Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 4

Capitulo 6: Preludio Del Disturbio

Parte 10

El Señor Demonio pareció decidir que, incluso si sucediera algo inesperado, podía confiar en que Olgan los sacaría de apuros. Por otro lado, Olgan estaba bastante nerviosa por la sorprendente reacción del Señor Demonio. Ella esperaba un “no” definitivo.

Monkey Magic entró para otro ataque. “¡Hmph! ¿El miedo se apoderó de tu lengua? ¡Hablar en grande es todo lo que tienen los humanos, de todos modos!”

Balanceando Jingu Bang en todas direcciones, asestó tres golpes más al Señor Demonio. El líder de los simios mostró una sonrisa victoriosa al principio, que se empañó de dudas. Se preguntó cómo un simple humano podía soportar tantos golpes y ataques cargados, nada menos.

Finalmente, el Señor Demonio apartó los ojos del suelo. En el momento en que se encontraron con los ojos de Monkey Magic, el líder de los simios miró hacia el infierno, hasta el último mechón de su pelaje erizado.

Reflexivamente, llamó al bosque para llamar a su tropa. No sabía si sus secuaces-simios regresarían a tiempo.

“A-Algo no está bien con este tipo… Tienes que reunir a tus chimpancés para… ¡Gheh!”

Un rayo rojo atravesó los pies del kappa justo cuando intentaba darse la vuelta. Miró hacia arriba para encontrar a Olgan, un círculo mágico flotando a su alrededor.

“¡¿Gheh?! E-Eres Belph—”

“Flame Wall”.

Un muro de llamas estalló junto al kappa, separándolo por completo de Monkey Magic.

“¡Gheh! Mi cuenco… el cuenco principal… ¡se está secando!”

Temiendo que el cuenco que tenía en la cabeza se secara por completo, el kappa huyó al bosque. El Animadmiral estaba solo.

El líder de los simios ni siquiera pareció notar la aparición de Olgan. “¿Q- Qué estás…? ¿Cómo puedes… estar de pie… después…?”

Sus dientes crujieron y su cuerpo se congeló. Algo en lo profundo de su núcleo gritaba que se enfrentaba a un peligro mortal.

“Juguete interesante, pero no me derribarás con ese palo, incluso si pasaste mil años haciéndolo…”

Kunai, el Señor Demonio del Imperio, contaba con un HP astronómico de 40.000, lo que le permitía actuar como el jefe final del juego. Cuando el Señor Demonio dio un paso adelante, Monkey Magic usó su cola como un resorte y saltó en el aire. Sabía que este próximo ataque era de vida o muerte.

“¡Te mostraré mi verdadera fuerza! ¡Hwa-a-a-a-a!”

-¡Doblar! (Gasta los HP del usuario para aumentar el daño).

-¡Monkey Do! (Ofrece otro conjunto de ataques en cadena).

Activando todas las habilidades disponibles para él, Monkey Magic lanzó su mejor ataque posible hacia el Señor Demonio. Sin piedad, el ataque fue desviado por Assault Queller, acompañado de un ping frío. El líder de los simios abrió los ojos en confusión.

Mientras tanto, el Señor Demonio se acarició la barbilla en contemplación. “Hm… Aparentemente, ese bastón solo genera daño penetrante cuando lo usas solo como un Ataque Normal. No funcionó que pusiste algunas habilidades extrañas y ataques en cadena”.

“Por qué… ¡Hwa-a-a-a-a-a-a!” gritó el mono, rascándose furiosamente la cabeza.

“Teniendo en cuenta el riesgo de que te lo destruyan o te lo roben, no deberías depender tanto de tu arma”. El Señor Demonio se acercó al Animadmiral en un instante. El mono no tenía adónde correr. “Esa fue una experiencia interesante, pero realmente deberías entender las propiedades de tu propio equipo… Baldibald, ¿verdad?”

“¡No! ¡Mi nombre es Monkey Magic!”

“Y también estabas con un kappa… ¿Qué es esto, Viaje al Oeste? Vale la pena un tiro.”

Con eso, el Señor Demonio metió su mano en el vacío negro y sacó una pieza de armadura. Kinkoji, un artículo novato. Era una pieza de armadura destinada a proteger la cabeza, pero solo tenía un impulso de 2, al igual que el Halo de Ángel que le había dado a White. Se inspiró en el anillo que se usó en Viaje al Oeste para atar a Sun Wukong.

(Nadie le dio a esto una segunda mirada en la arena, pero…)

En Viaje al Oeste, Tang Sanzang lo apretó sobre la cabeza de Sun Wukong, usándolo para controlar al mono de espíritu libre.

“Vamos a causar mucha conmoción en este país por un tiempo, pero no tenemos malas intenciones. Si realmente eres el mono mágico, quiero que vayas a Gandhara y difundas esa noticia”. Lanzando referencias de la epopeya china, el Señor Demonio unió el Kinkoji a la cabeza del mono. Justo cuando pronunció “restringir”, Monkey Magic gritó de dolor, su rostro se puso rojo brillante. La historia de fondo a medias que el Señor Demonio le había dado al artículo para “apretar la cabeza de los monos que se portaban mal” cobró vida. Después de ver al simio retorcerse en el suelo en agonía por un tiempo, murmuró en voz baja: “detente”.

“¿Wah… ah?” Monkey Magic se detuvo. “Muy bien, restringir de nuevo.”

“¡Wah-a-a-a-a! ¡Detente, endeble humano! Los simios somos los magos del bosque…”

“Luces verdes más adelante, no hay señales de alto a la vista…”

“¡E-Espera! ¡Detente, por favor! ¿Cómo puede un humano—?”

“Hm… Estás tratando de hacer el desafío de ¿‘cuánto tiempo tardará mi cráneo en aplastarse’?” El descaro del Señor Demonio no se detuvo con el desafío abierto de cualquier activismo moderno por los derechos de los animales. Recogió Jingu Bang del suelo y lo guardó en su Carpeta de Artículos sin una palabra, probablemente para analizarlo más tarde.

“¡T-Tú ladrón…! ¡Devuélveme eso…! ¡Es mío!”

“Cómo te atreves. No lo robé. Lo voy a tomar prestado, tal vez para siempre”.

“Esa es la definición de… ¡Wah-a-a-a-a!”

“Detente. Apretar. St-tight. Stight. St-st-st …”

“¡Wah-a-a-a-a-a! ¡No puedo aguantar más!”

Ignorando cualquier grito de dolor, el Señor Demonio continuó con su noble experimento Kinkoji. Su vil crueldad se estaba convirtiendo totalmente en su condición de Señor Demonio. Era un espectáculo cómico de ver, pero era todo menos para el líder de los simios.

“No te preocupes. Haz lo que te digo y te lo devolveré”.

“¿E-En serio…?” Monkey Magic preguntó con lágrimas en los ojos.

Sin que él lo supiera, solo se estaba hundiendo más en el pozo sin fondo de arenas movedizas.

“Por supuesto. Pero sabes lo que eso significa, ¿no es así…?” La burla malvada del Señor Demonio drenó el color de la cara del mono. Se estremeció al imaginar la demanda del Señor Demonio. “Daré más órdenes más tarde. Manténgase fuera de nuestro camino hasta entonces”. Se volvió hacia el bosque. “Entonces eres Baldibald, ¿verdad?”

“S-Señor Shadow, mi nombre es Xiaoshou. Es un cuenco, lo juro. No soy calvo”.

“Dejaremos que los historiadores decidan eso, pero…”

“¡No es un concepto abstracto en debate! ¡No! ¡Soy! ¡Calvo!”

“Guárdalo para el juez.”

“¡¿Qué juez?!”

“Solo mantente fuera del camino, ¿de acuerdo? Desapareceremos cuando sea el momento adecuado”.

“O-Oye, señor. Qué estás tratando de… ¿Gheh? El desapareció…”

El Señor Demonio había regresado a Stealth Stance, y Olgan se había vuelto invisible de nuevo con magia. En retrospectiva, todo el alboroto le parecía a adultos mayores que se metían con los niños. El Señor Demonio se volvió hacia ella con una expresión rejuvenecida, como si acabara de concluir un partido amistoso de squash.

Creo que eso lo hace para el paseo de esta noche. También quiero preguntarte algunas cosas en la base.

Si hay algo que pueda responder…

Después de ver al Señor Demonio lidiar con el infame Animadmiral como un niño, incluso Olgan había perdido un poco de su calma. Por otro lado, el Señor Demonio sonreía ante el inesperado giro de los acontecimientos.

¿Qué podría ser mejor para él que obtener información del enemigo, además de Olgan? Sabía muy bien que confiar en información unilateral podía volverse peligroso. La información tenía que provenir de ambos lados y compararse y contrastarse.

Entonces volvamos a la base.

Si. Hemos recorrido un camino decente, pero… ¡¿Qué estás haciendo?!

El Señor Demonio acercó a Olgan por su cintura y viajó rápido.

En un instante, estaban dentro de la Guarida Secreta. Olgan miró a su alrededor en estado de shock. Casualmente, su compañero Mynk acababa de experimentar la misma sensación.

“¿Q-Qué hiciste…? ¡¿Alguno de tus poderes está realmente sellado?!”

El ataque de poderes extraños había confundido completamente a Olgan. Esta pregunta había salido como un arrebato de asombro, inusual para ella.

“Puedo saltar a cualquier lugar en el que haya estado antes. Comamos mientras hablamos”.

“La próxima vez que uses un poder loco… avísame”.

“Lo tomaré en consideración”.

En verdad, Olgan realmente quería objetar que él la agarrara sin previo aviso, pero no quería sonar como una adolescente. Con una expresión de mal humor, Olgan flotó desde el suelo y se sentó en la hamaca. Había sentido curiosidad por este mueble desconocido desde que lo vio por primera vez.

“Guarida Secreta, dulce guarida secreta. Es simplemente relajante aquí”.

“Claro…” Como por orden del Señor Demonio, Olgan pudo sentir que se relajaba.

En realidad, no podía luchar contra la abrumadora relajación que sentía dentro de la guarida. Aunque sabía que estaban en medio del territorio enemigo, confiaba en que nunca serían descubiertos. Incluso el balanceo de la cama tejida con cuerdas se sintió tranquilizador.

“Ahora, probemos el plato número uno, le mushroom…”

Colgando su abrigo y chaqueta en la pared, el Señor Demonio sacó alegremente el hongo que había cosechado antes de ensartarlo y colocar el pincho junto a la fogata.

Olgan también sacó una masa blanca desconocida de su bolso con la etiqueta “Sr. Carry-all. ” Le recordó al Señor Demonio el pan naan, pero no pudo distinguir qué era con seguridad.

“Lo primero es lo primero. Háblame de los habitantes de estos lares”.

“¿Los habitantes…?”

Olgan reflexionó durante unos momentos sobre la curiosa pregunta. La extraña sensación que había tenido sobre el Señor Demonio había culminado en una teoría. (Quizás algunos de sus recuerdos están sellados, junto con sus poderes…) Esa teoría parecía explicar algunas cosas que estaban grabadas en su mente.

Para el mitológico Ángel Caído Lucifer, Animania era prácticamente su patio trasero. No había forma de que no conociera a quienes lo habitaban. (¿O está comparando el mundo actual con cómo lo recuerda…?) Esta fue otra teoría natural que Olgan pudo alcanzar.

Ni siquiera podía imaginar cuántos milenios habían pasado desde la última vez que Lucifer vagó por el continente. Todo el paisaje de Animania podría haber cambiado desde su época, y mucho menos su demografía.

Con esa hipótesis, podía entender el entusiasmo del Señor Demonio por investigar el bosque.

Con esos pensamientos en mente, Olgan respondió. “No estoy segura de lo que estás buscando, pero este es un país gobernado por Dragonborn, apoyado por once Animadmirals”.

“¿Animadmirals?”

“Aparentemente, se basan en la leyenda de algo llamado ‘zodíaco’. El que acabamos de encontrar fue el simio Animadmiral”.

La palabra “zodíaco” resonó en la mente del Señor Demonio con nostalgia. No supo si era una traducción de una palabra no relacionada, o si era exactamente el zodíaco chino que conocía del Japón actual.

Lanzando el hongo perfectamente asado a su boca, el Señor Demonio continuó. Quería saber sobre los habitantes promedio, así como sobre los altos mandos. “¿Quién más vive aquí además de los Animadmirals?”

Olgan meció la hamaca de un lado a otro. “Las especies más conocidas de esta tierra son los enanos, elfos y gigantes. Hay muchas otras especies relacionadas con las bestias, como el toro o los lobos híbridos, pero los humanos los llaman ‘semihumanos’ en su conjunto”.

“Elfos, enanos, semihumanos…” El Señor Demonio gimió ante la lista de vocabulario de alta fantasía. Por supuesto, nunca había interactuado con ninguno de ellos, ni tenía conocimiento de ellos. Para él, bien podrían haber sido extraterrestres.

(Los conejitos aparentemente también eran semihumanos, pero vivían sus vidas entre humanos…)

Para su detrimento o no, los conejos, por lo que sabía el Señor Demonio, vivían dentro de las fronteras de Holylight. Imaginó que estaban mucho más cerca de los humanos que los Elfos o los Enanos que rara vez se mostraban a los humanos.

“Parece que aquí se entremezclan muchas especies diferentes. ¿Cómo se llevan?”

El Señor Demonio había llegado a comprender que incluso Holylight estaba dividida en numerosas facciones que luchaban por el poder. Y esas facciones estaban todas compuestas por humanos. Tenía curiosidad por ver qué tan bien coexistía un crisol de especies.

“Este país limita con el territorio de Hellion. No pueden darse el lujo de pelear entre ellos”.

“Ya veo. Un enemigo común… ”

Un país a menudo se unía cuando se enfrentaba a la presencia de un enemigo externo claro. Eso fue evidente en la historia. A veces, los gobernantes incluso conjuraron enemigos imaginarios para lograr este objetivo.

(Pero hay doce miembros del zodíaco chino… Son uno bajo).

El Señor Demonio le preguntó a Olgan sobre eso, pero ella negó con la cabeza.

“Lo siento. No conozco ninguna razón para eso, pero… ”

“¿Pero?”

“Cada uno de los Animadmirals puede enfrentarse cara a cara con un Hellion”.

“Hm…”

Olgan mordió su bocadillo tipo naan, habiendo encontrado un descanso en la conversación. El Señor Demonio encontró la forma en que masticaba su pan extrañamente adorable, sosteniéndolo con ambas manos y tomando pequeños bocados. “¿Esa cosa está sazonada?” preguntó. Había esperado que contuviera algo de queso o ajo, pero no podía oler nada por el estilo.

“Ha pasado mucho tiempo desde que probé algo”.

“… ¿Qué?”

“Era la mala comida o el veneno que contenía. Quién sabe cómo, pero he perdido el sentido del gusto”. Olgan explicó con total naturalidad, sin ningún sentimiento de tragedia.

Si bien parecía tratarlo solo como un golpe de mala suerte, el Señor Demonio no podía superarlo.

“Perdiste el sentido del gusto… Eso no puede ser bueno”.

“No hay daño por eso. Solo necesito tomar suficientes nutrientes para mantener mi cuerpo en funcionamiento”, murmuró Olgan, todavía mordiendo su naan.

El Señor Demonio no pudo evitar sentir pena por ella. No solo fue criada con una tortura inimaginable, sino que sus efectos habían persistido en la forma en que ella perdió el sentido del gusto.

(Ella es como Aku y Tron…)

Mientras que el Señor Demonio hizo una conexión entre Olgan y ellas, Aku y Tron ya no mostraron las expresiones muertas que habían usado antes de conocer al Señor de los Demonios. Su encuentro con él fue, para bien o para mal, un cambio de vida. Como un huracán abrumador que arrasó con todo.

Al ver al Señor Demonio perdido en sus pensamientos, Olgan esbozó una leve sonrisa. Ahora estaba segura de que había perdido parte de la memoria. El mítico Ángel Caído Lucifer, el gobernante de la noche, no poseía la capacidad de preocuparse por nadie más.

“Mira tu cara. Te llamas a ti mismo el Señor Demonio, pero tienes un lado suave,” se burló Olgan.

El Señor Demonio frunció el ceño desafiante. O tomó la palabra de Olgan, o decidió devolver el golpe mientras masticaba un hongo tras otro. “Hablando de un lado suave… ¡Mm! ¡Estos champiñones son deliciosos!”

Olgan se rio entre dientes al ver la locura del Señor Demonio.

Deseó que todos sus recuerdos del pasado desaparecieran. Prefería mucho al hombre antes que a ella ahora, el que actuaba tan egocéntricamente como el mito, pero mostraba bondad en él. …Olgan se apresuró a sacar ese pensamiento de su mente. (No, no, no… solo voy a usarlo por sus poderes). Habían llegado a un acuerdo. Los negocios eran los negocios.

La humanidad de su socio comercial no era de su incumbencia. (Tal vez esté más cansada de lo que pensaba después de hoy…) Olgan se acostó en la hamaca. El cómodo balanceo la acercó al sueño. Justo cuando sus ojos empezaron a cerrarse, un grito desgarrador la hizo sobresaltarse.

“¡Reeeeeeeeeee!”

“¡Woah!” El Señor Demonio gritó. “¡Este hongo acaba de chillar!”

Uno de los hongos en el fuego había gritado asesinato sangriento, provocando un grito del Señor Demonio. El Shadow Shroom era tan famoso por gritar ocasionalmente como por ser un manjar.

Al ver la fuente del sonido, Olgan se recostó. “Olvidé decirte que algunos de esos hongos gritarán. Según los críticos gastronómicos, los que gritan tienen un sabor excepcional”.

“¡¿Quién diablos querría comerse esta cosa?!”

“¡Reeeeeeeeee!”

“¡Cállate!”

Con una puñalada de la brocheta, el hongo finalmente se quedó en silencio. Olgan estuvo a punto de soltar una risita ante la escena ridícula, pero de alguna manera pacífica. No recordaba la última vez que había disfrutado de una velada tan relajante. (Creo que puedo dormir… bueno esta noche…)

Olgan había vivido una vida dura. Incluso después de escapar del territorio de Hellion, a menudo era perseguida por aquellos que intentaban traerla de vuelta o asesinarla.

Teniendo que estar siempre nerviosa, incluso durante el sueño, Olgan había olvidado hace mucho tiempo lo que se siente tener una buena noche de descanso. (Pero nadie nos encontrará… aquí…)

A estas alturas, estaba completamente segura de ello. Además, el hombre que arrojó los hongos restantes en su boca con el ceño fruncido la hizo sentir más segura que la base misma.

Era inimaginablemente poderoso, lo suficiente como para jugar incluso con un Animadmiral. Mientras permaneciera a su lado, estaba segura de que ningún diablo podría dañar su sensación de seguridad. (Me siento segura con él… ¿Así es como… se supone que un padre te hace sentir…?) Al ver las llamas de la fogata, Olgan disfrutó de la alegría de dejar que el descanso se apoderara de ti sin luchar. La hamaca se meció ligeramente para adormecerla.

Irónicamente, la sensación que Akira Ono había diseñado la hamaca para dar era la de estar dentro