Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 43: Búsqueda

Mientras miraba a Klein, Leonard sonrió y asintió.

“Entonces, ¿necesitas algo del cliente?”

Leonard había cooperado con el viejo Neil y compañía en numerosas ocasiones, por lo que, naturalmente, sabía que la adivinación requería un medio material, especialmente cuando la persona a la que iba dirigida la adivinación no estaba presente.

Klein pensó por un momento antes de decirle a Klee: “Necesito ropa reciente de Elliott que no haya sido lavada. Sería mejor si tiene algún accesorio que él solía usar”.

Trató de elegir medios ordinarios, no algo que normalmente invitaría a hacer preguntas.

Pero aun así, Klee se veía perplejo.

“¿Por qué?”

Después de su pregunta, agregó: “Tengo una foto del joven maestro Elliott conmigo”.

¿Por qué? Porque estamos adivinando su ubicación…  Klein se quedó momentáneamente sin respuesta.

Si respondía con la verdad, ignorando el hecho de que violaba la cláusula de confidencialidad, Klee probablemente saldría furioso de inmediato y rompería el contrato mientras maldecía: “¡Este montón de tramposos! Si eso funciona, ¿por qué no le pregunto al médium espiritual más famoso en el condado de Awwa?”

A un lado, Leonard Mitchell se rió entre dientes y dijo: “Sr. Klee, mi socio, um—colega cría una mascota única. Su sentido del olfato es más agudo que el de un sabueso. Es por eso que necesitamos la ropa que el pequeño Elliott usaba y los artículos que solía usar para ayudarnos a encontrarlo. Como sabe, las pistas suelen llevar a una región general.

“En cuanto a la imagen, también la necesitamos. Ambos necesitamos saber cómo es el pequeño Elliott.”

Klee aceptó la razón asintiendo lentamente.

“¿Estarán esperando aquí, o me acompañarán a la residencia del Sr. Vickroy en la ciudad?”

“Vamos todos, así ahorramos tiempo”, respondió Klein simplemente.

No solo estaba ansioso por probar sus habilidades como Beyonder, sino que también quería salvar al niño.

“Está bien, el carruaje está abajo”. Mientras Klee hablaba, sacó una fotografía en blanco y negro y se la entregó a Leonard.

Era una foto de Elliott Vickroy solo. Tenía unos diez años y el pelo algo largo, al punto en que casi le tapaba los ojos. Había pecas obvias en su rostro y no parecía sobresalir.

Leonard lo miró y se lo entregó a Klein.

Klein miró atentamente y guardó la fotografía en su bolsillo. Luego, tomó su bastón y se puso el sombrero. Siguió a los dos fuera de la Compañía de Seguridad Blackthorn y abordó el carruaje escaleras abajo.

El interior del carruaje era bastante espacioso. Estaba forrado con una alfombra gruesa y una mesa pequeña para colocar objetos.

Mientras Klee estaba cerca, Klein y Leonard no dijeron una palabra. Asimilaron en silencio la experiencia de atravesar las en un carruaje.

“El conductor del carruaje es bastante bueno”. Leonard rompió el silencio después de un tiempo con elogios y una sonrisa.

“Sí.” Klein respondió superficialmente.

Klee forzó una sonrisa y dijo: “Sus cumplidos son su honor. Estaremos allí pronto…”

Como tenían miedo de alertar a los secuestradores, el carruaje no se detuvo en la residencia de los Vickroy. En cambio, se detuvo al costado de una calle cercana.

Klee sostuvo un paraguas y salió del carruaje. Después de esperar un tiempo, Leonard volvió a hablar con Klein.

“Mi suposición de la última vez tenía un objetivo. Solo estaba tratando de decirte que el cuaderno definitivamente volverá a aparecer. Tal vez, podría ser pronto.”

“Eso realmente no es una suposición alegre”. Klein usó su barbilla para señalar al conductor del carruaje que estaba afuera, indicando que no deseaba discutir temas delicados con extraños alrededor.

Leonard silbó y volvió la cabeza para mirar por la ventana. Vio las gotas de lluvia atravesando el cristal, dejando marcas borrosas. El mundo exterior era completamente borroso.

Después de un tiempo, Klee regresó con una bolsa de artículos. Como caminaba apurado, el borde de sus pantalones estaba sucio y la pechera de su camisa ligeramente mojada.

“Esta es la ropa que usó ayer el joven maestro Elliott. Este es el Amuleto de las Tormentas que solía usar. ”

Klein lo tomó y lo miró. Descubrió que era un traje formal de caballero en miniatura: una camisa pequeña, un chaleco, una pajarita, etc.

Y el Amuleto de las Tormentas estaba hecho de bronce. Estaba tallado con símbolos que representaban vendavales y olas del mar, pero no despertaron la percepción de Klein.

“Contaré en detalle los incidentes que condujeron al secuestro del joven maestro Elliott. Con suerte, le permitirá encontrarlo más fácilmente…” Klee se sentó y describió la pesadilla que sucedió en la mañana, con la esperanza de que los ayudantes a los que le costó mucho contratar fueran de ayuda.

Klein y Leonard no tenían interés en los detalles. Lo único que les importaba era el número de secuestradores, si había ocurrido algo inusual o si tenían armas.

“Tres”, “normales”, “armados con armas de fuego…” Después de obtener la información deseada, se despidieron de Klee y alquilaron un carruaje ligero de dos ruedas.

A diferencia de los vagones públicos, los vagones de alquiler privado eran de cuatro ruedas o de dos ruedas. Se les cobraba por tiempo o por distancia. Este último costaba cuatro peniques el kilómetro en la ciudad y ocho peniques el kilómetro fuera. Los primeros costaban dos solis por hora o parte de ella. Después de la primera hora, hubo cargos adicionales de seis peniques cada quince minutos. En condiciones climáticas adversas o si el cliente necesitaba ir más rápido, la tarifa podría ser incluso más alta.

Klein había escuchado del profesor Azik que en la capital, Backlund, estos conductores de carruajes eran famosos por cotizar precios exorbitantes.

Para él, tomar un carruaje privado era todo un lujo. Sin embargo, no necesitaba preocuparse por esto en este momento ya que Leonard le había arrojado dos billetes de un soli al conductor del carruaje.

“Cárguelo por el tiempo”. Después de que Leonard dio sus instrucciones, cerró la puerta del carruaje.

“¿Adónde va?” El conductor del carruaje estaba encantado y desconcertado mientras sostenía los dos billetes.

“Espere un momento.” Leonard miró a Klein.

Klein asintió levemente y sacó la ropa de Elliott. Lo extendió en el suelo del carruaje y luego enrolló el Amuleto de las Tormentas alrededor del mango de su bastón.

Sostuvo el bastón negro con incrustaciones de plata y lo hizo colgar directamente sobre la ropa de Elliott.

Reunió la esfera de luz en su cabeza mientras su mente se aquietaba rápidamente. Sus ojos marrones rápidamente adquirieron un color oscuro cuando entró en estado de meditación.

Sintió que el ‘espíritu’ de su cuerpo se volvía ligero. Vagamente vio el mundo de los espíritus en todas partes. Dijo en silencio: La ubicación de Elliott.

Después de repetirlo siete veces, soltó el bastón negro, pero el bastón no cayó al suelo. ¡Permaneció de pie frente a él a pesar de que el carruaje estaba temblando!

Movimientos diminutos pero invisibles ocurrieron alrededor de Klein y sintió como si un par de ojos lo estuvieran mirando.

En los últimos días, Klein había sentido esta sensación ocasionalmente cuando estaba en el estado de Cogitación o Visión Espiritual.

Con un poco de miedo, miró el bastón con sus profundos ojos negros. Recitó una vez más en su corazón, “La ubicación de Elliott”.

“Ubicación de Elliott.”

Después de que terminó de decir eso, el bastón cayó y apuntó hacia adelante.

“Derecho.” Klein sostuvo el bastón y dijo con voz profunda.

Su voz sonaba un poco etérea como si pudiera penetrar en el mundo desconocido.

Esta era una de las habilidades de adivinación que había aprendido. Se llamaba ‘Búsqueda con varilla de radiestesia’. La herramienta de elección tenía que ser de madera, metálica o una mezcla de ambas.

En circunstancias ordinarias, necesitaría dos varillas de radiestesia reales. Las varillas de radiestesia tenían la forma de dos alambres metálicos rectos afilados en un borde. Se aferraba al lado más corto y lo giraba para determinar la dirección correcta. Pero como vidente, Klein se dio cuenta de que a través de la práctica, podía buscar personas directamente usando este método. También podría usar su bastón como reemplazo de las varillas de radiestesia. La dirección en la que cayó el bastón era la dirección del objeto que buscaba. (Mr Insomne: También se llaman varitas zahorí)

En cuanto al cuaderno de notas de la familia Antigonus, Klein no podía recordarlo en absoluto. Sin la menor impresión, no había forma de que él lo encontrara.

“Vaya recto.” Leonard instruyó al conductor del carruaje en voz alta. “Le diremos cuando sea necesario cambiar la dirección”.

El conductor del carruaje no entendía por qué era necesario eso, pero los billetes en su bolsillo y la disposición de sus pasajeros a entregar el dinero lo mantuvieron callado. Eligió seguir las extrañas instrucciones.

El carruaje avanzaba lentamente, pasando de una calle a otra.

A mitad de camino, Klein usó la búsqueda de varilla de radiestesia para corregir su dirección.

Después de que el carruaje rodeó un edificio una vez, finalmente determinó que Elliott estaba dentro. Solo habían pasado treinta minutos desde que se despidieron de Klee.

Después de enviar el bastón, Klein no siguió usando la ropa de Elliott. En cambio, colocó el bastón, entrelazado con el Storm Amulet directamente en el suelo.

Sus ojos se oscurecieron una vez más cuando las gotas de lluvia a su alrededor de repente giraron en su lugar.

El bastón cayó al frente con una inclinación. Klein señaló la escalera y dijo: “Allí”.

“A veces, realmente envidio al viejo Neil. Del mismo modo, te envidio ahora.” Al ver esta escena, Leonard sonrió con un suspiro.

Klein le lanzó una mirada y respondió con un tono tranquilo: “Esto no es nada difícil. Si estás dispuesto a aprender, definitivamente serías capaz de dominarlo… Tu percepción debería ser muy alta, ¿verdad?”

Leonard asintió y se rió entre dientes.

“Eso no necesariamente es algo bueno”.

Aceleró el paso y entró en el edificio en medio de la lluvia que terminaba.

Klein tenía miedo de mojar su traje formal, por lo que corrió detrás.

El edificio solo tenía tres pisos. Era similar a una unidad de bloque de la Tierra. La entrada a cada piso estaba situada a lo largo del tramo de escaleras. Solo había dos unidades por piso. Klein usó la varilla de radiestesia tanto en el primer como en el segundo piso, pero el bastón permaneció quieto mientras apuntaba hacia arriba.

Los dos silenciaron sus pasos y llegaron al tercer piso. Klein una vez más colocó el bastón negro en el suelo.

¡Whoosh!

Una brisa sopló a través de las escaleras cuando sus pupilas cambiaron de color. La oscuridad parecía que podía succionar las almas de las personas.

¡Whoosh! ¡Whoosh! ¡Whoosh!

Los sollozos parecían sonar a su alrededor.

Klein relajó su palma mientras el bastón con el Amuleto de las Tormentas entrelazado se levitaba misteriosamente.

Leyó en silencio “La ubicación de Elliott” de nuevo. Observó su bastón negro caer en silencio mientras señalaba la habitación correcta.

“Debería estar ahí”. Mientras Klein recogía su bastón, golpeó dos veces su entrecejo.

Varios colores saturados se mostraron en la habitación correcta. Vio todo tipo de auras en el interior.

“Uno, dos, tres, cuatro… Tres secuestradores y un rehén. Los números coinciden… Una de sus auras es pequeña. Es probable que sea Elliott… El Sr. Klee dijo que tienen dos rifles de caza y un revólver…”, susurró Klein.

Leonard se rió entre dientes.

“Déjame recitar un poema para ellos”.

“¿Por qué ser un secuestrador? ¿Por qué no ser felizmente un buen ciudadano?”

Dejó la bolsa con la ropa de Elliott y dio dos pasos hacia adelante. Su expresión de repente se volvió serena y melancólica.

Su voz era magnética y profunda mientras recitaba lentamente.

“¡Oh, la amenaza del horror, la esperanza de los gritos carmesí!

Al menos una cosa es cierta: que esta Vida es corta;

Una cosa es cierta, y lo demás no importa;

Lo que una vez florece, para siempre perece…”