Shokei Shoujo no Virgin Road (LN)

Volumen 4

Capítulo 4: La Fuga Llega A Su Fin

Parte 3

—Ej-ej-ej, es que nosotras también tenemos una pequeñísima situación de nuestro lado. Nada me gustaría más que saltar a tus brazos y que me acariciaras la cabeza, pero pordesgracia no pueeedo…— Momo se rascó lamejilla tímidamente, evitando los ojos de Menou. —Aun así, ¿cómo nos alcanzaste tan rapidoooo? Creía que la ruta que había elegido significaba que no podrías llegar aquí sin dineroooo…

—Pedí prestado. A la princesa Ashuna.

—¡¿Queeee…?!

«¿¡Mi senpai, quien siempre sufre por la falta de fondos, había recurrido finalmente a pedir prestado!?» A pesar de ser la causante, Momo sintió una oleada de simpatía por su pobre Menou.

—¿Estás bien, senpaaaai? Pedir prestado es taaaan inseguro… ¡si tenías problemas económicos, debiste haber recurrido a miiii! ¡No me importa apoyarte! ¡De hecho, estaría encantadaaaa!

—Momo, ¿estas imbécil? No habría tenido que hacer eso si no hubieras robado todos mis fondos.

—Eso no tiene nada que veeer. Esa maldita Princesa-chama debe haberte obligado a pagar con algunos extraños intereses, ¿no es asiii?

—……

No hubo respuesta. En su lugar, todo lo que Menou proporcionó fue una expresión como si hubiera chupado un limón podrido.

Era demasiado fácil imaginar lo que significaba esa reacción. Sintiendo que su amada había sido profanada, la propia expresión de Momo se quedó inmediatamente en blanco.

—Sime disculpas, iré a matar a esaprincesa-chama. Estoy segura que debe encontrarse en una de las posadas más elegantes de la ciudad.

—Espera un momento.

—¡No intentes detenermeeee!

Asesinar a Ashuna permitiría a Momo impartir algo de justicia y apoyar financieramente a Menou. Como siempre, la violencia era la respuesta: «La única forma de resolver                         los    problemas  es con una brutalidad incondicional», pensó mientras apretaba los puños.

—¡Esa maldita princesa-chama no merece más que un castigo divino por aprovecharse de ti con todo tipo de horribles peticiones! ¡Además, no tendrás que pagarle si está muerta! ¡Eso también te favorecerá, senpaaai!

—Te digo–¡¡ESPERA!! ¡No fue nada serio! ¡Todo lo que hizo fue pedirme que me disfrazara de mayordomo!

—¡¿Disfrazarte de mayordomo?!

Menou pretendía calmarla con eso, pero tuvo el efecto contrario. En todo caso, Momo se molestó aún más.

—¡N-Noooo!  ¡¿CÓMO PERMITISTE QUE LA PRINCESA-CHAMA TE VIERA CON UN TRAJE TAN RARO Y A MÍ NOOO!!

—¡¡TE DIGO QUE FUE POR DINERO!!

—¿Así que modelas si hay dinero de por medio? ¡¿Es así?! ¡¿Estás dispuesto a hacer eso, lo otro y lo que viene después si es por dinero?! Porque si es así, ¡¡VOY TE TRAIGO LOS AHORROS DE MI VIDA YA MISMO–!!

—No te equivoques. Además, no te voy a dejar escapar. ¿Por qué piensas que podrás escapar así?

—Tch…

Momo había intentado huir durante la confusión, pero una daga se clavó en el suelo delante suyo, interrumpiendo sus pasos. Ella pensó que podría tener una oportunidad mientras su conversación tomaba un giro tonto, pero evidentemente, eso no iba a funcionar.

«Inmovilizarla no parece que sea una opción».

No le quedaba más remedio que luchar.

Sacando su sierra de afrontamiento del interior de su traje con volantes, Momo flexionó el arma con forma de alambre y la enroscó en su mano enguantada de blanco.

Los dientes de la sierra sólo servían para una cosa—serrar. No estaban lo suficientemente afilados como para cortar el puño de Momo mientras utilizaba la Incremento Guía. La envolvió dos veces para que no quedara ningún hueco entre los nudillos y el dorso de la mano, y se enrolló ligeramente el resto alrededor del brazo para que no le estorbara.

Luego lo cargó con la Fuerza Guía.

Fuerza Guía: Conectar—Configuración de la Sierra de Afrontamiento—Conjurar [Ancla]

El símbolo tallado en la sierra respondió a la Fuerza Guía de Momo y produjo el efecto correspondiente. El cable que envolvía su puño fue reforzado por el encantamiento de Ancla, convirtiéndose en una especie de guantelete. Dado que el combate a media o larga distancia no era una opción, era la única forma en que Momo podría utilizar la sierra de afrontamiento. Alejarse demasiado sería invitarla a conjurar algún encantamiento para poner fin a la lucha.

Al ver que Momo había optado por una pelea a puñetazos, Menou arremetió con su daga.

Menou tenía más alcance. Si empujaba primero con su arma, el puño de Momo no conectaría, aunque estirara el brazo. Una daga sólo podía encontrar su lugar en la proximidad. A pesar de que se le había frenado bruscamente, Momo se acercó sin miedo. Esquivó la hoja y se acercó al alcance de los puñetazos.

Fuerza  Guía:  Conectar—Daga, Cresta—Conjurar [Vendaval]

Una segunda conjuración. Nuevamente, el viento la azotó de frente.

Era difícil respirar. La presión del aire secó los ojos de Momo. Era casi demasiado duro. El método de Menou consistía en amontonar muchos efectos pequeños pero notables.

Las crestasinscritas ensu daga eran Vendaval e Hilo Conductor. Ninguna de las dos estaba cerca de ser letal. Las reservas de Fuerza Guía de Menou también eran relativamente     mediocres,     por  lo que no eran lo suficientemente fuertes como para decidir una batalla por sí solas.

Sin embargo, la estrategia de Menou no se basaba en la fuerza bruta de sus técnicas.

Todo lo que un Verdugo necesitaba para hacer su trabajo era una sola puñalada mortal. Los encantamientos de Menou sólo estaban ahí para ayudarla a matar. Su variado repertorio se complementaba con su habilidad para utilizar el Camuflaje Guía para engañar a la vista, armando así su abanico de artes de combate.

Momo protegía sus puntos débiles mientras optaba por la táctica contraria: intentar asestar un solo golpe para zanjar la batalla por cualquier medio.

Bloqueó y esquivó tenazmente los ataques de Menou, resignándose a recibir daño mientras intentaba enredar sus brazos.

Pero justo cuando las manos de Momo empezaban a cerrarse alrededor del brazo de Menou, no cogieron más que aire.

—¡¿Qué?!

Mientras exclamaba desaforadamente, sintió un fuerte impacto en la base de su cráneo.

Fue un ataque desde una dirección completamente inesperada. Las estrellas se dispersaron en sus ojos, y su visión se quedó en blanco mientras la fuerza abandonaba su cuerpo.

Cayó de rodillas.

Pero consiguió poner las manos en el suelo antes de desplomarse por completo, sobre todo por falta de suerte. Utilizando únicamente su sentido del tacto y la fuerza de sus brazos, se obligó a levantarse de un salto y alejarse de Menou.

—Eso… ¡eso dolioooo!

—…hubiera sido mucho más conveniente para mí que hubieras quedado inconsciente con ese golpe.

Cuando la visión de Momo se recuperó, vio a Menou de pie frente a ella, con un aspecto realmente incómodo.

Los ojos de Momo se llenaron de lágrimas mientras la parte posterior de su cabeza empezaba a palpitar de dolor, pero se mantuvo consciente por pura fuerza de voluntad.

La habían golpeado en la nuca con la empuñadura de la daga. La cuestión fue cómo.

—¡Sen…pai! ¡¿Cuándo te has vuelto tan bueno en el Camuflaje Guía como para poder usarlo mientras te mueves?!

—He estado practicando un poco. Tengo que progresar constantemente, o mi excepcional asistente podría superarme.

Menou había ocultado su brazo real con el Camuflaje Guía y, al mismo tiempo, había creado un ataque de finta con la Luz Guía. Hace sólo dos meses, lo mejor que podía hacer era mezclarse con su entorno mientras permanecía perfectamente inmóvil; esto era un progreso notablemente rápido.

El ataque estaba pensado para que no fuera mortal, pero Momo apenas consiguió mantenerse consciente.

Cayo al distraerse conlosencantamientosde cresta. Menou era increíblemente hábil a la hora de atraer la atención de su oponente exactamente donde ella quería. Utilizar su línea de visión para atraer la mirada de los enemigos más avispados, lanzar su daga como distracción oesconderse con el Camuflaje Guía; siempleaba todosestos métodos a la vez, podía atacar por sorpresa a alguien estando justo delante de esa persona. Momo era consciente de todo esto, pero estar realmente en el extremo receptor era otra historia.

Sirvió como recordatorio de la fuerza Menou, la cual se basaba puramente en la tecina, pero no podía dejar que su senpai la derribara ahora.

En lugar dedejarse vencer, decidió volver a intentar ganar tiempo hablando.

—Senpaaai…

—¿Qué pasa? ¿Quieres rendirte? Porque deberías–

—Lo recuerda todoooo…

Y efectivamente—Menou mordió el anzuelo.

—¿Recordar…?

—Así es–Akari  Tokitou  lo  recuerda  todo. Retrocedió el tiempo de todos en el mundo, tal y como tú teorizaste. Y lo que es más; ha estado ocultando el hecho de que retiene sus recuerdos a propósito luego de cada repetición.

Menou vaciló—

—Ella ya sabía cómo iba a transcurrir este viaje.

—…ya veo—. Exhaló en silencio.

…sin embargo, no se mostró demasiado preocupada. Lo más probable es que ya supiera que era una posibilidad. Momo y Menou ya habían discutido la teoría de que Akari podría estar rebobinando el tiempo a gran escala.

Durante su charla, habían supuesto que los recuerdos de Akari también se habían restablecido, aparte de hablar una vaga sensación de dejavu.

—…te conto que sucederá algo horrible, así que decidiste tomar medidas drásticas para cambiar el futuro a la fuerza, ¿no?

—¡Exacto!

—Entiendo. Admito que yo también tuve la culpa, pero creo que debiste haber discutido las cosas conmigo primero. La posición de una sacerdotisa asistente no es tan importante como para decidir todo por tu cuenta.

—Pero hay cosas que no podemos decirte.

Momo no quería que Menou conociera que tan profunda era la devoción de Akari. Los celos no tenían nada que ahí; «en una resignación absoluta, esa idiota ha estado viajando incansablemente en el tiempo con tal de salvarla, ¡utilizando incluso sus recuerdos como pago, por amor al señor!». Tenía miedo de los cambios que saber eso podría causar en su estado mental, y el descubrimiento bien la llevaría a decidirse a intentar salvarla.

Y si nada cambiaba, Menou iba a morir.

—Momo… ¿exactamente qué va a pasar?

—Es un secreeeto.

—Ya veo.

Momo se preparó. A cambio de ceder una pequeña cantidad de información, había ganado suficiente tiempo para que su mente se recuperara del golpe.

—¿Podrías rendirte ya, por favor? Tendré que castigarte por actuar sin mi permiso. Pero si lograste sacarle información valiosa de Akari, estoy dispuesta a ser indulgente.

Momo estaba clasificada como sacerdotisa y Verdugo, pero sólo como asistente. Desobedecer las órdenes de su superior era digno de un castigo severo.

—Por otro lado, si te niegas a parar, te das cuenta de que te espera un mundo de dolor, ¿verdad?

—Cualquier dolor infligido por mi senpai sería todo un placeeeer… sin embargo, me temo que tendrá que esperar un poquitín más, ¡poooorfis!

Pero todavía no habían resuelto nada.

No retrocedería mientras la vida de Menou estuviera en juego. No podía dejar que su senpai se encontrara con Akari. Se negaría a ceder, incluso si eso significaba sacrificar su posición.

Su objetivo era aguantar hasta que Menou tuviera que renunciar a Akari.

«¿Podré escapar?» Momo se estremeció ante la idea.

Estaba difícil. Huir sola era una cosa. «Si lo consigo, podría recuperar a Akari, subir a un tren y huir». Por desgracia, era demasiado optimista suponer que todo saldría tan bien. La sola idea podría ser una fantasía.

Aun así, tenía que hacerla realidad.

Y viendo que Momo no parecía dispuesta a echarse para atrás, los ojos de Menou se endurecieron. Su firme determinación de ganar a toda costa erizó la piel de Momo.

Justo cuando la batalla estaba a punto de reanudarse—algo las interrumpió.

—Es suficiente—, declaró una voz fría, seguida de una enorme espada que con estruendo se clavó en el suelo entre ambas jóvenes.

Akari tuvo suerte de no morir luego de que Momo la arrojara por encima del muro y más allá.

Justo antes de empezar a caer, su ropa se enganchó en un conducto unido a una pared, lo que freno considerablemente su caída. El conducto en cuestión resultó dañado en el proceso, y aunque se sintió culpable por ello, logró escapar sin causar un escándalo.

Ahora que estaba fuera de la vista de Menou, empezó a correr tan rápido como pudo, tal y como le dijo Momo.

—Momo… tan bruta como siempre…— refunfuño Akari, apenas rebosante de gratitud. Y en realidad, ¿qué tan agradecida se podría estar con alguien que la arrojo por encima de una pared?

Tras diez minutos de marcha, se detuvo y miró al cielo—

—¿Dónde estoy…?

…estaba perdida.

Entro en conciencia de que se hallaba en una zona a las afueras de la ciudad, en una calle lateral aún más oscura.

No cabe duda que Momo la maldeciría con toda la labia de un demonio si lo supiera, pero Akari no consideraba que fuera enteramente su culpa. Después de todo, ella nunca había estado antes en este lugar. Además, habían evitado las carreteras principales para no ser vistas, ya que Menou podría estar persiguiéndolas. Tampoco ayudaba el hecho de que ser lanzada por los aires la desorientara por completo.

Juntándolo todo—Akari se encontraba tan perdida como cualquier niña separada de sus padres.

—¿Qué debo hacer ahora…?— mirando al cielo, percatándose de que el solempezaba a ponerse, se cruzó de brazos y pensó mucho.

Ella y Momo habían acordado un lugar de reunión por si se separaban. Como tal, comprendía que debía dirigirse a la estación de tren, pero no tenía la menor idea de cómo llegar…

Estaba de pie contemplando el problema con una expresión evidentemente tonta en su rostro cuando una voz la llamó:

—Oye, ¿pasa algo, preciosa? ¿Te perdiste?—, provino de un chico de aspecto rudo bloqueando la salida del callejón detrás de ella.

Yno era él solo. Estaba en un grupo conformado por él y otros dos en total; todos los cuales sólo podrían describirse como vulgares rufianes.

Evidentemente, Akari se había metido en una zona frecuentada por los delincuentes locales.

—¿…y ustedes son…?

—Jaja, no hay porque ser tan curiosa, preciosa.

—Si te acercas para que podamos verte mejor, supongo que no tendríamos problemas en decírtelo—. Los jóvenes se rieron mientras se aproximaban.

Basándose sólo en las apariencias, Akari parecía un blanco fácil. No se veía fuerte de ningún modo y, además, su pulcra vestimenta contribuía a darle la apariencia de una joven inocente y acomodada. Estar de pie en un callejón vacío como este estaba destinado a atraer la atención equivocada.

Parecían tener más o menos la misma edad, pero cualquier chica normal y corriente estaría temblando de miedo si esos rufianes se acercaran a ella.

Sin embargo, Akari no se asustó en lo más mínimo.

Gracias a que Momo la había arrastrado de un lado a otro durante los últimos días, se había acostumbrado de forma preocupante al combate. Estos delincuentes de bajo nivel no eran ni de lejos como los criminales que ella y Momo habían golpeado recientemente.

«No parece que valga la pena hablar con ellos».

Con la intención de usar la Suspensión para convertirlos en estatuas durante el siguiente medio día o más (un pensamiento claramente violento que demostraba lo mucho que Momo había influido en ella) se preparó para apuntarles con el dedo—y en ese momento, se sumó otra presencia al callejón.

—Hmm, conozco a esta chica. No puedo permitir que le pongan una mano encima.

—¿Huh? ¿Quién demonios er–? ¡¿AARGH?!

Entró en el callejón y mandó a uno de los chicos a volar con un magnífico puñetazo.

Sus amigos abrieron la boca para protestar furiosamente, pero se tragaron sus palabras cuando contemplaron aterrorizados a la intrusa.

Les había interrumpido una mujer alta cuyo cabello rubio tenía toques de rojo.

Desprendía un aire muy distinto al de Akari. Aunque su atuendo dejaba al descubierto mucha piel, su notable figura inspiraba más admiración que lujuria. La espada que llevaba dejaba claro que era un caballero, pero incluso sin la enorme espada en la mano, era evidente a primera vista que sería una mala idea meterse con ella. Los chicos huyeron sin siquiera una palabra de despedida.

—Bueno, hola de nuevo.

Akari también reconoció a su salvadora.

Sólo se habían visto una vez, y ambas llevaban trajes de baño, lo que había dejado una fuerte impresión.

—Tú eres, umm…

—Ashuna Grisarika. Y tú eres Akari Tokitou, ¿correcto?

Se volvió a presentar, pareciendo no molestarle que Akari no pudiera recordar inmediatamente su nombre, y continuó con una pregunta.

—¿Qué haces en un lugar como éste? Puede que sea una ciudad turística, pero aun así no es seguro que alguien vaya sola por los callejones.

—Eh… como que me perdí un poco—. Se rascó la mejilla tímidamente, y luego pensó que podría sacar lo mejor de la situación poniendo ojos de perrito. —Supongo que no podrías guiarme hasta la estación como un…

Justo cuando estaba haciendo la petición, su estómago gruñó de repente con fuerza.

Akari se llevó instintivamente las manos al estómago y su cara se puso roja de vergüenza. Ashuna le dedicó una sonrisa encantadora.

—Estaré encantada de guiarte, pero… ¿te invito una comida?

Con las mejillas aún enrojecidas, la Errante hambrienta asintió sin decir nada más.