Shokei Shoujo no Virgin Road (LN)

Volumen 4

Capítulo 5: Y La Cacería Comienza

Parte 1

Menou y  compañía habían regresado a  su habitación en la posada.

Tras conversar en el callejón, el trío decidió que lo mejor sería ir a un lugar donde pudieran calmarse y comparar sus versiones de la historia.

—A ver si entendí…— sentada en la silla al otro extremo de una mesa, paulatina, la cólera de Ashuna se transformó en duda. —Cuando llegamos a la estación de aquí, la persona que me sirvió el té en el área de descanso no fuiste tú, a pesar de que la sinvergüenza se veía exactamente igual a ti… ¿de verdad no recuerdas haberme drogado, Menou?

—Jamás. Ysolo paraconfirmar,su alteza;¿usted me acompaño para hacer una reservación en la posada?

Menou recordaba claramente como Ashuna le entrego su equipaje y camino a su lado hasta la recepción del establecimiento.

Sin embargo—

—Por supuesto que no. Dado que en ese momento estabas cumpliendo como mi sirvienta, nunca habría salido a saludarte. Desde mi punto de vista, parecía claro que pusiste alguna droga en mi té y huiste con mis pertenencias—. Ashuna recostó su cabeza sobre su codo, lo que le dio un aspecto aún más irritable. —Me quedé inconsciente en esa área de descanso. La somnolencia fue demasiado antinatural como para no ser una droga. Y a juzgar por el tiempo, concluí que fue algo que pusieron en mi bebida. Tengo una alta tolerancia, así que… bueno, debió haber sido una dosis bastante potente de algo—. No se molestó en ocultar su ceño fruncido al darse cuenta de que la engañaron.

—Así que tenemos a un impostor entre manos—, Menou pensaba lo mismo que la princesa.

Alguien las había suplantado impecablemente a ambas.

—¿Quién estará detrás de esto?

—…se me ocurre una persona.

—Eso no fue un simple disfraz con trajes o maquillaje. Hablo de algo detallado. ¿Qué es lo que espera conseguir este impostor? ¿Tal vez esperaban causar una fisura entre nosotras?

—No… no lo creo—. Menou negó con la cabeza.

Haría falta mucha precisión para suplantar a cualquiera de las dos con una sincronización tan minuciosa. Dada la forma en que se ejecutó, sólo una persona podría haber sido responsable.

La Maestra Flare.

Era una hazaña extraordinaria convertirse en dos personas diferentes, determinar la naturaleza de su relación y engañarlas a ambas; todo ello sin ninguna preparación. Sólo la legendaria Verdugo con la capacidad alterar perfectamente su apariencia mediante el Camuflaje Guía podría lograr algo así.

—Senpai…—, llamó Momo entretanto entraba a la habitación. Mientras Menou yAshuna discutían, la aprendiz de sacerdotisa había revisado la posada donde ella y Akari se alojaban para buscar a la Errante.

Ignorando a Ashuna con la misma naturalidad con la que respiraba, Momo informó directamente a Menou:

—No hallerastrosde Akari Tokitou por ningún lado.

—…ya veo.

«Eso lo aclara todo».

Tanto Menou como Momo habían perdido la pista de Akari.

«Entonces ella debió ser el objetivo de la Maestra Flare».

—Voy a averiguar qué está pasando–

—Por favor, no vayas.

Si la Maestra Flare planeaba llevarse a Akari, definitivamente tendrá que pasar por la estación. Menou llegó a esa conclusión, pero Momo la detuvo.

—¿Momo?

—Es lo mejor.

Momo se aferró a la manga de la túnica de sacerdotisa de Menou. Por alguna razón, parecía que trataba de convencerse a sí misma más que a su querida superior.

—Es mejor así, ¿no? Dejemos que la Maestra se encargue de todo.

—¿Cómo puede ser esto lo mejor? Es demasiado repentino, incluso viniendo de la Maestra. Y ni siquiera me explico el porqué. Seguramente tengo derecho a protestar, o a lo mucho–

—¡¡TÚ ERES LA RAZÓN DE QUE AKARI TOKITOU ESTUVIERA VIAJANDO EN EL TIEMPO, DE ACUERDO!!—. Mientras Menou insistía en que tenía que conocer los motivos de su Maestra, Momo reveló la verdad que le habían estado ocultando todo este tiempo. —…senpai, mira. Ella quería que tú la mataras antes de que decidieras traicionar a Las Fausto por su bien… y así cambiar ese futuro en el que la Maestra Flare te ejecuta por traición. Ese deseo la llevo a retroceder el tiempo de todos en el mundo. Y ya ni siquiera debe acordarse de cuantas veces lo ha hecho.

—¿…qué?

La primera reacción de Menou ante las palabras de Momo fue de desconcierto.

Akari había estado usando el Retroceso para repetir los mismos eventos una y otra vez, lo cual era asombroso por sí mismo–pero las razones fueron lo que más desconcertó a Menou.

—¿Yo renuncio… a Las Fausto?

—Sí.

—¿Y me convierto en una traidora para salvar a Akari?

—¡Sí!

—Y entonces la Maestra me mata–¿Akari te dijo todo eso?

—…sí—. Momo asintió una vez por cada pregunta.

Menou, una Verdugo, daría la espalda a Las Fausto para salvar la vida de Akari y sería asesinada por su Maestra. Akari había retrocedido en el tiempo una y otra vez para evitar ese desenlace—

Incluso luego de escucharlo, no parecía real.

En este punto, Menou no podía negar que sentía un particular aprecio por Akari, pero se había criado como Verdugo y conocía demasiado bien el peligro que conllevaban los Errantes. No podía imaginarse tirando todo eso por la borda para intentar salvar a Akari.

Ese motivo no parecía corresponder con los principios de Menou.

—Senpai… ¿podrías matar a Akari Tokitou ahora mismo? No tiene que ser con la Espada de la Sal, ¿pero podrías apuñalarla con la daga que tienes en el muslo a sabiendas de que no volvería?

—¡Por supuesto que si–¡

—¡Es más fácil decirlo que hacerlo!

«¡¿Llegados a este punto, por qué no podría?!»

—Estoy bastante segura de que no podrás matarla. El hecho de que la Maestra esté aquí es prueba suficiente, ¿no?

La Maestra Flare sin duda tendría éxito en matar a Akari. No había duda. Ella era capaz de realizar cualquier hazaña que Menou pudiera hacer y más.

Aun así, nada impedía a Menou acabar con la vida de Akari. Manon dijo algo parecido en su intercambio, pero Menou no era tan débil. Por supuesto que no lo era.

Ella eligió esta forma de vida, y la conocía mejor que nadie.

Sin embargo, Momo continúo cuestionándola desesperadamente. —Senpai, estás viva. Ahora que la Maestra Flare se hará cargo, la cuestión con Akari se resolverá y tú continuaras viva. ¿Qué podría importar más que eso?— Momo pareció leer algo en el silencio de Menou. Dudó, como si no estuviera segura de decir algo más, pero luego añadió en voz baja: —Y lamento no poder sentirme orgullosa de que ella también estaría feliz con eso.

Estas palabras, que Momo dijo para convencer a Menou–fueron probablemente su mayor error.

Akari quería sacrificarse para salvar a Menou.

La negativa de Menou a aceptar el futuro descrito por Momo se invirtió de repente al oírlo.

—…ah, ahora entiendo.

Ahora Menou entendía por qué una versión suya en otro bucle temporal haría algo tan contradictorio. Su corazón se acomodó en el lugar donde debía estar con el sentimiento de un hueso volviendo a su sitio.

—Las cosas son lo que son—. Una pequeña carcajada auto-despectiva escapó de sus labios. —Lo siento, Momo. Igual voy a ver a la Maestra.

—N-No, ¡no puedes! ¡Tú vida corre peligro, senpai! ¡¿No te das cuenta de que es una posibilidad real–?!

—Siempre es una posibilidad. Soy una Verdugo, después de todo. Siempre existe el riesgo de que pueda morir.

—¡Ese no es el tema aquí!

—Sí, si lo es.

Menou esbozó una sonrisa fugaz. Se levantó y realizo unas pequeñas estiraciones. Después de unos ejercicios de calentamiento casuales, se dio la vuelta.

—¡Senpai!

—¿Y sabes? Hace no mucho, casi me muero—, comento   Menou con   un tono alarmantemente despreocupado.

—¡¿Qué?!

Sin responder directamente a Momo, quien se quedó con la boca abierta, Menou reflexionó sobre su reciente experiencia cercana a la muerte.

En la redada del desierto, fue superada y estuvo a punto de morir.

—Y en ese momento, me di cuenta de que no quiero morir.

Probablemente fue la primera vez en toda su vida que se sentido así.

Ya había estado a punto de morir en anteriores ocasiones. En el poco tiempo transcurrido desde que conoció a Akari, lucho contra Pandæmonium y había sido acorralada por Orwell. En ambos casos, pudo haber encontrado su muerte al más mínimo desliz.

Pero esa vez en el desierto fue cuando pensó por primera vez que no quería morir.

—Te imaginé a ti y a Akari, y pensé: realmente no quiero que esto termine aquí.

Menou extendió su mano hacia el cabello rosa de su asistente. Tocó la base de cada coleta, acariciando su cabeza. Sus ojos se suavizaron al ver que Momo llevaba los coleteros que le había regalado, y luego continuó:

—Así que no moriré. Puedo asegurarte que volveré con vida.

Momo se mordió el labio. Empezó a hablar, pero tuvo que desistir cuando miró directamente a la cara de Menou.

Comprendió que  no hallaría la forma de convencerla; y en su lugar, rogo por atisbos de certeza.

—¿No me estás mintiendo?

—Jamás te he mentido, ¿o sí, Momo?

Lo pensó seriamente. Buscó en su cabeza y no pudo recordar ni una sola vez en la que Menou le hubiera mentido.

Así que asintió ligeramente—

—Entonces confía en mí…

Menou no pensaba ir a su muerte.

Al menos, no hoy.

—Voy a tener una pequeña conversación con la Maestra, y eso es todo. Tú espera aquí junto a la princesa

Ashuna—. Menou cruzo la puerta a zancadas casuales y salió de la posada, dejando tras de sí a Momo.

El atardecer comenzaba a teñir el cielo de tonos dorados. La sombra de Menou se alargó tras su andar por el camino principal. Mantuvo las apariencias para no preocupar a su querida asistente, conforme se alejaba anduvo a paso firme, luego acelero, hasta que finalmente rompió a correr con todas sus fuerzas.

—Deja de hacer el ridículo, estúpida Akari…

Murmurando en voz baja, Menou fue en busca de la chica; no dejaría que la fuente de sus refunfuños escapara tan fácil.

***

Destellos se colaban por la enorme ventanilla del tren. El sol empezaba a ponerse. Su luz dorada se enrojecía poco a poco mientras iluminaba la tierra—e ignorantes de ello, cuatro individuos se veían absortos dentro de uno de los vagones.

Una sacerdotisa de cabello rojo oscuro estaba sentada frente Akari.

La Maestra Flare se había disfrazado de Ashuna y logro conducirla hasta aquí y capturarla sin levantar la menor sospecha.

También había dos huéspedes indeseados a bordo.

—Y yo que pensaba que con el mínimo esfuerzo las cosas salieron a la perfección… así que esto es lo que llaman “olvidarse de los detalles”—. Los ojos de Flare se entrecerraron con fastidio mientras miraba a estos dos.

Uno de los intrusos era una niña.

Pandæmonium—una niña de aspecto angelical y ojos negros igual de oscuros que su cabello. Pudo aparecérsele en cualquier lugar y en cualquier momento, pero el que lo hiciera justo cuando se decidió a tener una conversación le cayó como una broma de mal gusto.

El otro intruso, en cambio,era un hombre rondando los cincuentas. Cuando Flare le miró con desprecio, se quitó el bombín en señal de disculpa.

—De verdad, lamento esto. Sencillamente sucede que me superaron las ganas de hablar luego de tantos años.

—Bueno, no esperaba volver a verte. Debiste pudrirte en ese agujero por el resto de tu vida, pero supongo que te has puesto senil.

—De hecho, tal vez tengasrazón. Adiferencia de mí, que llevo tiempo en arresto domiciliario, tú apenas has envejecido. Estoy bastante celoso, Flare. Hace que quiera preguntarte, ¿a quién sirves ahora como a un peón desechable?

—¿Es todo? Bueno, quien da las ordenes en estos momentos es La Maga. Eres libre de bur–

—¡¡OH-HO, QUERIDA!!— Su expresión dudosa se tornó simpática. —Eso sí da pena. El que un cargo tan importante sea desperdicio en esa incompetente…

—Estoy de acuerdo, aunque tampoco es como que hubiera algún Anciano competente para elegir.

Intercambiaron palabras   como   en  una conversación casual—cuando el Director lanzó una mirada hacia Akari.

—¿Y? ¿Qué piensas hacer con ella una vez que la lleves a la Tierra Santa?

—Pues esperar a que pierda el control.

Los hombros de Akari temblaron.

—La llevaré hasta la tierra de sal, haré que se convierta en Error Humano y luego me desharé de ella. Igual que la última vez–

—¿Pero por qué…?— La interrumpió Akari antes de que pudiera terminar de hablar.

Esperar a que pierda el control—eso fue lo que Flare dijo; no que la ejecutaría.

«No tiene sentido». ¿No era el objetivo de las Verdugos  evitar que las  Purezas Conceptuales se descontrolaran?

—Jovencita, la respuesta a esa pregunta está profundamente ligada a la cuestión de cómo se crean los encantamientos. Los Errantes hansido traídos aquímuchas veces a lo largo de la historia; ya sea mediante invocaciones arbitrarias o como resultado de algún fenómeno natural, pero usted es una de las pocas que–¡ah, perdóneme!

El Director se atraganto cuando notó que Flare le fruncía el ceño.

—…Akari Tokitou, te han mantenido con vida porque tu concepto fue considerado digno de ser grabado en las Escrituras—. La Maestra tomó el relevo del Director para dar una breve respuesta, pero Akari no entendió. Tampoco es que estuviera muy interesada en si la chica captaba o no su explicación, y en su lugar esbozó una sonrisagélida. —Por cierto, heoído que estás buscando una forma de  volver al  otro mundo. Supongo que Pandæmonium te conto algo al respecto. Suena hasta esperanzadora la idea.

Ante la mención del supuesto encantamiento con la capacidad de enviar a un Perdido de vuelta a su mundo, la expresión del Director se tornó pesarosa de golpe; Akari jamás se había topado con él hasta este momento, pero hasta ella lo noto.

En contraste, Pandæmonium se mostró casi perturbadoramente tranquila. Como quien ya se conoce el giro de una historia, no parpadeo ni despego sus ojos del semblante de Akari mientras escuchaba absorta la conversación con una sonrisa inmutable

Flare continuo:

—En teoría, sí; si existe un encantamiento que pueda enviarte de regreso a tu mundo. ¿Quieres saber la verdad?

—¿…realmente es posible?

—¡Claro que es posible!

Y mientras la voz de Akari dudaba, la Maestra echó la cabeza hacia atrás y se rio;

—Tan solo tendrías que trazar primero un círculo de conjuración a partir de suficientes materiales como para erigir una nación de gran envergadura, juntar una cantidad de Fuerza Guía equivalente a lo que solamente obtendrías tras mermar todas y cada una de las venas astrales del continente, ofrecer como sacrificio a lo que en su momento fue un tercio de la población mundial–

—¿…eh?

—Y luego, en el extrañísimo caso de que el Errante tenga suficiente control sobre sus poderes como para conjurar esta antinatural y descomunal construcción con la capacidad de ir contra el flujo de todo lo establecido… si… en teoría debería ser posible enviar a una persona de este mundo al otro.

La mente de Akari se negaba a procesar lo que acababa de escuchar.

Incluso sin entender del todo como funcionaban los encantamientos, comprendió que se trataba de una ridícula fantasía. Sería casi imposible poner en práctica un ritual así de grande. Teóricamente posible, pero hasta ahí. La palara ‘insensato’ se quedaría corta para describir a cualquiera que sugiriera de forma seria llevarlo a cabo—

Y, aun así, para todos en el vagón se hizo evidente la seriedad asomándose tras la risa seca de la Maestra.

Estaba hablando totalmente en serio.

—Eso es lo que intentaron hacer los Cuatro Mayores Errores Humanos.

La atención de Akari se desvió automáticamente hacia Pandæmonium mientras Flare continuaba:

—Sonará ha locura, pero en realidad debió ser un espectáculo muy impresionante. Y todo parece indicar que realmente estuvieron a punto de lograrlo hace un milenio. Milagrosamente contaban con Purezas Conceptuales lo suficientemente poderosas, y todos cargaban con un fuerte deseo de volver a casa. Dragón agrupo las corrientes de Fuerza Guía en el oeste, Recipiente produjo materiales en el este, Mal cosecho sacrificios en el sur, y Astro construyó el círculo de conjuración en el norte. Tanto si era lo correcto como si no, casi pudieron abrir la entrada que los llevaría de vuelta a sus familias. ¿Y puedes creerlo?

La mirada cínica de Flare atravesó a Akari—quién se encontraba en la misma situación que los innumerables Errantes cuyos nombres se perdieron.

—Lo hicieron cuando todavía tenían uso de la razón–antes de convertirse en Errores Humanos.

La mayoría de las personas que conocían a los Cuatro Mayores Errores Humanos tenían una idea equivocada sobre los cuatro desgraciados.

El cuarteto de Errantes que provocaron daños catastróficos a lo largo y ancho del continente no trajeron la ruina luego de que sus Purezas Conceptuales se descontrolaran.

Utilizaron por  voluntad propia  sus Purezas Conceptuales para causar calamidades en el planeta.

—Esa es la verdadera razón por la que los vemos como nuestros enemigos. Y te fascinará escuchar esto–también existe un sistema que fue diseñado para que los