Fushi no Kami (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: Flores Fantasmas

Parte 4

De fondo, se podía escuchar a algunos de los asistentes chasqueando la lengua mientras esbozaban una sonrisa tranquila. Esto se convertiría en una feroz lucha a puerta cerrada.

“Por cierto, sé que todavía eres joven, pero ¿tienes una prometida, Sir Fénix?” preguntó el oficial.

“Bueno en realidad no…”

Aunque, había una chica que me agradaba y que había declarado que me arrebataría. Reflexioné sobre cómo explicar mi complicada relación con Lady Maika, pero todo lo que pude reunir fue una sonrisa irónica.

La oficial de Nepton asintió como si hubiera entendido la situación. “En ese caso, ¿te gustaría conocer a mi hija? Debido a nuestra posición, le di una educación estricta y se convirtió en una maravillosa jovencita. Ella es mi orgullo y mi alegría”.

Para evitar quedarse atrás, todos los demás también hablaron.

“¡Oh, mi hija también está buscando un candidato adecuado para el matrimonio!”

“Sir Fénix, ¿prefiere mujeres jóvenes o mayores?”

De alguna manera, me habían atrapado en su conflicto subterráneo. Sentí como si innumerables brazos hubieran comenzado a arrastrarme hacia el agua mientras me ocupaba de mis propios asuntos flotando tranquilamente en un anillo de natación.

Si hubiera aspirado a casarme, este habría sido un alboroto muy bienvenido, pero después de rechazar a Lady Maika, no tenía intenciones de aceptar ninguna oferta. Por el momento, decidí simplemente eludir el problema hasta que todos se calmaran.

Justo cuando estaba haciendo algunos comentarios evasivos para construir un muro protector, el Conde Gentoh, que había estado ocupado bebiendo todo este tiempo, se paró frente a mí. “¡Hey, todos! ¿Podrías calmarte un poco?”

Mi señor, ¿qué pasó? ¿Te quedaste sin ánimo? Todavía los necesito para futuras presentaciones, así que hoy no habrá segundas porciones. ¿Y no estás bebiendo demasiado?

Como no esperaba que me ayudara en esta etapa, estaba preocupado por la cantidad restante de los espíritus que había traído a la capital real. Sin embargo, las siguientes palabras del Conde Gentoh no fueron más que un salvavidas.

“Como su señor, puedo asegurarle que de hecho sería un gran marido, pero sería mejor posponer sus propuestas de matrimonio hasta después del Torneo de Lucha con la Espada Real”.

Al escuchar el consejo del Conde Gentoh, todos los presentes, incluido el oficial de Nepton, se quedaron en silencio con una mirada de decepción en sus rostros… Pero solo por unos segundos.

“Oh, ya veo, ya tienes a alguien en mente, ¿eh? Y quieres conquistarla en el Torneo Real”. La emoción infantil se apoderó del rostro maduro del oficial de Nepton. “¡Qué romántico! ¡De repente, no puedo esperar a ver el torneo de este año!”

Se estaba produciendo un gran malentendido. Pensaron que iba a participar en el Torneo de Lucha con la Espada Real, pero apenas recordaba su existencia hasta ahora. De ninguna manera iba a luchar en eso.

“¡Eso es todo lo que es! El ganador del torneo puede pedir todo tipo de cosas, ¡pero no hay nada más emocionante que alguien luchando en nombre de su amor apasionado!”

“Hace tres torneos fue la última vez que el ganador pidió la mano de alguien en matrimonio, ¿verdad? ¿Y no era también un caballero Sacula?”

“¡Sí! ¡El cazador de cabezas Sir Klein! ¡Ese torneo fue genial!” “¡Es maravilloso lo apasionados que son los hombres de Sacula!”

Mientras los hombres apretaban los puños y se convertían en un sofocante frenesí, las mujeres se desmayaban por el heroísmo romántico.

Y luego me di cuenta de por qué me habían dado la oportunidad de visitar la capital real. No me habían invitado personalmente, sino que me habían traído, o me habían atraído, debería decir, sabiendo que no podría resistir el encanto de la capital.

Cuando miré al Conde Gentoh, quien sin duda era un cómplice, me dio una sonrisa diabólica, como si dijera: “¿Así que finalmente te diste cuenta?”

“Ahora que lo pienso, escuché que Sir Fénix es un luchador consumado”.

“¡Es toda una hazaña tener tres medallas de plata de batalla a su corta edad!”

“¡Definitivamente podemos esperar una buena pelea!”

Lamento decepcionarlos a todos, pero no soy yo quien se volverá loco en el torneo.

Probablemente ni siquiera sabían que ella estaba aquí, la nieta de Su Excelencia. No era de extrañar que hubiera estado entrenando a diario e intercambiando golpes violentos con los guardias de la mansión, incluido Sir George. ¿Y mi papel en todo esto? Seré el trofeo del ganador.

Como de costumbre, Lady Maika había pasado la mayor parte del día blandiendo su espada y solo llegó a cenar al comedor en el último momento. Parecía que acababa de salir del baño, con el cabello húmedo pegado de manera desigual a la frente y la nuca.

“¡Ah, esto huele genial! ¿Qué hay para cenar?”

Regocijándose con el aroma que llenaba la cafetería, se sentó. Naturalmente, su asiento estaba al lado del mío. Aunque, por supuesto, eso no tenía nada de natural. ¿Por qué un simple caballero como yo cenó con la familia del conde? Y ni siquiera fue una cena pública oficial, sino solo una comida privada regular. Pero aparentemente, yo era el único preocupado por el sistema de clases. La casa del padre e hijo de sangre pura de Sacula, Lord Itsuki y el Conde Gentoh, estaban completamente comprometidos en una charla amistosa.

El rostro de Lady Maika se iluminó al ver la comida en la mesa. “Ash, tú hiciste esto, ¿verdad?” Ella se volvió hacia mí.

Tenía razón, pero había asuntos más urgentes que identificar al cocinero.

¿Por qué estaban tan empeñados en tratarme como a un miembro de la familia? Su comportamiento fue más aterrador que cualquiera de mis regaños habituales.

Mientras reflexionaba sobre mi falta de resignación, el Conde Gentoh recogió la declaración de Lady Maika. “Oh, ¿puedes decirlo? Sí, de hecho fue Ash quien preparó la cena de esta noche”.

“¡Por supuesto que puedo decirlo! Es un bistec de Hamburgo con vino y salsa de tomate. La gente aquí en la capital todavía no come tomates realmente”, respondió Lady Maika con tanta convicción como si acabara de proclamar que el sol sale todas las mañanas.

El conde Gentoh se sintió decepcionado por su desbordante confianza. Parecía que había querido sorprenderla. Lord Itsuki sonrió con ironía, dando a entender que había predicho este resultado.

“Más importante aún, comencemos a comer. ¡No veo la hora de volver a probar el bistec de Hamburgo de Ash!” Dijo Lady Maika.

“Quería ver la expresión de sorpresa en su rostro después de que dio un mordisco… pero este olor también me está dando hambre. Vamos a profundizar en.”

A la señal del Conde Gentoh, todos tomaron el bistec de Hamburgo, el plato principal de esta noche. El rostro del Conde Gentoh se iluminó inmediatamente después de dar su primer bocado al bistec de Hamburgo.

“¡Oh vaya! ¡Esto es delicioso! La salsa agridulce, deben ser los tomates. Es un sabor persistente tan rico como la carne”.

Para su segundo bocado, el Conde Gentoh se aseguró de agregar una gran cantidad de salsa. Su gran apetito te hizo olvidar su avanzada edad. Por otro lado, Lady Maika y Lord Itsuki, que habían comido el bistec de Hamburgo antes, inclinaron la cabeza en confusión. Rasparon la salsa antes de darle un segundo bocado.

Después de saborear completamente la carne, Lord Itsuki asintió. “Lo entiendo. Esta es una mezcla de carne diferente a la habitual. ¿Usaste menos grasas? Sabe bastante ligero y refrescante”.

“Eso es perceptivo de tu parte. Tienes razón.” Había tratado de ocultar el sabor más ligero de la carne con la rica salsa, así que no esperaba que nadie se diera cuenta en el segundo bocado.

“Ha ha, incluso si no estoy tan loco por el bistec de Hamburgo como Maika, sigue siendo una de mis comidas favoritas. ¿Qué carne usaste? Nunca antes había tenido este sabor”.

“El ingrediente principal es la carne de cerdo. En lugar de carne de res, agregué hígado y corazón de cerdo, así como algunas semillas de soja”.

Un bistec de Hamburgo con pseudo-tofu. Alto en proteínas y bajo en grasas.

“¿Soja? Por eso sabe más ligero de lo habitual. Podría comer esto todo el tiempo”.

“¿Es tan ligero y refrescante? Siento que el sabor es bastante rico…”

“Esa es la salsa, padre. Tiene un sabor robusto debido al fuerte condimento. Sí, esto sabe muy bien. Y lo más importante, ¡es fácil para el estómago! Esta podría ser una buena comida ligera para cuando esté agotado”.

De hecho, parecía un plato excelente y suave para Lord Itsuki, quien solía saltarse el almuerzo cuando estaba ocupado. Debería darle la receta al Chef Yacoo una vez que regresemos a Itsutsu.

El conde Gentoh le hizo una mueca a su hijo, como diciendo: “No seas tan viejo”.

Por cierto, me gustaría señalar que el Conde Gentoh todavía está completamente presente a pesar de todo el licor que bebió antes.

Por supuesto, Lady Maika, que era la más exigente con el bistec de Hamburgo entre todos los presentes, también había notado la diferencia en la carne. Después de escuchar mi explicación de las proporciones de carne, una vez más examinó todos los platos que tenía frente a ella.

El menú de esta noche consistió en lo siguiente: bistec de Hamburgo de cerdo, entrañas de cerdo y soja con salsa de tomate y vino tinto. Ensalada de verduras de temporada con aderezo de queso. Una sopa seca de mariscos a base de vieiras con ajo. Y por último, un zumo especial de cítricos con sal y miel.

Solo Lady Maika había notado el razonamiento detrás del menú. Ella había estudiado a mi lado más tiempo que nadie, y nuestro conocimiento acumulado era prácticamente el mismo. En consecuencia, ella fue la única que se dio cuenta. Ella se sonrojó y miró hacia abajo. Las miradas fugaces de sus ojos vueltos hacia arriba estaban al borde del juego sucio.

Reforzando mis defensas fingiendo no darme cuenta, seguí comiendo. Esto la llevó a hacer pucheros y mirarme. Sin embargo, una vez que reanudó su comida poco después, volvió a verse feliz.

“Antes de que se me olvide, permítanme contarles sobre la reunión de hoy”, el Conde Gentoh cambió de tema a medida que avanzaba la armoniosa cena. “Ash lo hizo muy bien. Aunque ya era amiga de todos los asistentes, todos mostraron interés en nuestra propuesta”.

“Por supuesto, estamos hablando de Ash después de todo”, intervino Lord Itsuki.

Ahí estaba de nuevo. La trivialidad que había escuchado innumerables veces hasta ahora. Finalmente, dejé de prestarle mucha atención una vez que comencé a escucharlo unas veinte veces al día.

“Nadie escapa a la persuasión de Ash”, comentó Lady Maika.

Esa declaración no la puedo dejar pasar. No puedo persuadir a todos.

Pero por alguna razón, Lord Itsuki asintió. “Sí, eso es correcto. ¿Supongo que también recibió muchas propuestas de matrimonio?”

Había sacado el tema con una sonrisa en su rostro, pero envió escalofríos por mi espalda. No es que hubiera hecho nada malo, conscientemente. No había accedido a ninguna reunión matrimonial, por lo que ni siquiera había entrado en el reino de la infidelidad. Mi único pecado fue rechazar la confesión de Lady Maika. Eso es malo. Digno de la pena de muerte.

Independientemente, el Conde Gentoh fue el peor infractor aquí por elegir este tema en primer lugar. En cuestión de segundos, traté de encontrar todas las excusas imaginables y simular cómo se desarrollarían en mi cabeza. Al mismo tiempo, observé la reacción de Lady Maika. Mientras su boca seguía sonriendo, sus ojos parecían fríos, como hojas de afeitar hechas de hielo.

Según mi simulación mental, la respuesta más eficaz parecía ser ganar algo de tiempo utilizando al Conde Gentoh como escudo antes de postrarme. Me preparé mentalmente para la maniobra. Realmente no he hecho nada malo, pero a veces solo necesitas disculparte incluso si no tienes la culpa…

Sin embargo, noté que la mirada de Lady Maika no estaba dirigida a mi yo resuelto y tembloroso, sino a la comida en la mesa. En un abrir y cerrar de ojos, su mirada fría y afilada se alivió, como si se la hubiera llevado una brisa primaveral.

“Bueno obviamente. Después de todo, es Ash”. Lady Maika sonrió mientras tomaba un vaso de jugo de fruta especial. A pesar de su sonrisa, todavía quedaba un poco de agudeza en sus ojos. Aparentemente, la brisa primaveral no había sido lo suficientemente fuerte como para eliminar su molestia. “Sé mejor que nadie lo encantador que es Ash. Me imagino que es popular”. Su sonrisa se hizo más grande mientras continuaba hablando. “Pero al mismo tiempo, también sé mejor que nadie lo difícil que es derribar sus muros”.

Su mirada ahora se parecía a la de un cazador que mira a su presa, y esa comparación todavía parecía un eufemismo. Era una mezcla hirviente de fuerte autoconfianza y loco anhelo, lo que implicaba que ella era la única capaz de conquistar mi corazón. Era casi como una valiente guerrera de una historia épica que se propone derrotar a un digno oponente. Sin embargo, su expresión era demasiado salvaje para ser la del héroe. Se parecía más a la princesa de las tinieblas lista para atacar.

“El único capaz de conquistar a Ash soy yo. Y tal vez…” murmuró la princesa de las tinieblas.

Mientras Lady Maika evaluaba su fuerza, el Conde Gentoh había llegado a la conclusión de que era el momento adecuado para sacar un sobre demasiado sofisticado del bolsillo interior de su pecho.

“Si Maika no está celosa, me encantaría invitarte a esta fiesta, Ash. No quiero mantenerlo en secreto y encontrarte cortado en un callejón después”.

Resultó que había mencionado este absurdo tema como una prueba para predecir el peligro que se avecinaba. Un movimiento inesperadamente prudente considerando su habla y conducta normales. También era digno de un conde cuyo territorio estaba constantemente en alerta de demonios. Aun así, ese era un tema bastante peligroso. Suavemente me limpié el sudor de las palmas de mis manos.

“No tengo ninguna objeción si está relacionado con el trabajo… ¿Qué tipo de fiesta es?”

“Sobre el papel, es una oportunidad para socializar con personas que generalmente no están en la capital. Con el Torneo Real acercándose y todo…” El conde Gentoh, que parecía sentir aversión incluso hacia la decoración del sobre, se rio con desprecio. “Ha ha, pero probablemente solo quieran investigar nuestros asuntos internos, ya que nos ha ido bastante bien últimamente. Y posiblemente, si las circunstancias lo permiten, aplastarnos bajo sus pies…”

“Eso no suena como una fiesta muy divertida. No soy bueno en ese tipo de interacciones…”

Cuando se trata de una persona claramente hostil, la mayoría de las veces cualquier intento de razonamiento es inútil. Y siempre había sido malo para tratar con personas irracionales.

“Sí, eso parece algo que Ash odiaría. Se refiere a esas personas como piojos mordedores molestos… “

Tenía una deuda con Lady Maika, quien a petición mía egoísta siempre se había ocupado de esos tipos hasta ahora.

“Pero tendré que pasar esta vez. Estoy demasiado ocupado entrenando. Lo siento, ¡desearía poder cuidar de los piojos que pican!” Lady Maika se disculpó con una expresión alegre, lo que era indicativo de su confianza en mí. “¡De cualquier manera, sé que puedes hacerlo, Ash! Dices que no eres bueno en eso, pero eso está de acuerdo con tus estándares, ¡lo que significa que en realidad eres decente en eso!”

“No estoy seguro de que así sea como funciona…”

De hecho, era tan reacio a reunirme con esa gente que cada fibra de mi ser se rebelaba ante la sola idea de ir a esa fiesta. Dejo escapar un suspiro.

“¿Está realmente fuera de discusión? ¿A pesar de que hablas tan bien?” El Conde Gentoh pidió confirmación mientras se acariciaba la barbilla.

“Me temo que sí. Realmente preferiría sentarme fuera de este… Especialmente porque no quiero cometer errores por descuido”.

Si tuviera tiempo para ir a una fiesta con tan pocos beneficios, preferiría ir al templo real y disfrutar hablando con la Srta. Tris y el Sr. Lusus.

“Está bien. No te obligaré si no estás a la altura. Aunque estoy seguro de que ella se sentiría más cómoda si estuvieras allí”.

“¿Ella?” Me rasqué la cabeza. ¿Alguien que conozco?

“Es una fiesta organizada en honor de Su Alteza la Princesa por sus seguidores”.

¿La princesa?

Dado que él había mencionado su comodidad, eso significaba que ni siquiera sus “partidarios” estaban realmente de su lado.

Me rasqué la cabeza al recordar mi último año en la academia militar. Mi compañera de cuarto que siempre estaba llena de curiosidad. Presumiendo de su amabilidad, le había prometido que siempre tomaría prestada su fuerza cuando fuera necesario. Mi dedo se movió de mi frente para señalar el sobre decorado en la mano del Conde Gentoh.

“¿Quién envió ese sobre de mal gusto?”

“Marqués Datara. Es espantoso, ¿verdad? Esta hoja de oro aquí es de muy mal gusto”.

“Oh, ¿es ese el marqués que tiene un cementerio de hombres lobo gigante en su territorio?”

Ese sobre fue una demostración de poder. Fue un intento transparente de mostrar la abundancia de sus recursos metálicos y su avanzada tecnología metalúrgica. Dependiendo del destinatario, eso podría haber provocado envidia y codicia. Sin embargo, en mi caso, solo me recordó a los asesinos mal preparados a quienes había vencido en su propio juego hace tres años.

Ese marqués usó su poder tan crudamente como siempre, e iba a organizar una fiesta con mi antiguo compañero de cuarto como invitado. Esa fue una razón más que suficiente para que yo tomara prestada su fuerza.

“Cambié de opinión. Me encantaría asistir a esta fiesta”.

La princesa de este reino se encontraba en una situación compleja y delicada. La razón se remonta a seis años atrás, cuando el príncipe del medio, el segundo en la fila, murió en un accidente.

En ese momento, corría el rumor de que no había sido un accidente sino un asesinato. Sin embargo, tales rumores eran comunes cada vez que moría una persona noble o influyente, por lo que la alta sociedad no lo pensó demasiado. El problema era la persona de la que se sospechaba.

Al principio, esa desgracia cayó sobre el príncipe más joven, el tercero en la fila. Era bien sabido que él y el segundo en la fila se habían llevado mal, entre otras cosas debido a la situación familiar por parte materna. Se podría decir que era razonable sospechar de él. Incluso la facción del tercero en línea tuvo que aceptar esto a regañadientes. Se resignaron a esperar a que los rumores se apagaran mientras negaban las acusaciones diciendo que tal crueldad no era la forma real.

En conjunto, la realeza y sus seguidores aristocráticos habían presentado una respuesta racional. Sobre todo porque incluso con la desaparición del segundo en la fila, la sucesión del trono no se había visto afectada. Los rumores vergonzosos que rodeaban al tercero en la línea eran, por lo tanto, similares a un incendio contenido de manera segura.

Y ese fuego de hecho se extinguió pronto. Sin embargo, no de la forma que esperaban los partidarios del príncipe más joven, o la mayor parte de la alta sociedad. El fuego había arrasado toda la mansión, literalmente. El tercero en línea también había muerto en un accidente.

Los rumores ya no eran solo rumores. ¿Un príncipe que muere en un accidente mortal? Posible. ¿Dos príncipes teniendo tales “accidentes” en tan poco tiempo? Altamente improbable. Entonces, las autoridades iniciaron una investigación examinando la posibilidad de conspiración y asesinato con respecto a la muerte de los dos príncipes. Los sujetos de esta investigación eran los que más se beneficiarían de la muerte prematura de las víctimas.

Por lo tanto, la cuarta en la fila para el trono, la princesa, se había convertido en la principal sospechosa. El profundo afecto del rey por su primera niña también pudo haber influido en que ella se convirtiera en el nuevo objetivo de los rumores. En ese momento, ella solo tenía ocho años. Aunque poseía ciertos poderes como realeza, no pudo ejercerlos a su corta edad. En consecuencia, los rumores no se detuvieron y la gente comenzó a creerlos.

No fue otro que el Marqués Datara quien hizo una apacible aparición ante la princesa para detener las acusaciones. El noble que proporcionó al reino los recursos metálicos rechazó rotundamente los rumores, argumentando muy lógicamente que una joven princesa de su edad sin ningún partidario real nunca habría matado a dos de sus hermanos mayores.

A primera vista, el marqués parecía simplemente un vasallo extremadamente leal a su rey. Incluso los lores que odiaban sus tripas tenían que admitirlo. Sin embargo, como esperaban esos señores, el marqués Datara no era digno de tal elogio. En lugar de tratar de calmar la situación, avivó las llamas.

“Si sospecha que Su Alteza la Princesa mató a sus dos hermanos mayores,

¿no debería también dudar de la inocencia de Su Alteza el Príncipe Heredero? La sucesión puede estar garantizada, pero eso no excluye otros motivos”.

Naturalmente, los partidarios del príncipe heredero no pudieron permanecer en silencio tras tal declaración. Las dos facciones comenzaron a acusarse mutuamente de ser los culpables, investigando al bando contrario y criticando incluso los comportamientos más triviales que nunca hubieran despertado sospechas.

Mientras tanto, la princesa se había convertido por completo en la marioneta del marqués Datara. Aunque ella no se pronunció, el marqués estaba haciendo correr la voz en su nombre. La princesita solo podía encerrarse en silencio en su habitación y callarse la lengua para evitar ser utilizada como una marioneta tanto como fuera posible.

Por cierto, la cuarta en la fila fue la primera niña del rey y, de hecho, la amaba profundamente. El conflicto entre el príncipe heredero y la princesa se hizo más intenso día a día, y justo cuando los señores anticiparon que las cosas se pondrían violentas, el rey finalmente hizo su movimiento. O más bien, debido a que la situación se había agravado tanto, el rey finalmente decidió intervenir.

El rey buscó el consejo de un pariente lejano. Eran el jefe de una región lejana, que no tenía ningún interés en la lucha por el poder en la capital real a pesar de su destreza militar.

“Se trata de mi hija”.

“Sí, es horrible lo que le está pasando”, respondió casualmente el noble provincial.

“Hm, ya no podemos ignorar las luchas internas de la familia real. Parece que algún bicho travieso ha estado avivando las llamas”.

“Un insecto con una voz fuerte y estridente”.

“Solo un noble prominente fuera de la familia real ganaría algo si empañara la reputación del príncipe y la princesa”.

El marqués Datara probablemente estaba conspirando para fortalecer su propia influencia llevando el conflicto entre los herederos del trono a su amargo final. Si bien parecía obvio que estaba tratando de arraigarse en la política nacional instalando a la princesa como gobernante títere, es posible que incluso planeara usurpar la corona. Lo haría con el pretexto de que la familia real actual devastaba la capital debido a sus propias disputas egoístas y, por lo tanto, ya no se podía confiar en ellos para garantizar el bienestar de la nación. Ese error fue el epítome del dicho de que “Los culpables son audaces”.

“Su Majestad, ¿cómo planea lidiar con la situación?” preguntó el noble provincial.

“Tenemos que deshacernos del travieso bicho. Ya no podemos lidiar con eso de una manera indirecta”.

“Sí, eso es verdad. Si tan solo Su Majestad hubiera actuado antes, esta situación podría haberse evitado… “

El hombre sentado en el trono asintió con gratitud al escuchar el cordial consejo del noble provincial, que se traducía en “Deberías haber hecho algo antes”.

El rey explicó por qué no podía hacerlo en su puesto. “Está seguro de que no se anda con rodeos. Idealmente, un rey se sienta de brazos cruzados en su trono. ¿No estarías de acuerdo en que si un dragón se elevara por los cielos todos los días, el reino sería un caos y eventualmente perecería?

“Sí. Incluso nuestro territorio no podría manejar uno todos los días”.

“Si usted y sus hombres no pueden manejarlo, nadie más podrá hacerlo. Por eso les pido consejo”. El rey rio. “¿Estarías dispuesto a albergar a mi hija?”

“¿La adorable hija de Su Majestad en una provincia rústica como la nuestra?”

“Bueno, el bicho malo se le pega a mi hija. Oficialmente, irá a uno de los balnearios del vizconde de Sukuna para recuperarse de una enfermedad. Una vez que la princesa está fuera de escena, no veo que el error cause más alboroto”.

Si bien el rey no mostró ninguna emoción, como padre él mismo, el noble provincial reconoció la renuencia de Su Majestad a enviar a su amada hija a un lugar lejano. Entonces, el noble provincial cayó de rodillas e hizo una reverencia antes de responder al padre compañero. “Muy bien, mi señor. Nuestra familia hará todo lo que esté a su alcance para proteger a la hija de Su Majestad”.

Encantado, el rey tomó la mano de su vasallo. “Tus palabras significan mucho para mí. Estoy contando contigo.” El rey inclinó levemente la cabeza, un gesto impensable, antes de sonreír. “Esto incluso puede terminar siendo una buena experiencia para mi hija. Es una chica muy curiosa y fuerte”.

Y así, Su Alteza la Princesa asumió la apariencia de la hija del noble provincial y viajó a un territorio remoto.

Como probablemente ya habrá adivinado, ese noble no era otro que el Conde Gentoh Sacula. Teniendo en cuenta cómo se las arregló para mantenerse como siempre cuando se enfrentaba al rey, no era exagerado decir que su fortaleza mental no tenía rival en todo el reino.

Hablando de la verdadera identidad de Su Alteza la Princesa, que se había disfrazado de hijo del Conde Gentoh y había ido a Sacula rebosante de curiosidad… Sentí alivio al pensar que finalmente podría llamarla por el nombre que ella había susurrado en mi oído esa noche.