86 [Eighty Six]

Volumen 8: Humo de Pistola en el Agua

Capítulo 1: El Cañon En El Castillo Alto

Parte 1

Se dice que no hay entrenamiento como la experiencia de combate en vivo. Y aunque hay algo de verdad en ello, una unidad que se dedica exclusivamente al combate en vivo verá su rendimiento disminuido a largo plazo. Un soldado no puede exhibir todas sus habilidades en el campo de batalla sin practicar.

La educación y el entrenamiento adecuados son imprescindibles para el éxito, ya sea en la habilidad individual o en las tácticas de la unidad.

Y así, el Grupo de Ataque Ochenta y Seis se encontró en los campos de entrenamiento de la base Rüstkammer.

Estos campos de maniobras estaban construidos en una representación exacta del frente occidental de la Federación; eran una mezcla de bosques y zonas urbanas.

Los bosques eran una parte seccionada de un bosque existente. Las zonas urbanas se construyeron sobre una zona deforestada y siguiendo el modelo de una antigua ciudad fortaleza militar imperial.

En  una  sección  de  estos  terrenos  de  maniobras  había  un  andamio  metálico  recién construido de un edificio, que iba a ser el próximo campo de batalla de la 1ª División Blindada del Grupo de Ataque. Las vigas metálicas eran lo suficientemente anchas como para soportar el tamaño y el peso de un Juggernaut. Estaban dispuestas en patrones ordenados y geométricos.

Dos armas acorazadas polipedales atravesaron esta malla de vigas verticales y horizontales. Sus marcas personales eran la de un esqueleto sin cabeza con una pala al hombro y dos mosquetes cruzados: el Undertaker de Shin y el Anna María de Olivia. Olivia había sido enviado al Grupo de Ataque como instructor de entrenamiento de la Alianza Wald.

Ambas unidades compitieron por posiciones ventajosas y se hicieron polvo cada vez que una de ellas se impuso. Fue una batalla vertiginosamente rápida, en la que cada uno de ellos llevó cada elemento de sus unidades —que habían sido desarrolladas para el combate de alta movilidad— al límite de su rendimiento.

Fue un simulacro de batalla uno a uno, con Olivia asumiendo la posición de un hipotético oponente. Las cabinas de los Feldreß solían primar la supervivencia sobre la comodidad, por lo que eran bastante estrechas. Pero en el caso del Stollenwurm, este rasgo era especialmente acusado.

El exoesqueleto personal ocupaba gran parte del poco espacio que había en el interior. La cabina no tenía espacio para pantallas ópticas, por lo que proyectaba la información óptica directamente en las retinas del piloto.

Sin embargo, Olivia perseguía a Undertaker no usando su vista física sino a través de su vista futura.

Visión futura. Sin una casa real que unificara su territorio montañoso y con los nobles de los pequeños territorios que formaban su territorio sin preservar la pureza de su linaje, sólo un único clan de la Alianza Wald conservaba este poder extrasensorial.

En el caso de Olivia, sólo podía ver tres segundos en su futuro personal e inmediato. El alcance de su poder dependía de los fenómenos de su futuro, pero podía extenderse hasta varias decenas de metros.

Sólo podía prever el futuro cuando utilizaba activamente su poder —su clan lo describía como abrir los ojos— y su capacidad no se activaba por sí sola cuando estaba amenazado.

Esto no era algo que Olivia pudiera compartir fuera de su clan, pero lo cierto es que este poder extrasensorial no era tan útil como cabría esperar. Usarlo continuamente le agotaba mucho, y no podía “mantener los ojos abiertos” todo el tiempo durante las operaciones.

Sin embargo, ya sea contra un humano o una Legión, Olivia rara vez sufría una derrota. O al menos, eso pensaba. Tres segundos de previsión… Saber qué haría la unidad enemiga en tres segundos era una ventaja táctica increíble.

Pero Shin fue capaz de compensarlo con la previsión inconsciente que le otorgaba su vasta experiencia de combate y su velocidad de reacción sobrehumana. Era como si pudiera oler la sangre antes de que se derramara. Tenía un inexplicable sentido de la intuición, como un sexto sentido en funcionamiento.

Un corte descendió sobre Olivia. Como se trataba de una sesión de entrenamiento, la hoja de alta frecuencia estaba configurada para no vibrar, pero si esto fuera un combate real,

Olivia no habría podido chocar cuchillas. Como no lo era, la desvió con un golpe horizontal de su lanza de alta frecuencia inactiva. No podía permitirse “cerrar los ojos”. Sin mirar constantemente al futuro, no era rival para Shin.

Aprovechando el impulso de su ataque desviado, Shin cambió la trayectoria de su espada a un corte diagonal. Al ver la intención de Anna María de alejarse de un salto, obligó a su unidad a dar un paso más con su pierna derecha delantera, ampliando el alcance de su ataque.

Olivia canceló su salto hacia atrás, que era una bravata, y esquivó de lado para evitar el ataque. Utilizando sus piernas como eje, Undertaker giró, extendiendo la longitud de su corte horizontal.

Todos estos eran movimientos intensos que hacían que incluso el Reginleif, construido para maniobrar con gran movilidad, chirriara en señal de protesta. Sin embargo, las habilidades de Shin permitían movimientos tan trascendentes.

Sin embargo…

Se enfrentaron docenas de veces, estando lo suficientemente cerca como para sentir el aliento del otro. Después de pasar tanto tiempo en un estado de concentración exacerbada que hacía perder la percepción del tiempo, Undertaker fue el primero en detenerse. Fue un único y breve momento, dedicado a llenar los pulmones de aire fresco.

Esa era la apertura que Olivia había estado esperando.

Anna María cargó hacia adelante, embistiendo a Undertaker a corta distancia. Ambos salieron despedidos entre las vigas del andamio, cayendo en picado. Shin tenía dieciocho años; aún era un adolescente, aunque se acercaba al final de la misma. Su cuerpo aún no estaba completamente maduro. En términos de fuerza física y resistencia, un hombre adulto como Olivia le llevaba ventaja.

Las dos unidades cayeron un piso, con sus extremidades enredadas. Cayeron al suelo como dos animales mordiéndose el uno al otro. Como Olivia desempeñaba el papel de un hipotético enemigo, no estaba conectado a Shin por radio o Para-RAID. Pero cuando el impacto del golpe sacó todo el aire de los pulmones de su piloto, Undertaker pareció agarrotarse de dolor.

Pero pronto balanceó sus largas patas como si fuera a golpear a su oponente, lo que hizo que Anna María esquivara saltando. Las patas de un Reginleif estaban equipadas con martinetes como armamento fijo. Olivia calculó que un impacto directo de éstos en la cabina probablemente dejaría a su unidad fuera de servicio.

Undertaker se alejó de un salto, utilizando sus cuatro patas para retroceder. Probablemente, Shin quería crear distancia entre él y Olivia mientras los daños del choque aún afectaban a su unidad, prefiriendo luchar desde lejos con su cañón de 88mm. No obstante…

“—No te dejaré hacer eso.”

Los movimientos de Shin eran lentos. A fin de cuentas el daño aún le afectaba. El salto de Undertaker fue lento, careciendo de la habilidad e intensidad anteriores de Shin, y Olivia lo atrapó fácilmente en su punto de mira.

Un disparado.

El cañón de 105mm de Anna María rugió como una bestia al disparar un láser invisible. Como no se trataba de un entrenamiento en vivo, el cañón disparaba un láser destinado al rastreo aéreo y de artillería, pero el fuego de descarga y el sonido del cañón estaban hechos para simular un fuego de cañón real.

El fuego de descarga cubrió el campo de Anna María, y el estruendo del cañón ahogó el sonido del motor de la unidad enemiga.

Olivia dirigió su atención a la pantalla del radar, sólo para descubrir que la mancha de Undertaker seguía allí. Aparentemente, el disparo sólo dio en una pierna…

Olivia “abrió los ojos”, confirmó la posición de Undertaker tres segundos en el futuro y apuntó el cañón de Anna María hacia donde estaba. Las llamas desaparecieron, y una vez que volvió su mirada al presente, la sombra blanca de la unidad enemiga estaba en el centro de su mira.

La pata delantera derecha de Undertaker estaba dañada e inmóvil. Incluso con parte de su movilidad perdida, mantenía su cañón de 88 mm fijado en Anna María… y la cubierta de la unidad colgaba abierta. Shin no estaba dentro…

… Había escapado.

Olivia miró a su alrededor y lo encontró escondido detrás de una estructura de piedra que ya se estaba desmoronando por los meses de entrenamiento. Tenía una rodilla en el suelo, con un rifle de asalto fijado en Ana María. Su cañón estaba teñido de azul, un identificador para un arma vacía utilizada en las maniobras de entrenamiento.

Como Olivia estaba jugando el papel de un hipotético oponente en este escenario, él estaba esencialmente jugando el papel de una unidad de la Legión. Y como la Legión no tomaba prisioneros, Shin había descartado su unidad dañada, pero tomó la decisión correcta de no renunciar a la voluntad de luchar.

Sin embargo, dado que se trataba de un entrenamiento, no había necesidad de continuar el combate después de esto. O más bien, luchar más tiempo sólo resultaría en una lesión innecesaria. Olivia “cerró los ojos” y se preparó para declarar la situación resuelta.

Pero antes de que pudiera, Shin disparó.

Por supuesto, su arma estaba vacía, y un rifle de asalto era ineficaz contra la mayoría de los tipos de la Legión. Los sensores del blindaje frontal de Anna María detectaron el impacto del láser de rastreo en la unidad, pero juzgaron que no causó ningún daño.

Pero al segundo siguiente, una alarma le informó de que su unidad estaba siendo apuntada… ¡¿por Undertaker?!

“¡¿Qué…?!”

La precognición de Olivia estaba desactivada, por lo que ya no podía ver el futuro. Este hecho le pilló totalmente por sorpresa. Incluso con su cabina vacía, el cañón de 88mm de Undertaker emitió su láser de reconocimiento balístico. Los sensores del blindaje del Anna María detectaron el “impacto” de un proyectil de 88mm APFSDS (Armor-Piercing Fin- Stabilized Discarding Sabot, Proyectil Perforador de Blindaje Estabilizado por Aletas con Casquillo Desechable Sabot).

Por primera vez en sus duelos con Shin, una notificación en la que se informaba a Olivia de que su unidad había recibido un daño incapacitante llenó la imagen proyectada en las retinas de Olivia.

“Eso fue un poco… No, fue muy injusto de tu parte, pero…”

Este campo de maniobras se había montado a toda prisa para la siguiente misión, por lo que no era muy grande. Desalojaron el terreno para que lo utilizara la siguiente unidad y se dirigieron a una tienda de campaña para el interrogatorio. Cuando entraron en la tienda, Olivia le habló así a Shin.

“Finalmente encontré una forma de burlar su habilidad, Capitán.” Dijo Shin.

“Si hubiese sido un combate real habrías muerto.” Olivia negó con la cabeza, mirando a Shin. “Sabías que me detendría aunque estuvieras vivo porque esto era un entrenamiento…”

Shin dejó una impresión de serenidad y desprendimiento, que contrastaba mucho con su espíritu infantil e inflexible.

“Realmente eres un mal perdedor, ¿no? ¿Todavía guardas rencor por lo que pasó en nuestra primera sesión de entrenamiento en la Alianza?” Preguntó Olivia.

“No hablabas en serio entonces, Capitán. Llevabas un uniforme de campaña en lugar de tu traje de vuelo blindado… Reconozco que eso no me gustó.”

“Oh… Bueno, en ese momento, la Abuela apareció de la nada y me dijo que fuera a un duelo con el Feldreß de la Federación.”

Dicha abuela era la Teniente General Bel Aegis, comandante del ejército para la defensa del norte de la Alianza Wald.

“Bueno, ya que te has vengado de mí, ¿qué te parece revelar tu truco?” Continuó Olivia. “Por supuesto, las cosas son diferentes si vas a decir que no lo revelarás hasta que pierdas contra mí y mueras.”

Shin se encogió de hombros con una sonrisa forzada.

“Desafortunadamente, eso… Es uno de los modos de disparo de la batería principal. Utiliza un sonido externo pregrabado como disparador. Viendo que ese sonido registrado es el de una pistola y el fuego de una ametralladora, diría que está planeado en torno a una situación en la que el piloto se ve obligado a abandonar su equipo y confiar en su arma de fuego básica.”

“¿El Feldreß de la Federación está equipado con ese tipo de características? No…”

Olivia se interrumpió y luego sacudió la cabeza. Ese ajuste del modo de disparo con sonido externo se añadió probablemente porque…

“Probablemente sea el Reginleif. Esa configuración es inútil en el combate normal.”

El combate de Feldreß era un asunto ensordecedor. Conllevaba el estruendo de los cañones, los explosivos de gran potencia, los aullidos del grupo motorizado y el sonido de los disparos de las ametralladoras pesadas y los gritos de la infantería acorazada.

El ruido del fuego de las ametralladoras era atronador comparado con la voz de un humano, pero en ese tipo de campo de batalla, se ahogaría fácilmente.

Incluso en una sesión de entrenamiento como ésta, esa función no se utilizaría mucho a menos que se dieran unas condiciones muy particulares.

“Se añadió porque una vez me encontré en una situación similar… pero nunca había utilizado esa función. Ni en el entrenamiento ni en el combate en vivo.”

“Me imagino que no lo hiciste. Y aun así, sacaste a relucir una característica tan difícil de usar, sólo para sacar lo mejor de mí. Eres un mal perdedor, ¿lo sabías?”

“Supuse que tu habilidad no funciona a menos que intentes activamente ver el futuro, así que traté de aprovechar eso.”

La sonrisa de Olivia desapareció de repente. El hecho de que no pudiera ver el futuro a menos que lo intentara activamente era algo que no le decía a nadie fuera de su clan. Esto también se aplicaba a Shin y a los otros Ochenta y Seis, aunque fueran sus compañeros en la misma unidad.

“… ¿Qué te hace pensar que es así?”

“Nadie te superó durante el entrenamiento, incluido yo. Pero durante nuestros ratos libres, saltaste cuando TP se abalanzó sobre ti, y una vez casi chocaste con Frederica en el pasillo… Eso me hizo pensar que no siempre ves el futuro, ni siquiera antes de meterte en problemas.”

Olivia levantó las manos sin decir nada.

“No hay mucho que decir, pero… touché. Aun así…” Luego sonrió. “Si tan sólo pudieras exhibir esa audacia y observación cuando se trata de la Coronel Milizé.”

Shin se puso rígido con un sobresalto. “… No estoy seguro de a qué te refieres.”

“Oh, en ese caso ¿puedo ser claro?” Dijo Olivia, su sonrisa se amplió. “Esa noche, parecías bastante deprimido.”

Shin tragó nerviosamente ante su obstinada insistencia en el tema. Esa noche. Shin le había confesado sus sentimientos a Lena, quien le besó como respuesta y luego, por alguna razón, salió corriendo. Estaba increíblemente confundido en ese momento, y la depresión vino después.

Él había pensado que Lena sentía lo mismo. ¿De qué otra manera podría haber explicado el beso? Pero no tenía ninguna garantía de que no se tratara sólo de sus propios deseos, y si ella sentía lo mismo, ¿por qué había huido? Pero si ella no sentía lo mismo, ¿por qué lo besó…?

Y así, su mente dio vueltas, y permaneció cabizbajo durante el resto de la noche. Todo el mundo notó la caída de su estado de ánimo, por supuesto. Raiden, Theo, Vika, Dustin, Marcel… y por supuesto, Olivia. Para ser exactos, todos le llevaron al bar que se había instalado en el recinto del hotel y trataron de ayudarle a recuperarse de su estado de shock.

Por cierto, tras huir, Lena corrió hacia Annette llorando. Annette, exasperada, acabó dejándola en el bar. Las otras chicas también la vieron: Anju, Kurena, Shiden, Grethe e incluso la jefa de personal. Rito y Frederica eran demasiado jóvenes para entrar en el bar, por lo que Resonaron con todos los demás mientras criticaban sarcásticamente a Lena.

En otras palabras, todos sus conocidos lo sabían.

Al día siguiente, ambos se habían calmado un poco. Shin se había dado cuenta de que Lena corría porque estaba confundida por sus repentinas palabras, y decidió que esperaría su respuesta.

Excepto que… aunque entendía que Lena estaba ocupada con sus deberes como comandante táctico ahora que su permiso había terminado… posiblemente, potencialmente, podría haberse molestado por el hecho de que hubiera pasado un mes, y ella hubiera mantenido todo el asunto en el aire.

¿Es ahora el momento adecuado para empezar a enfadarme por eso…? 

Mirando a Shin, que no era consciente de que ya estaba muy enfadado, Olivia esbozó una sonrisa forzada.

“Todavía tengo que ocuparme del entrenamiento de la 2ª División Blindada, así que no podré acompañarte en tu próximo envío. Pero por el amor de Dios, haz algo sobre esto para cuando vuelvas.”

“¿Si me permite decir algo, Capitán? Cállate.” Escupió Shin, con los ojos entrecerrados.

“Bueno, perdóneme por eso, Capitán Nouzen.” Dijo Olivia, mostrándole una sonrisa compuesta.

En el campo de maniobras se realizó un simulacro de batalla entre Feldreß. El fuerte chirrido de los paquetes de energía, el repiqueteo de las patas metálicas que se clavaban en el suelo y el atronador rugido de las torretas de 88mm llenaban el recinto.

Era el lugar perfecto para una conversación que uno no quería que otros escucharan.

Dejando a Shin, que llamaría la atención para bien y para mal, en la tienda, Raiden y los otros tres se reunieron en otro lugar.

“… La guerra podría terminar.” Dijo Anju, llevándose una botella de agua potable a los labios.

“Sinceramente, nunca creí que llegaría el día en que diríamos eso.” Dijo Raiden.

El fin de la Guerra de la Legión. Si conseguían la información que necesitaban y descubrían la existencia del cuartel general oculto, podría ocurrir. Y con ese hecho presentado ante él, a Raiden le invadió una sensación vertiginosa y absurda.