Eiyuu Ou (NL)

Volumen 7

Capítulo 4: Inglis, 15 Años: Escudero Y Capitán I

Parte 3

Inglis sacudió la cabeza en silencio hacia Reddas. “¿Por qué lo habría hecho? Por supuesto no. Nunca le haría algo así a alguien a quien pudiera derrotar. Sacarlos con una emboscada sería un desperdicio.

Una buena pelea que terminara en un ataque furtivo le negaría la oportunidad de experimentar todo el poder de su enemigo. Inglis Eucus luchó enfrentándose a sus oponentes en su forma más fuerte. Eso, después de todo, era lo mejor para su propio desarrollo.

No importa qué, ella no cambiaría eso, no podía cambiar eso. “Solo quería dejar mi equipaje y saludar mientras pasaba. Estoy seguro de que está bien.

“¡Claro que soy yo!” La cola del dragón se arrastró contra el suelo cuando Rochefort la empujó a un lado, apareciendo debajo de ella. Estaba cubierto de tierra, pero no parecía estar gravemente herido.

“¿Ver? ¡En buen estado físico!” anunció Inglis.

“¿Eh?” preguntó Rochefort. “No estoy seguro de que debas estar feliz por eso…”

“¡Bueno, estoy encantada! Si no puedo derrotar a un caballero sagrado que

empuña una [Hyeral Menas] , no podré derrotar a un Prismer, serás perfecto para probar esta espada”. Inglis se rió entre dientes y miró su espada hecha

con las escamas de Fufailbane. Era una espada poderosa mientras ella era alta. Sonriendo, pasó el dedo por la hoja. Había pasado algún tiempo desde que lo había hecho, y ahora finalmente tenía la oportunidad de probar su trabajo. ¡Claro que estaba feliz!

Rochefort también se rió. “Para ver una [Hyeral Menas] empuñada y sonreír, eres un tonto o un loco… ¿Quién eres, querida?”

“Perdón por no presentarme. Soy Inglis Eucus y pronto tomaré el mando interino de emergencia de la Guardia Real, pero por ahora, soy un aspirante a escudero que estudia en la academia de caballeros. Inglis se inclinó cortésmente ante Rochefort.

“¿Un escudero?”

“Sí, como puedes ver.” Inglis blandió el dorso de su mano derecha, claramente sin una Runa.

“¿Eres sin runas? No, eso no importa. Dejando a un lado tu delicada apariencia, el golpe que diste desde arriba con un pedazo de carne tan

grande es incuestionable. Sinceramente, me sorprendió. Soy Ross Rochefort, un caballero al que mi patria Venefic confió una [Hyeral Menas] . El placer de conocerla.” La reverencia de Rochefort fue tan cortés como la de Inglis.

“Gracias por su cortesía, y gracias, especialmente, por darme la oportunidad inesperada de luchar contra una [Hyeral Menas] transformada aquí”.

“¿Mmm? Esta es la primera vez que me dan las gracias por eso. Fueron sus propios compatriotas quienes protestaron por el uso de una [Hyeral Menas] en una batalla entre humanos, ¿no es así? El rey Carlias aquí, el caballero

sagrado, sus propias [Hyeral Menas] , pero el ‘comandante en funciones de emergencia de la Guardia Real’, como usted dice, ¿no tiene ninguna objeción entonces? Incluso se cuidó de usar su título excepcionalmente difícil de manejar.

Inglis lo encontró intrigante. “Es un trabajo de medio tiempo, uno que requiere someter a los poderosos enemigos que amenazan Karelia. Es natural que agradezca a quienes me mantienen empleado. Si hubieras luchado contra el renacido Prismer y hubieras cumplido con tu deber, no habría tenido a nadie con quien luchar. Pero gracias a tus elecciones, tengo la oportunidad de luchar contra ti y Prismer. A una espada, incluso una que protege a la humanidad, no le queda nada si no tiene trabajo”.

“’Una espada que protege a la humanidad’, eh. Tus nobles palabras no

coinciden con el brillo de tus ojos o la feroz sonrisa en tu rostro. Me parece más como si solo quisieras luchar por tu propio disfrute”.

Inglis se rió. “No puedo discutir con eso”.

Rafinha suspiró mientras continuaba curando al Rey Carlias. “Chris, es bueno que seas tan honesto, pero desearía que intentaras discutir… Ver esto duele…”

“Ejem”, comenzó Inglis de nuevo. “¡Por el bien mayor, te derrotaré!

¡Caballero del malvado país vecino, prueba la espada de la justicia!” Inglis frunció el ceño mientras intentaba seguirle el juego al comentario de Rafinha.

“Wow… Eso fue increíblemente obviamente un acto…” Rafinha suspiró en

silencio. Las palabras estaban bien, pero sonaban tan mal viniendo de Inglis. Rafinha sintió un escalofrío escalofriante recorrer su espalda.

“Sin embargo, me gustaría pelear contigo una y otra vez”, continuó Inglis, “¡así que te agradecería que pudieras huir en el momento adecuado y luego volver a atacarme más tarde!”.

“Ahí está el Chris que conozco”, refunfuñó Rafinha. “No es que eso sea mejor—Ugh, lo que sea, ¡solo haz lo tuyo! ¡Tenemos que llegar a Rafael!

“¡Entendido, Rani!” Inglis volvió a mirar a Rochefort con una sonrisa de dama. “Entonces, ya que ni tú ni yo tenemos mucho tiempo, me gustaría continuar con nuestra batalla”.

El [Frente SteelBlood] había mantenido informado a Inglis sobre el Prismer mientras viajaban, y actualmente, estaba a solo unos días de distancia de Ahlemin. Contando el tiempo para llegar a Ahlemin y los preparativos necesarios una vez que llegó, solo tenía alrededor de un día para pasar en Chiral. No mucho tiempo en absoluto. Normalmente, querría dedicar varios días y varias sesiones a un enemigo tan poderoso, pero si eso fuera imposible, le gustaría disfrutar intensamente de la breve batalla.

Rochefort sonrió ante el contraste entre sus palabras y su comportamiento.

“No sé cuál es tu trato, pero parece que eres otro forajido como yo que se ha desviado del camino de la caballería. ¡Quizás los dioses sonrían de que nos aplastemos unos a otros aquí!”

“No, no creo que me haya desviado de ese camino. Después de todo, no puedes apartarte de algo en lo que nunca estuviste al principio. Y la diosa nunca diría tales cosas. Quería que viviera como me placiera, es bastante generosa”.

“¡Jajaja! ¡Así que tal vez te hayas desviado más que yo!”

“En ese caso, debes reconocer que te has alejado del camino que deben recorrer los caballeros sagrados encargados de las [Hyeral Menas] y, sin embargo… usas los pocos momentos que te quedan para luchar hacia algún objetivo. Pareces ser una persona inesperadamente buena”.

“¡Quizás capture al villano antes que yo! ¡Pondré fin a tu degradación, después de todo, me das asco! Rochefort se rió con altivez. “¡Te castigaré!

¡Con todas mis fuerzas! ¡No te quejes si estropeo esa cara bonita de tal manera que nunca podrás seducir a un hombre!

“¡Sí, adelante! Nunca planeé hacer algo así, ¡así que no te detengas! Oh, pero disfruto mirándome en el espejo, así que te agradecería que evitaras marcarme la cara en particular”.

“¡Si insistes!”

¡Screech!

Una luz brillante y sublime salió disparada de una de las gemas que decoraban el escudo de Rochefort.

“¡¿Oh?!” Inglis exclamó con sorprendida admiración. ¡Esta luz no es magia sola!

La [Hyeral Menas] de Rochefort estaba sublimando su maná en algo completamente diferente. Específicamente, la ineficiencia inherente del maná parecía haber sido eliminada casi por completo por la intervención de la [Hyeral Menas] .

El maná era una fuente de energía mucho menos eficiente que el éter. Formaba la base de la magia, pero esencialmente, cuando una persona gastaba maná, el veinte o el treinta por ciento entraría en el efecto real de la magia, y el resto simplemente se disiparía. La técnica Mana Refine de Evel podría llevar eso hasta un cincuenta o sesenta por ciento de efectividad real, pero lo que Inglis estaba presenciando aquí superaba con creces eso.

En el caso de Rochefort aquí, no se desperdició ni un poco, no, en realidad fue más allá de eso. El setenta u ochenta por ciento desperdiciado fue

convertido por la [Hyeral Menas] en otra cosa, algo que tomó la misma salida pero le dio una patada. Incluso rivalizaba con el poder del éter. Sin embargo, si uno preguntara si era éter, la respuesta sería no. El éter era la esencia divina que subyace a todas las cosas. Inglis lo usó principalmente para el combate, pero de ninguna manera se limitó a eso; era verdaderamente universal.

Mientras tanto, el poder de Rochefort solo puede usarse para la guerra, y solo a través de la intervención de una [Hyeral Menas] , pensó Inglis.

Carece de la universalidad del éter real. Es similar al éter pero, al mismo tiempo, diferente; tal vez pueda llamarlo “éter polvoriento”. En todo caso…

“¡Guau… eso es fascinante!” Incluso cuando Inglis determinaba la naturaleza del poder de Rochefort, su cuerpo entró en acción. “¡Haaaah!” Balanceó su espada de escamas de dragón en el camino de la luz.

Clooonk!

La espada desvió la luz, logrando cambiar su trayectoria, pero la fuerza de esa intensa luz rompió la postura de Inglis, haciéndola tropezar hacia atrás. “¡Ah…!” Sus brazos se habían entumecido.

La luz, fallando en el blanco, se estrelló contra las murallas, obligándolas a derrumbarse, dejando solo restos a su paso.

Crrraaassshhh!

“¡Qué poder tan maravilloso!” Inglis elogió. Verdaderamente lo que se podía esperar del artefacto definitivo. No dejó nada que desear.

“¡Oh, deja el acto!”

¡Screech! ¡Screech!

Rochefort disparó dos ráfagas más en su torso.

En su estado actual, sería difícil para ella interceptarlos como lo había hecho antes. Incluso cuando había estado preparada, sintió el retroceso y casi perdió el agarre de su espada. Tendría que adoptar un enfoque diferente.

“¡Haaaah!” Inglis aprovechó el impulso de su tropiezo hacia atrás para dar una voltereta hacia atrás, expulsando las ráfagas de luz entrantes hacia el cielo.

¡Tortazo! ¡Bam!

Su trayectoria cambió abruptamente, elevándose hacia el cielo. “¡¿Qué?! ¡¿La espada no funcionó, pero tus pies…?!”

En verdad, no era tan complejo de una explicación. Inglis había recibido el primer ataque de Rochefort y solo había liberado la magia de gravedad mejorada que normalmente guardaba en sí misma como ayuda de entrenamiento. Como había forzado su espada hacia atrás, activó [Aether Shell] y pateó las ráfagas de luz del escudo. Tuvo que seguir adelante antes de recurrir a [Aether Shell] , pero la destrucción causada por el disparo que no había logrado desviar por completo mostró que demasiada persistencia podría resultar en la pérdida de todo el palacio. Peor aún, si las cosas van mal, Rafinha podría estar en peligro. Inglis tuvo que rendirse a regañadientes y darlo todo.

Sin embargo, los disparos de seguimiento que había repelido con una patada tampoco habían salido del todo donde esperaba, y sus piernas aún estaban un poco entumecidas. Un desafío, entonces, todavía había diversión en esta pelea.

“A continuación, me gustaría intentar desviar con mi espada de nuevo, por favor”. Inglis blandió su espada de escamas de dragón. El punto donde el anterior estallido de luz lo había impactado de lleno no mostraba ni un rasguño. La luz no era simplemente maná, era éter polvoriento, en una escala comparable con el éter real. Esa técnica era algo así como [Aether Pierce] o [Aether Strike] . Sin embargo, la espada recibió ese golpe sin un rasguño, ¡incluso podría resistir todo el poder de [Aether Shell] !

“¡Como desées! ¡Incluso haré que este sea muy especial! ¡No tienes que

agradecerme!” Rochefort alzó su escudo, adornado con seis gemas. Esta vez, los seis brillaron y produjeron rayos de luz. Si cada gema pudiera

considerarse un cañón, este fue un bombardeo completo. Seis rayos saltaron hacia Inglis, cambiando ligeramente sus trayectorias para apuntar por

separado a su cabeza, torso, hombros y brazos.

“¡No, no, simplemente debo darte las gracias!” Seis disparos de tal intensidad, lo suficientemente poderosos como para que no pudieran ser bloqueados, lo suficientemente impresionantes como para esquivarlos sería un desperdicio. ¡Tendría que enfrentarse a ellos de frente!

“¡Haaaah!” Inglis dio un paso hacia el fuego entrante, balanceando su espada desde su cadera derecha hasta su hombro izquierdo.

¡Sonido metálico! Clong! Claaang!

Los disparos dirigidos a su pierna derecha, torso y hombro izquierdo fueron desviados hacia el cielo. Pero los otros tres ya estaban sobre ella.

Reposicionar una espada tan grande a tiempo para atacarlos nuevamente, incluso con [Aether Shell] activo, era imposible.

“¡Inútil!” Rochefort sonrió, sin darse cuenta de lo que estaba por venir.

“Están…!” Inglis usó el impulso restante de su corte para dar un salto mortal hacia atrás. La velocidad y la distancia de su salto abrieron solo un pequeño espacio entre ella y los disparos restantes, pero eso fue suficiente tiempo para otro movimiento de su espada.

“Tú…!”

¡Sonido metálico! Clong!

Esta vez, un corte reflejado manejó los disparos dirigidos a su pierna izquierda y su hombro derecho. Aprovechando el impulso, volvió a dar una voltereta hacia atrás. Cuando aterrizó, empujó su espada directamente al tiro dirigido a su cabeza.

“¡¿Por supuesto?!”

Claaaaang!

El último disparo rebotó en el cielo con el ruido más fuerte hasta el momento.

“Hmmm, ¡maravilloso! ¡Es como si estuvieras bailando con esa espada tuya! Qué absolutamente encantador…

Boooooom!

De repente, una gran explosión resonó detrás de Rochefort. “¡¿Qué?! ¡¿Que esta pasando?!” Cuando se dio la vuelta, vio los motores de la nave que las fuerzas de Venefic estaban usando como vehículo de transporte en llamas. Las explosiones que Inglis había desviado habían dado en la sala de máquinas. Habiendo perdido el control, se estrelló en el gran canal que

conduce al lago Bolt. Sin embargo, por lo que parece, no explotaría, al menos eso esperaba.

“¡Oh! ¡¿Apuntaste hacia allí?!” Reddas gritó, incrédulo.

“¡I-Increíble! No necesitaba que me lo probaran de nuevo, ¡pero definitivamente tiene una constitución diferente!”.

“¡B-Bien hecho, Lady Inglis! Tus movimientos eran tan rápidos que ni siquiera podía verlos, ¡pero su fuerza! ¡Su belleza! ¡Solo verlo me da escalofríos!”

Los caballeros a su alrededor asintieron con la cabeza.

Rafinha se rió. Le gustas a la Guardia Real, Chris. Estaba ocupada curando al rey Carlias, pero los gritos emocionados eran lo suficientemente abrumadores como para interrumpir momentáneamente su concentración.

Inglis quiso objetar, señalar que si el caballero no había podido verla, ¿cómo podría determinar la belleza de su movimiento?

Pero ahora no era el momento. Aclarándose la garganta, sonrió y llamó a Rochefort. “¡Guau, esos fueron realmente fuertes! ¡Tan fuerte hundieron un barco!”.

“¡¿Los devolviste a los motores?!”

“Honestamente, solo quería dar un golpe de refilón para poder capturarlo. Mi puntería estaba un poco desviada. Hmm, eso va a ser difícil de reparar,

¿no? Necesito seguir practicando”.

Las ráfagas de luz de su escudo habían sido tan poderosas que ella no las había controlado por completo. Esos últimos se habían mantenido tan poderosos como los que ella había pateado; tuvo suerte de haber logrado apuntarlos un poco.

Inglis se rió para sí misma. “Parece que soy yo quien deja caer mi arma”, se rió entre dientes, sonriendo y acariciando la espada. Era el tipo de cosas que no había dicho ni una sola vez desde que comenzó su nueva vida como Inglis Eucus. Pero sólo una vez, ella había querido.

Cada arma que había tenido a mano hasta ahora, cuando luchó completamente envuelta con [Aether Shell] , no pudo soportar la tensión y se hizo añicos, pero la espada forjada con las escamas del dragón Fufailbane no mostró signos de hacerlo. Cumplió con su fuerza. Como acaba de decir, si ella misma fuera más fuerte, habría podido redirigir perfectamente el fuego del escudo.

Esto era importante. Significó un gran salto en su fuerza general en combate. Después de todo, hasta ahora había estado luchando con las manos desnudas, pero ahora tenía un arma.

“No sé por qué estás tan feliz, ¡nuestra línea de retirada ahora está cortada!” Rochefort gruñó.

“¿Supongo que no habías planeado tal eventualidad?” Inglis replicó.

“¡Por supuesto no! ¡Necesitas tener un tornillo suelto en alguna parte para pensar en un plan como ese!

“Creo que es una pena que alguien tan fuerte como tú esté tan convencido de que necesitas vivir rápido y morir joven, pero supongo que estás atrapado en tus caminos, ¿correcto?”

“¡¿Qu-?! ¿Qué eres? ¿Un nuevo tipo de [Hyeral Menas] de Highland? ¡¿El [Frente Steelblood] o el arma secreta que sea?!”

“Ninguno de los dos. Solo un aspirante a escudero, que pronto será comandante en funciones de emergencia de la Guardia Real.

Rochefort se rió. “¡No es una persona muy agradable, burlándose de un hombre que tiene la espalda contra la pared! Pero la crueldad de una mujer hermosa tiene su propio atractivo”.

“Pareces tener algunos gustos muy específicos”.

“¡En cualquier caso, no moriré por nada! ¡Arañaré mi marca en este mundo!”

“Sí, eso espero”.

“¡Jajaja! ¡Eres una manzana envenenada, de hecho! Las gemas del escudo de Rochefort brillaron. Incluso más brillante que cuando habían disparado antes: el resplandor cubrió todo el escudo, luego todo el propio Rochefort.

Skreeeeeeeeeech!

El timbre agudo sonaba casi como un grito de éxtasis de todo el cuerpo de Rochefort. Al mismo tiempo, el suelo comenzó a temblar donde estaba parado, luego colapsó en un pozo bajo una intensa presión.

Es decir, sus ataques antes eran solo una distracción. ¿Qué tan fuerte de un ataque sacará? Inglis se encontró preguntándose con la respiración

contenida. ¿Y qué tan bien resistirá esta espada de escamas de dragón? Un enemigo desconocido y una nueva arma: ¡no habrá muchas batallas que hagan que mi corazón baile así!

“¡Te voy a hacer llorar! ¡Lo juro!” gritó.

“¡Sí, estoy deseando que llegue! ¡Por favor, hazlo!” Inglis sonrió con un brillo en los ojos mientras levantaba la espada y respondía a Rochefort.

“¡Aquí llego!”

¡Aplasta!

Un simple pisotón de su pie produjo el estruendo explosivo y la columna de polvo. Mirando hacia atrás en su propia experiencia, Inglis recordó algo

similar cuando usó sus técnicas de éter con toda su potencia. Es decir… él es todo el oponente que podría pedir. Su impulso feroz está abriendo un surco en el suelo mientras corre hacia mí: ¡es un ataque frontal!

“¡Entonces, harías mejor en prepararte también! ¡Haaaaah!”

¡Aplasta!

Inglis también dio un pisotón y cargó hacia Rochefort. “¡¿Eh?! ¡¿Ellos desaparecieron?!”

“¡N-no puedo ver! ¡No puedo ver nada!”

“¡Cuidado, todos! ¡Mantén tus pies plantados firmes! ¡Algo grande viene!” Rafinha llamó a los caballeros.

Skreeeeeeeeeeeeeeeeeech!

Sin perder el ritmo, sonó un ruido ensordecedor. De repente, los

espectadores pudieron ver a Inglis golpeando una espada tan grande como ella en el escudo de Rochefort. Al mismo tiempo, la onda expansiva del impacto los golpeó.

“¡Guau!” Los caballeros cayeron de espaldas, tal como había advertido Rafinha.

“¡No te levantes! ¡Es mejor mantenerse bajo!” instruyó mientras cubría al Rey Carlias, a quien aún estaba curando. No podía permitir que lo apartaran de ella.

“¡Entendido!”

“¡Voy a! ¡Gracias!”

“¡Rafinha! ¡¿Cómo está la condición de Su Majestad?!” Reddas preguntó mientras ayudaba a mantener al rey.

¡Estará bien! Hice lo que dijo Chris, ¡y funcionó de maravilla!

¡Definitivamente estará bien! ¡Solo tenemos que esperar a que ella le patee el trasero a ese tipo!

Inglis tenía que ganar, ya tenía su agenda reservada. Salvar a Rafael y acabar con el Prismer era la verdadera lucha, y eso aún la esperaba. No sería propio de Inglis perderse una pelea, ni perder la oportunidad de destruir cualquier cosa que pudiera entristecer a Rafinha.

Por eso Inglis no perdería. Ella no podía perder. Si no podía vencer a un caballero sagrado y una [Hyeral Menas] , entonces también sería imposible derrotar a un Prismer. Ella ganaría. Ella ganaba, sonreía y decía algo como: “Esa fue una buena pelea”, sin darse cuenta de lo preocupada que estaba la gente por ella.