Overlord

Volumen 14: La Bruja del Reino Caído

Capítulo 1: Un Movimiento Inesperado

Parte 4

Un vasto sindicato criminal conocido como los Ocho Dedos acechaba en las sombras del Reino.

Existían ocho divisiones dentro del sindicato, una de ellas era la división de contrabando. Christopher Olsen, miembro de dicha división, mostraba la cara de un comerciante honesto. Sus palabras tenían bastante peso en la principal ruta comercial que conectaba la capital real con el lado oeste del Reino. Como tal, había tenido la experiencia de primera mano cuando sus almacenes habían sido saqueados durante el alboroto de Jaldabaoth.

Sufrió pérdidas sustanciales, pero no significaban el final para su compañía. Aun así, ahora era necesario una cantidad considerable de tiempo para recuperar esas pérdidas, por lo que había considerado necesario pedir prestada una parte de los fondos de los Ocho Dedos.

Hay que gastar dinero para ganar dinero, así funcionaban las empresas. Por supuesto, también podía conducir a mayores pérdidas, pero mientras mantuviera la cabeza baja y evitara riesgos innecesarios, no había mucho de qué preocuparse.

Sin embargo, pedir prestado dinero de Ocho Dedos llevaba a uno por el camino gradual hacia la perdición. Los Ocho Dedos obligaban a los comerciantes que habían sufrido pérdidas a cometer actividades criminales, como, por ejemplo, contrabando, la venta o el transporte de narcóticos.

Los comerciantes caían en esta trampa con bastante frecuencia.

¿Y qué hay de Christopher, que ya había sido atrapado?

Para pedir dinero prestado, había tenido una reunión con los líderes de las divisiones, lo que lo sorprendió, por decir lo menos. Christopher pertenecía a la división de contrabando, por lo que la gestión de los préstamos debería haber sido realizada por sus superiores en la misma división. Las reuniones con los ejecutivos de las otras divisiones deberían haber sido imposibles.

A pesar de todo esto, había tenido que reunirse con los altos mandos. ¿Fue porque sus logros le habían valido una alta recomendación? ¿O era alguna otra razón desconocida para él? No podía entender por qué, aún después de que la reunión había concluido. Lo único de lo que estaba seguro era de sus sospechas hacia la actitud inusualmente amigable de los líderes de las divisiones hacia él, sabiendo perfectamente cómo eran temidos incluso por el lado oscuro de la sociedad.

Por supuesto, la buena voluntad de los jefes de la mafia podría ser tan fácilmente falsificada como cualquier otra cosa.

Otra cosa que llamaba su atención era el hecho de que ellos, acorde con su estatus en el escalón más alto de la organización, aparentemente tomaban su propia salud bastante en serio. Aunque pensó que tal vez eran demasiado delgados, definitivamente eran más saludables en comparación con su cuerpo con sobrepeso.

Tales personas importantes le habían dado un trabajo en el acto.

El tipo de trabajo que se entregaba dependía de varios factores, como la cantidad de dinero prestado, el valor de la persona como ser humano y si esa persona podía ser útil para Ocho Dedos en el futuro. Aquellos con mejores calificaciones recibieron trabajos más seguros y viceversa.

El trabajo que se le dio fue…

“Transporta el grano del Reino Hechicero.”

Ya sea que sea seguro o no, aún no está claro, hmm.

“Hmm ¿Qué pasa? ¿Dijo algo, señor?”

“Oh, no te preocupes por mí. Solo estoy murmurando para mí mismo.”

El que respondía a su pregunta era el líder de los mercenarios.

Era un hombre robusto.

Muy diferente de Christopher, que tenía unos cuarenta años y una gruesa capa de grasa alrededor de su cintura. El hombre era joven, fuerte y aparentemente solo tenía unos veinte años.

Llevaba una armadura de acero con cota de malla debajo. Un casco que podía cubrir toda su cara estaba junto a él, junto con una espada muy gastada.

El hombre era el líder a cargo de proteger la caravana de granos del Reino Hechicero, que consistía en siete carruajes.

La seguridad era manejada por 24 personas en total y todos eran contratados por Ocho Dedos y como el propio Christopher pertenecían a la división de contrabando.

Aunque eran miembros del mismo departamento, todavía cobraban por su servicio, pero tenían una cuota superior a la de los mercenarios normales de un nivel similar. Por otro lado, no tenían que preocuparse por la filtración de información para misiones secretas, ya que eran más leales a la misión en cuestión.

Ante amenazas que no podían ser atendidas, los mercenarios regulares probablemente abandonarían la misión, pero estos hombres lucharían como retaguardias hasta su muerte. Esto era comprensible, ya que abandonar la misión costaría a los superiores su dignidad. Como resultado, habrían sido perseguidos y asesinados incluso si hubieran salido con vida.

Por lo tanto, para alguien como Christopher que no conocía a ningún mercenario confiable, estos hombres de los Ocho Dedos eran probablemente su mejor opción. Pero, de nuevo, para esta misión eran su única opción.

Era una orden directa de los superiores utilizar a estos hombres.

Para compensar la falta de opciones, debían proporcionar sus servicios de forma gratuita, por lo que tenía fondos excedentes para contratar aún más mercenarios. Sin embargo, contratar mercenarios adicionales sería visto como una señal de desconfianza hacia los hombres. No importa el hecho de que su encargo era entregado por los altos mandos, por lo que contratar a otros mercenarios podría verse como él desobedeciendo sus órdenes.

Después de pensarlo un poco, Christopher decidía no contratar mercenarios adicionales.

Además, todos los guardias parecían ser bastante capaces pero, por supuesto, Christopher que no era un guerrero no podía captar adecuadamente su fuerza. Sin embargo, eso no era un problema ya que los superiores habían respondido afirmando que eran sobresalientes. Ir en contra de las órdenes sería peligroso independientemente de la razón.

Dicho esto, si le preguntaban si creía que era seguro partir con un grupo tan pequeño, el habría respondido que hubiera sido deseable hombres más capaces.

Hubiera sido genial si pudiera pedir prestado un jefe del departamento de seguridad, un miembro de los Seis Brazos, el grupo de control de los Ocho Dedos. No hacía falta decir que ese deseo nunca se haría realidad.

Se decía que los Seis Brazos, incluido su líder Zero, del cual se comentaba que era el guerrero más fuerte de todos los Ocho Dedos, habían sido exterminados en un conflicto con la familia real, justo antes de la calamidad causada por Jaldabaoth.

Esta información creíble atribuía su derrota a Brain Unglaus, un guerrero que servía bajo las órdenes de la Princesa Dorada.

Sería indignante suponer que los seis habían sido derrotados por una sola persona, pero aparentemente las Rosas Azules, un grupo de aventureras de rango Adamantita, también se habían unido a la lucha. Christopher dedujo de esto que probablemente había sido una batalla de seis contra seis.

Se decía que el departamento de seguridad había perdido a la mayoría de sus miembros en la batalla. En este momento, cada departamento estaba construyendo una fuerza propia para compensar la pérdida, hasta el punto en que incluso los miembros de la división de asesinatos comenzaron a operar a la luz.

Sin embargo, esto logró mejorar el estado de ánimo de aquellos dentro de los Ocho Dedos hasta el punto de que ahora era mejor de lo que era antes de la aparición de Jaldabaoth.

Los conflictos internos abundaban en el pasado y no era improbable que uno fuera víctima de los trucos sucios que algunos de los otros le jugaban a sus espaldas. Algunos comerciantes incluso fueron reportados a las autoridades por personas de otros departamentos durante las etapas más cruciales de una misión de contrabando.

Por el momento, sin embargo, los superiores estaban siendo tan cooperativos entre sí que era casi asqueroso pensar en ello.

Como resultado, el negocio se expandió y las ganancias ilegales de cada esfuerzo también crecieron.

“Puhuuu-ahhh.”

El líder mercenario se tiró un pedo audiblemente mientras bostezaba. Era un fenómeno fisiológico inevitable, pero no tenía intención de disculparse.

Una acción vergonzosa.

Christopher frunció el ceño. Ese era el peor sonido al despertar de un sueño.

Honestamente quería quejarse, pero este hombre sería su compañero durante el viaje hacia y desde Re-Lovell, una gran ciudad portuaria en el lado oeste del Reino. Su deseo de mantener una relación amistosa con él suprimió su deseo de quejarse.

Los barcos se utilizarían para transportar la carga de Re-Lovell al Reino Sagrado, por lo que ese sería el trabajo de cierto comerciante marítimo. Era un gran hombre y Christopher lo conocía bien. Le sorprendió que el hombre también fuera miembro de Ocho Dedos, pero afirmó que estaban colaborando únicamente para el beneficio mutuo.

Aun así, no pudo evitar preocuparse.

“Pareces relajado. ¿No crees que alguien nos va a atacar?”

“¿Hmm? Oh, no he tenido ese sentimiento punzante, así que no hay problema. Probablemente quisiste decir que no se puede confiar en los sentimientos. Bueno, entiendo de dónde vienes, pero seguramente has tenido momentos en los que pensaste “esto funcionará bien”. También hay momentos en los que has tenido un mal presentimiento sobre algo, por lo que trataste de planificarlo y terminó siendo cierto o algo así.”

“…Sí, he tenido esas experiencias.”

“¿Lo ves? Nuestras experiencias pasadas pueden funcionar como nuestra intuición.”

El líder mercenario hablaba en un tono que no coincidía con sus apariencias en absoluto.

“Ya veo. Bueno, también tenemos la bandera del Reino Hechicero. Solo los aldeanos ignorantes convertidos en bandidos se atreverían a atacar una caravana así, en cuyo caso, podemos ocuparnos fácilmente incluso de un centenar de ellos.”

“¿Y si no se trata de aldeanos?”

“¿Te preocupan los mercenarios? ¿Crees que no podrían reconocer la bandera del Reino Hechicero, el tema más discutido en este reino?”

Se encogía de hombros.

“Los mercenarios experimentados están sorprendentemente bien informados. Aquellos que ni siquiera conocen las banderas de los países cercanos no me asustan en absoluto. Parece que no me estás creyendo. Piénsalo. ¿No sería preocupante no saber con qué noble están luchando? No querrán meterse en problemas de esa manera.”

“Eso tiene sentido… Tengo curiosidad. ¿Cuáles son los nobles más peligrosos para enfrentar?”

“Veamos… Hay algunos famosos como, por ejemplo, Raeven y Boullope. Los de su tipo tienen ejércitos fuertes estacionados dentro de sus propios territorios y sería peligroso toparse con ellos. Bueno, ambos sufrieron grandes pérdidas en esa guerra, así que tal vez no sean tan peligrosos como antes… No seas descuidado. Blumrush paga bien, así que no quiero acabar en su lado malo… Bueno, simplemente no quiero enemistarme con ninguno de los nobles fuertes.”

“Pero estás siendo respaldado por un sindicato criminal. ¿Hablas en serio?”

“Tú también estás siendo respaldado por ellos. Si me meto en problemas con ellos, los peces gordos me abandonarán sin pensarlo dos veces. Lo mismo va para ti.”

“Sí.”

Se quedaron en silencio y el estado de ánimo comenzaba a sentirse un poco sombrío.

Acabaron recordando la crueldad de los altos mandos, pero no había nada que pudieran hacer al respecto como personas que formaban parte de una organización de este tipo. Quizás había una forma de vida para él que no requería ninguna conexión con la organización, pero eso no lo habría llevado a convertirse en el gran comerciante que era hoy. Quizás todavía hubiera tenido que atenerse a negocios más pequeños hasta el día de hoy.

La palabra “si” conlleva la connotación de una cantidad infinita de posibilidades, pero sin los medios para viajar en el tiempo, uno debe estar satisfecho con el presente.

“…De todos modos, no te preocupes, ¿de acuerdo? Lo entiendo. Entonces ¿Cuál es la peor amenaza que podríamos enfrentar a partir de ahora?”

“Si el enemigo usara flechas en llamas para tratar de incendiar la caravana, quemar, no robar. Eso significaría que nos estamos involucrando en una conspiración mayor, un problema nacional. O quizás sería la conspiración de una organización rival.”

“¿Acaso existe una organización que podría rivalizar con los Ocho Dedos?”

“No lo sé. Incluso un grupo rival probablemente no querría quemar los bienes del Reino Hechicero, a menos que estén seguros de que no dejarán pistas. Personalmente, creo que las conspiraciones o tácticas nacionales del Reino u otros países vecinos son más preocupantes. Probablemente estamos bajo una amenaza mayor de recibir un ataque de esas fuentes…”

“Si ese es el caso, entonces no tiene sentido preocuparse por eso.”

“Exacto. Todo indica que estamos seguros. No te preocupes, tú siéntate y relájate.”