Hige wo Soru. Soshite Joshi Kōsei wo Hirou (NL)

Volumen 4

Capítulo 7: Huellas

— A partir de ahí… nunca regresé.

Sayu estaba conectando palabras con las lágrimas acumulándose en las esquinas de sus ojos. Asami y yo estábamos escuchando la historia con la mirada hacia el suelo.

— Al principio, en verdad pensaba que me dejarían quedarme a dormir solamente por buena voluntad, pero no fue así. Algunos días después, me lo pidieron firmemente… y como yo no quería volver a casa en ninguna circunstancia, dije que estaba bien.

Después de decir eso, Sayu se rio auto despreciativamente.

— Es estúpido ¿verdad? Ni siquiera recuerdo el nombre de la primera persona.

— Sayu chan…

Asami tomó firmemente la mano de Sayu. Su voz temblaba.

— A partir de ahí, como ya se lo dije a Yoshida san, pensé que, si ya había sucedido una vez, no importaba cuantas veces sucediera después. Si ofrecía mi cuerpo tendría donde pasar la noche, así que deambulé haciendo esto varias veces. Y así fue como sucedieron las cosas desde que hui de casa… hasta que me encontré con Yoshida san.

Sayu volteó hacia mí y en ese momento las lágrimas corrieron por sus mejillas. Cuando vi eso, de nuevo sentí una fuerte opresión en mi pecho.

— Y esto es todo sobre mi pasado sobre el que debía contarles. Y les conté todo en orden cronológico, desde que salí de Hokkaido hasta mi encuentro con Yoshida san.

Después de decir esto, Sayu tenía una expresión en su rostro más refrescante que hacía unos momentos, aunque solo un poco. Solo con eso me siento aliviado, pensé.

— Vaya…

Inhalé y exhalé lentamente y luego asentí.

— Gracias por contárnoslo.

Le dije. Ella asintió varias veces y luego dijo:

— Gracias por escucharme.

— Sayu chan.

Debido a que Asami habló de forma abrupta, la mirada de Sayu y la mía se enfocaron en ella. Asami miró a Sayu a los ojos fijamente y luego dijo:

— Después de todo, te has esforzado para llegar hasta aquí.

Los ojos de Sayu se volvieron cristalinos por las lágrimas, comprendí que se debió a las palabras de Asami. Y luego, de nueva cuenta, las lágrimas se acumularon en las comisuras de sus ojos.

— Ajá.

Sayu asintió.

— Eres admirable.

Asami asintió, abrazando con su mano derecha y presionando contra su pecho la cabeza de Sayu y con su mano izquierda le acariciaba la espalda. Aun con la cabeza hundida en el pecho de Asami, Sayu dijo que si con la cabeza una vez más.

— Sí… me esforcé.

Después de decir eso, Sayu abrazó a Asami sorbió sus fluidos nasales y antes de si quiera darse cuenta; lloró a grito abierto. Yo también estaba a punto de llorar, pero me contuve. Sayu continuó llorando por algunos minutos y justo después de eso, se quedó dormida en el pecho de Asami.

— Era de esperarse… aunque solo conversó, es agotador contar las cosas a detalle ¿verdad?

Mientras decía esto, Asami retiró la cabeza de Sayu lenta e inmediatamente después la puso sobre la alfombra para dejarla dormir.

— Quizá lo mejor sea que duerma en la cama, pero si la levanto se despertará.

— Así es… dejémosla dormir ahí por ahora.

Puse lentamente la manta que Sayu usa habitualmente y luego me volví a sentar sobre la alfombra. Exhalé lentamente. Mis pensamientos estaban dispersos. Estaban entre la historia del pasado de Sayu y la expresión en el rostro con la que la contó. Esos pensamientos se arremolinaban y luego desaparecían, una y otra vez.

— ¿Te parece si salgo a fumar?

Cuando dije eso, Asami que parecía absorta en sus pensamientos por un momento, de inmediato sonrió levantando las comisuras de su boca.

— Te apoyo. Yo también saldré al balcón.

— No… olerás a cigarrillo.

— No importa, solo estaré un ratito.

Contestó Asami con indiferencia, y salió conmigo al balcón. Saqué un cigarrillo y lo encendí usando mi encendedor Zippo. Le di una fumada y exhalé. Después de completar ese proceso, me sentí extrañamente tranquilo.

— ¿Estás tranquila?

Asami quien estaba a un lado mío, me respondió mirándome de reojo.

— ¿Y tú cómo estás?

Respondió Asami con una sonrisa amarga.

— Yo también estoy un poco conmocionada.

Dijo Asami mientras recargaba su espalda en el barandal del balcón y con la mirada hacia el suelo.

— Pensé que le había pasado algo. Pero nunca se me ocurrió que le habían sucedido cosas como las que contó, honestamente.

— Yo también estoy igual.

De nueva cuenta, le di una fumada al cigarrillo, exhalé y continué.

— Fue capaz de hacer una amiga, la cual murió, y sin el apoyo de sus seres más queridos y cercanos como lo son sus padres para enfrentar la perdida… es algo insoportable aun para un adulto.

— Sin mencionar que era solo una estudiante de segundo de preparatoria.

Agregó Asami para ella misma diciéndolo como si lo cantara.

— Creo que en verdad ha huido mucho tiempo, ¿Cómo habrá sido todo ese proceso?

Después de decir eso, Asami me dio una palmada en la espalda.

— Aunque escapó debido a la desesperación, pudo encontrarse con alguien como Yoshida chi.

— ¿Qué quieres decir con “alguien como yo”?

Cuando fruncí el entrecejo, Asami sonrió satisfecha, y deliberadamente me golpeó ligeramente en un costado con su codo.

— Significa que eres una persona que le dio refugio a una chica de preparatoria y que no come nada delicioso.

— ¿Me estás elogiando?

Al parecer se le hizo algo divertido a Asami quien jadeó y luego puso una cara seria.

— Oye, ¿Y qué harás Yoshida chi?

— ¿A qué te refieres con que “¿qué voy a hacer?”?

Asami pareció impactada cuando le respondí con esa pregunta.

— Me refiero a Sayu chan. ¿Dejarás que regrese, así como está?

— Vinieron por ella, así que supongo que no tengo más remedio que hacerlo. Además, ¿No soy acaso un completo extraño como para intervenir?

Para ser honesto, después de escuchar la historia de Sayu, en verdad me pregunto si es conveniente dejar que Sayu regrese a casa. No obstante, incluso si dijera algo, seguía siendo en definitiva alguien ajeno a ese lugar, a esa casa y a esas circunstancias, y además con la existencia de alguien apoyándola como su “hermano mayor”, pensaba que no podía hacer nada.

— Soy un completo desconocido… ¿no?

Asami hizo un puchero para mostrar su inconformidad, así que la miré mientras echaba la ceniza en el cenicero.

— ¿Qué sucede?

— Nada.

Asami sonrió irónicamente, y luego me miró de reojo. Nuestras miradas se encontraron.

— Es solamente que pensé que involucrarte tanto a este punto, ¿no es algo extraño para un desconocido?

— Eso… bueno, no es que yo tampoco lo piense, pero… después de todo, esto es un problema familiar.

— Creo que estaría bien si esa familia estuviera del lado de Sayu chan.

Entendí muy bien lo que Asami quiso decir. Me parece que Asami tiene la esperanza de que le brinde algún tipo de apoyo a Sayu a partir de ahora. Sin embargo, pensándolo desde el punto de vista de un adulto, a fin de cuentas, estoy preocupado porque hacer algo más allá de alejarme sería demasiado imprudente.

Ya que, en cualquier caso, Sayu debe regresar a su casa en algún momento. Ha llegado el momento en el que de forma obligada tenemos que estar decididos y debemos ser fuertes. Pero ¿Bastará solo con eso?

— ¿Qué es lo que quiere hacer Yoshida chi?

Cuando Asami me preguntó eso de repente, me quedé sin palabras.

— Bueno… ¿Acaso no me escuchaste? No puedo hacer nada.

— Si te escuché, pero eso no fue lo que pregunté.

Asami interrumpió de forma mordaz lo que estaba diciendo.

— No me refería a lo que deberías o no deberías hacer.

La mirada de Asami estaba dirigida hacia mí.

— ¿Qué es lo que quiere hacer Yoshida chi? Eso fue lo que pregunté.

En ese momento, de nueva cuenta, me quedé sin palabras. ¿Qué es lo que quiero hacer? Al parecer había una brecha que lo dividía, la respuesta era obvia, pero ¿no era lo correcto? No lo entendía.

— Otra vez estás poniendo esa cara.

Asami estiró su mano de repente y puso su dedo índice entre mis dos cejas.

— Yoshida chi, ¿No es difícil pensar demasiado en esas dos cosas por separado?

— No es eso.

— Hace rato dijiste: “No quiero hacer algo incorrecto”.

— Lo dije.

— Bueno, Yoshida chi, en esta situación ¿Qué crees que sea “lo correcto”?

La pregunta de Asami lastimaba más “una parte dolorosa para mí”. Y tal vez ella estaba consciente de ello y por eso estaba haciendo esta pregunta.

— Yo…

De repente, varias imágenes de Sayu aparecieron en mi mente. Sayu usando la lavadora. Sayu cocinando. Sayu aburrida después de haber terminado las tareas domésticas. En todas estas imágenes estaba tranquila y me parecieron escenas “naturales”.

En el interior de su pecho duerme ese pasado sombrío que escuché hace unos momentos, y aun así sonríe ante los demás…y ese rostro sonriente era en realidad hermoso.

— Yo pienso que si Sayu sonriera de forma natural… sería algo bueno.

Dije eso antes de darme cuenta. Es cierto, ahora que lo pienso, me parece que solamente he pensado en esto desde que entró por primera vez en mi casa. Sentía que definitivamente, la cara sonriente de Sayu era fascinante. Creía sin dudarlo, que lo mejor para esa chica era reír infantilmente, ya que aún era una niña.

— En realidad, es más que eso… quiero que disfrute estar con su familia… que vaya a la escuela y tenga una vida estudiantil normal, creo que eso es lo primero que hay que resolver. Pero…

Asami escuchaba en silencio lo que estaba diciendo.

— Pero… además de eso, quiero que esa chica ría con naturalidad. Creo que quiero que sonría siempre como cuando está en mi casa, incluso en lugares en los que yo no esté.

Poor alguna razón, sentí que algo apretaba mi pecho mientras decía esto.

— Eso… es lo que deseo.

Y luego, justo cuando terminé de decir eso, sentí que todos los sentimientos que tenía “acumulados” en mi pecho se desvanecieron. Asami me miró fijamente durante algunos segundos y haciendo un pequeño resoplido se echó a reír de repente.

— Bueno, estaría bien si te ayudo a lograr eso.

Después de decir eso, Asami miró a Sayu que estaba durmiendo en la habitación.

— Sayu chan y Yoshida chi ya no son para nada “extraños”. Porque me parece que Yoshida chi siempre está pensando en que es lo mejor para Sayu chan.

Asami hizo una pausa en ese instante, y me volvió a mirar a mí.

— Por ahora, ¿No estaría bien si Yoshida chi pensara en que es lo que quiere hacer con respecto a Sayu chan?

— Que… es lo que quiero hacer…

Repetí una vez más esto y Asami asintió y continuó.

— Cuando tenemos cierta cercanía con alguien, me parece que la mejor forma de comunicación es “saber qué es lo que quiere hacer la otra persona”.

— Ya veo…

Mientras respondía con palabras cortas para hacer notar que estaba poniendo atención, ya de forma inconsciente, saqué un cigarrillo y lo encendí. Y luego, rápidamente me di cuenta de lo que había hecho.

— Perdón, ya encendí otro.

— Bueno, no importa. El otro ya se apagó y casi no lo fumaste, ¿No es cierto?

Asami respondió con bastante indiferencia y exhausta, se volvió a recargar en la barandilla del balcón. Cuando miré esa escena de reojo, inconscientemente solté una risita.

— ¿Qué?

Asami me miró inconforme por lo que yo negué con la cabeza.

— Mm, bueno… no siento que Asami sea una estudiante de preparatoria.

— ¿Qué? ¿A qué te refieres?

— No lo digo como algo malo. ¿Cómo decirlo?… te lo diré francamente… eres muy madura.

Dije eso y puse otra vez el cigarrillo en mi boca. Fumé y exhalé el humo. Siempre que estoy hablando con Asami, me hace sentir que me muestra la verdadera naturaleza de las cosas de las que no me doy cuenta.

Ciertamente Asami siempre emite un aura juvenil, pero siempre he sentido que, al mismo tiempo, de alguna forma proyecta cierta imagen propia de una persona adulta.

Le di varias fumadas al cigarrillo y mientras pensaba en esto, de repente me di cuenta de que no hubo reacción por parte de Asami quien estaba a mi lado. Cuando la miré, cubría su boca con la manga del suéter que le quedaba holgado, y con la mirada hacia el piso de forma poco natural.

— ¿Qué te pasa?

— Silencio, no me pasa nada.

— ¡Auch!

Asami me respondió con brusquedad y luego de repente me pateó.

— No te lo dije para burlarme de ti.

— ¡E…ese no es el problema!

— ¡Lo dije porque gracias a ti estoy me siento un poco aliviado…! ¡Me pateaste! ¡¿Por qué?!

— Silencio, ¡Idiota!

De alguna forma evité recibir la patada de Asami, solo con la mano izquierda, con la que no sostenía el cigarrillo. Asami de repente dejó de lado su actitud violenta, me miró varias veces, y luego murmuró:

— Yoshida chi solo debe tener ojos para Sayu chan…

— ¿Qué? ¿Y eso que significa?

— ¡Significa exactamente lo que dije! Si hay algo en lo que pueda ayudar, ayudaré, así que si hay algún problema contáctame de inmediato.

— Ahh…

Asami dijo eso, luego se dirigió a la sala y enseguida abrió la puerta.

— Es todo por hoy, me voy a casa. La ropa, la lavaré y te la regresaré pronto.

— Oh, ¿Está bien si no te acompaño?

— Está bien, pero dejando eso de lado, cuida a Sayu por mí.

— Vale.

Asami cambió el tono de su voz por completo, volviendo al de siempre y luego sonrió.

— Bueno, todo ha salido bien hasta ahora, así que todo saldrá bien después.

— Estaría bien que así fuera.

— Bueno, hasta luego.

Seguí con la mirada a Asami quien regresó a la sala, inmediatamente recogió sus cosas y salió para volver a casa. Cunado miré el cigarro en mi mano, otra vez ya estaba consumido casi hasta el filtro a pesar de que casi no lo fumé.

— ¿Qué?

Apagué el cigarro en el cenicero y suspiré. Pensé en sacar el tercero, pero me detuve.

— ¿Qué es lo que quiero hacer?

Murmuré eso mientras apretaba mi puño. ¿Qué es lo que quiere hacer Sayu? ¿Qué es lo que quiero hacer yo? Ambas cosas… seguramente son lo más importante. En la semana que nos quedaba, creí que debía esforzarme al máximo y era esencial pensar que es lo que debía hacer.