Hell Mode (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: Pontífice del Daemonismo

Allen le había pedido a Uru que investigara por él. El resultado de sus esfuerzos aparentemente llevó al grupo de beastkin armados a rodear su mesa, con las armas desenfundadas, mientras un Príncipe Bestia Zeu completamente enfurecido acortaba lentamente la distancia. No había forma de que Allen pudiera haber anticipado que estaría tan enojado.

¿Uru lo arruinó todo? Vamos, hombre, debe haber habido una mejor manera de abordar el tema. Pero, de todos modos, ¿realmente vale la pena enojarse tanto por todo esto?

“Saludos, Príncipe Bestia. ¿Quieres unirte a nosotros?”

Helmios permaneció completamente imperturbable y llamó al enfurecido lionkin en su habitual tono alegre.

“Helmios, supongo que tu presencia aquí implica que este es uno de los complots de Giamut.”

Al parecer, tras darse cuenta de lo que estaba sucediendo, Helmios miró a Allen.

“¿Hmm? ¿Y qué quieres decir exactamente?”

“Ah, en realidad, probablemente esté hablando de mí”, dijo Allen, y luego miró más allá de Zeu hacia Uru, que estaba allí de pie con una expresión de disculpa en el rostro. Zeu pareció impresionado por la forma en que Allen respondió tan despreocupadamente antes de tomar un sorbo de su jugo.

“Así que fuiste tú quien estuvo metiendo las narices en el País de los Beastkin donde no debía. Eres muy atrevido para ser un ratoncito de campo.”

“Siento de veras si me he metido en algo en lo que no debería haberme metido. Intentaba aprender sobre la Unión, un asunto que creo que también está relacionado con el País de Beastkin.”

Hmm, así que parece que realmente están bastante involucrados.

La Unión era un grupo de naciones pequeñas y medianas del continente de Galiat, situado al sur de Rohzenheim, que estaban unidas tanto política como económicamente.

“Quería consultar algo con Uru, pero ya que está aquí, Su Alteza, quizás sea incluso mejor. Por favor, tome asiento.”

La mirada de Zeu se volvió aún más feroz. “¿Qué me has dicho?”

Keel, el preocupado del grupo, estaba prácticamente temblando en su asiento, con el rostro inundado de preocupación. Parecía preocupado de que las cosas no estuvieran tan bajo control como Allen pretendía que estuvieran, pero no se atrevió a expresar sus preocupaciones.

“Oh, ¿el gran león del País de Beastkin tiene miedo de un simple ratón?”

Esta conversación no va a ninguna parte. Simplemente. Siéntate. Abajo. Ya.

Helmios le dirigió a Allen una mirada de reproche, advirtiéndole que se había pasado de la raya.

“Hmph, eres peculiar, chico. Me intrigas. En fin, sí, supongo que tengo la garganta un poco reseca. A-A-Agradecería un trago.”

Aunque Zeu estaba demasiado enfadado para hablar correctamente, se las arregló para fingir una sonrisa torpe en un intento de demostrar que todavía controlaba sus emociones. Luego se acomodó en un asiento vacío. Uno de los beastkin que lo acompañaban se dirigió a la barra para pedir algo al camarero.

Poco después, el Príncipe Bestia recibió una jarra de cerveza. La vació de un trago.

“Dime, ¿por qué metes las narices en los asuntos de mi país?”

“Como dije antes, estaba investigando a la Unión.”

“Entiendo. Sin embargo, usted dice que nuestro país está de alguna manera involucrado en ella, y, de hecho, usted ha hecho intentos de preguntar a mis ciudadanos acerca de las circunstancias dentro de mi reino. ¿Cuál es tu razón para investigar el asunto?”

Zeu parecía haberse relajado un poco después de beber su cerveza, lo que le hizo darse cuenta de que aún no había agradecido adecuadamente a Allen por sus actos pasados. Con eso, su comportamiento adquirió un tono ligeramente más cortés. Sin embargo…

“Sólo para asegurarme de que estoy claro, entiendo que estamos aquí para intercambiar información, ¿no?”

“¡Cuidado con lo que dices, pequeño advenedizo!”

Justo cuando Zeu estaba a punto de ofrecerle a Allen su gratitud por salvar al beastkin, el comentario de Allen lo puso furioso una vez más. Allen juzgó casualmente por la forma en que su pelaje se erizó que todos sus músculos debían haberse tensado.

“Es justo, ¿verdad? Tanto tú como yo queremos información, lo que significa que esto es una transacción. ¿Por qué pensarías que sólo una parte debería tener derecho a respuestas, incluso con la reina de Rohzenheim y el gran Héroe Helmios aquí con nosotros?”

“Nng, pero… p-pero yo…”

Allen miró hacia Sophie y Helmios. Teniendo en cuenta que el Príncipe Bestia no era el príncipe heredero, Sophie lo superaba en rango real. El grupo de Helmios, por su parte, era mucho más fuerte que los hombres de Zeu.

“Ahora, ahora, Allen. Detengámonos ahí.” Helmios se dirigió entonces a Zeu en un tono tranquilo y cortés. “Señor, por favor. Todavía no sé qué es lo que Allen quiere discutir aquí, pero creo que la información será beneficiosa para todas las partes involucradas. Todo lo que pido humildemente es que considere hablar con nosotros.”

“Hmph, ¿es realmente beneficioso para mí?”

“Por supuesto que lo es”, continuó Helmios. “Si tiene a bien unirse a nosotros en la conversación, estaremos encantados de discutir el asunto. Si Su Alteza considera que la información no tiene ningún valor para usted, puede dar por terminada la conversación. ¿Qué le parece?”

“Hm, ¿entonces puedo cancelarla en cualquier momento? Bien, entonces. Si el gran Héroe del Continente Central lo dice, supongo que vale la pena escucharte. Hombres, busquen una mesa y tomen algo.”

“¡Sí, señor!”

Con eso, Zeu despidió a su séquito beastkin.

“Bien entonces, Allen, escuchémoslo.”

“Por supuesto, Helmios.”

Allen quedó impresionado por la forma impecable en que Helmios manejó la situación.

Así que eso es lo que significa ser un héroe, eh. Puso las cosas bajo control mejor de lo que yo hubiera podido, todo mientras permitía a Zeu salvar la cara.

Allen continuó explicando la historia completa a Zeu, desde cuando descubrieron el oricalco, hasta el robo del recipiente divino de Freyja, y sus suposiciones sobre lo que vendría después. No omitió nada. Mientras hablaba, miraba de vez en cuando a Rohzen, pero la deidad elfa se limitó a observar atentamente cómo se desarrollaba la situación. El Dios Espíritu no intentó detener ni añadir nada a la historia de Allen.

El propio Zeu pareció bastante sorprendido en varios momentos de la conversación. Sin embargo, esperó pacientemente hasta el final antes de hablar.

“Entiendo. Cuentas una historia increíble, pero supongo que debe ser como dices. Sin embargo, ¿te está permitido compartir todo esto conmigo?”

En la actualidad, el País Beastkin consideraba al Continente Central un enemigo potencial. Aunque la Alianza de los Cinco Continentes estaba entrelazada militarmente hablando, eso sólo llegaba hasta los asuntos relacionados con el Ejército del Señor Demonio. Entre bastidores, el País Beastkin esperaba el momento oportuno para invadir el Continente Central. Sin embargo, ahora escuchaba que el Imperio de Giamut, que estaba en conflicto directo con el Ejército del Señor Demonio, se enfrentaba a una aplastante derrota debido a la pérdida del recipiente divino.

“Por supuesto. También está a punto de establecerse un sistema de promoción de clase, ya ves.”

“¿Promoción de clase?”

Allen continuó explicando el concepto de promoción de clase. Aunque todavía era un trabajo en progreso, el sistema debe ser liberado en el próximo año como parte de la estrategia en curso para oponerse al Ejército Señor Demonio.

“Es una información muy valiosa, si es cierta. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con el País de Beastkin?”

Zeu no entendía cómo las historias sobre el robo del recipiente divino y el sistema de promoción de clases tenían algo que ver con el País Beastkin.

“Como he mencionado antes, se trata de la Unión. En realidad, esto está relacionado con el asunto de sacar al Pontífice del Daemonismo de la Unión, un asunto en el que el País Beastkin está involucrado.”

“Hmm, entiendo. Tienes razón. ¿Y es por eso que estabas investigando a Shia?”

En los últimos meses, Allen había escuchado de Uru varias historias sobre el País Beastkin, una de las cuales involucraba información sobre la sucesión al trono en Albahal. Allen necesitaba saber quién era el siguiente en la línea de sucesión al trono y si era posible cambiar la línea de sucesión del Príncipe Heredero Bestia Beku por otra.

En Albahal, la tradición sostenía que el primer hijo sería el sucesor del rey. Sin embargo, no era raro que naciera un niño aún más talentoso después del primero. En tales casos, estos otros niños eran sometidos a una prueba y, si la superaban, sucedían en el trono a pesar de no ser los primogénitos. La prueba de Zeu era convertirse en el primero en superar la mazmorra de Rango S.

Pero no sólo Zeu tenía que superar una prueba. Su hermana Shia — la más joven de la camada, conocida como la Princesa Guerrera por su personalidad y habilidad en el campo de batalla — también tenía una prueba para convertirse en la siguiente en la línea de sucesión. La suya consistía en derrocar al Pontífice del Daemonismo.

El Daemonismo era una religión fundada varias décadas antes en uno de los países miembros de la Unión. Proclamaban que adorar al Ejército del Señor Demonio evitaría que los invadieran. Y el Ejército del Señor Demonio nunca había llegado a las costas de la Unión.

Gracias a ese hecho, los adoradores del Daemonismo fueron en constante aumento. La religión comenzó a extenderse también a los países vecinos, e incluso cruzó los mares para afianzarse en Albahal varios años antes. Como el País Beastkin mantenía relaciones comerciales con la Unión, al parecer algunos adeptos del Daemonismo llegaron con los demás cargamentos.

Al enterarse de que el número de creyentes en el Daemonismo crecía sin cesar en su propio territorio, el Rey Bestia se indignó. Garm, el Dios de las Bestias, era el único dios adorado en Albahal, y no había forma de que el Rey Bestia permitiera que una religión completamente nueva y no autorizada, sin una base clara detrás, se extendiera dentro de su país. Así fue como su hija menor, la Princesa Bestia, recibió la orden de someter al Pontífice del Daemonismo. Por lo que Allen oyó, la Unión también apoyaba esta tarea.

“Cierto. Sospecho que esta religión del Daemonismo está involucrada de alguna manera en el robo del recipiente divino de la Diosa del Fuego.”

El Ejército del Señor Demonio conspiraba constantemente y jugaba a largo plazo, lo que solo podía significar que tenían un plan sobre cómo usar el recipiente divino una vez que lo tuvieran en sus manos. Con eso en mente, Allen pasó varios días reflexionando sobre cómo podría usarse el recipiente divino hasta que dio con ello: esa religión Daemonista de la que Uru habló una vez.

Según los recuerdos de su vida pasada, había un enemigo dentro de un juego conocido como los Daemonistas — si eligieron ese nombre ellos mismos o fue un nombre que les dieron los jugadores, Allen no podía recordarlo — al que había que detener. Naturalmente, esto también prejuzgaba su opinión sobre el Pontífice del Daemonismo en este mundo. Como tal, decidió que ellos, al igual que el propio Señor Demonio, debían ser destruidos.

Mientras pensaba adónde podría haber ido a parar el recipiente divino, se topó con la posibilidad de que el Pontífice del Daemonismo al que perseguía Shia se hubiera hecho con uno y estuviera aumentando su número de seguidores. Lo que sea que estuvieran planeando, era malo.

“Entiendo. Pero eso no puede estar bien.”

“¿Eh? ¿Qué quieres decir?”

¿Cómo puedes estar tan seguro?

Ahora era el turno de Allen para ser tomado por sorpresa.

“Justo el otro día, recibí una carta de Shia. Ella capturó al Pontífice del Daemonismo y los entregó a la Iglesia de Elmea. En breve se celebrará un juicio religioso.”

“¿Qué—? ¿En serio?”

Huh, así que ya han sido capturados y se enfrentan a un juicio, entonces. Parece que la Iglesia de Elmea tiene las cosas bajo control. ¿Pero eso significa que la Princesa Bestia Shia es la heredera?

La Tierra Santa de Elmahl, donde se encontraban las oficinas centrales de la Iglesia de Elmea, era una de las naciones miembro de la Unión. Zeu explicó a Allen que pudieron capturar al Pontífice tan rápidamente gracias al apoyo total de Tierra Santa.

Supongo que eso significa que estaba completamente equivocado, entonces. Estaba bastante seguro de que estos eran los tipos que estábamos buscando cuando oí hablar de este grupo llamado Daemonismo, pero tal vez no eran tan poderosos si el Pontífice podía ser capturado de esa manera. Supongo que no tenían el recipiente divino robado, entonces.

También era posible que el nombre en sí, Daemonismo, se debiera simplemente a un prejuicio negativo que otros creyentes y religiones les atribuían. En definitiva, Allen se sintió bastante avergonzado por haberse lanzado de cabeza con su afirmación.

“El juicio determinará qué acciones llevaron a cabo realmente los Daemonistas. Si los rumores son ciertos, es probable que sean declarados culpables y sus seguidores condenados a muerte.”

Al parecer Zeu había oído hablar de una serie de actos horribles llevados a cabo en nombre del Daemonismo.

Con eso fuera del camino, discutieron varios asuntos relativos a la mazmorra y los planes a seguir. El recipiente divino robado tenía que estar en algún lugar del mundo, esperando a ser utilizado de una forma u otra. Las dos partes acordaron compartir y hacer un seguimiento de cualquier información relacionada con el recipiente divino para evitar que eso ocurriera. Con eso fuera del camino, la conversación había terminado.

Fuera del bar, Zeu se volvió hacia Allen antes de separarse.

“La próxima vez que investigues a Shia, habla primero conmigo. ¿Entendido?”

“Por supuesto. Lo haré.”

Eh, suena como un hermano que cuida de su hermanita.

Por lo que Allen podía ver, era bastante evidente que Zeu se preocupaba profundamente por su hermana.