las chicas con cualquier trozo de carne seca y productos horneados que pudieron encontrar.

―¿Carne?

―¡Es deliciosa!

―Gracias.

Las jóvenes niñas elevan una pequeña ovación de alegría al unísono.

A continuación, Pochi y Tama me notan viéndolas. Con unas cuantas miradas evasivas, ellas rápidamente retiran a dos de las chicas a un lado de la carretera. Una de las restantes entra en pánico y corre tras ellas hacia el bosque.

―¡No es justo! ¿Qué hay de nosotros?

―¡Quiero comer carne también!

Entre los árboles, los niños comenzaron a discutir entre ellos.

―¿Llevarse bien?

―¡No deben pelear, nano desu!

A pesar de haber causado el conflicto en primer lugar, Pochi y Tama están haciendo lo mejor para mediar en el.

Pensé en llamarlas de vuelta y lograr que el carruaje se moviera de nuevo, pero una de las niñas se obstinaba en permanecer en el camino, negándose a tomar la sugerencia.

Ella parecía estar en la escuela media, pero la pantalla AR me dice que ella tiene la misma edad que Lulú, así que técnicamente es una adolescente.

―¿Iras de vuelta al bosque por tu cuenta, o prefieres que te lance?

A pesar de mis ligeramente duras palabras, la chica permanece bocabajo e inmóvil en mi camino, como si nada en la Tierra pudiera moverla.

Comencé a levantar a la chica por su cinturón, pero tuve que detenerme en cierto punto.

Sus manos estaban atascadas en una raíz que estaba incrustada en el camino. Tirar de ella probablemente la lastime, así que tomé un cuchillo de mi cinturón para liberarla.

―¡De-deja ir a Totona!

El aparente líder viene corriendo del bosque con un palo en la mano.

Ignorándolo, corté la raíz que había atrapado a Totona, levantándola del camino, y colocándola sobre mi hombro.

Liza se movió hacia el chico que frenéticamente agitaba su palo, así que la detuve con un movimiento de mi mano.

Justo cuando se balanceó hacia mí, lo saqué de su agarre y lo dejé tirado con un suave golpe de mi pie. Esto lo aturdió por un momento, así que lo recogí por el cinturón y lo lancé al bosque hacia sus amigos.

Lancé a la chica Totona después de el.

Cuando volví al carruaje, Arisa me dio comida que ella había tomado de la bolsa sostenedora, así que la coloqué a un lado del camino.

Aunque eran niños, aun así, nos atacaron, así que les dimos algunas de las raciones menos apetecibles.

Cuando reanudamos nuestro viaje, Liza hizo que Tama y Pochi se arrodillaran en el carruaje mientras ella las regañaba.

Aparentemente, los esclavos tienen estrictamente prohibido regalar las pertenencias de su maestro sin permiso.

No creo que sea un gran problema, ya que eran solo bocadillos, pero le confié a Liza su educación. No quiero debilitarla, así que decidí tranquilizarlas más tarde.

Mia estaba montando el caballo de Liza en su lugar.

Mientras su clase continuaba en el fondo, abrí el mapa para investigar el siguiente tramo de nuestro viaje.

Primero, queremos cruzar el rio adelante y continuar al oeste por el camino bordeando el gran bosque al otro lado. Nos gustaría alcanzar el camino trasero que lleva al corazón del bosque en aproximadamente tres días. Ya que el camino lateral parece demasiado estrecho para que el carruaje lo atraviese, tenemos que conseguir más caballos en la ciudad cerca del bosque.

El problema más urgente, sin embargo, era la misteriosa milicia de personas mayores en la orilla del rio.

Ellos probablemente vienen del pueblo cercano para pescar, pero la falta de personas jóvenes entre ellos me parece un poco extraña.

―¿Estas preocupado acerca de esos niños de antes, por casualidad?

Arisa se sentó junto a mí, actuando como un consejero.

―No, ahora estoy preocupado acerca del ejercito de ancianos.

―¿…Ancianos?

Sorprendida, Arisa inclina la cabeza con una expresión confusa.

Era un lindo gesto viniendo de una pequeña niña, pero nunca terminaría de escuchar el fin de esto si lo dijera mucho, así que lo mantuve para mí.

―Sí, ancianos.

Acaricie la cabeza de Arisa mientras repetía la declaración.