Buta Koushaku ni Tensei Shitakara, Kondo wa Kimi ni Suki to Iitai (NL)

Volumen 5

Interludio 2: La Otra Batalla

Con destellos en los ojos, Charlotte observó el grupo de aventureros a gran escala en acción. Habían protegido a un gran número de refugiados durante todo el camino hasta aquí, desde que el grupo partió de Zenelaus.

“¡Todo bien! ¿Cuál es el lema del Convoy Armado? ¡Cántalo!” gritó un hombre.

“‘¡Debemos asegurarnos de que nuestros queridos clientes estén ilesos por todos los medios!’ ¡Pero estas son algunas circunstancias muy extremas a las que nos enfrentamos, Capitán Zoroark! Estos estúpidos monstruos están saliendo de las mazmorras como si no hubiera un mañana, y—” El segundo hombre dejó escapar un grito de sorpresa. “¡¿Cuándo se acercó tanto ese ogro de dos cabezas?! ¡Se ha vuelto completamente loco!”

“¡Capitán! Si matamos a ese monstruo, la mazmorra podría autodestruirse—”

“¡Idiota!” espetó el capitán. “¡Esa cosa ya es la marioneta del Lich! ¡Incluso si el ogro muere, la mazmorra de Dual Heads permanecerá intacta! Y deja de quejarte, ¿quieres? La reputación de El Convoy Armado se basa en el hecho de que nos quedamos hasta el final de cualquier trabajo. ¡No hay una sola falla en todo nuestro historial! ¿Saben por qué están usando equipos mucho más avanzados de lo que se merecen en su nivel? ¡Eso es porque siempre escoltamos a nuestros clientes correctamente, cada vez! ¡En cualquier caso, infórmeme una vez que todos nuestros clientes hayan terminado de cruzar el Gran Puente de Galland!

La ciudad industrial de Galland era un lugar donde innumerables chimeneas subían hacia los cielos. Era la ciudad que suministraba todo tipo de armas y equipos a la totalidad de la Unión Freedom, y era famosa por ser la única ciudad a la que se podía viajar desde y hacia Zenelaus.

En el lado de la ciudad de Galland que miraba a Zenelaus, había una grieta colosal tallada en el desierto, y la estructura que cruzaba esa brecha se llamaba el Gran Puente de Galland.

El Convoy Armado escoltaba actualmente unas pocas docenas de carruajes a Ciudad Galland, y Alicia y Charlotte se encontraban entre los pasajeros. El agitado ogro de dos cabezas, un jefe de capa intermedia de la mazmorra de rango A llamado Dual Heads, estaba pisándoles los talones. Afortunadamente, la pareja logró cruzar el Gran Puente de Galland con el convoy en el último momento posible y llegaron a una zona segura.

“¡Somos el Convoy Armado! ¡No dejen que ninguno de estos cretinos pase este puente!” ordenó el capitán.

“¡Capitán Zoroark! ¡¿Qué hacemos con ese doble ogro enloquecido?!”

“¡Lo enfrentaré y les mostraré! ¡Ya he tenido suficiente de que mi corazón se acelere como loco cada vez que pasamos por su guarida, ya ves!”

Un gran grupo de aventureros estaba al acecho en el puente, y obligaron a los monstruos entrantes a caer por los lados, hacia la grieta, uno tras otro.

Estos aventureros tenían un contrato con el propietario de Ciudad Galland, un rico comerciante. Sin embargo, los monstruos atraídos aquí por el Convoy Armado eran una manada demasiado grande para ellos.

“¡Capitán, hemos visto refuerzos provenientes de Ciudad Galland! ¡Parece que nuestro amigo Harrie, que se adelantó para informarles de nuestra emergencia, llegó de una pieza! ¡Había acertado en su elección, Capitán! ¡Harrie es un gran ansioso, así que estoy seguro de que hizo que nuestra situación fuera exagerada cuando lo informó!”

“¡No te hagas ilusiones! En este momento, todos los ases están en Zenelaus, ¡así que no nos quedan muchos! ¡Escuchen, todos! ¡No olviden que fuimos nominados directamente por el Ojo del Loto Carmesí como guardias para este último viaje de escolta!”

Para estos aventureros, esto no era nada fuera de lo común. Fue precisamente por esta razón que el Imperio Dustour consideró a los aventureros de Zenelaus como el mayor obstáculo para su objetivo de unir el continente bajo la bandera de Dustour.

Detrás del Convoy Armado, aparecieron aventureros de Ciudad Galland que habían venido en respuesta a la solicitud de ayuda, cada uno dirigiéndose al otro lado del puente.

“¡Oye! Señorita Charlotte, ¡¿por qué se bajó del carruaje?! ¡Tenemos que refugiarnos en la ciudad lo antes posible!” exclamó Alicia.

“¡Lady Alicia! ¡No podemos huir solas mientras todos siguen luchando

aquí!”

“¡No digas esas tonterías! ¡Señorita Charlotte, está haciendo trampa con la magia!”

“¡¿Eh?! ¡¿Qué estás diciendo?! ¡No estoy haciendo trampa de ninguna manera! ¡Te lo demostraré ahora mismo, con esta varita que recogí en Zenelaus!”

Charlotte había vivido con todas estas personas durante los últimos días mientras viajaban juntos para evacuar. Los aventureros de Ciudad Galland la instaban a buscar refugio de inmediato, pero no podía dejar atrás a estas personas y escapar sola.

“¡Vamos, Lady Alicia! ¡Vamos a cruzar el puente también!”

“¡No seas ridícula! ¡Ni siquiera eres un aventurero, ¿recuerdas?! ¡Se supone que debes estar protegida, no el que protege a los demás!”

“¡Pero están luchando! A este ritmo…”

Debido a las súplicas desesperadas de Alicia, Charlotte no podía moverse de su lugar. Miró al extraordinario ser que sostenía en sus brazos.

Incluso mientras los monstruos habían atacado a más de varias docenas de carruajes, esta mascota… no, este Gran Espíritu no había ayudado en absoluto. Parecía que este pequeño no la salvaría, incluso durante tal crisis…

Charlotte se mordió el labio. “¡Pero a este ritmo…!”

De repente, Charlotte sintió algo desde arriba. Alguien le había dado una palmadita en la cabeza cuando comenzaron a cruzar el puente con paso lánguido pero seguro.

Esta breve interacción había sido el desencadenante de todo: el momento que decidió el destino del monstruo de dos cabezas de la mazmorra de clase A Dual Heads, que estaba asaltando el Convoy Armado.

“¡C-Capitán! ¡¿No se suponía que todos los poderosos aventureros estaban en Zenelaus?! ¡¿Y qué diablos es esa espada?! ¡Casi parece el Flamberge de Archflare!”

“¡Mantén esto entre tú y yo, pero en realidad escuché que un aventurero escandalosamente fuerte había venido a Galland hace un tiempo!” gritó el capitán.

Ciudad Galland fue un importante centro industrial para La Unión Freedom que suministró armas y equipos a Zenelaus. Sin embargo, debido a que el Ojo del Loto Carmesí reunió sistemáticamente a todos y cada uno con potencial de combate en el país, las propias capacidades militares de Galland se desplomaron.

Sin embargo, nadie podría reprocharle que lo hiciera. Si la Unión Freedom realmente pudo derrotar a uno de los Tres Mosqueteros, e incluso si un lugar tan crítico como Ciudad Galland fue sacrificado como resultado, aún sería una ganancia neta.

Los ricos comerciantes de la Unión Freedom eran muy astutos para equilibrar sus ganancias y pérdidas. Incluso para estos avaros tacaños, perder Ciudad Galland parecía ser un precio aceptable a pagar a cambio de la cabeza de los Muertos Vivientes.

“¡Todos, apoyen a ese hombre! ¡Con ese tipo como nuestra principal potencia de fuego, aniquilaremos a los monstruos aquí juntos! ¡Y Gried, no intentes competir con ese hombre! ¡Déjale el ogro de dos cabezas a él!”

Charlotte jadeó. “¡Lady Alicia! ¡¿Por qué está Lord Silva aquí?!”

“¡No tengo ni idea! ¡No sé por qué, pero nada puede cambiar el hecho de que él está aquí! Más importante aún, Señorita Charlotte, ¡¿viste eso?!”

Charlotte vaciló, desconcertada. “Um, Lady Alicia, ¿a qué se refiere?”

“Oh dios, esto es malo. Esto es realmente malo. Por qué… Ese hombre…

¿Cómo es esto real…?” Alicia murmuró con incredulidad.

Había un hombre al otro lado del camino, al otro lado de una grieta tan grande que fácilmente podría considerarse una división de la tierra misma. Estaba intercambiando golpe por golpe con el ogro dual de dos cabezas solo.

El hombre no era un mago, pero casi parecía como si pudiera controlar la magia a su voluntad. Al igual que lo que había sucedido en ese entonces, en un día determinado en su memoria.

“¿Q-Qué pasa? Bueno, quiero decir, por supuesto que estoy bastante sorprendida de que Lord Silva esté aquí, de todos los lugares, pero… Solo pensé que es un hombre que realmente cumple sus promesas.”

“Que él esté aquí es impactante, ¡pero no es eso! Espere, Señorita Charlotte, ¿qué quiere decir con ‘promesas’?”

“Um, supongo que podrías decir que el Maestro Slowe lo llamó aquí…”

Hace casi una semana, Silva había llegado a Ciudad Galland, el lugar más cercano a Zenelaus. Habiendo decidido que atravesaría el desierto por sus propios méritos y sin guardaespaldas, se dirigió al Gremio de Aventureros para comprar un mapa. Fue entonces cuando los miembros del personal del gremio lo reconocieron y le transmitieron un mensaje del joven duque que se encontraba en Zenelaus.

El mensaje había sido una orden de que el hombre debía defender el Gran Puente de Galland a toda costa.

Slowe tenía conocimiento de un futuro en el que Ciudad Galland caería en ruinas y, por lo tanto, había llamado a este hombre.

“Oh… Huh…” Alicia hizo un gemido al darse cuenta. “¡Así es como es!”

“¿Lady Alicia? Um, tu expresión ha estado dando giros y vueltas impresionantes desde hace un tiempo…”

“Señorita Charlotte, he estado pensando durante un tiempo que está un poco inconsciente, ¡pero esto es demasiado! ¡Mira eso! ¡¿No deberías reaccionar un poco más?!”

A diferencia de Charlotte, que solo estaba sorprendida de que Silva estuviera allí, Alicia estaba temblando. Ella era la única que se había dado cuenta de la gravedad de la situación.

“¡La espada! ¡Mira esa cosa en sus manos! ¿No es esa la Espada Mística de Daryth? ¡¿No es la pena por sacarlo del país la muerte?!”