Overlord

Volumen 9: El Lanzador de Magia de la Destrucción

Epílogo

El viento frío de la noche pasaba silbando.

Agitaba el pelo de Brain Unglaus y también alborotaba su ropa.

“…Está helando acá afuera”

El viendo helado barría su pálido aliento y sus murmullos y los llevaba a la distancia.

Incluso las partes más profundas de su cuerpo se sentían como su estuvieran congeladas.

Brain observaba sin objetivo fijo desde la cima de las paredes de E-Rantel, donde los tres habían estados parados juntos antes de haberse movilizado con el ejército.

No había nada allá afuera más que oscuridad.

Durante la batalla, no, durante la masacre en las Planicies Kattse, muchas personas del Reino habían perdido la vida.

Recordaba lo que había visto cuando se había arrastrado fuera de ese campo de batalla.

La gente derrotada arrastraba los pies sin vida, con las ropas hechas jirones y viéndose completamente miserables

Aunque Brain era un guerrero que regularmente se encontraba al borde entre la vida y la muerte, la imagen de ese infierno, creado por un solo lanzador de magia, estaba grabada en sus ojos.

Aunque E-Rantel protegida por las paredes de la ciudad, no podía considerarse de ninguna manera un lugar seguro los soldados que habían huido, cansados y agotados, se dejaban caer como marionetas a las que les habían cortado las cuerdas. Se acurrucaban en cualquier lugar que podían y dormían como si estuvieran muertos.

Sobre esta torre desierta, Brain exhalaba lentamente de nuevo.

Luego, miraba al cielo silenciosamente.

“Sigo pensando que…realmente ya nada importa.”

Brain miraba sus manos.

Mientras cargaba el cuerpo sin vida de ese hombre, sentía un inmenso peso presionando sobre él. Y aunque lo intentaba, no podía olvidarlo.

Había sido un gran hombre y el mayor rival. Uno que siempre había estado un paso adelante.

La muerte de ese hombre, Gazef Stronoff, había sido una pérdida muy real para Brain.

Para él, Gazef no era sólo un rival. Su existencia no podía resumirse sólo con esa palabra.

Era debido a que ese hombre había luchado con él durante el torneo marcial, debido a que había derrotado completamente a Brain y a su cada vez mayor orgullo, debido al deseo ardiente que sentía de derrotar a Gazef, era debido a todas estas cosas que Brain se había convertido en la persona que Gazef no era.

Brain Unglaus vivía, crecía y se refinaba así mismo debido a Gazef. La fuerza del hombre llamado Gazef había sido suficiente para que Brain invierta su vida en sobrepasarla. Había sido como una pared infranqueable…y lo más cercano que había tenido a un padre.

Y entonces, la cosa que debía superar de pronto ya no existía.

Gazef Stronoff se erguía orgulloso, como una montaña majestuosa, incluso mientras moría frente a Brain.

Una vez, Brain había visto el verdadero significado del poder en la forma de Shalltear Bloodfallen. Así que por un tiempo, se había perdido a sí mismo en la depresión y no podía liberase por sí mismo.

Debido a su exceso de confianza, a que estaba confiado en el hecho de ser fuerte, cuando Shalltear aplastaba su confianza, sabía que era débil. El Brain que estaba aquí ahora podía admitir eso.

Pero Gazef era diferente.

“Ainz Ooal Gown con seguridad debía ser un monstruo del mismo calibre que Shalltear Bloodfallen. Y a pesar de eso Gazef lo desafió de todos modos.”

En ese momento, Gazef no había pedido el duelo por una razón sin valor como su propia supervivencia. La convicción que había mostrado era completamente diferente a la manera en la que Brain había agitado su espada descontroladamente hacia Shalltear mientras lloraba como un bebé.

¿Qué demonios le había hecho hacer eso?

“No lo entiendo. ¿Por qué no huiste?”

Forzarse a decir estas palabras era como si tosiera sangre.

“¿Por qué elegiste morir? ¿No habría estado bien escapar de ese monstruo? ¿No habría sido como conservar tu fuerza? ¡¿Por qué?! ¡Si tenías que morir, quería irme contigo!”

Si no podía superar a Gazef, entonces quería morir con él.

Brain movía la vista hacia el arma en su cintura.

Era Filo de Navaja, que temporalmente se le había permitido llevar.

Brain tomaba a Filo de Navaja y activaba un arte marcial.

“「Corte Cuádruple de Luz」.”

La técnica que Gazef había usado para derrotarlo en el torneo marcial.

Cuatro arcos de luz atravesaron la barandilla cercana haciéndola pedazos. Prácticamente no había resistencia alguna y la hoja de la espada fluía atravesando el metal como si fuera agua.

“Tú…de esta forma…te admiraba…quería morir contigo. ¿Por qué no me dejaste luchar a tu lado? ¡¿Por qué no me dijiste que podía morir contigo?!”

Brain se cubría el rostro.

Sus ojos le ardían, pero las lágrimas no fluían.

En ese momento, un sonido constante de pasos llegaba a oídos de Brain. Sólo una persona venía aquí.

“Oí que cuando los hombres envejecen, las lagrimas dejan de fluir. Supongo que es cierto.”

“Creo que el dolor de perder a alguien precioso para ti no tiene que ver con la edad.”

Era la voz ronca que esperaba.

“…Perdóname, Climb-kun. Al final, te lo dejé todo a ti.”

Brain se frotaba los ojos y envainaba la espada. Climb se paraba ante él, con una expresión extraña en el rostro.

“Sin embargo… bueno, incluso si hubiese estado allá, no hubiese sido de ninguna ayuda, ¿cierto? Bajo las circunstancias actuales, nadie va a tratar de matar al Rey. Dime, ¿Qué sucedió después de eso?”

“Sí. Ya que el Príncipe Barbro aún no ha regresado, han decidido enviar un equipo de búsqueda por él.”

Y ya que no podían permitirse usar los soldados suficientes para esta tarea, estaban planeando usar aventureros en su lugar.

“Luego de eso, estaba el asunto de ceder E-Rantel. Fue una decisión unánime. Todos los nobles estuvieron de acuerdo. Incluso el Rey lo aceptó.”

Incluso los nobles de la facción Real lo habían hecho.

Durante el disturbio demoníaco, el poder de la facción Real había aumentado. Aunque este incremento de poder significaba que pudieran movilizar el gran ejército que habían enviado a las Planicies Kattse, también significaba que las grandes pérdidas que habían sufrido allá tendrían consecuencias masivas. Y si cedían E-Rantel, que estaba directamente administrada por la Corona, entonces la familia real era la que sufría las mayores pérdidas. Esto probablemente lo hacían exclusivamente por el deseo de sobrevivir.

En esta ocasión, era la facción real la que había sido gravemente debilitada, mientras que la facción de los Nobles se había vuelto más fuerte.

¿Qué significaría todo esto para el futuro?

Involuntariamente miraba hacia Climb y veía que su cuerpo temblaba.

No temblaba de rabia, sino de miedo. Debía de haber recordado las horribles visiones de lo sucedido en las Planicies y su temblor era señal de que estaba gritando interiormente. Esa desesperación absoluta debía seguir enrollándose aún alrededor de su cuerpo y de su corazón.

“… Incluso ahora, cuando pienso sobre ellos, mi cuerpo tiembla sin control.”

‘Ellos’ debían de ser esas cosas inhumanamente fuertes del campo de batalla.

En sus recuerdos veía a Climb parado a su lado, frente al Rey Hechicero. Tal vez él sabía la respuesta, pensaba.

“Oye, dime algo. ¿Por qué Gazef pidió el duelo?”

El rostro de Climb era la imagen de la sorpresa. Y justo cuando se preguntaba si no había hablado con claridad y estaba a punto de repetirlo, Climb le respondía.

“Esto es sólo mi opinión personal, ¿está bien?”

“Ah, bueno, está bien, adelante.”

“…¿Podría ser que quiso mostrárnoslo?”

“¿…Mostrarnos qué?”

“El poder del Rey Hechicero, Ainz Ooal Gown. Y luego…debía querer mostrarnos que podía haber un futuro.”

“¿Un futuro?”

“Sí. Fue para que tengamos alguna táctica e información en caso de que luchemos contra él en el futuro.”

Era como un rayo en el cielo.

Todo encajaba perfectamente. Climb había acertado.

Ese hombre había apostado su vida para lograr exprimir lo poco de información que podía ser útil para ellos. Aunque no pensaba que el Rey Hechicero, un lanzador de magia, estaría dispuesto a tomar parte nuevamente en un combate cuerpo a cuerpo sin ningún guardaespaldas al lado. Aún así, había apostado su vida a la milagrosa y poco probable posibilidad de que sucedería de nuevo. Entonces ¿A quién le había confiado aquella oportunidad?

Brain se reía de sí mismo. Nunca pensaba siquiera que ése podía ser el caso.

Si era así…¿Cómo iba a seguir viviendo, ahora que conocía cuales eran las intenciones de Gazef?

Mientras Brain estaba perdido en sus pensamientos, Climb le hacía una pregunta, como si no fuera capaz de soportar el silencio.

“…Si no me equivoco ¿Stronoff-sama no permitirá que lo revivan?”

“Gazef era ese tipo de hombre.”

Incluso si usaban magia de resurrección, eso no significaba necesariamente que los muertos volverían a la vida. Las leyendas contaban que las personas que estaban felices con sus vidas rechazarían la resurrección.

“Sin embargo, el Rey parece no aceptar eso todavía.”

“Era de esperarse. Sin embargo, ese tipo no volverá… Aún así, es toda una sorpresa.”

“Sí. No entiendo lo que pensaba Gazef-sama. ¿No debería volver a la vida y continuar jurando lealtad? Es lo que yo haría.”

“¿Es así? En tu caso, Climb, pienso que deberías hacer eso. En cuanto a mi…no me traigan de vuelta luego de que muera. No estoy contento con la manera en que he vivido y…no creo poder soportar seguir haciéndolo.”

“Por mi parte, escogería regresar de todas formas. Quiero moler este cuerpo hasta hacerlo polvo al servicio de Renner-sama, si me lo puede permitir.”

Sólo una persona en el Reino podía usar magia de resurrección. No había duda de que el precio que pediría sería abrumador…pero ése era el precio de desafiar la tumba.

Durante el disturbio demoníaco, todos los aventureros pertenecían técnicamente al mismo equipo así que había habido una excepción, pero bajo las circunstancias actuales, resucitar costaría una cantidad considerable. Era una cantidad de dinero que haría saltar hacia afuera los ojos de uno y los civiles o soldados normales podían trabajar toda su vida y nunca ser capaces de pagarla. Era lo mismo para Climb.

Tu Princesa-sama pagaría contenta, Brain no decía eso. En lugar de eso, respondía

“¿Es así?”

El silencio caía nuevamente sobre ellos. Esta vez era Brain quien lo rompía.

“Realmente quería derrotar a ese tipo…”

Climb no respondía. Y Brain tampoco quería que lo hiciera. No, si lo pensaba racionalmente, estas palabras le eran inútiles a Climb. Sin embargo, no sabía por qué, pero tenía que decir todas las cosas que se habían acumulado en su corazón.

“En el pasado, perdí ante él. Así que pensé que quería derrotarlo. Pero ahora, eso es imposible…Ah, dejé que se escapara.”

Brain decía esto mientras miraba al cielo nocturno.

“Maldición…”

“…Brain-san.”

¿Qué debería hacer?

¿Qué debería hacer sobre la voluntad de Gazef?

“No, así es como debería ser. ¿Sobre qué estoy confundido? Solo hay dos alternativas. Llevarla a cabo o no hacerlo. Quiero…¿triunfar? Ah, es así como es…”

¿No es que al final había sólo una respuesta?

El rostro de Brain mostraba una sonrisa feroz y levantaba a Filo de Navaja hacia el cielo.

“¡Hmph! ¡Cualquiera puede llevarla a cabo o lo que sea!”

Brain gritaba en voz alta, desde lo más profundo de su corazón.

“¡Escogiste morir! ¡Cómo te atreves a tomar el camino fácil! ¡Ve y arrepiéntete en el otro mundo! Yo…yo te, ¡Yo te superaré a mi manera! ¡Climb! ¡Vamos a beber! ¡Busquemos algo de vino y divirtámonos un poco!”

No sabía qué hacer.

Sin embargo, sabía que no quería simplemente heredar la voluntad de Gazef. Si fuera así, sin importar lo que hiciera, no sería capaz de derrotarlo.

Además, en el futuro, probablemente terminaría nuevamente pensando en Gazef una y otra vez. Pero por ahora, quería perderse y olvidar.

Daba una palmada al hombro de Climb y a la fuerza caminaba hacia adelante. El peso en sus manos parecía hacerse más ligero, aunque era sólo un poco.

– FIN DEL VOLUMEN 9 –