Youjo Senki (NL)

Volumen 3

Capítulo 5: Asuntos Internos

Parte 1

Quizás esto necesite ser confirmado. Somos soldados.

Como tal, si el gobierno de la patria desea algo, lo cumplimos.

La voluntad personal de uno en ese momento no es importante.

Teniente General von Zettour, de las actas de la reunión del Personal General.

UNA CIERTA DIMENSIÓN, UN CIERTO DOMINIO DE EXISTENCIA

El ser allí temblaba de alegría. “Hoo-hoo-hoo. ¡Maravilloso!”

Estaba tan feliz que casi alababa la gloria del Señor muy a su pesar. No, lo hizo. Para alabar solemnemente al Ser todopoderoso, levantó una cara piadosa al cielo y gritó aleluya.

Por supuesto, nadie en este lugar lo reprocharía por tal acto. Más bien, se unirían. Después de todo, eran criaturas de ese Ser tan inteligente como el Monstruo de Espagueti.

“Querubín, señor, ¿sucedió algo?”

“Oh, Arcángel, continua con el buen trabajo. Estoy tan feliz de que últimamente la fe haya crecido  a pasos agigantados.” Habiendo terminado su oración exaltante, respondió a la dirección con una sonrisa y alabó el regreso del Homo Sapiens al ciclo de la vida y la muerte.

Qué maravillosa noticia, los modales del Querubín casi proclamaron, expresando su alivio de que finalmente el orden había sido restaurado. Estos seres eran encargados de liderar a las criaturas conocidas como Homo Sapiens, guiar sus almas, y este era el primer informe positivo que recibían en bastante tiempo.

Y era natural que el Arcángel, al escucharlo, sonriera y expresara su aprobación. Naturalmente, celebró que las cosas eran como deberían ser. Era un himno para el Gran Señor, casi desbordándose de su corazón y su propio ser.

Oh Dios, Creador, eres genial.

 “Eso, de hecho, es muy bueno. Pero eso es extraño… espera.”

No obstante, la duda apareció en los rasgos finos del Arcángel. La fe restaurada y el regreso prometido al ciclo de la vida y la muerte era maravilloso. Si sus llamamientos a la gente hubieran sido efectivos, entonces eventualmente podrían guiar sus almas.

Pero de repente algo confundió al Arcángel. Tenía la sensación de que hace poco tiempo había escuchado algo diferente.

Todos eran iguales ante el Todo Poderoso, y fuera de la jerarquía de sus obligaciones, bastante tolerantes. Por lo tanto, se le permitía adivinar las palabras de un ser superior. Por eso, tal vez debería decirse…

Mientras el Arcángel se dedicará a la obra sagrada, tenía la obligación de preguntarle al Querubín cualquier cosa que no entendiera.

“¿Hmm? ¿Hay algo mal?” Y el querubín se vio obligado a responder.

Para ellos, los retrasos en los deberes sagrados eran imperdonables, por lo que todos y cada uno de los obstáculos tenían que ser superados.

Naturalmente, el Querubín respondió cortésmente con buenas intenciones, su voz suave.

Para él, era apropiado trabajar juntos en la lucha por la gloria del Señor.

Ambos sólo tenían buenas intenciones.

“Escuché que los ateos malvados han infestado su mundo.”

Por eso tenían que ponerse de pie y enfrentarse valientemente al mal. Era su deber sagrado.

“¡¿Qué?! Nada de eso está sucediendo en mi jurisdicción. ¿Sabes de quién es?”

Pero el Arcángel había planteado un problema del que el Querubín no había oído hablar. En su área, la gente definitivamente comenzaba a sentir la presencia de Dios.

Sí, todos se aferraban piadosamente a su voz, actuaban como era correcto para que sus criaturas actuaran y fervientemente deseaban la gracia del Todopoderoso Padre.

Para el Querubín, proteger y guiar a los humildes creyentes era una delicia; nada lo hacía más feliz. No, era su razón de ser. No fue creado para otro propósito que este.

Por eso sonreía alegremente.

Estos   seres   habían   trascendido   el   repugnante   hábito   del   seccionalismo,   pero, paradójicamente, la noticia de que el horrible mal intencionado del ateísmo había llenado los pequeños corderos que estaban destinados a proteger y guiar le dolió el corazón hasta el punto de estallar.

Sólo escuchar que los ateos estaban corriendo desenfrenados proyectaba una sombra sobre su hermoso rostro. Que tal cosa ocurriera en la jurisdicción de uno era realmente una gran pena.

Por lo tanto.

Por pura amabilidad y sentido del deber, tuvo que preguntar. Si ocurriera una tragedia tan terrible…

“Me gustaría hacer todo lo posible para ayudar. ¿Alguien sabe de quién es la jurisdicción?”

Sintió que tenía que extender una mano amiga.

“Por desgracia, me da vergüenza admitir que es mía.”

Naturalmente, en lugar de ocultar este incómodo problema, era mejor resolverlo juntos. Después de todo, ese era su trabajo como guías. No, era su deber sagrado como creaciones del Señor.

Si no podían guiar a los corderos perdidos correctamente, ¿cómo podrían pretender ser guías? El paso de los corderos perdidos por el camino de la justicia con alegría, para ser como debían ser, era su razón de ser.

Cualquiera que lo descuidara sólo podía ser visto como un ser caído y malvado más allá de toda salvación.

Así que una oferta de ayuda en el camino de la salvación siempre era bienvenida. Dicho esto, si bien estas cosas a veces ocurrían, la expectativa tácita era que eran seres relativamente inexpertos, susceptibles de extraviarse, quienes fracasarían en su guía.

Por eso todos los seres presentes se sorprendieron al escuchar que su supervisor no estaba seguro de cómo proceder con su guía.

“¿Los que está bajo su guía, señor Serafín? ¿Cómo pudo suceder algo así?” Los serafines servían al Padre más de cerca.

Sin embargo, ¿la guía de este no estaba llegando a la gente? ¿La guía de este Serafín verdaderamente fiel en quien Dios Padre confiaba tan profundamente? Si un Serafín no era suficiente para salvarlos, entonces realmente era un enigma.

“Sí, lamentablemente, los tontos no sólo han abandonado su fe, incluso, si puedes creerlo… blasfeman.”

¿Blasfemia? ¿Cómo puede ser?

En lugar de entender a las ovejas, los seres podrían describirse como básicamente indiferentes. Sólo en raras ocasiones ocurría algo que causara un cambio en su actitud.

Pero esto era aún más raro que eso… era tan impactante. Se enfrentaban al ateísmo de masas. No sólo eso, sino que los informes indicaban que el comportamiento juzgado blasfemo estaba sucediendo en la misma escala.

¡Cometían el pecado del santo sacrilegio!

Pero si eso era cierto, ¿por qué? ¿Se extendería a todos ellos? Esas eran las preguntas en sus mentes incomprensibles.

“No debería ser posible. Escuché que incluso hay un movimiento escandaloso para deificar a sus gobernantes.”

Pero el Serafín escupió la respuesta, como diciendo que le disgustaba, y eliminó toda duda de sus mentes.

Por un momento, todos estuvieron en silencio. Un segundo después, el significado de lo que había dicho se hundió, y el asombro siguió.

“¿Realmente tienen tan poco miedo? ¡¿Qué tipo de persona tendrías que ser para hacer esas cosas?!”

“Es repugnante incluso decirlo, pero aparentemente agrupan a Dios con el opio.”

Dio la explicación de mala gana. ¿Cómo podría equipararse el origen del mundo a algo tan impuro? Incluso hubo algunos recalcitrantes con el objetivo de reemplazar a Dios Padre. Incluso los seres que cayeron en el pasado no habían inventado algo tan horrible. Por eso era tan inquietante; simplemente estaban aturdidos.

“¡¿Qué…?! ¿No hay límite para el horror?”

Así era más o menos cómo se sentían todos. Hubo un pensamiento que no se expresó.

¿Cómo pudo pasar esto?

 “Esto simplemente no va muy bien, ¿verdad?” El Querubín se lamentó con un suspiro, a pesar de sí mismo, pero también fue el inconfundible sentimiento de todos los presentes.

Su desbordante alegría de hace un momento había sido reemplazada por tristeza, como si nunca lo hubiera sido.

“Pero la mitad del mundo todavía está llena de pequeños corderos piadosos que buscan la salvación.”

Finalmente habían logrado llevar la voz de Dios a los creyentes. Durante la guerra, finalmente los humanos comenzaban a buscar la salvación de un ser trascendental.

“No puedo creer que la otra mitad haya caído en la maldad del ateísmo.”

¡Que la mitad del mundo debiera haber caído en la oscuridad donde las Buenas Nuevas no llegarían!

“… Con el debido respeto, me resulta difícil de creer. ¡Han recibido las Buenas Nuevas!

¿Cómo podría la mitad del mundo haber descendido a la oscuridad primitiva del ateísmo o qué has hecho tú? ¿Es eso realmente posible?”

Al mismo tiempo, el Arcángel y otros ángeles suspiraron sus dudas.

Se preguntaron si realmente podría ser posible. Agonizaron sobre si realmente podría convertirse en una mayoría. Era realmente impensable. No, negaron el fenómeno imposible.

Porque algo así nunca debería sucederle a un grupo al que se le habían dado las Buenas Nuevas.

Quizás le pueda pasar a una sola persona. Había ejemplos en la historia del Homo Sapiens de individuos apoderados por tal locura. Su política sobre esos ejemplos aislados era hacer menos énfasis en ellos. Aunque estaban interesados en los humanos como grupo, eran casi indiferentes a ellos como individuos.

Pero un grupo que había recibido las Buenas Nuevas descendiendo a tanta oscuridad era realmente  preocupante.  Era  prácticamente inaudito. Si buscaban en el pasado, podían encontrar ejemplos de nuevas formas de fe o de fe reducida, por lo que tenían experiencia en el tratamiento de tales problemas.

Pero esto nunca antes había sucedido, y tampoco lo habían anticipado. “Ciertamente es extraño. Santo cielo, ¿qué les pasó?”

Dicho esto, no podían simplemente llorar y no actuar. Eran incansablemente fieles a sus deberes y, como tales, reunieron toda su sabiduría.

“Si queremos restaurar la fe, ¿qué pasa con el envío… ya sabes, ese?”

“La gloria de ser el siervo de Dios es una responsabilidad demasiado grande para uno solo, y sobretodo un humano.”

“Ya veo, sí, podría ser demasiado duro simplemente decir: ‘Conoce la voluntad de Dios’. En el pasado, el Homo Sapiens sólo lo lograba después de que les dijimos varias veces y finalmente escucharon.”

“Entonces, ¿qué tal seguir llamándolos?”

“No, no podemos salvarlos de esa manera. Dejar almas sin fe para que vaguen iría en contra de la voluntad de Dios.”

La conclusión a la que llegaron con su buena voluntad fue ir con su “forma habitual” de restaurar la fe.

“Entonces, ¿no sería la mejor manera de enseñarle al Homo Sapiens de su gracia a través de pruebas?”

En cuanto al vital cómo, el Querubín sugirió un método a través del cual había tenido cierto éxito, y los demás aceptaron.

“Entiendo. Si le damos a ese la gloria de pelear como un siervo de Dios, podemos esperar una conversión.”

Después de todo, aunque generalmente eran indiferentes a los individuos, ya estaban vigilando a uno de ellos.

Como la fe ya había estado creciendo como resultado, también valía la pena intentarlo en este caso.

“Por favor espera. La gloria de luchar como siervo de Dios no debe reservarse para un solo individuo. La iluminación es importante, pero creo que también es vital responder a las oraciones de los profundamente fieles.”

Y tenían buenas intenciones. La sugerencia de tener esa lucha por la gracia de Dios se hacía con buenas intenciones.

Debemos convertir al cordero que olvidó la luz de la protección y gloria de Dios. Y debemos salvar a los que rezan.

“Entonces hagamos eso. ¿Qué hay de los detalles?”

Todos agradecieron la opinión. Eran salvadores. Las protestas de un individuo destinado a entregar su gracia no tenían sentido para ellos. No, como nadie tenía los oídos para escucharlos, nadie señalaría que deberían escuchar.

Bueno, en todo caso, tal vez era una diferencia de perspectiva. Incluso los humanos son prácticamente incapaces de escuchar opiniones no humanas.

“¿Le preguntamos al trono?”

“Muy bien. Se lo mencionaré al Señor.”

Por lo tanto, se decidió sin una sola objeción.

***

22 DE AGOSTO, 1925 DEL AÑO UNIFICADO

Habían pasado dos meses después de la caída de la República continental. En ese momento, bastaba con decir que todos los que viven en el Imperio creían que la guerra había terminado. Después de todo, el Imperio había derrotado a la vecina Alianza Entente, la República y, dicho sea de paso, al Principado. La jactancia Somos el Reich, la corona del mundo había comenzado a sonar verdad.

Incluso la noticia de que la Mancomunidad se había unido al lado de la República no era suficiente para amortiguar la euforia. Sin grandes combates o batallas navales, nadie esperaba que la Mancomunidad fuera un obstáculo para la restauración de la paz. Todos murmuraban como si supieran: “Se unieron a la batalla demasiado tarde.”

Incluso cuando se informó que la Mancomunidad había rechazado la invitación del Imperio a una conferencia de paz, el sentimiento público en el Imperio era principalmente confusión. No podían entender qué hacía que la guerra fuera tan agradable que la Mancomunidad estuviera ansiosa por continuarla.

Por supuesto, la gente en el Imperio sabía que el Ejército Republicano Libre, formado por tropas Republicanas que aullaban que resistirían hasta el final, estaba luchando en algunas Colonias Republicanas.

Más importante aún, también se informó que la Mancomunidad y sus reinos, después de haber decidido intervenir en esta guerra, estaban cooperando con el Ejército Republicano Libre.

Pero incluso sabiendo todo eso, todos tenían que preguntarse: ¿Por qué están tan interesados en continuar la guerra? El resultado ya se había decidido en el campo de batalla. El Ejército Imperial literalmente había aniquilado al Ejército de la Alianza Entente, el Ejército del Principado y el Ejército Republicano, y su poder como conquistador era conocido en todas partes.

Y aunque los términos del Imperio eran duros, la gente creía que era fundamentalmente un tratado que podía restaurar la paz, por lo que la resistencia de los obstinados remanentes

Republicanos y los necios de la Mancomunidad era irritante al principio, luego inducía a la ira.

¿Por qué quieren continuar la guerra?

 Finalmente se dieron cuenta de algo. ¿No fueron ellos los que comenzaron la guerra? Eso no era poca cosa. No, era la verdad abierta.

Por eso en el Imperio, la base psicológica se había establecido desde el principio. Creían que los restos del enemigo, esperaban continuar la guerra.

De ahí sus propias esperanzas.

Haremos caer el martillo de hierro sobre aquellos que se atreven a dañar al Reich. Que el malvado enemigo sea expulsado de este mundo.

Entonces el grito fanático de: “¡Hiere al enemigo!” se propago. Nadie cuestionaba su creencia en la justicia de su propio país y la justicia.

Por eso no podían entender.

El Imperio no podía comprender el miedo que tenían los otros países… el temor fundamental de que un estado inmensamente poderoso, una hegemonía inigualable, se estableciera en el centro del continente.

Además, debido a la forma en que se había fundado el Imperio, siempre había tenido múltiples zonas de conflicto.

Los conflictos surgieron de puntos de vista incompatibles: para el Imperio, esos lugares eran indiscutiblemente territorio imperial, mientras que, para los países circundantes, la tierra les había sido robada.

En última instancia, esa era la razón por la cual la República trabajó con los otros poderes para rodear al Imperio usando la estrategia de líneas exteriores, y por qué el Imperio desarrolló su estrategia de líneas interiores para romper ese cerco. Entonces, finalmente, el Imperio se alegró de haber eliminado todas las amenazas a su seguridad.

Pero para las otras partes, parecía una grave amenaza para su seguridad que no podía ser ignorada. Lamentablemente, el Imperio estaba tan ocupado mostrando la agudeza de su espada que no se dio cuenta de cuánto asustaba a todos.

Entonces el nacionalismo y la desconfianza mutua avivaron las llamas.

Por supuesto, todos deseaban la paz. Sí, sinceramente. Por eso, por el bien de la paz y para proteger a todos, tomaron sus armas y lucharon. Otros países con sus propias agendas agregaron su apoyo.

De esta manera irónica, el deseo de paz no hizo que la guerra se abatiera sino que sólo se intensificara.