Eiyuu Ou (NL)

Volumen 7

Capítulo 4: Inglis, 15 Años: Escudero Y Capitán I

Parte 4

Esa sonrisa, ese encanto, aseguraría el perdón de Rafinha sin importar lo que hubiera pasado. Siempre había sido así. Rafinha no podía imaginar que eso cambiara alguna vez.

La conmoción del choque de Inglis con Rochefort los empujó a ambos a alejarse aún más el uno del otro. Pisotearon más profundamente en los surcos que habían dejado cuando se detuvieron simultáneamente. “Ya veo…! ¡Estamos igualados!” Rochefort gruñó.

“¡Perfecto! Después-”

Entonces, ¡una vez más!

Sma, ¡aplasta!

El sonido de dos pisotones se superpuso.

Skreeeeeeeeeeeeeeeeeech!

Una vez más, el impacto los separó a ambos.

“Ese golpe debe ser duro para esos delgados brazos tuyos”, se burló Rochefort. “Está bien. ¡Puedes evitarlo! ¡Con tu agilidad, deberías ser capaz de deslizarte!”

“¡No, voy a encontrarte de frente!” Inglis Eucus luchó superando a sus oponentes cuando estaban en su mejor momento. Además, estaba la cuestión de probar la fuerza de su espada. Quería seguir golpeando y golpeando ese

escudo supremo en el que se había transformado una [Hyeal Menas] .

Skreeeeeeeeeeeeeeeeeech!

“¡No seas terco, ahora!” Rochefort gritó.

“¡Tú tampoco!” Inglis respondió bruscamente.

Skreeeeeeeeeeeeeeeeeech!

“¡Bwa, ja, ja, ja, ja!”

“¡Je, je, je, je!”

Una y otra vez, Inglis y Rochefort chocaron de frente. El impacto de cada impacto sacudió todo el palacio, haciéndolo crujir. Estaba empezando a desmoronarse y caer en algunos lugares.

Los caballeros estaban en un frenesí. “¡S-Si esto continúa, todo el palacio se derrumbará!”

“¡No puedo decir quién va a ganar, o incluso cuándo van a parar!” dijo un caballero incrédulo.

“¡Ni siquiera puedo verlos moverse!” gritó otro.

“¡No, espera! ¡Chris lo está haciendo retroceder poco a poco!”.

Para ser honesto, incluso Rafinha no pudo comprender completamente sus movimientos. Inglis y Rochefort parpadearon dentro y fuera de su visión una y otra vez, desapareciendo antes de reaparecer con un estruendo monumental. Cada vez que chocaron, fue en el mismo lugar; de ahí el

círculo de devastación que dejó. Lento pero seguro, ese círculo se estaba extendiendo hasta convertirse en un óvalo, empujando más y más hacia atrás en el costado de Rochefort, lo que significaba que Inglis estaba presionando hacia adelante.

Skreeeeeeeeeeeeeeeeeech!

“¡¿Guhhhh?!” Rochefort empezaba a perder el equilibrio; su rodilla tocó el suelo por un breve momento. “¡¿Por qué?! ¡¿Por qué me empuja hacia atrás?! ¡¿Dónde esconde esa forma esbelta tanta fuerza?!” Inglis sacudió la cabeza en silencio. “No, lo malinterpretas”. “¡¿Qué?!”

“No te estoy empujando hacia atrás. Simplemente, estás siendo empujado hacia atrás. ¿No te has dado cuenta? Inglis hizo un gesto gentil hacia su boca, con una mirada extremadamente decepcionada y lamentable en su rostro. Era raro verla mostrar tanta melancolía en combate.

“¿Ah?” Rochefort se limpió la boca y la mano que retiró goteaba sangre roja y pegajosa. Los golpes de Inglis no fueron responsables de eso. Sus enfrentamientos seguían siendo espada contra escudo. La verdadera pelea apenas comenzaba, pero quedaba poco tiempo.

“¡Ngh!” Rochefort gruñó y agitó la mano con disgusto, esparciendo la sangre.

“¡E-esto…! Él es…?!” comenzó Reddas.

“¡E-Espera! ¡¿Esto también le pasará a mi hermano?!” Rafinha jadeó.

Sus significados no estaban claros, pero Inglis podía decir lo que estaban pensando: que este era el efecto secundario de usar una [Hyeral Menas] , que Rafael terminaría así si él usara a Eris o Ripple. Eso debe haber sido lo que estaban pensando.

“No. No es así, Rani. Él era así al principio”. “¡¿Eh?! Así que siempre ha sido como…”

“Sí. Él… no está bien. Estoy asombrado de que todavía esté vivo”. El simple hecho de estar de pie debe haberle pasado factura. Pelear tan ferozmente debe haberlo dejado con un dolor increíble.

Su fortaleza física, y especialmente mental, lo mantuvo en pie cuando la persona promedio ya estaría en un ataúd.

Bien podría haber estado muerto y, sin embargo, esa era exactamente la razón por la cual la [Hyeral Menas] que le quitó la vida fue ineficaz. Un cadáver andante no tenía nada para dar. Mientras que el líder enmascarado del [Frente Steelblood] usó éter para bloquear los efectos de la [Hyeral

Menas] , Rochefort simplemente no se vio afectado por la [Hyeral Menas] incluso durante una lucha prolongada.

Inglis no sabía que tal cosa fuera posible. Fue una coincidencia milagrosa. Rochefort, golpeado por una enfermedad mortal y con poco tiempo de vida, había tomado una [Hyeral Menas] en la mano y se presentó en el campo de batalla. Inglis no sabía cuáles eran sus creencias u objetivos, pero esta era la primera batalla que había peleado en tales circunstancias. era raro Fue valioso… pero aún tenía esto que decir: “Admiro tu perseverancia. Pero creo que has llegado a tus límites. Te sugiero que te tomes un descanso ahora”.

Rochefort se rió. “¡Lo más cruel de todo es que ves mi estado y todavía ofreces tales palabras! ¡El segador no me esperará! ¡Quedarse quieto es

aceptar una muerte sin sentido! ¡Eso no salvará a Arles! ¡No te contengas!

¡La batalla con—groork! Rochefort tosió una cantidad alarmante de sangre y cayó de rodillas. Agarró el escudo que era una [Hyeral Menas] y apenas logró evitar colapsar. Realmente estaba en sus límites.

Inglis caminó rápidamente hacia él. “Por supuesto, entiendo tu condición. Por eso sugiero que retomemos esto después de un descanso”.

Rochefort, sin palabras, la miró con curiosidad.

“¡Rani! ¿Podrías traerme algo de eso? preguntó Inglis, señalando en dirección a la carne de dragón.

“¡S-Claro! ¡Entendido!” Rafinha sacó una brocheta. Se veía positivamente delicioso.

“Esta es la carne de un antiguo dragón. La fuerte fuerza vital que contiene curará todo lo que te aflija. Mira, mira. Inglis esperaba al rey Carlias, que estaba sentado contra una pared del palacio, siendo atendido por Reddas y los caballeros. Sus heridas lo habían llevado cerca de la muerte, pero se había recuperado lo suficiente como para recuperar la conciencia.

La carne de un antiguo dragón no solo era sabrosa; también tenía efectos medicinales. Algunos decían que cuanto mejor era la medicina, más amarga era. Sin embargo, eso no se aplicaba a la carne de dragón. También se decía que los dragones no eran de este mundo y que los dragones antiguos estaban cerca de su apogeo. El sentido común de este mundo no se aplicaba a seres tan poco comunes.

“¡Ah…!” Rochefort jadeó. “Entonces… ¿No pude tomar su cabeza?”

“Todavía no lo sabemos con seguridad. Ahora, adelante. Toma un poco.

“Te apiadas de mí, ¿verdad? Incluso si me pides a cambio que deje de luchar y me rinda… Rochefort no tenía absolutamente ninguna intención de hacerlo.

Realmente no lo hizo, pero no todos se sintieron de esa manera.

¡Whoosh!

Su escudo dorado brilló con un blanco brillante y cambió a una forma humana. Un semihumano como Ripple, con orejas y cola de animal. Su edad aparente rondaba los veinte años, al igual que Ripple, pero la impresión que daba era bastante diferente: madura, elegante y elegante. Esta era la [Hyeral Menas] enemiga, Arles.

Desesperadamente, apeló a Rochefort. “¡Ross! ¡D-Detengamos esto! ¡Si te salvará, yo…!

Rochefort la miró fijamente.

“¡¿Quién dijo que detendríamos la pelea?!” él e Inglis respondieron al unísono.

“¡¿Tú también dijiste eso ?!” “¡¿También dijiste eso?!”

No coincidían completamente entre sí esa vez, pero el significado era el mismo.

“¡Oh! ¿N-no estabas tratando de ayudar a Ross? La [Hyeral Menas] parecía ser una íntima amiga de Rochefort. Probablemente no esperaba su feroz rechazo a su sincera solicitud, pero la reacción de Inglis la sorprendió por completo.

“Sí, de hecho”, respondió Inglis.

“Entonces, ¿no deberías dejar de pelear? ¿Darle su vida a cambio de rendirse?

“¿Qué lograría eso?”

“¿Q-Qué quieres decir? Bueno, ganarías, la pelea terminaría y el peligro desaparecería…

Inglis negó con la cabeza en silencio en respuesta. “Eso no es lo que estoy buscando”.

“¡¿Qué?! Entonces, que eres-?”

“Quiero que coma esto para que podamos reanudar nuestra batalla. No deseo su rendición. Estaría en una posición bastante desafortunada si él se rindiera”.

“¡Ay…! Estás-”

“Un gesto de respeto, ¿eh?” Rochefort gruñó con evidente dolor. Si no se daba prisa, sería demasiado tarde.

“No, no solo te estoy haciendo un favor. De lo que estás hablando es de una buena acción por sí misma. Quiero algo a cambio. Específicamente, quiero una batalla completamente agradable contigo”. Seguramente no había nada extraordinario en pagar por experiencia. Inglis podría decir que no era diferente al entrenamiento proporcionado en la academia de caballeros a

cambio de su matrícula. Esta vez, con sus posibles enemigos como un

caballero sagrado y una [Hyeral Menas] del enemigo, la experiencia que buscaba comprar era un partido de máxima intensidad. “Así que por favor, ayúdate a ti mismo. Debería volver a ponerte de pie.

Rochefort respondió riéndose en su cara. “¡Estás loco! ¡Podrías haberme matado fácilmente mientras tuviste la oportunidad, pero en cambio quieres arrastrar mi cadáver porque estás buscando pelea! ¡Tu locura bien puede ser el fin de tu país!”

Inglis sonrió. “Mientras todo salga bien al final, está bien si me divierto un poco, y estoy seguro de que estará bien”. En su mente, no habría problemas mientras ganara, y no tenía la intención de perder. Por lo tanto, estaría bien.

“Bueno, sería bueno que las cosas salieran así…” Rafinha suspiró en respuesta.

“Ah, Rani. Está bien, ¿verdad? ¿Puedo por favor hacer esto? Vamos, ¿no te sentirías terriblemente mal por él si terminara antes de que pudiera hacer lo suyo? Esta es la compasión de un guerrero…

“Es complicado. Y no disfruto particularmente la idea de que le des una paliza a un hombre enfermo. Creo que solo deberíamos darle la carne si se rinde.

“Yo también estoy de acuerdo…” Arles asintió vacilante.

“¡Vamos, Rani! ¡Eso será un desperdicio!” Inglis se quejó.

“¡Arlés! ¡No arruines la diversión!” La boca manchada de sangre de Rochefort se torció en una mueca cuando reprendió la [Hyeral Menas]

antes de hablar con Inglis. “¡Jajaja! ¡Creo que me gustas! ¡Me comeré esa carne! ¡Dámelo aquí!

“Aquí tienes… ¿Es sabroso?”

Rochefort tomó la carne e intentó llevársela a la boca, pero le temblaba tanto la mano que casi la deja caer. El espíritu estaba dispuesto, pero la carne ya estaba muy débil. Su voluntad de luchar contra Inglis de frente en tal estado mostró su indomable espíritu de lucha. Si se hubiera encontrado con él en su vida pasada, habría querido convertirlo en un general que pudiera encabezar sus ejércitos.

“¡Ross! ¡No te esfuerces demasiado! Yo… Arles se acercó a Rochefort y le apoyó en el hombro. Tomando el pincho de su mano, se lo llevó a la boca. Fue un esfuerzo valiente. “Pase lo que pase, mientras vivas, estaré a tu lado…”

“Ah… ¡¿U-gwrk?!”

Nuevamente, Rochefort tosió sangre, manchando la armadura de Arles. “¡¿Ross?! ¡Esperar! ¡Come esto!”

“¡Puaj! ¡Maldita sea!

Su cuerpo ya no tiene fuerzas para masticar… ¡Puede que sea demasiado tarde! “¡Haz tu mejor esfuerzo! ¡Solo necesitas un poco!” Inglis vitoreó.

“¡Si no puede comer, mastícalo por él! ¡Si puedes meterlo en su boca, estará bien! Rafinha instruyó rápidamente a Arles.

“¡O-Está bien! ¡Entendí!” Rápidamente masticó la brocheta, luego llevó sus labios a los de Rochefort y con ternura dejó caer la carne masticada en su boca.

“Ugh…” De alguna manera, logró tragar.

Había sido una llamada cerrada sin un minuto de sobra. Ahora todo lo que podían hacer era velar por él.

“¿Llegamos a tiempo?” preguntó Rafinha, lleno de preocupación.

“Creo que estará bien gracias a que come al menos un poco de carne de dragón. Bien pensado, Rani. Un poco más tarde y podría haber estado en problemas”, respondió Inglis.

“Supongo. Después de todo, necesitábamos eso para el rey un poco antes”, dijo Rafinha.

“¿Eh? ¡¿Qué?! Inglis gritó en estado de shock. “¿Qué diablos hiciste-” Estaba tan absorto en la pelea que ni siquiera me di cuenta! ¡No puedo creer que haya hecho eso mientras cuidaba al Rey Carlias!

Pero Rafinha torció el cuello confundida. “¿Eh? ¿Por qué estás tan

sorprendido? La vida de Su Majestad estaba en peligro. Incluso alimentarlo con la carne y luego usar mi Don a toda potencia apenas funcionó”.

“Pero, pero… ¡No quise decir que deberías hacer eso! Quiero decir, él es el rey, es una persona muy importante y todo…

“¿De qué estás hablando? No importa si es importante o no. Hacer todo lo posible para ayudar a cualquiera que pueda es mi deber como poseedor de tal regalo. Rafinha se hinchó de orgullo.

“Rani…” Su espíritu noble es maravilloso, pensó Inglis. Es digno de admiración, algo de lo que estar orgulloso. Sin embargo, tiene casi la edad en que reducir esas esperanzas y sueños puede ahorrarle muchos problemas en el futuro. Tal vez, al menos.

¿Qué es esto? Nunca había sentido un escalofrío como este antes. No es anticipación emocionada de la batalla. Es soledad, arrepentimiento… Inglis miró hacia donde el rey Carlias descansaba junto a la pared, observando la batalla. No sabía qué expresión había en su rostro, pero…

“¡Vamos, Chris, no mires así!”

“¡No estaba deslumbrante! ¡Solo estaba mirando!”

“¡No me mientas! ¡Parecía que estabas a punto de atacarlo!” “¡Yo nunca!”

Cuando su mirada lo golpeó, el rey Carlias gimió. “Uf… ¡Aghhhh! Yo… tengo frío…”

Los caballeros de la Guardia Real a su alrededor estaban en pánico. “¡¿Su Majestad?!”

“¡Se ve tan pálido!”

“¡Pensé que su condición era estable!”

“¡Rafinha!” Reddas llamó. “Su Majestad… ¡Cuide de Su Majestad!” “¡A nuestra manera! Vaya, Chris, ¡es porque lo miraste así!

“Pero-!”

“¡Puede que todavía necesite más!” dijo Reddas. “¡Entonces, lo haré de nuevo! ¡Mis disculpas, Su Majestad!” Reddas masticó la carne del dragón y se la dio de comer al rey Carlias.

“¡Ah!” Los ojos de Inglis se iluminaron mientras aplaudía. ¡Por lo que

Reddas había dicho, él debe haber sido el que alimentó al rey! Dos hombres corpulentos compartiendo comida de esa manera no era lo suyo en absoluto, pero en este momento, hizo que sus ojos se iluminaran. “¡O-Oye, Rani!

¿Reddas también lo hizo la última vez? Lo hizo, ¿verdad?

“Sí. ¿Por qué? Ohhh… Bueno, quiero decir, su vida estaba en juego, ¡no hay razón para que te molestes por eso, incluso si lo hubiera hecho!

“¡Pero eres demasiado joven para un contacto tan cercano, Rani!” Inglis reprendió a su prima mientras sonreía y saludaba a Reddas. Lo hizo bien. Eso ayudó mucho. Su gratitud fue desbordante.

“¡Caramba!” comenzó Rafinha. “Bueno, yo también estoy un poco agradecida… Quiero que mi primer beso sea con alguien a quien amo…” Su rostro se puso rojo como si estuviera imaginando algo.

“¡No! ¡Ningún negocio gracioso!”

“¡Tienes razón, este no es el momento para eso! ¡Voy a ir a ver a Su Majestad!” Rafinha corrió al lado del rey Carlias.

Inglis, recuperando la compostura, se volvió hacia Rochefort y Arles. “¿Como va todo por alla?” dijo con una incómoda pausa inicial.

“¡Él comió la carne que nos diste! ¡Pero si hay otros artefactos curativos aquí, agradecería su atención! Arles apeló desesperadamente a Inglis.

“Ya veo. No sé qué tan efectivo será, pero…” El Don de Rafinha era para

curar traumas, es decir, heridas, no necesariamente enfermedades. En el caso del Rey Carlias, gravemente herido en la batalla, el Don y la carne tuvieron un efecto sinérgico, pero en el caso de Rochefort, los efectos del Don pueden ser limitados. Pero Inglis entendió la sincera preocupación de Arles por él.

“¡Sólo un momento! ¡Estaré ahí!” Rafinha, revisando al rey Carlias, llamó a Arles.

“¡S-Sí! ¡Gracias!”

Pero como para ahogar esas palabras, Rochefort, que había estado apoyando la cabeza en la rodilla de Arles, se levantó sobresaltado. “¡No lo necesito!” Se rió una vez más. “¡Ja, ja, ja, ja! Te hice esperar, ¿no? ¡Bueno, mantendré mi promesa! ¡Continuemos la lucha!”.

“Si, gracias.” Inglis sonrió mientras asentía.

“¡E-Espera, Ross! Solo te has recuperado un poco, no te esfuerces. ¡Espera hasta que estés completamente curado!”

“¡No puedo sentarme débilmente! ¡No tenemos tiempo!

“Tiene razón”, agregó Inglis. “Si no apuramos esto, no llegaré a tiempo”.

Tanto Inglis como Rochefort, presionados por el tiempo, dejaron perplejo a Arles. “¿Eh? Si te recuperas, tendrás tiempo de sobra, ¿no? ¿Por qué tienes que apresurarte así y esforzarte tanto? ¡Hay que darle tiempo a un medicamento tan eficaz para que haga su trabajo!”.

“Así es, es una cura milagrosa. Mi cuerpo bien podría haber sido un cadáver, pero puedo sentir que la vitalidad regresa a él, lenta pero seguramente, eventualmente, debería recuperarme. ¡Y, si lo hago, no podré empuñarte por mucho tiempo!”

“Sí”, estuvo de acuerdo Inglis. “Es un nivel milagroso de fuerza mental que pudiste pelear en tal condición física. Como el último parpadeo de una vela antes de que se apague para siempre…”

“Ah… Ya veo…” comenzó Arles. “Si se recupera demasiado, entonces… Entonces, yo…”

Entonces, como una [Hyeral Menas] , haría lo que hacían las [Hyeral Menas] . Es decir, absorber la fuerza vital de Rochefort, provocando su desaparición. Eso no sería una enfermedad o una herida, por lo que la carne de dragón probablemente no haría nada para detenerlo.

“Entonces, desafortunadamente, si se recupera demasiado, al final morirá”. Incluso Inglis no podía exigir una pelea en la que su oponente seguramente perdería la vida. No solo se sentiría mal por eso, sino que sería un desperdicio. Sería mucho mejor enfrentarse a él, sin la ayuda de una [Hyeral Menas] , una y otra vez. Incluso sin la intervención de Arles, no todos los días conocía a alguien tan fuerte como Rochefort. Seguramente estaba al nivel de un caballero sagrado, incluso de Rafael. Incluso si no pudiera usar

el éter o su espada de escamas de dragón con todo su poder, él sería un oponente adecuado.