Shokei Shoujo no Virgin Road (LN)

Volumen 4

Capítulo 4: La Fuga Llega A Su Fin

Parte 4

 

 

—¡Gracias por la comida!

Akari apretó las manos, ofreciendo su más sincero agradecimiento por los ingredientes que habían estado en su plato ahora limpio al chef que había hecho el plato y, sobre todo, a la persona que la había agasajado con la comida.





Sentada  frente  a  ella, Ashuna asintió generosamente.

—Sí que eres una comedora abundante.

La pareja estaba en un restaurante de la calle principal. Ashuna había     elegido arbitrariamente un establecimiento con cortinas.

—No sabes cuánto lo agradezco. Me perdí el almuerzo porque Momo me estaba persiguiendo.

—No te preocupes por eso. Esto no es ninguna molestia para mí. Lo más importante es que escuchemos el resto de tu historia.

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—¡Claro! Momo es muy mala, ¿sabes?

Al parecer, Ashuna sabía que Akari era un Cordero Perdido. También tenía una idea aproximada de la situación de Las Fausto y le pidió a Akari que le contara sobre su tiempo con Momo.

Ahora que se había relajado—tal vez demasiado— Akari estaba feliz de hablar sobre su tiempo en esta ciudad. Una vez que describió los acontecimientos desde su búsqueda para purgar a los criminales hasta la persecución entre ella y Momo, Ashuna sonrió.

—Hrmm. Ya lo sospechaba, pero siento pena por la pobre Menou. Y Momo es una tonta impulsiva como siempre… aun así, ¿un método para volver al otro mundo, dices?

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—Momo es una cosa, ¡pero Menou no tiene nada de penosa…! Espera un momento, señorita Ashuna. ¿Sabe algo de eso?

Ashuna Grisarika. Con solo escuchar su apellido, quedaba claro que tenía alguna conexión con el Reino Grisarika en donde Akari había sido convocada.

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Ashuna había declarado durante su conversación que ella no estuvo involucrada en tal suceso, pero Akari todavía le dirigió una mirada esperanzada.

—Podemos hablar de eso más tarde.

—¿Más tarde?

—Sí, ahora no es el momento—. Corto el hilo con una sonrisa fría y sombría, poco característica. —Sin embargo, hay algo que debes saber, Akari Tokitou.

—¿Eh?

—¿Cómo empezaron a aparecer los Perdidos en este mundo? No hay ni una sola persona que conozca la respuesta, y no tenemos forma de saberlo. Existen investigaciones que sugieren que no había Errantes antes del  surgimiento  de  la  Antigua  Civilización,  pero… desgraciadamente, las cicatrices dejadas por los Cuatro Mayores Errores Humanos son demasiado profundas como para intentar remontar los hilos de la historia.

—Oh…—     Akari  parpadeó confundida cuando Ashuna utilizó su nombre completo y sacó un tema inesperado. —¿De verdad?

—En efecto. Y puede que para empezar nunca hubiera una razón tras su llegada. A pesar de ello, este mundo es notablemente duro con los de tu clase. Y así, los mismos eventos se repiten una y otra vez en un círculo vicioso que se retroalimenta mediante la muerte y la esperanza. No es sólo tu problema; no hay una respuesta correcta o incorrecta.

Con sus palabras extrañamente convincentes, Ashuna señaló con un dedo el pecho de Akari.

—Y es exactamente por eso que Las Fausto siguen creando Verdugos. ¿Me comprendes…?

«¿A qué te refieres?» Akari ladeó la cabeza ante la extraña conversación unilateral.

Plenamente consciente de que Akari aún no comprendía, la otra mujer sonrió con valentía.

—Ya ha sido suficiente descanso, ¿no te parece? Vayamos a la estación, como has pedido.

Para ella, esta parte era lo importante.

***

 

 

La gran espada que surcó el aire y se interpuso entre ellas hizo que Momo y Menou se quedaran paralizadas.

Ashuna Grisarika intervino.

—Qué consideradas fueron al dejarme atrás.

Las venas que enarcándose en su sien indicaban un impresionante mal humor. Su rabia era tal que ocupaba el aire y erizo la piel de quienes la vieron.

Esto era inusual para esta princesa, quien había nacido en una familia real de La Nobleza y que se comportaba con  un   aire  orgulloso y abierto en consecuencia. ¿Qué la habrá puesto tan furiosa? Menou y Momo no entendían nada.

—Especialmente tú, Menou. No esperaba menos. Interpretaste a la perfección el papel de sirvienta, pero ya veo que estabas esperando en secreto para traicionarme. Me pregunto cuántos años han pasado desde la última vez que consiguieron drogarme…

—¿Disculpa?

—Encima tuvisteel descaro de robarme a mí…sabía que no tenías dinero; ¡asumí que eras honorable por naturaleza!, pero nunca imaginé quete rebajarías ala altura de una vulgar ladrona. Ahora resulta evidente que me equivoque. ¿Te importaría explicarte? Quiero oír lo que tienes para decir al respecto.

Menou se quedó boquiabierta.

Momo ahora la  miraba  con una expresión chispeante que decía algo así como: “¿Envenenaste a la Princesa-chama, le robaste sus cosas y encima la dejaste drogada en sus aposentos? ¡Eres increíble, senpai!”. Sin embargo, Menou no había hecho tal cosa. Realmente no tenía ni idea de lo que estaba hablando.

Ashuna había acompañado a Menou a la posada una vez que consiguió alojamiento. Es cierto que Menou había llevado sus maletas, pero eso no se puede considerar un robo. Dejó el equipaje en su habitación de la posada.

—Su alteza. Er… realmente no entiendo. ¿Qué es lo que está diciendo?

—¿Oh-ho?


La respuesta de Ashuna fue corta y desafiante. Se acercó y recuperó su espada de donde estaba clavada. La agito un par de veces, cortando el aire a una velocidad imperceptible como si la estuviera provocando, y sus ojos se entrecerraron cuando la apuntó directamente a Menou.

—Hacerse la tonta no es una respuesta emocionante. Si ésa es la mejor excusa que se te pudo ocurrir, quizá lo mejor sea que me pagues con tu sangre.

La ira de Ashuna era inequívocamente genuina mientras cargaba con energía su querida arma. La espada


ancha que siempre llevaba era un Recipiente Guía grabado con varias crestas. Desde luego, no era el tipo de cosa con la que se apuntaba a una persona en broma.

La confusión de Menou aumentó. La estaban acusando de robo y envenenamiento, pero no recordaba haber hecho ninguna de esas dos cosas. Sonaba casi como si Ashuna hubiera interactuado con Menou cuando ésta no pudo haber estado realmente allí. Lo que también podría significar que la Ashuna que Menou llevo a la posada no era realmente Ashuna.

¿Acaso Ashuna había malinterpretado algo? Menou frunció el ceño. Su historiano tenía ningún sentido, a menos que tanto Menou como Ashuna hubieran interactuado con duplicados idénticos suyos.

«Pero eso es imposible—¡a menos que…!»

Solo sabían de una persona que pudiera hacer algo así.

—¡¡……!!

Tanto Momo como Menou llegaron a la misma conclusión. Ambas jadearon y se miraron la una a la otra.

—¡Por favor, describe todo lo que ha paso…!

Arriesgándose a que la apuñalaran, Menou se acercó a Ashuna dispuesta a oír todos los detalles.

***

 

 

Ashuna llevó a Akari a salvo a la estación.

Akari suspiró aliviada ante la visión familiar.

—¿Deberías irte solo? ¿No estás aquí con Momo?

—Acordamosde antemano reunirnos en laestación de la siguiente ciudad si ocurría algo.

Su lugar de encuentro era en una estación diferente en lugar de la posada donde se alojaban porque habían estado yendo a derrotar criminales.

La idea era que si les atacaban en represalia y no podían seguir en la ciudad, y Momo y Akari se separaban inesperadamente, podrían priorizar la salida de la ciudad de una vez sin dejar de reunirse.

—Ya veo. Eso significa que vas a tomar el mismo tren que yo.

—¿Ah, sí?— Akari respondió distraídamente, sin sospechar especialmente. —Qué coincidencia.

Este no era el primer encuentro de la pareja. Se habían encontrado brevemente en el oasis antes de viajar a la parte occidental del continente, aunque apenas hablaron en ese momento. Ashuna era un individuo muy distintivo, uno que era difícil de olvidar.

Al mismo tiempo…

De las muchas veces que Akari había repetido este viaje, ésta era laprimera vez queseencontraba con Ashuna.

—Señorita Ashuna, usted es una princesa, ¿verdad? ¿Por qué viaja sola?

—¿Hmm? Ya veo. Así que esta es la primera vez.

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«¿Mmm?»

—La hija mayor del Reino Grisarika debe haber previsto que este sería el último. Así que yo, Ashuna Grisarika, dejé el reino.

—Uh-huh…

Al igual que cuando compartieron la comida, Ashuna habló de cosas muy esotéricas. Parecía centrada en sí misma, como si no tuviera intención de que Akari entendiera el significado de sus afirmaciones. Sin poder hacer otra cosa que asentir de acuerdo, la siguió hasta la estación.

—Mira, ahí está nuestro tren.

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La locomotora que se encontraba en la parte más alejada del andén se veía muy lujosa.

Se trataba de un tren corto, con sólo cinco vagones, pero el diseño tenía un aspecto muy sagrado. Incluso Akari podía decir que era especial.

—Este es mi transporte personal. Puedo hacer que tenga prioridad sobre cualquier otro horario para llevarlo a donde quiera.

—¡¿Queeee?!

«¡Sólo una princesa podía preparar algo tan extraordinario!», exclamó asombrada al entrar en el vagón, pisando una lujosa alfombra roja. Un poco asustada por la sensación de hundimiento, Akari continuó. Sus ojos se abrieron de par en par cuando se dio cuenta de que prácticamente era como una gran y lujosa habitación.

—Muy bien, esto es–¿hrmm?

Sin embargo, parece que ya había dos pasajeros en el tren.

Y a juzgar por el ceño fruncido de Ashuna, no los esperaba.

—No recuerdo haber invitado a ninguno de ustedes…—, gruñó.

Akari se asomó, y vio que uno de ellos era un hombre extraño. Iba bien vestido, luciendo un traje y un bombín, y parecía tener unos cincuenta años. Era la viva imagen de un caballero de clase alta, encajando a la perfección con el elegante entorno.

…aunque Akari nunca lo había visto en su vida; por el otro lado, la niña sentada frente a él era inconfundible.

Porque esa “niña” era mucho más aterradora que cualquier monstro o demonio sobre la tierra—dado que se trataba de Pandæmonium.

«¡¿Qué hace ella aquí?!» Antes de que Akari pudiera siquiera cuestionarlo, ya estaba apuntando con su dedo índice.

Fue una reacción principalmente instintiva. Así de grande era el temor que le guardaba a este demonio con cara de querubín. Ignorando la voz indignada de la princesa, dejó que la Luz Guía brillara alrededor de la punta de su dedo.

Fuerza Guía: Conectar—Acercamiento Impropio, Pureza Conceptual [Tiempo]—

Estaba a punto de utilizar la Suspensión; un encantamiento que había utilizado tanto que le salía casi tan natural como el Retroceso.

La construcción se reunió en un segundo, y estaba a punto de conjurarla—cuando de repente…

—Detente.

—¡¿…NNGH?!

Vio que su dedo estaba roto.

Fue Ashuna quien lo hizo. Justo cuando Akari estiro la mano para apuntar, la princesa agarro el dedo de la chica y lo doblo en un ángulo antinatural.

El encantamiento de Akari se deshizo y desapareció. El hecho de que su Pureza Conceptual estuviera acoplada a su alma indicaba que podía conjurar encantamientos sin el mayor esfuerzo, pero también significaba que no podía mantener las construcciones de forma consciente.

—¡¿Por qué… tú?!

—Sucede que…

¿Por qué había atacado a Akari? Cuando el shock al rojo vivo se desvaneció, la ola de dolor hizo que sudara frío.

Ashuna observó cómo la joven se agarraba el dedo roto en señal de agonía y continuó hablando con indiferencia.

—Sucede   que  la   mayoría   de  los  Errantes desarrollan algún tipo de mal hábito cuando levantan o conjuran encantamientos. En tu caso, utilizas el dedo índice para señalar el objetivo. Dile a Momo que si pretende entrenarte al menos pudo enseñarte a arreglar eso.

Akari tendía a apuntar con el dedo como si fuera un arma cuando utilizaba algún encantamiento. Era más fácil para ella realizar una acción correspondiente para cada efecto.

Sin embargo, también la dejaba abierta a los ataques.

—Tus encantamientos no son una amenaza en lo más mínimo. Es un juego de niños esquivar un ataque cuando sabes exactamente de dónde y cuándo va a venir. Matarte ya es otra cuestión.

Incluso mientras temblaba de dolor, Akari utilizó Retroceso en su dedo roto para curarlo. Intentó explicarle a Ashuna que había cometido un gran error al detener su ataque.

—Eso no es… lo que quiero decir es… ¿Por qué me detuviste? ¡No es un niña cualquiera–!

—Lo sé—. Ashuna asintió con frialdad–y sus contornos fluctuaron como si fuera la superficie de un charco.

Por un momento, Akari no entendió bien lo que estaba viendo. Entonces, recordó haber presenciado este fenómeno en algún lugar—

—¿Qué…?

…ycuandosedio cuenta de lo que ocurría, palideció. Sintió el mismo terror que cierta arzobispa durante la batalla que le costó la vida en el Reino de Grisarika.

En ese momento en el que Orwell vio que Menou había utilizado el Camuflaje Guía para disfrazarse, se quedó asombrada y hasta se paralizo.

Akari no era diferente ahora.

—Soy muy consciente de lo peligrosa que puede llegar a ser Pandæmonium; con los de tu clase jamás son suficientes las precauciones.


No hubo ninguna vacilación en su respuesta, lo que sugería que estaba acostumbrada a ver a la gente reaccionar ante ella de esta manera. Enganchó las yemas de los dedos bajo la barbilla de Akari y le levantó la cara.

Sus gestos ysu forma de hablar ya no se parecían en nada a los de la princesa.

El disfraz de Ashuna Grisarika se desvaneció.

El traje agresivamente escaso se convirtió en la formal túnica añil oscura de una sacerdotisa. Su largo cabello rubio pareció marchitarse mientras se tornaba rojo como la sangre. Y su rostro, juvenil y vivas, se convirtió en uno que había visto demasiado en el cumplimiento del deber, y que ahora miraba el mundo con cinismo.

Camuflaje Guía.

Una forma precisa de manipulación de la Fuerza Guía que burlaba a los ojos de los demás. No era llamativa, ni tenía la capacidad de causar daño físico. En todo caso, considerarla una maestría entre los que juegan sucio no sería del todo erróneo.

Menou—también conocida como la sucesora de Flare, Flarette—había utilizado esta técnica como base— siendo que fue la primera que le enseñaron—y solamente existía una persona en todo el mundo que la dominara mejor que ella.





Akari sólo pudo mirar boquiabierta a la mujer que había utilizado su espíritu inquebrantable para mantener una proyección precisa sobre si misma durante tanto tiempo.

—Tenemos invitados inesperados, pero… bueno, al diablo—. Miró a los otros dos pasajeros, luego volvió a mirar a Akari, y se rio abiertamente. —Charlemos un poco. ¿Quieres, Akari Tokitou?

La Verdugo que se consagro como una leyenda viviente al cazar más entidades tabúes que cualquier otra sacerdotisa en la historia—

La Maestra Flare se había revelado ante Akari…

Shokei Shoujo no Virgin Volumen 4 Capitulo 4 Parte 4 Novela Ligera

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