Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 44: Destino

El canto de Leonard sonaba como una canción de cuna mientras resonaba suavemente a través de las puertas y hacia la escalera de caracol de madera.

La mente de Klein inmediatamente se volvió aletargada. Sintió como si viera una luz de luna silenciosa y un lago sereno y ondulante.

Sus párpados rápidamente se volvieron pesados, como a punto de quedarse dormido de pie.

En medio de estas sensaciones indistintas, también sintió un enfoque, sin forma e indiferente en su espalda. Se sentía como si él mismo estuviera vagando por el mundo de los espíritus.

Una desconcertante sensación de déjà vu se apoderó de Klein cuando de repente encontró su línea de pensamiento una vez más. Con su fuerte percepción espiritual y su familiaridad con la Cogitación, apenas escapó a la influencia del Poema de Medianoche.

Sin embargo, permaneció sereno y apenas pudo expresar alguna emoción.

Pronto, Leonard dejó de recitar mientras giraba la cabeza con una sonrisa.

“Estoy considerando pedirle permiso al Capitán para solicitar un laúd de Feynapotter. ¿No sería bueno un acompañamiento al recitar un poema? Je, je, solo estoy bromeando. Puedo oírlos dormidos.”

El Halcón Nocturno de cabello negro y ojos verdes con su vibra poética dio un paso adelante y caminó hacia la puerta que los separaba de los secuestradores y los rehenes.

De repente movió el hombro y lanzó un puñetazo a la cerradura de la puerta.

¡crack!

La tabla de madera alrededor de la cerradura se hizo añicos.

“Esto requiere un control preciso”. Leonard volvió la cabeza y sonrió. Luego metió la mano en el agujero y abrió la puerta.

Klein, que había recuperado la conciencia, no estaba tan confiado como Leonard. Metió la mano debajo de su axila, sacó su revólver y giró el cilindro, asegurándose de que pudiera disparar en cualquier momento.

Cuando la puerta se abrió, vio a un hombre durmiendo sobre una mesa con una pistola a sus pies. Otro hombre se frotaba los ojos aturdido mientras intentaba ponerse de pie.

¡Pa!

Leonard se deslizó hacia adelante y golpeó al secuestrador que despertaba dejandolo inconsciente.

Klein planeó entrar también cuando de repente sintió algo. Se dio la vuelta abruptamente y se enfrentó a la escalera.

Tap. Tap. Tap. Los pasos se acercaban desde abajo. ese ‘algo’ que sintió era un hombre sin sombrero con un abrigo marrón que rodeaba el hueco de la escalera en su progresión hacia el tercer piso mientras abrazaba una bolsa de papel con pan.

De repente, el hombre se detuvo. Vio el cañón de un arma con un brillo metálico apuntándole.

Sus pupilas reflejaban a un joven vestido con un sombrero de copa a la mitad, traje formal negro con una pajarita del mismo color. Reflejaba también el bastón que descansaba a lo largo de la baranda y el peligroso revólver.

“No te muevas. Levanta tus manos. Tres, dos, uno…” El tono de Klein era profundo pero relajado.

Sostuvo el revólver con ambas manos mientras trataba de imaginar al hombre como un objetivo de su práctica.

En medio del ambiente tenso, el hombre del abrigo marrón arrojó la bolsa de pan y lentamente levantó las manos.

“Señor, ¿es esto una especie de broma? ¿Ha habido un malentendido?” Miró fijamente el dedo que Klein había colocado en el gatillo mientras forzaba una sonrisa.

Klein no pudo determinar temporalmente si era un cómplice o un vecino, pero no reveló ninguna anomalía. Dijo con voz profunda: “No intente resistirse. Alguien determinará si es un malentendido en un momento”.

En ese momento, Leonard, que había terminado de manejar a los secuestradores, salió y notó al hombre en el hueco de la escalera. Dijo tranquilamente: “¿Entonces los secuestradores tienen otro cómplice responsable de comprar y entregar comida?”

Al escuchar esto, las pupilas del hombre se contrajeron cuando de repente levantó el pie y pateó la bolsa de pan en un intento de bloquear la visión de Klein.

Aparentemente no afectado, Klein apretó el gatillo con frialdad como su entrenamiento habitual.

¡Bang!

La sangre brotó del hombro izquierdo del hombre.

Cayó al suelo e intentó escapar al segundo piso; sin embargo, Leonard ya había extendido su mano hacia el pasamanos antes de hacer palanca para saltar.

Con un ruido sordo, Leonard aterrizó sobre el hombre.

El hombre se desmayó y Leonard se sacudió parte de la sangre que lo había salpicado. Miró a Klein y se rió entre dientes.

“Buen disparo.”

Estaba tratando de golpear sus piernas…  La comisura de la boca de Klein se torció de manera imperceptible cuando percibió el olor a sangre.

Descubrió que a pesar de no tener ninguna mejora en sus sentidos visuales, auditivos o táctiles después de consumir la poción de Vidente, todavía podía ‘ver’ objetos obstruidos y ‘escuchar’ pasos débiles, lo que le permitía tomar un juicio preventivo.

¿Está esto en el ámbito de la percepción espiritual? Klein asintió pensativo mientras observaba a Leonard encontrar una daga afilada en posesión del cómplice y arrastrarlo a la habitación.

Con una pistola en una mano y un bastón en la otra, Klein entró en la habitación del secuestrador. Vieron a Elliott Vickroy despertarse sobresaltado por el disparo mientras enderezaba su cuerpo y se sentaba lentamente desde una posición acurrucada.

Leonard había atado de forma segura a los tres secuestradores con la cuerda que usaron contra Elliott. Amontonados, fueron arrojados a un rincón. La falta de cuerda se compensó rasgando sus ropas.

El hombre inconsciente que había recibido un disparo en el hombro estaba vendado, pero Leonard desdeñó ensuciarse las manos, por lo que no lo ayudó a extraer la bala.

“¿Q-quiénes son ustedes?” Elliott tartamudeó con agradable deleite cuando vio la escena frente a él.

“Sí, has acertado. Muy preciso.” Respondió Leonard con indiferencia.

Klein bajó su revólver y le dijo a Elliott: “Somos mercenarios contratados por su padre. También puede llamarnos personal de seguridad”.

“Uf, ¿de verdad? ¿He sido salvado?” Elliott dijo alegremente sin atreverse a hacer ningún movimiento.

Era evidente que había sufrido mucho en las pocas horas de ser víctima de un secuestro. No tenía el tipo de temeridad que normalmente tendría alguien de su edad.

Leonard se puso de pie y le dijo a Klein: “Ve abajo y encuentra a algunos policías patrullando. Haz que informen al comerciante de tabaco. No deseo salir con un niño y cuatro idiotas como si fuera un secuestrador”.

Klein, que se preguntaba sobre las consecuencias, asintió. Guardó su revólver, tomó su bastón y caminó hacia la escalera.

Mientras bajaba las escaleras, tuvo la persistente sensación de que había olvidado algo. Además, escuchó a Leonard decirle a Elliott: “No te pongas nervioso. Pronto verás a tu padre, a tu madre y a tu viejo mayordomo, Klee. ¿Por qué no jugamos una ronda de Quint?

…

Klein contuvo la risa y salió a la calle. Con la ayuda de los peatones, encontró a dos policías que patrullaban.

No utilizó su placa e identificación como miembro del Departamento de Operaciones Especiales; en cambio, usó su identidad como una empresa de seguridad profesional y relató los hechos.

En cuanto a él sosteniendo un arma, no estaba preocupado en absoluto. Había recibido un certificado de uso de armas de uso múltiple dos días antes. Su aplicación fue acelerada al pasar por canales internos.

Los dos policías intercambiaron miradas y uno de ellos se fue a reunir refuerzos e informar a la familia Vickroy. El otro policía siguió a Klein a la habitación de los secuestradores.

Después de esperar más de cuarenta minutos, Leonard le hizo señas a Klein mientras el policía no prestaba atención. Klein debía escabullirse de la habitación con él.

“Confía en mí, ir a la estación de policía es una gran pérdida de tiempo. Salgamos primero”, explicó el Halcón Nocturno con el porte poético con una mirada relajada.

Como Leonard estaba dejando en claro que asumiría cualquier responsabilidad por cualquier repercusión, Klein no respondió y lo siguió.

Casi cinco minutos después, unos carruajes se precipitaron hacia el edificio donde se encontraban los secuestradores. El viejo mayordomo, Klee, desembarcó con su corpulento amo, Vickroy.

Hasta ese momento, todavía estaba aturdido. Le resultaba increíble que las noticias llegaran tan rápido. Se sentía como un sueño.

De repente, escuchó un chasquido de dedos y se dio la vuelta.

Pasó un carruaje de dos ruedas con las ventanillas abiertas. Leonard, de pelo negro y ojos verdes, le tendió la mano al mayordomo.

Después de pasar junto al carruaje de Vickroy, Leonard cerró la ventana, se dio la vuelta y miró a Klein.

Extendió su mano derecha y sonrió.

“¡Fue un placer trabajar contigo!”

No creo que estemos en tan buenos términos…  Klein negó cortésmente con la cabeza.

No esperaba que el caso del secuestro se resolviera tan rápido. Todo lo que podía hacer era maravillarse con las capacidades de los Beyonders. A pesar de que apenas era un Beyonder de la Secuencia 9, pudo hacer muchas cosas inconcebibles.

“Este es un gesto de celebración de la paz entre los aristócratas después de un duelo”, explicó Leonard con una sonrisa.

“Lo sé.” Klein tenía muchos compañeros de clase aristocratas.

Miró por la ventana y dijo con el ceño fruncido: “¿No deberíamos confirmarlo con el Sr. Klee? Si cree que la policía rescató a Elliott, nuestra comisión se reducirá a la mitad”.

Un total de 100 libras!

No había duda de que proporcionaron la ubicación de los secuestradores de su ‘reunión’ de antes.

“No te preocupes. Para nosotros, el dinero no es tan importante”, dijo Leonard encogiéndose de hombros.

… ¡Es muy importante para mí!

Klein forzó una sonrisa cortés y dijo: “Muchos poetas murieron jovenes debido a la pobreza”.

Leonard se rió entre dientes.

“Creo que Elliott no mentiría sobre este asunto. Puedo decir que todavía le queda algo de su inocencia. Sin embargo, tampoco obtendrías gran parte de la comisión de 200 libras”.

“¿Cuánto obtendría?” preguntó Klein inmediatamente.

“Como siempre ha sido la regla tácita, la mitad de la comisión se entrega a la Sra. Orianna como financiación adicional para el equipo. El resto se dividiría entre los miembros. Una pena que no seas un miembro formal; solo obtendrás alrededor del diez por ciento de la mitad restante”.

¿10 libras? Eso tampoco está mal…  Klein fingió sentir el pellizco y preguntó: “¿No te preocupa que los secuestradores se den cuenta de que estaban bajo la influencia de los poderes de un Beyonder después de despertarse?”

“No sospecharán nada. Solo creerán que el tiempo era bueno y muy propicio para dormir, lo que los llevó a quedarse dormidos. Incluso creerán que la canción existió solo en sus sueños. Esto es algo que hemos verificado antes”, respondió Leonard con mucha confianza. “En cambio, son tus balas de caza demonios las que podrían despertar sospechas. Por supuesto, ser un idiota que disfruta del misticismo sería una explicación perfectamente razonable.”

“Ya veo.” Klein se sintió aliviado. Simplemente seguía sintiendo que había olvidado o pasado por alto algo.

…

Después de regresar a Zouteland Street, Klein no esperó la llegada de Klee. Caminó hasta la casa de Welch y tomó una ruta diferente a casa. En el camino, compró un poco de carne y aceitunas para la cena.

La comida fue agradable como siempre, con los tres hermanos charlando ociosamente. Sin embargo, hubo un visitante adicional.

Era el trabajador encargado de cobrar un centavo por el medidor de gas.

La noche se oscureció y los hermanos se dieron las buenas noches y regresaron a sus habitaciones.

Klein estaba durmiendo profundamente cuando de repente lo despertó algo familiar afuera. Abrió la puerta con perplejidad y llegó fuera de la habitación en la que nadie se quedó.

Empujó la puerta moteada y vio un escritorio gris.

Había un cuaderno sobre la mesa y su cubierta estaba hecha de papel duro. Era completamente de color negro.

Una desconcertante sensación de déjà vu surgió en él mientras se acercaba y abría el cuaderno.

La página que abrió era de una imagen, una imagen de alguien vestido con ropa hermosa y un tocado espléndido: ¡El Loco!

Debajo de El Loco había una línea escrita en Hermes.

“Todos morirán, incluyéndome a mí”.

El horror se apoderó del corazón de Klein cuando de repente se dio cuenta de que la comisura de la boca de El Loco se curvaba hacia arriba.

¡Fffffff!

Se incorporó en estado de shock cuando vio la luz de la luna carmesí penetrar sus cortinas. Vio su estantería y su escritorio y la silueta de su propio dormitorio. Se dio cuenta de que había tenido una pesadilla.

Como Vidente, sabía lo que suelen presagiar los sueños. Por lo tanto, comenzó a buscar seriamente a través de sus recuerdos.

¡Klein quedó helado porque sabía lo que se había perdido hoy!

Mientras estaba inmerso en el canto de Leonard, había sentido algo informe e indiferente en su espalda.

La sensación de ser observado se sentía diferente de la Cogitación habitual o la experiencia que tenía al usar Visión Espiritual. ¡Le dio una sensación de déjà vu!

Según el Capitán Dunn, una vez que surgió en él un sentimiento de déjà vu, probablemente signifique…

Klein se enderezó y confirmó la sensación.

¡Sí, es ese cuaderno! ¡El cuaderno de la familia Antigonus!